Antes de leer:

*Se encuentran en su último año de Howgarts (octavo año) .
*Harry tiene una considerable altura (1.88) (23 cm. PN)
*Harry luego de derrotar a Voldemort se convirtió en el mago más fuerte.
* No rompió la varita de Saúco, y se quedó con ella.
*Fic inspirado en la canción Big Boy-SZA

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Una vez finalizado el ciclo de calor abrumador como lo era el verano, los jóvenes por obligación debían regresar a Howgarts y, como algunos le llamaban, cárcel.

Meciéndose con elegancia aquellos mechones rubios se abrían paso de entre las personas.

Draco Malfoy.

Un chico de tez pálida, figura delicada pero capaz de dar un buen crucio a quien le molestara. Él no odiaba la escuela como todos los demás ineptos, odiaba a quienes asistían a ella. Eran dos cosas muy diferentes.

—¡Amigo! ¡Tiempo sin verte!

Su vista plata se giró para enfocar al dueño de la voz, no tardó mucho en verle abrirse paso entre la multitud.

Blaise Zabini.

Un chico atractivo de tez morena, alto y de sonrisa reluciente.
Esperó a que este llegase a su lado para seguir caminando.

—Creí que hibas a fugarte de Howgarts, Blaise.

Dijo con sarcasmo en su voz y el moreno soltó una leve risa divertido.

—Créeme que estuve apunto. Pero este colegio no sería lo mismo sin mí.

Draco solo rodó los ojos. Era muy temprano como para soportar los comentarios narcisistas del contrario.

En las puertas de la gran estructura se encontraba una femenina de cabellos negros como la misma noche, mirada retadora y una desbordante confianza.

—¡Pansy!

Exclamó Blaise para posteriormente abandonarlo y posicionarse al lado de la chica quien le dio un leve empujón.

—¡Diablos Blaise! ¡Dame espacio, me asfixias!

Exclamó esta alejando al mayor quien insistía en quedarse en su lugar.
Draco les vio con leve fastidio, tenía por amigos a idiotas. Para su desgracia apreciaba a esos idiotas.

—Me hacía falta ver tu rostro amargado, Draco.

Aquella burla sarcástica por parte de Pansy me hizo salir de sus pensamientos, arrugó levemente el ceño, haciendo reír a la femenina.

—Cállate Parkinson, que este rostro es capaz de atraer más hombres de los que tu eres capaz.

Mencionó Malfoy con una sonrisa llena de altanería cuando la risa de Pansy cesó para pasar a ser una mirada de odio.

No era sorpresa para nadie que tanto hombres como mujeres caían a los pies del heredero Malfoy. Y no era para menos, él era lo que se podía llamar una afrodita.
Piel lechosa y suave, ojos hipnotizantes, curvas sutiles, rostro esculpido con precisión y muy bien forrado en dinero.

Si, un muy buen partido.

Al Slytherin no le importaba si fuera hombre o mujer, siempre y cuando cumpliera con sus estándares, y tenía un gusto pecaminoso.

No tenía ni la menor idea de lo que sus amigos hablaban, veía su alrededor de manera desinteresada, hasta que algo, más bien alguien, captó su atención.

Y, ¡Oh purísima mierda!

Un robusto hombre salió de los vagones del expreso, luciendo un cuerpo de infarto bajo una remera cían opaca y un grueso abrigo.
Sus ojos viajaron por todo él, cuando el hombre cargó sus maletas por dios que sintió sus piernas fallar viendo como las manos varoniles se marcaban de venas fuertes.

Si fuera una mujer estaría mojado.

Y su rostro, oh joder, su varonil rostro. Poseía unos ojos verdes tan profundos que le invitaban a perderse en ellos, mandíbula marcada y fuerte. Facciones muy bien proporcionadas.

Dos dedos chasqueando le sacaron de su ensoñación y daba las gracias por ello, ya que podría incluso sentir a la saliva bajar por su mentón al ver ese jodido y jugoso manjar.

—Hey, Draco. ¿Qué tanto observas? ¿No crees que es muy pronto para joder a Potter?

—¿Qué?

Oh no, ¿Estaban diciéndole que ese manjar era el maldito Harry cuatro ojos Potter?

Debía ser una broma, y una de muy mal gusto.

—A cambiado mucho ¿no?. Ya no es tan escuálido como hace un par de años.— dijo Pansy, y haciendo un silvido siguió —Vaya que la pubertad tiene a sus favoritos—

—¡Hey! ¡Yo también cambié mucho Pans!

Mientras estos dos discutían acerca de algo que no le importaba, él aún no salía de un estado estupefacto. ¿Potter? ¿Cara rajada Potter era ese pecado andante?

Eso si que no lo creía. Hace no menos de unos meses lo recordaba como el flaco nido de pájaros que le hinchaba las pelotas.

Además, ¿Qué mierda alimentaba a ese amante de las comadrejas?
Hace nada que se burlaba de su miserable estatura y ahora pareciera que quería alcanzar la luna.

Era cierto que no negaba haber tenido un momentáneo flechazo con el niño-que-vivió pero que rápidamente fue borrado por bien.

—Verdad, Draco.

Regresando su atención a la realidad acató el llamado a su nombre, sin saber que diablos habían dicho.

—Uhm, ¿Qué?

Blaise alzó una ceja ante la falta de atención de su amigo. Si bien sabía que no le era de interés la charla pero siempre escuchaba.

—Dije: Deberíamos tener nuestro propio tren expreso ¿no?

Repitió la mujer menor y el hombre de rubio solo asintió, suspiró al perder de vista a su enemigo quien se fue con su grupo de mascotas.

—Oye, ¿No estarás pensando en llevarte a Potter a la cama no?

Inquirió Zabini, haciendo que emitiera un sonido indignado. Aún si no estuviera lejos de la realidad.

Esperen ¿Qué?

—Cierrate el hocico tarado. Tengo mejores cosas que hacer que pensar en el perro de Gryffindor.

—Si tu lo dices.

Alzándose de hombros Zabini, el trío se encaminó a las instalaciones de Howgarts.

—Oh, jodida mierda.

pronunció en un murmullo mientras devoraba con sus ojos el deleite que se le proporcionaba de nuevo al ingresar al patio principal. El quería un hombre grande, quería a ese hombre grande y robusto.

Este año sería muy duro y el rubio maldijo por eso.