O2. [Final]
Un sin fin de pensamientos rondaron por la mente de TaeHyung, inmediatamente después de escuchar del mismo SeokJin que probablemente estarían esperando a un cachorro. Ambos hombres -a un dentro del sanitario- intercambiaron miradas una vez que aquellas palabras salieron de la linda boca de Jin, pero no se dijeron absolutamente nada. Los ojos grises de Jin brillaban de una manera muy diferente ahora que se encontraban puestos encima de los de TaeHyung, y eso quizá se debía a la emoción de sus propias palabras, puesto que la verdad era que SeokJin había esperado por bastante tiempo desde que TaeHyung y él se habían conocido, a que el menor le dijera el día menos pensado que estaba esperando un cachorro suyo. Claro que, aquello para nada estaba saliendo como el mayor lo quería, pues los meses y en seguida años pasaban sin esa perfecta y muy buena noticia,
Sin embargo, que esa noticia no llegara a su vida tampoco era malo, ya que lo que menos esperaba hacer SeokJin era presionar a su omega, porque esté seguramente se sentiría mal consigo mismo, creyendo que no era lo suficiente bueno para él, cuando la realidad era muy diferente, debido a que sin importar que no hubiera un cachorro de ambos, estos mismo no podían quejarse porque el amor, cariño y pasión entre ellos no faltaba. Claro qué, ahora todo era diferente, puesto que TaeHyung probablemente estaría esperando un cachorro suyo, un cachorro de ambos, y eso no podía evitar hacerlo más feliz de lo que ya lo era con el encantador omega.
Tomando el lindo rostro de su omega entre sus manos, SeokJin le dio una mirada y una sonrisa totalmente especiales a TaeHyung, sin darse el tiempo para analizar la expresión confusa sobre su rostro.
Apartándose de SeokJin, TaeHyung se levanto con mucho cuidado del suelo, diciendo palabras totalmente inaudibles para Jin quien se limitaba a mirarlo con extrañeza. TaeHyung nunca antes se había comportado así, puesto que hasta donde el mayor sabía a su precioso omega le encantaba los bebes, aunque aparentemente nunca se había detenido a preguntarle al menor, si él deseaba tenerlos tanto como Jin lo hacía.
TaeHyung estaba anonadado aún.
-No, no puede ser -formulaba inconscientemente -No puedo estar esperando un cachorro.
-¿Por qué no? -preguntaba algo confuso SeokJin -¿Qué es lo que ocurre dentro de esa cabecita tuya?
Los cabellos castaños de TaeHyung, rápidamente se elevaron con el viento frio que entraba por una de sus pequeñas ventanas entre abiertas.
-Porqué no soy digno de ello -contestaba algo alterado -Y-yo, yo siempre he sido una persona horrible, que tan solo piensa en sus propias necesidades -soltaba mientras que daba vuelta tras vuelta por su habitación, como su estuviera en una jaula encerrado -Mis padres no me querían, porque soy muy diferente a los demás omegas. Yo, yo no tengo un don como todos los demás -confesaba en un vomito verbal que no podía detener -Poseo magia oscura dentro de mí. Puedo hacer que cualquier persona haga lo que yo quiero con tan solo mirarle a los ojos, ordenarle mentalmente y tocar su pecho. Cada persona que he manipulado, nunca vuelve a ser la misma, porque mi magia les va secando el alma, y entre más tiempo tarden bajo mi mando, más será su dolor después -pausaba, despeinando sus cabellos castaños -Los omegas con magia oscura dentro, no pueden tener cachorros con alguien que no sea de su misma índole.
SeokJin, se levanto del suelo al notar lo alterado que de pronto se estaba poniendo TaeHyung, -Tranquilo, Tae. -pedía el mayor -Tienes que tranquilizarte, ¿de acuerdo?
-Esto no puede estar pasando. No me puede estar pasando a mí -chillaba el menor, intentando no soltar toda su frustración y desesperación -Es, es un castigo -mencionaba mientras que abría su armario en busca de una maleta. -Tengo que irme, alejarme de ti -colocando su maleta sobre su cama destendida, TaeHyung empezó a sacar toda la ropa dentro de su armario, depositándola sin cuidado alguno dentro de su maleta de color café -Jimin sabrá que hacer -seguía hablando sin darse cuenta como SeokJin observaba todos y cada uno de sus movimientos con confusión. Seguramente pensaba que TaeHyung se había vuelto loco -Yo, yo no sé que va a pasar contigo cuando me vaya, pero intenta buscar ayuda. Busca a alguien que te haga olvidarme -decía sin dirigirle siquiera una mirada.
