Parte III

La vida continúa por más que duela su ausencia, solo sigue, eres fuerte. Esto es solo un poco de lo que la vida te da, las pruebas nunca paran. La vida siempre con sus altos y sus bajos; algunos se rinden, otros soportan y otros... simplemente ignoran el dolor.

No te des por vencido, tampoco ignores el dolor, mucho menos soportes. Solo vive, solo sonríe, solo llora, solo grita, solo ríe, solo enójate, solo continúa. No lo hagas por él, no lo hagas por ellos, no lo hagas por los demás. Hazlo por ti, piensa en ti. No esta mal ser egoísta, hay veces en las que es necesario serlo, porqué de lo contrario: Te joden.

Levántate con fuerza, mantén una mirada orgullosa, tu mentón mantenlo en alto, una sonrisa curvara tus labios, y camina con seguridad y firmeza. Ve, demuéstrale a todos que ser como eres no te hace débil, sino lo contrario: Te hace fuerte.

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Un año después.

El flash de la cámara le cegó por unos segundos, llevaba más de dos horas cambiando de pose y sonriendo, sus mejillas y sus pies dolían mucho. Él quería terminar con todo de una vez, ya había pasado un año y tenía grandes ansias de correr al aeropuerto. Pero aún no era la hora.

—Jisung coloca el banquillo en el centro —pidió Minho con una sonrisa a su ayudante.

Jisung corrió hacer lo pedido y volvió al lado del fotógrafo. Taehyung suspiró agotado, y se sentó en el banquillo, al menos se sentaría luego de horas. Minho le explicó como era la siguiente pose y Taehyung lo hizo, abrió sus piernas, dejando sus pies en las pequeñas barras en la parte baja del banquillo alto y colocó su mano entre sus piernas y la libre en su cintura.

Aquel traje rojo le estaba molestando ya, al principio le parecía ligero y bonito, ahora quería arrancarlo de su cuerpo y tirarlo.

En aquel año habían sucedido cosas tanto para bien como para mal; Taehyung había logrado concluir su carrera como modelo, había caído en depresión luego de la partida de Jungkook, pero con las pequeñas (pero significativas) llamadas de los últimos doce meses y las reconfortantes palabras de amor de Jeon había logrado salir, sus amigos estuvieron con él en todo momento, NamJoon era el único que iba a Japón para rectificar el estado de Jungkook. Taehyung se había mantenido leal a Jungkook, llegó a tener algunos roces con chicos, pero ninguno le llegaba al corazón pues éste estaba ocupado por Jungkook, y nada ni nadie podía cambiar eso.

Se mantuvo fiel a la única persona que amó y amará, su corazón tenía tatuado el nombre de Jeon Jungkook y eso era algo que no se podía borrar.

Media hora más tarde, se encontraba cambiándose en los vestidores; Terminó se arreglar su cabello frente a los espejos y aplicó un poco de bálsamo en sus labios. Tomó su bolso y cuando iba a salir de allí, su cuerpo impactó contra otro, para su fortuna no cayo, pues el contrario lo sostuvo del brazo.

—Lo siento y gracias —sonrió sin mirar a la otra persona, intentó pasar por el lado del desconocido, sin embargo, la voz de éste lo detuvo.

—Oh, Taehyung.

—Bogum —Kim tensó su mandíbula y finalmente lo miró.

—Tiempo sin verte, Tae —comentó el castaño riendo.

—Y preferiría que continuase así —determinó el pelinegro sin titubear.

—Oye, ¿Qué te parece si vamos por un café? Yo pago —invitó Park ignorando por completo las palabras del menor.

—No, mi novio regresa hoy e iré por él al aeropuerto, rechazo tu oferta —contestó el pelinegro con firmeza.

—Así que regresa hoy, eh —masculló Bogum con molestia.

—Sí.

—¿Sigues con la idea de tener una vida al lado de un drogadicto? —farfulló Park.

—Cuida tus palabras, Bogum, puedes ser mi jefe pero no quita el hecho de que debas hablar mal de mi novio, deja de intentar cortejarme, porqué no estoy interesado y jamás lo estaré —dio por finalizada la conversación y salió de ahí, dejando a un Bogum completamente desconcertado y enojado.

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-¡Namjoon! -exclamó SeokJin desde la planta baja de la casa.

