XXVIII «Misiones» •Parte I•
Lunes 24 de noviembre
3:30 AM
Torre Avengers
Ángela se levantó de golpe, acababa de tener una pesadilla pero por alguna razón no recordaba nada, sólo la terrible sensación que sólo el miedo deja.
Se sentó en la cama, pasó sus manos por la cara, suspiró y se puso sus pantuflas para dirigirse al baño.
Encendió la luz, se miró al espejo, miró sus terribles ojeras. Abrió el grifo y se mojó la cara, así despertaría por completo.
Aún no lograba dormir bien y su cambio de look había sido pospuesto para después ya que algo en su interior la detenía a teñir su cabello y combinar de diferente forma su ropa.
Su estómago replicó ante la falta de alimento por lo que bajó a la cocina siendo pillada por la inteligencia artificial de Tony.
J.A.R.V.I.S le preguntó si tenía algún inconveniente ya que eran las tres treinta de la madrugada. Era una máquina, sólo debió darle una respuesta inteligente.
Repentinamente, Ángela sintió mucha hambre, tanta que atacó el refrigerador con todo lo que pudo. Era un barril sin fondo.
Para las cuatro treinta de la madrugada se sentía tan gorda como un cerdo, necesitaba bajar toda la comida que ingirió así que decidió ir a correr cerca del lago en Central Park, fue a cambiarse a ropa deportiva, se agarró el cabello en una coleta, tomó una chaqueta junto a sus audífonos y su celular.
Al llegar, hizo estiramientos y se dispuso a correr. Mientras recorría el parque, su mente divagaba en todo lo que había sucedido desde que llegó a Nueva York. Hace algunos meses su vida había cambiado radicalmente, S.H.I.E.L.D la había reclutado y se había enamorado por primera vez. Sus poderes se desarrollaban a la par de un amor entre ella y Steve que... No terminó nada bien.
Mientras había llegado a Nueva York siendo una chica relativamente normal, con poderes, padres ricos y socialmente poderosos... Había terminado siendo una vengadora de golpe.
Estaba el lado bueno, había logrado hacer amigos como Clint, Nat, Tony, Banner y entablado una cercanía terriblemente genial con Thor. Todos eran tan lindos con ella, la hacían recordar lo bonito de la vida.
Sin darse cuenta, Ángela ya había aumentado el ritmo con el que corría, dejándola agitadísima en tan solo dos vueltas a la pista de correr. Paró gradualmente hasta terminar cerca de una acera. Se detuvo sobre sus rodillas recuperando el aliento, finalmente se sentó al filo la banqueta.
Se secó todo el sudor que había generado, parecía estar empapada en el cuello y la frente. Mientras pasaba sus manos por éstas partes de su cuerpo sintió la mirada de alguien, parecía dulce y a la vez penetrante. Instintivamente, ella levantó la vista encontrándose con un joven hombre muy parecido a Steve Rogers pero había algo que no lo hacía ser él.
Cuando el muchacho sonrió, Ángela se dió cuenta que en efecto, no era el capitán América sino la Antorcha Humana, Johnny Storm miembro de los cuatro fantásticos.
Por inercia, la chica le regresó la sonrisa no tan convencida.
Johnny caminó a ella, lucía su traje azul ajustado haciéndolo ver más confiado de sí mismo.
Ella decidió mirar a otro lado, hasta que él acaparó su atención.
—Hola, linda. ¿Que haces aquí sola, tan temprano? —Preguntó con una sonrisa torcida.
Ángela lo miró y se levantó. Quería apreciar los detalles de cerca. Era tan parecido a Steve.
—Vine a correr al parque —Contestó a a expectativa.
—Chica fitness, me agrada —Sonrió coqueto—. ¿Cuál era tu nombre, disculpa?
Los gestos era lo único que no pertenecían a Steve pero todo de Jhonny era tan igual que creyó que se volvería loca.
—No lo he dicho —Sonrió forzadamente—. Y me sorprende que no lo sepas.