-TaeHyung, espera. Detente un momento -hablaba SeokJin, por fin. -Necesito que te calmes, que te detengas por un minuto y analices lo que estas diciendo. -Piensa, mírame... -demandaba, obteniendo efectivamente la atención de TaeHyung.
-Yo nunca espere que pasara algo así -agachando su cabeza ante SeokJin, TaeHyung se sintió completamente miserable, miserable por aquello que había obligado a sentir muy dentro de si a SeokJin quien desde el primer instante en que lo conoció, fue lindo con él.
Levantando la barbilla de TaeHyung, SeokJin pudo darle una sonrisa más que sincera a su ahora ausente omega quien le permitió fácilmente entrelazar sus manos. Sonriéndole dulcemente el mayor le miro y susurro -Te amo... -. Seguro de sí deposito un beso en los tentadores labios de color cereza de su hermoso TaeHyung, haciéndole sentir que no estaba solo.
Colocando el menor, una de sus manos sobre el pecho de Jin, le miro y musito casi inaudible para el alfa -Ya no me amaras de ahora en más... -Con lagrimas saliendo de sus ojos, observo como Kim SeokJin caía al suelo inconscientemente.
TaeHyung parecía haber entendido por fin que lo que había hecho años atrás había estado mal, sin embargo, tanto su lobo como su corazón le pedían a gritos no abandonar al atractivo alfa -que ahora se encontraba encerrado en el baño-, puesto que algo dentro de ellos parecía aun no comprender que aquel tan importante hombre no les pertenecía.
-Hemos destrozado su vida -añadía, al terminar de empacar todas sus cosas -Así que, si tiene suerte... nos olvidara, y volverá a su vida normal -se intentaba convencer, antes de bajar su maleta de encima de su cama, encaminándose casi enseguida a la puerta del baño donde había encerrado a Jin -Cuidare bien de nuestro cachorro de si verdad lo estoy esperando -prometía con su mano izquierda apoyada sobre la misma puerta -Le hablaré bien de ti -agregaba como si Jin le pudiese oír.
Aunque de verdad le estaba oyendo...
Con pasos lentos, se fue acercando hasta la puerta principal de su apartamento y antes de que siquiera pudiera abrirla, su antebrazo fue sujetado con delicadeza, pero con la suficiente firmeza para alejarlo de la misma -No podrás deshacerte tan fácil de mí -TaeHyung inmediatamente creyó que se encontraba alucinando, hasta que los brazos firmes de SeokJin lo rodearon completamente haciéndolo sentir protegido, permitiéndole sollozar con algo de alivio -Eres un pequeño omega, muy testarudo -comentaba, sacándole una sonrisa quebrada a TaeHyung -No dejas que las personas hablen.
-¿SeokJin? -se preguntaba así mismo Tae, como si de un sueño se tratara -¿Qué está pasando? -volvía a llorar.
-Estoy aquí. Soy real...
Respondía el mayor sin permitirle a TaeHyung alejarse de él. Claro que, el menor no estaba intentando hacer aquello.
-Hae... -pronunciaba lentamente Jin, ganándose instantáneamente la atención de TaeHyung -Hae TaeHyung -completaba el mayor sonriente.
-¿Co-como me llamaste? -indagaba, centrando sus ojos negros sobre los grises de Jin.
-Hae TaeHyung -repetía -Todos en el mundo de la magia oscura te conocen por Hae TaeHyung -Las pupilas del menor, inmediatamente se dilataron.
-Tu mismo lo dijiste.
Susurraba SeokJin, frente al rostro -ahora- pálido de TaeHyung.
-Solo se puede procrear entre las mismas indoles -Tomando el antebrazo de TaeHyung, SeokJin comenzó a trazar con sus dedos un par de líneas imaginarias sobre la piel blanca, hasta que las mismas empezaron a tomar un color negro.
