XXIX «Misiones» •Parte II•
Lunes 24 de noviembre
17:14 horas
Sobre volando la ciudad de Nueva York
Jet de los Vengadores
El camino de regreso a Nueva York fue tranquilo, Steve estaba hablando con Tony en la cabina del piloto, Clint y Nat trataban de calmar a Banner para evitar que Hulk regresará y Thor estaba muy emocionando contando sus grandes aventuras a la chica.
Ángela trataba de ponerle atención pero su mente se alejaba de la plática, pensando en su cambio. Debía resurgir de entre las cenizas.
Así que los esfuerzos del dios del trueno para que la chica comenzara a recordar sobre su pasado fueron en vano, Bloom no le ponía la mínima pisca de atención.
Al darse cuenta que no le hacía caso, Thor se despidió recibiendo un distraído “Okay” por parte de la chica quién no se dió cuenta sino hasta que el dios se levantó.
Ella iba a preguntar el porqué se iba pero sabía que era porque no prestaba atención, se sintió mal, había sido muy descortés.
Natasha dejó a Thor y Barton con el afligido Banner para sentarse al lado de la distraía Ángela.
—¿Aún quieres que te hablé sobre lo de Steve? —Preguntó llegando a su lado.
La chica rubia giró su cabeza desorientada pero inmediatamente recordó y asintió.
—Sí, por favor —Sonrió al verla.
—Verás, por la mañana, Clint y Steve hablaron sobre eso. El capitán había...
Un sonido fuerte hizo parar a la chica, ambas miraron al centro del Jet, una pantalla había salido de pronto dejando ver el rostro de Nick Fury más serio de lo normal.
—Tengo otra misión para ustedes —Comenzó el jefe—. Unos robots gigantes están invadiendo Nueva York.
—¿Cómo por qué? —Preguntó Ángela desde su lugar, su tono de voz era más fuerte debido a la distancia que la separaba del resto.
—En eso estamos, D'fore —Contestó—. Es urgente que lleguen lo más pronto posible.
—Aterrizaremos en cinco minutos, Nick —Anunció Stark.
La imagen de Fury desapareció, así todos iban a prepararse para volver a pelear.
—Nat, creo que será después de patear traseros metálicos —Murmuró la chica, colocándose guantes especiales.
La rusa sonrió.
—Son buenas noticias, así que cuando te cuente podrás fangirlear a gusto —Bromeó, acomodándose el comunicador, al terminar le dió un golpe fraternal en el brazo.
Ángela sonrió ampliamente.
—Chicos —La voz de Steve atrajo la atención de todos—, Stark buscará la forma de destruirlos, quizá estén todos conectados...
—¿Así como en la invasión alienígena? —Preguntó Natasha, interrumpiendolo.
—Eso se escucha muy Star Wars —Murmuró Ángela y todos la miraron de forma poco convencional.
—Sí, tal vez podamos acabar con ellos destruyendo su fuente de poder —Convino Steve mirando a Nat, ignorando el comentario previo de la rubia—. Mientras tanto, nosotros nos encargaremos de acabar con los robots y evacuaremos la zona. Nuestro objetivo es mantener a salvo a la población.
La voz de Steve sonaba bastante determinada. A Ángela le pareció tener un deja vu, ya que le recordaba la forma en la que le hablaba los primeros días de haberla conocido.
—Llegamos —Anunció Stark.
Todos estaban listos para salir y combatir contra los robots, eran enormes, más de lo que habían imaginado. Eran más robustos que la armadura de Iron Man.
Dos de ellos acorralaron a la chica francesa y pese a que les daba buena pelea, no podía con su enorme tamaño. Por alguna razón, sus poderes sólo los paralizada momentáneamente en vez de acabar con ellos por completo.
—¡Golpeen su pecho! Justo en el centro con gran fuerza, así se desconectan o dejan de funcionar... No sé, pero funciona —La voz de la pelirroja entró por su oído con una respiración agitada.
Ella decidió tomarle la palabra y hacer un split de tal modo que golpeó a ambos en el pecho dejándolos caer.
—Gracias, me funcionó el tip —Comunicó Ángela.
Prosiguió con los demás robots que fueron apareciendo. Los atacaba por los pies, haciéndolos caer y luego brincando sobre su pecho para hacerlos un montón de chatarra.
—Stark, ¿Tienes algo que nos ayude? —La voz cansada de Steve sonó por el comunicador.