—¿Ya nos conocíamos...? —Preguntó confundido por no saber su nombre—. No, estoy seguro de que no nos conocemos porque recordaría tu lindo rostro en cualquier lugar.
—Te hace falta ver las noticias, Jhonny —Murmuró dando pequeños golpes al pecho de Storm—. Así sabrías mi nombre.
Él sonrió y ella giró para seguir su camino.
—¿Dónde vives? —Preguntó él, siguiéndola.
—¡Jhonny, regresa! ¡Te necesitamos! —Gritó una joven rubia, Ángela sabía que era Sue Storm.
—Creo que te buscan —Dijo Ángela mirando a la hermana de Jhonny—. Pero te diré que vivo ahí —Señaló la torre Stark, dejando incrédulo a la antorcha humana.
Ángela salió corriendo de ahí antes de que él la siguiera.
—¿En la torre Avengers? —Preguntó Jhonny mirando con una sonrisa divertida a la dirección señalada pero ella ya iba muy lejos.
La chica miró sobre su hombro cuando estaba lejos, Johnny seguía donde mismo pero ahora le prestaba atención a su hermana quién le ordenaba poner una especie de antena en algún punto del parque.
Siguió su camino a la torre tranquilamente, entró y tomó el elevador el cual la dejó en la sala principal.
Al entrar a la cocina, pudo notar la presencia del capitán Rogers. «Mierda» —Pensó—, debería actuar lo más normal y madura posible pues ya no habría prórroga, ese día era el día que había prometido estar bien.
Sabía que Steve tenía un horario muy estricto, éste se había reforzado los últimos meses, ella había notado que pasaba más tiempo en el gimnasio de lo habitual.
Todos los días era levantarse a las cinco de la mañana, entrenaba lo más posible y luego bajaba a desayunar, descansaba un par de horas, luego regresaba al gimnasio.
Ella lo miró de reojo «Puta madre» —se dijo en el interior—, tenía que probar que era fuerte y que tratarlo no era problema. Inhaló y exhaló. «Sólo actúa normal, Ángela.» —Pensó antes de caminar junto a él—, quería tomar agua ya que tenía sed.
—Buenos días, capitán —Ángela se atrevió a saludar sin mirarlo.
—Buenos días, Bloom —Contestó el saludo mirándola fugazmente un tanto sorprendido.
Ella abrió el refrigerador para sacar agua helada.
—¿Ya desayunó? —Preguntó Steve, concentrado en su desayuno.
Ángela abrió la botella de agua mientras cerraba el refrigerador, se recargó en la barra que estaba a la derecha.
—Ya. Empecé éste maravilloso día con la dicha de la comida —Al terminar tomó de la botella, miraba atentamente a Steve quién preparaba una ensalada de atún en la barra principal lo cual, hacía que le diera la espalda a la chica.
—Me alegra. A mí no me gusta comer antes de entrenar —Comentó casi en un susurro. Caminó al refrigerador para sacar jugo de naranja.
—Sí, lo recuerdo —Comentó con voz suave cuando Steve estaba cerca. Sentía un poco de melancolía.
Se sirvió el jugo y luego se recargó en la barra principal, mirándola.
—¿No va a...?
—¿Fue al...?
Hablaron al mismo tiempo y como si estuviesen sincronizados, callaron al instante de escuchar al otro. Estaban avergonzados.
—¿Qué iba a decir? —Steve rompió el silencio incómodo que se formó, atreviéndose a preguntar.
—¿Yo? —Preguntó la chica, mirándolo—. Uhm... No... Eh... No importa, ¿Qué decía usted, capitán? —Preguntó de vuelta, nerviosa.
—¿Fue a correr al lago? —Preguntó desafiando la mirada de la chica, tratando de averiguar lo que iba a decir un minuto atrás.
—Sí. Es bastante relajante correr junto al agua, por lo menos para mí —Respondió sosteniendo la mirada, Ángela no se cohibiría ante él.
