Parte V

Dicen que cuando una vida se apaga, otra nace para traer paz y armonía en compensación a los corazones dolidos que lloraban una perdida. 

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El tiempo había pasado nuevamente, para todos había sido dolorosa aquella separación. Jin, Jimin y Jiwoo compartían su dolor, sin embargo, mantenían un ambiente positivo para evitar decaídas. 

Meses después de que los chicos se habían ido, Taehyung había ido al médico en compañía de Jimin, pues habían notado un cambio extraño en el peliazul. Por lo que, para prevenir apartaron una cita. 

Fue entonces, que la dulce noticia de que Taehyung estaba en cinta les alegró aún más el ambiente. Poco se habían podido comunicar con Jungkook y los mayores, para dar el anuncio. Así que decidieron darlo como sorpresa para cuando llegaran. 

Tanto Jin como Jimin habían cuidado de Taehyung junto con la madre de éste. Lo protegían y mimaban en demasía para que tuviera un embarazo sano y sin problemas. 

─Cariño, debemos ir a la consulta de este mes ─avisó Jimin entrando a la sala. 

Taehyung había tenido que dejar su trabajo, sin embargo, tenía ahorros guardados con lo cual podría mantenerse al rededor de un año. Aquello le servía mucho. Ahora se mantenía en casa haciendo ejercicios recomendados y los quehaceres de la casa, claro que lo hacía con precaución. 

Llevaba su octavo mes de embarazo. Pues cuando Jungkook se había ido tenía alrededor de dos meses con una semana. En la cita lograrían ver finalmente el sexo de su bebé, ya que no se había dejado ver con anterioridad. 

─Uh, vamos entonces ─respondió Taehyung levantandose con esfuerzo y dirigiéndose a Jimin caminó suavemente con una mano en su gran vientre. 

Jimin lo tomó del brazo y le ayudó a caminar. Tomaron un taxi para llegar un poco más rápido. En el camino charlaron un poco con el conductor, hasta que llegaron a su destino. Agradecieron, pagaron y entraron al hospital. 

─Odio estos lugares ─balbuceó Taehyung recordando las veces en que Jungkook estuvo allí. 

─Lo sé, pero es por el bebé ─reconfortó Jimin alejándolo de los malos recuerdos─. Por cierto, ayer hable con YoonGi, al parecer pronto volverán. 

─¡Oh! ─exclamó emocionado Taehyung─. ¡Jungkook estará pronto con nosotros! ¿Escuchaste, terroncito de azúcar? 

Taehyung acariciaba su vientre mientras sonreía enormemente. Pronto estaría junto con Jungkook, esperaba que fuese antes de que su terroncito naciera. Añoraba tener a Jungkook ahí acompañándolo. 

Ambos se sentaron a esperar el llamado para entrar al consultorio. Mientras tanto, charlaron un poco de temas diversos. No pasó mucho tiempo de que les llamaran, para seguir. Al entrar una mujer les recibió con una sonrisa. 

─Oh, Taehyung ─sonrió Nayeon─. ¿Cómo has estado? 

─Hola, doctora ─saludó Taehyung sentándose junto con Jimin─. Muy bien, los vómitos y mareos han bajado un poco, pero los antojos han subido más. 

─Eso es bueno, ¿Has estado haciendo los ejercicios para facilitar el movimiento del bebé? ─preguntó la mujer anotando algunas cosas en su computador. 

─Si, los he hecho tal cual usted ordenó ─comentó Taehyung. 

─Excelente, pasemos a la camilla para poder ver si finalmente sabremos. 

Taehyung se recostó en la camilla exponiendo su vientre, Jimin posándose en su lado mirando la pantalla del aparato. El gel fue esparcido por su piel causándole escalofríos. 

─Uh, creo que si podremos verlo ─dijo Nayeon alegre observando atentamente la pantalla del monitor─. ¡Ya! ¿Quieren saber que será? 

─¡Si! ─gritó Taehyung entusiasmado. 

─Bueno... ─murmuró la mujer─. Tendrás a... ¡Una dulce niña! ¡Felicidades! 

Y bueno, Taehyung comenzó a llorar fuertemente. Jimin sonrió con lágrimas en sus ojos, limpió el vientre de Taehyung y salieron agradeciendo a la mujer tiempo después con la ecografía en mano. 

Una niña... 

Una bonita niña... 

Jungkook siempre deseó tener una hija. 

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Dos semanas después. 

Ya ni de la cama podía levantarse, pues al estar ya en el último mes le dolía hasta respirar. Mentira, sin embargo, se sentía demasiado cansado a cada mínimo movimiento.  Y estar todo el día recostado le hacía sentirse inútil ¡No le gustaba sentirse así! 

Su madre, Jimin y Jin habían estado muy al pendiente de él. Mucho más que antes, al punto de llegar a vivir con él por precaución debido a que Jungkook no estaba. A el peliazul no le molestaba, estaba agradecido, pero las estúpidas hormonas le hacían llorar ante la ausencia de su pareja. 

Afortunadamente, su embarazo era bueno, estaba estabilizado y no había tenido complicaciones. Había cuidado muy bien de su bebé, de su terroncito. Añoraba la llegada de su novio en demasía. No podía evitar pensar que Jungkook no estaría para el nacimiento de su bebé. 

¡No lo solo eso! ¿Estaría bien? Esperaba que no estuviera herido. ¡Dios! 

Taehyung bufó y se estiró un poco para tomar el control de la televisión. Pasó canal tras canal, pero no había nada que lo entretuviera. Hasta que se detuvo en el canal de noticias, esperando algo que le entretuviera. 

─Luego de un tratado de paz entre los invasores y el gobierno de Corea, los soldados podrán volver a sus hogares. Para los soldados muertos en el campo de batalla, se les otorgara un reconocimiento a su familia como honor por su patria. Lamentamos las perdidas, que aunque fueron pocas, dejarán marcas de dolor en sus familiares y para el país ─notificó un reportero, mientras imágenes de lo que fue el enfrentamiento. 

Sin embargo, Taehyung únicamente prestó atención a las palabras. Una euforia grande le invadió, pero había algo en su pecho que le obligaba a no sentirse del todo bien. ¿Qué era? 

Todo pensamiento negativo lo abandonó cuando sintió la piel de su vientre estirarse levemente, sonrió enternecido. Su terroncito se estaba moviendo. Normalmente se movía cuando sentía emociones fuertes o cuando le hablaba suavemente. Como si le entendería. Taehyung creía que era una gran conexión que estaban forjando. Tristemente Jungkook no estaba viviendo esa experiencia que siempre soñó. 

Taehyung suspiró acariciando su vientre, un dolor en su espalda baja le hizo quejarse. Ah, otra molestia del embarazo. Era lindo el proceso, pero las consecuencias no. Pero, era algo de lo cual jamás se arrepentiría.