—En eso estoy, cap —Contestó—. No logro percibir de donde vienen y eso significa que los controlan fuera de la cuidad... Y no en un punto cerca. Empezaré a analizarlos, quizá encuentre algo que los una.
Ángela comenzaba a agotarse de usar los puños, los pies y sus poderes, así que sacó un par de pistolas que llevaba en su pantalón.
Les disparaba directo en el pecho y terminaba con ellos de inmediato. Hasta que se le acabaron las balas y tuvo que volver a hacerlo manualmente.
—¡Bloom, te necesito! —El grito de Steve por el comunicador hizo que la chica se desconcentrara y cayera de espaldas.
—Aquí estoy —Contestó con dificultad pues le había dolido caer.
—Evacua el edificio de la esquina en la 32th —Dijo sin aliento.
—Enseguida.
«Pero si estoy bien pendeja» —Pensó al levantarse para acabar con el robot—. Se sorprendió a sí misma pensando en que Steve lo decía en otro sentido... Algo más íntimo pero era más que obvio que no.
Corrió lo más rápido que pudo al edificio ya que estaba cerca. Había mucha gente asustada y gritando del temor que sentían.
Ángela tomó la situación por las riendas e hizo que todos guardaran la calma. Abrió un agujero de gusano para que todos entrarán en él y estuvieran a salvo al otro lado de la ciudad.
Fue un tanto difícil hacer que confiaran en ella para pasar a través del portal pero al final lo logró y cuando terminó, salió del edificio dispuesta a seguir luchando.
Se sorprendió de ver tirado el escudo del capitán justo frente a ella, en medio de la calle pero no dudó en tomarlo para devolverselo. En el camino, se encontró con varios robots con los cuales utilizó el emblemático escudo. Era bastante útil lanzarlo y enterrarlo en su punto débil pues tomaba la dirección que el portador decidiera, rompiendo un par de leyes de la física.
Terminó recibiendo el escudo. Un sonido proveniente detrás la alertó, haciendo que volteara instintivamente.
El capitán se encontraba encima de uno de ellos peleando con los puños.
—¡Capitán! —Gritó la chica para atraer su atención, posteriormente lanzó el escudo como Steve suele hacerlo. Él lo recibió agradecido pues así acabó con su contrincante en menos de un segundo.
Ángela lo vió pelear mientras recuperaba el aliento. Él llegó a ella.
—Gracias —Pronunció las palabras con un tanto de dificultad.
Su cara lucía sucia, sudada y con un par de raspones que seguro desaparecerían en menos de un día. Para Bloom, Rogers se veía atractivo de cualquier forma.
La cara de la chica también tenía enormes gotas de sudor mezcladas con suciedad y sangre.
Intercambiaron miradas por un momento.
—Te hicieron daño —Anunció Steve desviando su vista a la ceja izquierda de la chica, tratando de tocar la zona herida.
—¿Eh? —Siendo un reflejo, Ángela miró hacia arriba—. Oh, ni si quiera me di cuenta —Sonrió—. No debe ser nada grave.
Él la miró de nuevo a los ojos y dejó asomar una pequeña sonrisa que fue borrada inmediatamente al ver sobre la cabeza de la chica. Su expresión se tornó preocupada, tomó rápidamente a Ángela por la cintura acercándola a su pecho haciéndola ruborizar pero sin dudar agradeció de gozar ese momento en que su mano tocó los bien trabajados abdominales y pecho del capitán. Steve alzó su escudo protegiéndola del ataque de un robot. Él la apartó, soltándola para luchar contra el gigante metálico.
Ella le ayudó luchando contra otros dos los cuales se apresuraban para rodearlos.
Hicieron un gran equipo, luchaban codo a codo, complementaban los ataques del otro y acabaron juntos más rápido. Sintieron una extraña conexión pero ninguno se atrevió a hablar sobre ello.
—¡Ángela! —Nat gritó por el comunicador—. Deberías deja de pelear y ayudarme a evacuar los edificios cercanos a la invasión. Se está desatando el caos y el pánico, los policías no ayudan demasiado y eres la única que puede llevar a los civiles a salvo en menos de un minuto.
La voz de la pelirroja sonaba bastante agotada.
Bloom intercambió miradas con Steve, él le asintió permitiéndole ir al rescate y evacuar los últimos cuatro edificios que quedaban con civiles.
Salió a combatir nuevamente.
—Stark, ¿Cómo vas? —Steve preguntó desde el comunicador.
Después de un tiempo Steve había terminado con muchos robots, estaba comenzando a cansarse. Hizo un golpe final en el punto débil de uno de ellos y cayó en el piso para concentrarse en lo que contestaba Tony.