El capitán asomó una pequeña sonrisa.
—Lo sabía —Susurró bajando la mirada.
—¿Disculpe? ¿Dijo algo? —Preguntó pretendiendo no haber escuchado lo que dijo.
—No... Yo sólo... Dije que... Bueno es que, escuché ruidos por la... Madrugada y... —El capitán no lograba organizar sus ideas pero para su suerte alguien interrumpió.
—Señor fondue, ¿Haz visto a Ángela? —Preguntó Tony al entrar a la cocina—. No está en su... —El magnate calló al verlos.
Ángela y Steve giraron su vista al recién llegado quién sonrió. «¿Señor fondue?» —Pensó la chica—. «No sabía que a él le gustaba, es bueno el pan con queso.»
Por su parte, Steve bajó la mirada y apretó la mandíbula en señal de vergüenza al escuchar el apodo por el cual lo llamó Stark.
—Aquí estás. Vamos a entrenar —Anunció.
—A entrenar se ha dicho —Secundó la chica caminando a donde estaba Stark.
—Yo iré con ustedes —Habló el capitan sorprendiendo a los otros dos.
Había avanzado en la conversación con la chica y no quería que eso acabase, la estaba pasando bien después de unos meses de no hablar de esa forma tan pacífica.
«¿Cómo por qué?» —Se preguntó la chica, confundida—. Normalmente no entrenaba cuando Ángela lo hacía.
Al ver las expresiones, Steve se vio obligado a justificar su comentario.
—Se me ha olvidado entrenar los brazos —Aclaró su garganta, tratando de sonar convincente.
—¿Y qué esperas? Vamos, entonces —Dijo Stark apresurandolo.
El camino en elevador al gimnasio fue muy silencioso. Ángela lo miraba de reojo. Recordó la carta que le había dejado bajo la puerta, ¿La había leído? No había mencionado nada al día siguiente de que la dejara, ni tampoco hacía unos instantes. Pero, ¿Qué tal que sí la leyó?, ¿Qué habría pensado? La curiosidad comenzaba a carcomerla. Era estúpido pero muy en el fondo de Ángela, aún creía que pudiesen regresar, ya no era una gran esperanza, pero ahí estaba una pequeña espinita. Suspiró de frustración.
Al llegar, calentaron para evitar alguna lesión. Steve se puso vendas y colgó un saco de box para comenzar a golpearlo. Tony y Ángela comenzaron con la rutina que tenían establecida.
Ella se volteó de espaldas al magnate, miraba por la ventana pero al escuchar dispararse el rayo de la armadura de Stark, saltó haciendo un split en el aire. Esperó ver pasar el rayo por debajo de ella. No llegó, en vez de eso escuchó el rayo chocar contra una superficie metálica.
Cayó limpiamente en el suelo, volteó a ver lo que acababa de suceder. Steve se encontraba frente a ella cubriéndola con su escudo.
—Eh... ¿Pasa algo malo, Capi? —Preguntó Tony, mirándolo confundido.
—¿Que si pasa algo malo, Stark? —Preguntó molesto—. Le disparate un rayo a Ángela cuando estaba distraída.
—Sí, ese era el punto —Contestó el ingeniero.
—No es la forma de entrenar a una niña—Su voz sonaba aún más molesta, desafiaba a Tony con la mirada.
Ángela frunció el ceño levantando una ceja, ¿Le acababa de decir niña?
—Tenemos nuestra rutina establecida, Rogers, así como tú tenías la tuya. La diferencia es que conmigo sí entrena y contigo perdía el tiempo coqueteando —La voz de Tony estaba cargada de vehemencia. Se acercó de forma retadora al capitán.
—¿Crees que perdíamos el tiempo en... Esas cosas? —Se acercó peligrosamente a él—. Te equivocas, conmigo aprendió a darte pelea, ¿O no recuerdas aquella vez que casi te patea el trasero cuando te pedí que lucharás contra ella? —Preguntó mirándolo a los ojos—. Le enseñé la mayoría de las cosas que sabe.
