5. Voz- Big Boy
¿Qué era peor?
Harry maldito Potter acosándolo, creyendo que tramaba fechorías o... Harry Maldito Potter acosándolo, lleno de coquetería.
Pensándolo bien, prefería la primera opción.
No tenía idea de si quejarse o engancharse. Por una parte tenía la odiosa presencia de Potter, el cual se cruzaba en su camino por casualidad y le seguía sacando conversación de cosas que sinceramente le venían rasgando las bolas.
Y después... habían ciertos beneficios o como se que se le pueda llamar. Era tan contradictorio no querer la presencia del niño-que-vivió-y-venció pero si sus dotes. O quizá sea que le desagrada el absurdo bombeo enfermizo de su corazón al verle.
—¡Malfoy!
Esa jodida voz que le venía arruinando hasta la paz al defecar. Harto y hastiado se giró, viendo efectivamente al de lentes aproximándose a él sintiendo la molestia en su pecho de nuevo y el como sus sesos se revolvían. Resignado espero, huir sería peor. Lo comprobó una vez y en respuesta Potter le acoso el doble.
—Potter, es un gran disgusto verte.
Harry rodó los ojos con diversión. Varios alumnos le veían extrañados. Vamos, el cabeza de oro Gryffindor junto al príncipe de Slytherin era algo inaudito.
Draco pensó y repensó en ello, en otras circunstancia su padre le cortaría las pezones y se los daría de comer a los perros de no ser por que PutiPotter les había salvado el culo en el ministerio. Y su padrino simplemente le ignoraría hasta no ver a alguien sangrando apunto de morir.
Eso sería básicamente el porqué seguía aguantando su auto-condena. La idea de ir a Azkaban ya no sonaba tan mal.
—¿Es así?. Malfoy...
Un aliento cálido llegó a su oreja y una voz tan profunda y varonil le acarició cada nervio del cuerpo, sin evitarlo soltó un suspiro para luego apartarse bruscamente con sus ojos abiertos desmesuradamente. Su mano protegió su oreja derecha.
—¡¿A qué a venido eso, maldito?!
—No estabas prestándome atención.
—¿Qué clase de justificación estúpida es esa para irrumpir el espacio personal? ¡Ni se te ocurra acercarte de nuevo, perro sarnoso!
Dejándolo plantado huyó técnicamente a paso apresurado y lanzando toda clase de improperios a su persona.
Esa leve exhalación de aire emitida por el rubio quedaría grabada por siempre en su mente, eso era seguro.
[..]
—¡Y eso fue lo que pasó! ¡Es un desgraciado atrevido!
Terminó de relatar su tragedia a sus amigos de confianza, Pansy y Blaise.
—¡Amigo! Ignorando el hecho que es el perro de Gryffindor, yo me lo comería entero.
Dijo Pansy para a los segundos recibir un golpe en su cara con una almohada, cortesía de Draco.
—Hablo enserio.
—Yo también.
El rubio rodó los ojos, tratar eso con su amiga era imposible.
—Dragón, ¿Cuál es el problema en sí? ¿Qué no ese tarado te gustaba?
Cuestionó Zabini, tenía un punto, pero el hecho de que sintiera que los intestinos le bailaban cada que lo veía no significaba que disfrutara el ser seguido a todos lados o que lo amara. Se creía zoológico de tanto animal con el que se topaba; perros, comadrejas, gatas y burros—Potter, Weasley, Granger y el resto de Gryffindor—
—Déjate ser seguido incluso para mear y dime si piensas lo mismo.
—Lejos de acoso pareciera cortejo.— Opinó Parkinson recibiendo una mirada gélida del protagonista del problema. —Piénsalo Drac. Te ha seguido de la noche a la mañana, pregunta siempre por tu día, te sonríe e incluso pareciera andar tras de ti como un perro. Y con lo que nos contaste...
—Eso no significa nada. Es más, no le he tratado diferente para que se haga ideas raras.
—Draco. Pues tienes una manera extraña de tratarlo ¿sabes?
—Extraña ¿Cómo?— Cuestionó a la defensiva —Desembuchen, ahora.—Exigió cruzándose de brazos.
Se vieron entre los dos, sabían que acababan de entrar en terreno peligroso. Pero no había marcha atrás si con eso terminaban con escuchar a cada momento "Potter esto, Potter lo otro. Potter, Potter y Potter"
Zabini fue el valiente en hablar.
—Bueno, siempre le molestas.
—¿Qué tiene de extraño eso? Todo Slytherin lo hace.
—Si, pero tu manera de molestarle es distinta. Casi como si quisieras llamar su atención siempre.— Expresó con las orbes grises clavadas en su persona, como matándolo. Siguió. —Siempre que lo vez lo acaparas, como diciendo que solo tú puedes refunfuñar con él.
—Exacto, sin mencionar tu manera de molestarlo tan peculiar.
—Sigo sin verle lo raro. Ustedes son idiotas.
—¡Hey! tratamos de ayudarte con tu embrollo. Tampoco es tan agradable para nosotros escuchar como te quejas de Potter a los cuatro vientos.
Mencionó Pansy ya un poco hastiada.
—Digo lo mismo, amigo. En cuarto año, en el torneo de los tres magos, ¿recuerdas?. Mira que mandarle una carta animada a Potter con un beso, es una forma peculiar de Bullying
—Concuerdo. Y esa vez en cuarto año, cuando lo molestamos en la clase del gigante torpe, con lo de los dementores, acercándote a Potter mordiendo tu labio fue un poco, bueno ¿Malinterpretable?
Ignoró la palabra muggle usada por su amigo anteriormente y solo se enfocó en lo mencionado en su forma de joder al cuatro ojos.
—¡Era para joderlo!
—¿Y porqué con un beso? ¿Y esa mirada sugestiva?
—¡Yo... ¡Yo que sé! ¡Solo cierren la boca!
El moreno y la femenina intercambiaron miradas. Sabían lo que significaba que su amigo empezará con evasivas. Era un claro "Huiré porque estoy acorralado"
—Piénsalo Dragón, ¿Estás seguro que no sigues prendado de Potter?
Enmudeció por lo dicho de parte de Pansy. Desearlo era una cosa pero ¿Amarlo? ni siquiera sabía si eran amigos o que, y sinceramente no encontraba esa palabra como la indicada para describir su situación. Si era cierto que sintió una atracción en su tiempo por el chico pero es cosa del pasado. ¿Verdad?
¿Verdad?
Además le hartaba tener que ver su odioso cabello negro enmarañado, su patética falta de talento en pociones, el como arrugaba el puente de su nariz cuando le disgustaba, incluso el brillo de sus estúpidos ojos bonitos al jugar quidditch, verlo disfrutar de su tarta favorita la cual era melaza o pastel de riñón.
Mucho menos le gustaba, le fastidiaba ver su maldita sonrisa brillante, o ver como sus orejas se movían levemente al escuchar algo que le interesaba, incluso le hartaba tener que verlo quejarse del frío ya que sabía que le irritaba la nariz. También le disgustaba que este aspirara a ser jefe de aurores o incluso jugar para el campeonato mundial de quidditch. Y su actitud tan fastidiosa de ser, parecía un terrón de azúcar empalagoso y ni hablar de lo patético que se veía comprando su flor favorita, los girasoles.
oh no.
—Estoy jodido.
mencionó derrotado dejándose caer. Zaza y Pans, ya sabían que al fin Draco pudo atar cabos.
—Lo estás amigo y muy jodido.
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