—¡¿Qué?! —respondió éste desde su habitación colocándose un abrigo.

—¡YoonGi llegó junto con Jimin y Tae! —avisó el mayor.

—¡Ya bajo! —dicho eso salió con rapidez de la alcoba.

El moreno bajó con rapidez las escaleras, todos se encontraban ansiosos, pues luego de un año largo de espera Jungkook por fin volvería a estar con ellos.

Finalmente estarían los siete reunidos nuevamente.

—Estoy ansioso, ¿Habrá cambiado mucho? ¿Habrá comido bien? No lo creo, la comida en ese tipo de lugares es horrible, cuando lleguemos prepare comida para todos.

Dijo Seokjin saliendo de la casa seguido de Namjoon.

—Amor, cálmate, Jungkook está muy bien —aclaró el mayor con una sonrisa.

—Lo sé, lo sé, es solo que lo extraño mucho —suspiró Seokjin con tristeza—. Fue difícil aprender a vivir sin él; Porque ya no estaban sus quejas, sus berrinches, su sarcasmo... No estaba el niño que cuide.

—Oye... Ya verás que volverá a ser el Jungkook que era antes de todo, el Jungkook de quince años que peleaba contigo porque no te hacía caso —Namjoon acarició sus brazos y besó la sien del contrario.

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Todos se encontraban esperando por Jungkook en el aeropuerto. Seokjin y Jimin charlaban de temas triviales para menguar los nervios y ansias que tenían.

Pero Taehyung miraba fijamente la salida de los pasajeros.

Decir que no estaba nervioso era una gran mentira; se encontraba con las manos temblando y sus ojos cristalizados. Ansiando ver al amor de su vida.

Pasar un año lejos de ese hermoso chico azabache no fue fácil, para nada. Taehyung solo esperaba no volver a separarse de Jeon nunca más.

"El avión proveniente de Japón con destino a Corea del Sur, está a punto de aterrizar. Familiares y allegados pueden esperar a los pasajeros en la puerta de salida 4-H."

Una vez escuchado eso, Kim no tardó en levantarse y acercarse a los ventanales para mirar que el avión aterrizará. Agradecía haber preguntado con anterioridad por dónde saldrían los pasajeros.

Cuando el avión aterrizó y vio como salían personas, sonrió al reconocer a cierto azabache entre ellos.

—Los pasajeros van a salir, por favor mantengan distancia —avisó un guardia de seguridad.

Los demás se alejaron y las personas comenzar a salir. Algunos se iban solos, otro lloraban en los brazos de quienes los esperaban, y Taehyung se quedó ahí parado solo.

Jimin, Seokjin, Namjoon y Yoongi se quedaron lejos para no interrumpir el reencuentro entre esa linda pareja.

Finalmente Jungkook salió... Y oh, dios santo. ¿Ese era su Jungkook? ¿Su Kookie?

Kim dejó salir sus lágrimas y ladeó su cabeza, detallando al azabache que lo miraba enternecido.

—¿Amor? —su voz... Oh.

Taehyung corrió la poca distancia, acabando con ella en un abrazo. Escondiendo su rostro en el pecho de Jeon. Ya no sentía las costillas sobresalientes, sentía más más muscular. Pues el pecho del contrario de sentía duro, pero atribuía que eran músculos.

Pensar en Jungkook sin camisa le hizo sonrojar en medio de su llanto.

—Shhh —susurraron a su oído mientras le daban caricia en el cabello—. Oye... ¿Por qué te teñiste de negro? ¿Y el rosa? No puedo creer que ya no seas mi tierno algodón de azúcar.

Bromeó Jeon, haciendo reír a Taehyung. Quien levantó su cabeza y miró el rostro de Jungkook. Hizo un puchero y suspiró.

—Te cortaste el cabello y tienes más perforaciones —dijo el pelinegro.

—Cariño... No sabes cuánto te extrañé —murmuró Jungkook juntando su frente con la de Taehyung, cerrando sus ojos.

—No vuelvas a dejarme, por favor, te lo ruego —lloriqueo Taehyung aferrándose a la camiseta blanca del contrario.

—Te lo juro, nunca más nos separaremos, amor, lo juro —aseguró el azabache.

Y Taehyung le creyó, pero tenía una mal presentimiento.