—Capitán Rogers —La voz de Ángela sonó más aguda de lo normal—. Así entrenamos nosotros, yo estaba preparada para evadir el rayo de Tony. Es la prueba de agilidad.
La chica no quería escucharlos pelear, así que entró en la plática para evitar una especie de guerra civil.
Steve rompió el contacto visual con Tony para mirarla, estaba nerviosa, lo percibía pero sus ojos mostraban determinación. Volvió la vista al magnate y habló.
—Hagan lo que quieran.
Así, el capitán se retiró de la pequeña cancha que Tony había construido en la remodelación para entrenar a la chica. Steve continuo golpeando el saco de box.
Ambos siguieron con la prueba de agilidad, dándole a la chica un diez perfecto. Después continuaron con la prueba de resistencia: Iron Man y Ángela se enfrentarían en un combate cuerpo a... ¿cuerpo? O, ¿Armadura? No importa, se enfrentarían.
Habían empezado muy bien, pero ella estaba algo lenta, no estaba concentrada por lo que Tony le dió una paliza.
—¿Qué te pasa hoy, Angie? Estás muy floja. Me parece que Rogers te está distrayendo —Comentó Stark dando una tregua.
—¿Qué? ¿De qué hablas? Claro que no —Bufó un tanto molesta—. Lo que pasa es que estoy algo cansada. Sería mejor hacer otra cosa.
La chica se sentó en el suelo, alcanzó su botella con agua y bebió de ella.
—Como digas, señorita “No me pasa nada” —Dijo llegando a la chica—. De hecho, hay algo que quiero comprobar.
Stark se quitó el traje dejándolo suspendido. Ella le puso atención.
—Si no me equivoco... Y nunca lo hago —Susurró lo último, llendo a una pantalla semi transparente a un costado de la cancha—. Puedes hacer campos de fuerza.
Ángela se quedó pensando. ¿Cómo podría hacerlos? El entrenamiento con Thor ya lo habría desatado si fuese cierto.
—Explícate —Contestó finalmente—. Pero en términos mundanos, a veces no entiendo tus términos de científico loco —Suspiró.
—¿Recuerdas que estuve estudiando tus túneles de la perdición? —Preguntó refiriéndose a los puentes de Einstein-Rosen que ella podía hacer. Comenzó a teclear en el aparato electrónico y volteó la pantalla para que ella pudiese ver una imagen de partículas agrupándose creando fuerza.
—Síp —Contestó prestándole atención a la pantalla.
—Pues, los átomos que conforman las moléculas de tus túneles de tiempo y espacio se prestan para hacer un campo de fuerza, sólo faltaría que aprendas a reacomodarlos y lograrás hacerlo.
—Eso suena genial pero... ¿Cómo es que no lo he logrado hacer con Thor? Digo, con él estoy explorando las capacidades de mis poderes.
—Hablé con él y dice que es posible que lo puedas hacer, pero es algo arriesgado ya que aún no van en esa etapa. Yo digo que estás preparada, ¿Por qué no lo intentas?
Stark sonaba animado, emocionado.
—No lo intento porque no soy la mujer invisible —Contestó, rodando los ojos.
—Sólo inténtalo —Insistió el ingeniero, mirándola a los ojos.
Ella también le miró a los ojos, no pensaba ceder pero él la alentaba con la mirada.
—Bien. Quizá salga algo —Suspiró y se levantó para tomar posición en el centro.
Se concentró, en su mente sólo estaba la imagen de su poder acomodándose de forma que la protegiera en un campo a su alrededor. No sabía si serviría. Comenzó a sentir el poder fluir por sus venas, en todo su cuerpo. Una gran cantidad de poder comenzó a desprenderse de ella, lo sentía, había bastante energía a su alrededor. Apretó los ojos, era demasiado, no había sentido nada igual a ésto. Mordió su labio, quizá eso ayudaría.