Sobre la muñeca de TaeHyung, el mayor había dibujado el símbolo del mundo de la magia oscura, de los que verdaderamente pocos sabían que existía, debido a que aquellos que poseían la misma magia no eran bien recibidos entre alfas, omegas y betas considerados normales, y es que les asustaba el asombroso poder que estos podían generar cuando de estar molestos o dañar a alguien se trataba, porque no podía ser de otra forma.
Aquellos que habían nacido con magia oscura en lugar de un don, estaban destinados a hacer el mal, ya fuera consciente o inconscientemente. Tal como TaeHyung pensaba que lo había hecho con SeokJin, aunque aparentemente estaba equivocado -y no conseguía estar más que feliz por ello-, dado que SeokJin era un alfa de magia oscura también, y es que entre ellos mismos, su magia no funcionaba, sus deseos, sus mandos, todo lo que lograban hacer a los normales, entre ellos era magníficamente inútil. Lo cual significaba nada más y nada menos que SeokJin estaba verdaderamente enamorado de él, ¿no?
-En... entonces, eso quiere decir que... -guardaba silencio, mientras unía totalmente las ideas dentro de su mente -Eso quiere decir que nuestro amor es ¿verdadero? -preguntaba atónito algo de lo que Jin no podría cansarse nunca.
Asintiendo, el mayor de los dos sonrió y volvió a acomodar al menor entre cuerpo caliente con gran alegría -Y el cachorro dentro tuyo es una prueba más que clara -añadía con demasiada felicidad irradiando de sus labios.
-¿Sabias que intente meterme en tu mente? -preguntaba dudoso -¿Qué intente hacer que me quisieras?
Sintiendo el roce delicado de Jin sobre una de sus mejillas, oyó los latidos del corazón del mayor acelerarse en demasía -No supe que intentabas meterte en mi mente hasta que tuvimos una segunda cita -explicaba con calma -Me di cuenta que tus ojos brillaban muy especialmente al tocar con apenas la yema de tus dedos, muy suavemente mi pecho... -continuaba -Y luego, cuando creí que ibas a volverme loco, oí tu voz en mi mente -confesaba al fin el mayor, notando como gran parte del cuerpo de su lindo omega se tensaba -Oí como con tu voz ronca me pedias quererte, fuera o no tu pareja destinada. Y juro que por un momento tu magia se metió muy dentro de mi corazón porque perdí toda razón de lo que hacía o decía estando contigo -. Separando al castaño de entre sus brazos, SeokJin se sintió mareado por el embriagador aroma que estaba desprendiendo TaeHyung por la pena de la situación en la que se encontraban, por lo que, se encamino a ambos hasta la aún cama destendida de Taehyung.
-¿Cómo supiste mi otro nombre?
Parándose frente a su cama, TaeHyung vio como SeokJin tomaba asiento en la orilla de su cama y deprisa lo invitaba a tomar asiento sobre su regazo, algo a lo que el menor no pudo negarse pues el cuerpo de SeokJin -especialmente sus piernas- eran su completa debilidad.
-Tuve que investigar con un par de amigos, acerca de quienes aparte de nosotros, podían leer la mente y la respuesta que me dieron era que nadie que poseyera magia oscura dentro de si podía hacerlo, así que, tan solo tuve que hacer girar una foto tuya en el mundo oscuro, para saber el encantador nombre con el que todos te conocían por allá y grande fue mi sorpresa al enterarme de que eres uno de los mejores al momento de manipular la mente de los seres normales.
-Creo que nunca había escuchado que me consideraran tan bueno en algo que pienso esta mal.
-Si bien es cierto que esta mal para los seres normales, para nosotros es algo que no lo es. Nosotros nunca nos vamos a juzgar entre nosotros -afirmaba SeokJin mientras se aseguraba de que TaeHyung lo mirara directamente a los ojos.
Besando delicadamente la comisura de los labios de TaeHyung, Jin sintió como el castaño que se hallaba tan cómodamente sentado en sus piernas y recostado entre sus brazos, se derretía muy plácidamente por el gentil tacto de sus bocas.
-Creo que tienes que recompensarme por haberme hecho dormir -cantaba demostrando sus claras intenciones para con el menor, algo que este ultimo entendió bien.
Sonriendo travieso, el menor, indago -¿Juego de reconciliación?
-Amor de reconciliación -corrigió el mayor.
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