—Increíble —La voz de Tony se hizo presente, su tono indicaba asombro puro.
—Impresionante —Murmuró la voz varonil de Steve, también se escuchaba asombrado.
Al escuchar su voz, Ángela abrió sus ojos. Vió una barrera color lila semi transparente que le permitía ver al otro lado. Poco a poco desapareció y con eso, Ángela cayó. Era lógico que se sintiera cansada, no había estado preparada para tal descarga de energía.
Le tomó un segundo recuperarse aunque Tony no le permitió levantarse de inmediato para evitar mareos y caídas. El ingeniero estaba en cunclillas junto a ella.
—Te lo dije, yo nunca me equivoco —El ego del señor Stark salió a flote.
Ella rió brevemente.
—Sí, debí creerte. Tenías razón —Convino la chica, cansada.
—Señor Stark, el director Fury solicita hablar con usted urgentemente —La voz de J.A.R.V.I.S se hizo presente en la habitación.
Tony levantó la vista, sacó un control remoto y se levantó. Ángela siguió sus pasos.
—Gracias —Miró el control y apretó un botón con el cual salió una plantilla semitransparente en medio de la habitación en donde los tres se concentraron con la imagen de Fury—. ¿Qué sucede, viejo?
—Los necesito para una misión —Nick sonaba alarmado.
—¿Qué sucede? —Preguntó la chica cruzándose de brazos.
—Hay actividad anormal en una base cerca de Croacia.
—¿Qué tan anormal? —Preguntó Tony.
—Los niveles de energía se asemejan al cetro de Loki y nosotros no hemos autorizado hacer nada con él —Contestó serio.
—Enseguida vamos —Anunció Steve, relajó los brazos y se dirigió a la salida.
—¡Yay! Le hablaré a McFlay para que hoy tampoco me de clases —Comentó Ángela, emocionada, levantando los brazos.
Caminó detrás de Steve pero éste al escucharla paró en seco haciendo que ella chocará contra él.
—Espera, tú no irás —El capitán habló girándose a ella.
—¿Disculpe? ¿Cómo dice? —Preguntó confundida.
—Tomarás tus clases con McFlay, ya haz postergado bastante tus clases —Steve se cruzó de brazos ante ella.
¿Ahora qué? ¿Actuaría como su padre? No podía ser, Ángela hizo un palm face en su cabeza.
—No lo haré, estaré en la misión quiera o no —Habló con determinación frunciendole el ceño.
Ella lo rodeó y salió de la habitación. Se dijo así misma que no era su jefe como para que decida quien va y quien no. «Tecnicamente sí es tu jefe» —Sonó una vocesilla en su mente—. Ella bufó. «Callate, no lo es» —Se dijo así misma—.
Subió a su habitación para darse una ducha rápida, se colocó su traje de combate mientras los otros recién se levantaban y se alistaban.
Irónicamente fue una de las últimas en subir al Jet, por suerte Tony la esperó. Pero al intentar subir, Steve la detuvo.
—¿Qué haces aquí? Te dije que tomarás tus clases con McFlay —Le dijo enojado.
—Iré a la misión, con permiso —Contestó la chica con determinación tratando de entrar pero Steve la detuvo.
—He dicho que te quedas, Bloom —Su voz sonó más autoritaria de lo normal.
—¿En serio la dejaras? —Preguntó Nat, cansada del drama—. Déjala venir.
—No, Natasha.
—¡Capitán gruñón! —Gritó Stark—. La necesitamos, así que deja de ser un maldito perro guardián y déjala venir.
—Es verdad —Habló el arquero y Steve lo miró con molestia—. Me refiero a que deberías dejarla venir.
—Steve —La voz de Bruce tomó por sorpresa a los vengadores—. Es importante su presencia en la misión —Habló suavemente.
Steve no tuvo más opción que dejarla entrar al Jet, todos estaban a favor y no podía ser un líder sin tomar en cuenta las opiniones de su equipo.
Tony sonrió victorioso tomando su puesto como piloto. Estando en el aire, Ángela se dispuso a indagar más sobre la misión que les esperaba pero en su lugar encontró la grabación de la visión que tuvo hacía dos días en donde ella y Steve se veían felices. Era imposible una reconciliación, ¿Sería en un futuro lejano, cuando ella fuera mayor? Seguía siendo absurdo.
Dejó la tableta en una pequeña mesa de por ahí y recordó la carta que le había escrito a Steve. La duda comenzó a invadirla de poco a poco.
Miró a Nat quién estaba sola ya que Clint platicaba con Steve del otro lado del Jet. Pensó que quizá ella sabría algo al respecto así que se sentó a su lado.
—Nat... Tengo una duda qué tal vez tú puedas resolver —Comenzó la chica un poco nerviosa—. Hace unos días le escribí a Steve una carta y la dejé bajó su puerta —Natasha ya sabía para dónde iba el rumbo pero no hablo, dejó que la chica terminara—. No sé qué pasó con ello y quisiera saber sí la leyó o si piensa algo bueno sobre eso.
Trató de hablar bajó, casi en un susurro para evitar que los chicos escucharan.
La pelirroja sonrió.
—De hecho, planeaba hablar contigo respecto a eso —Comenzó—. Está...
—Aterrizamos y entramos en acción, Ladys —Anunció Thor llegando a ellas interrumpiendolas—. Estén listas.
—¿Tan rápido llegamos? —Preguntó Ángela, Croacia está cerca de Rusia, ¿de verdad llegaban tan pronto?
—El Jet es rápido —El dios se encogió de hombros.
—Uhm... Claro —Contestó la chica no tan convencida.
Thor se alejó de las chicas y ellas se prepararon para combatir.
—Hablamos después, Angie —Dijo Nat poniéndose sus guantes.
—Sí, primero patearemos traseros —Sonrió.
Se pusieron en sus respectivas posiciones para entrar en acción. Había bastante resistencia por parte de los agentes, todos luchaban contra ellos, se ayudaban pero también lo hacían solos.
Para Ángela era pan comido, le habían encargado desactivar los campos de fuerza; entrar a través de sus túneles y desactivarlos le tomó apenas dos minutos. Nick le había enseñado sobre códigos maestros que desactivaban cualquier cosa, literal.
—Chicos, bienvenidos a la base. Entren con toda libertad —Ángela habló por el comunicador.
Un hombre entró, ella lo percibió y dejó que se acercará lo suficiente para golpearlo antes de que éste lo hiciera, se enfrentaron en un combate en el que ella salió vencedora. Salió de la habitación y comenzó a patear traeros.
—Bloom, Stark —Habló el capitán por en comunicador—. Encargense de buscar el cetro.
—Como ordene, Cap. Vamos Angie, hay una fuerte energía proveniente del oeste del edificio —Contestó Stark.
Ambos se dirigieron hacia allá. Ángela evitó contestar.
En los meses pasados, Thor le había ayudado a percibir energías. Le era extraño que no había ninguna de origen pura en el edificio. Pero continuo con el camino. A su paso iba golpeando y deshaciéndose de muchos hombres.
—Ángela, ¿Dónde estás? —Preguntó Stark por el comunicador—. Te necesito, estoy en la tercera planta.
Al percatarse que no había tal energía que se pretendía, estaba completamente segura de que ahí no había nada de lo que buscaban.
—Chicos, no está aquí —Comentó.
—Entonces busca en otro lugar, debe estar en el edificio —Respondió Clint.
Ángela se desconcertó.
—Me refiero a que el cetro no está aquí, en el edificio. Quizá estuvo aquí y dejó el rastro pero justo en éste momento no detecto nada al respecto.
—Nick dijo que estaba aquí —Anunció Steve.
—No, no lo está —Respondió Ángela segura de sí misma.
—Fury nunca lo confirmó —Argumentó Natasha defendiendo el punto de la chica.
—Stark, confirma —Pidió el capitán.
—Eso intento, Capipaleta —La voz de Tony sonaba cansada—. Necesito que la chica “Leo el futuro” me ayude.
—Estoy llegando —Comentó la chica justo un par de segundos antes de encontrar a Stark sosteniendo una pared que había caído encima de él.
Ángela no quiso preguntar sobre la situación así que sólo observó.
—¡Por fin llegas! Entra al agujero que hice ahí —Señaló con su cabeza.
—De acuerdo —Alargó la frase ya que no sabía muy bien lo que sucedía—. Espera, comienzo a sentir algún tipo de energía... Pero —Se detuvo al entrar pues vió muchas armas y misiles, el lugar era una cueva donde también se encontraban animales mutantes con partes de otros animales. Ella los miró grotescamente, de ellos se percibía la energía.
Suspiró, trató de tomar en su mano a un conejo-lagartija pero éste de inmediato se defendió soltando un rayo destruyendo parte de la pared, por suerte tuvo mala puntería y Ángela salió ilesa.
Ella gritó.
—¿Estás bien? ¿Qué sucede, Angie? —Preguntó Stark desde afuera.
—N-nada, casi me caigo —Mintió—. Pero aquí no está el cetro.
Sabía lo que tenía que hacer: matar a los animalitos. Con todo el dolor de su corazón, usó sus poderes para acabar con ellos de forma rápida.
—Bloom, Stark, ¿Encontraron algo? —La voz de Steve invadió el oído de ambos, haciendo dar un brinquito a la chica.
—No —Aclaró su garganta—. Aquí no hay nada —Contestó la chica regresando por donde había entrado.
—Lo siento Cap, ella tiene razón —Aseguró Iron Man.
La chica sintió que algo cayó de pronto y vio la armadura ir con vehemencia hacia ella encerrandola, Tony abrió su casco y dejó ver su rostro.
—¿Por qué de pronto ya no sentí la energía increíblemente fuerte que provenía de ahí? —Preguntó en un susurro mirándola a lo ojos, ella le sostuvo la mirada.
Previamente había desactivado su comunicador y Ángela hizo lo mismo.
—Y no me vengas con un “No había nada, Tony” —Aún con su tono serio, la imitación que hizo Stark de la voz de Ángela sonaba bastante graciosa.
Ella suspiró sin dejar de verlo.
—Al parecer alteraron genéticamente animales. Tenían poderes, de ahí la energía. No era pura, no sé qué hicieron pero...
Ella se detuvo, no sabía cómo explicarlo y no salían las palabras.
—Acabé con todos ellos. Eran peligrosos, grité porque uno de ellos lanzó un rayo que destruyó parte de un arsenal de armas junto con la pared.
—¿Por qué no nos dijiste? —Preguntó nuevamente.
Ella miró a otro lugar.
—¡Mírame Angie! —Replicó el hombre de hierro.
Ella volvió la vista no muy convencida.
—No podemos ocultar tal información, es de suma importancia. Tú no sabes lo que provoca el cetro de Loki, ésto no es nada. ¡Tienes que decirnos, no ocultarnos la verdad!
Stark estaba muy molesto, aún le afectaba hablar sobre Loki y la magia de su cetro. Le traían pesadillas.
—Lo siento. Pero por una razón los dejaron aquí, ¿No? Ví que estaban a punto de evacuar la base y nosotros llegamos justo un minuto antes, ¿No es una extraña coincidencia? Creo que Nick nos oculta información.
Tony pensó un momento y la dejó libre.
—¿Qué crees que sea? —Preguntó el magnate mirando sobre su hombro hacia dónde está la chica.
—No lo sé, quizá Nick recibió la alarma de evacuación que activaron y por eso nos llamó de urgencia dando una excusa sobre la “fuerte energía” que salía de aquí.
—Yo percibía una fuerte energía.
—Pero no era pura y lo sabes —Ángela dejó solo al magnate y decidió salir de ahí, activó el comunicador y se encontró con la voz de Steve tratando de contactarlos.
—Bloom, Stark, ¿Me copian? —Preguntó un tanto asustado.
—Sí, aquí estoy —Contestó la chica bajando las escaleras y pateando el trasero a uno que otro hombre que trataba de huir del edificio.
—Stark, ¿él está contigo?
—Uhm... Sí —Dijo mirando hacia arriba donde veía el traje de Tony volar.
—Bien, salgan de ahí. Tenemos que destruir el edificio.
—A la orden —Contestó la chica saltando por la ventana, planeaba caer limpiamente sobre un montón de nieve bajo sus pies pero Stark la tomó de la cintura mientras iba en caída libre.
—Lamento interrumpir tu suicidio pero te necesitaremos para algunas otras misiones —Comentó el hombre de hierro mientras volaban por los aires.
—JA-JA —Rió sarcásticamente—. No es gracioso Tony, tenía planeado hacer mi aterrizaje de súper héroe.
Aterrizaron junto a los demás. Steve, al ver que llegaban sanos y salvos, dió la señal a Hulk de destruir la base, después Stark y Thor se encargaron de incendiar la base para que nada de lo que estuviese ahí se volviera a utilizar. Pero antes, el dios nórdico, aprovechó la oportunidad de enseñarle a Ángela otra de las cosas que pudiera hacer con sus poderes. La hizo que se concentrará y ahora que podía sacar grandes desprendimientos de su poder que actuaban como rayos, le indicó que podía rodear toda aquella estructura hecha pedazos con su poder y así destruir aún más dejándola en añicos para que se quemara más fácilmente.
Y así logró hacer lo que Thor le indicó, era sencillo controlar su poder ahora y seguir las indicaciones del dios fue pan comido.
Al incendiarlo no quedó rastro de lo que alguna vez fue esa base.
Todos contemplaron el lugar en llamas, esperaron a que todo fuese cenizas y cuidar que el fuego no se descontrolara causando un incendio forestal.
Apagaron el fuego y subieron a Jet para regresar a la torre en una misión exitosa.
M A T E R I A L E X T R A
El capitán Rogers llegó a la cabina del piloto casi inmediatamente después de despegar.
—Stark, ¿Qué fue eso? Y quiero decir, a que repentinamente ya no había nada cuando habías dicho que sentías una gran cantidad de energía.
—No era nada importante, cap —Respondió Tony, restándole importancia—. El cetro no estaba, sólo había un montón de animales alterados genéticamente. Era eso lo que desprendía energía y debido que tenían poderes peligrosos, acabé con ellos.
Steve lo miró extrañado.
—¿Por qué Bloom dijo que no había nada?
—Porque la mandé a buscar del otro lado de la habitación—Se excusó.
—¿Y por qué sus comunicadores se desactivaron curiosamente al mismo tiempo?
Tony no respondió inmediatamente, tenía que pensar en algo que sonara convincente.
—Porque la energía de los animales hizo interferencia con los comunicadores, cuando terminé con ellos y ambos nos alejamos de ahí, volvieron a activarse —Volteo a verlo—. Todo tiene una explicación, Cap.
Tony sonrió mostrándose convencido de su propia mentira. Estaba cubriendo a la chica, seguramente le trairía problemas ocultar la información pero quería hablar con Fury de todo ese asunto sin involucrar a los chicos.
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¡Hola, chicas! Quiero hacerles una pregunta rápida, ¿Les gustaría hacer la dinámica que se hizo en “Mi destino eres tú”? (Ustedes hacen preguntas a los personajes o a mí sobre la historia y yo lo subo con las respuestas de los personajes como un capítulo de material extra).
Sí es así, háganmelo saber y dejen su preguntica (para CUALQUIER personaje y SIN SENSURA, pueden preguntar cualquier cosa). Se subirá al final de la historia así que puedes preguntar en cualquier capítulo. Aún tienes oportunidad (;
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