Estaba sin aliento, al igual que la mayoría.
—Un segundo —Contestó rápidamente. Estaba haciendo algo importante.
—Ya pasó un segundo, Stark —Comentó Nat, algo frustrada.
Tomó un breve descanso de diez segundos sólo para decir eso, después continuó con otro robot que se encontraba a sus espaldas.
—Te estás oxidado, viejo —Clint entró a la conversación—. Creí que eras más rápido.
Clint estaba en la cima de un edificio, racionalizando sus flechas.
—Estoy terminando de hackear su sistema —Anunció el ingeniero—. Ésto requiere tiempo —Se defendió.
—Lady Ángela hackeo más rápido el sistema de la misión pasada —Comunicó Thor—. Ella ya los hubiera acabado hacer horas.
El dios del trueno giraba su martillo en contra de las enormes máquinas de hierro, su tono de voz sonaba alegre, estaba acabando con la mayoría de los robots.
—Llevamos treinta minutos, no seas exagerado —Contestó Iron Man, sacando un trozo de chatarra para seguir con el hackeo.
—A la próxima, Bloom te auxiliará Stark —Anunció el capitán.
—Gracias por decirme incompetente Capipaleta —Bufó Tony—. A ver quién mejorara sus trajes ahora.
—No sean tan duros con Tony, ha sido una semana dura para él —Contestó Ángela con compasión y luego sonrió.
—Gracias, Angie. Tú si me entiendes.
Después de breves momentos, los robots dejaron de funcionar cayendo a pedazos al suelo dejando descansar a los héroes.
Todos se reunieron en un determinado punto. Estaban sudados y sucios.
—¿Quién limpiará todo el desastre? —Preguntó Ángela al llegar a ellos.
—De eso no te preocupes, yo lo arreglaré —Contestó Tony.
—¿Y ahora? —Preguntó Clint.
—¿Alguien quiere regresar conmigo al Jet? —Preguntó Stark mirándolos a todos.
—La torre está a dos calles, iré caminando —Contestó Ángela un poco cansada señalando detrás de ella en donde se encontraba la torre.
—Sí, prefiero ir caminando —Secundó Nat.
—Yo igual —Contestó Clint.
—Thor también quiere ir caminando —Dijo Ángela mirando al dios.
Él la miró extrañado.
—No, no quiero —Replicó ante la chica.
—Sí, si quieres —Dijo Bloom con tono y mirada cómplice, reflejando querer hablar con él.
Él quería descifrar lo que pasaba pero no lograba hacerlo.
—Okay... ¿Capi, te llevo? —Preguntó Stark dirigiendo la vista a Steve.
—Estoy bien, gracias Tony. Preferiría caminar —Contestó el capitán.
—Que te haga compañía Banner, él se quedó en el Jet —Comentó Ángela—. Ya me voy, vámonos Thor —Dijo la chica tomando al dios por el brazo para que caminara a la par de ella.
Steve, Clint y Natasha iban a la par de ellos pero el tema que compartiría con Thor no implicaba el secretismo.
—¿Qué pasa, Lady Ángela? Actúas extraño.
—Mis poderes no le hicieron daño a los robots, sólo los paralizaba. ¿A qué se debe? —Preguntó pensativa.
Él sonrió.
—Eso, vaya —Rió—. Veamos, ¿Qué tipo de poder tienes?
—Controlar el tiempo —Respondió.
—Tus poderes consisten en manipular las moléculas del tiempo y el espacio. Cuando los impactas contra otro ser, se paralizan porque eso es lo que puedes hacer... Hasta ahorita. Estamos trabajando con la parte en la que tu podrás destruir a tu contrincante manipulando sus molécula —Contestó Thor.
—¡No inventes! ¿En serio? Que loco —Angela replicó con gran emoción.
Thor soltó una sonora carcajada ante lo tierna que había sonado.
—Sí, pero debes entrenar mucho para poder lograrlo. Eres más fuerte de lo que crees, Angie —Le sonrió.
Habían estado caminando, los otros estaban en silencio escuchando la conversación sin querer. Steve se alegró por la chica sin embargo no quiso interrumpir, sería fuera de lugar.
Caminaron un par de pasos más, entonces Natasha dijo:
—Анджела, я должна поговорить с тобой (Ángela, tengo que hablar contigo)
La chica francesa volteó de inmediato, el acento ruso la desorientó un poco pero entendió a la perfección lo que decía.
—это правда, расскажи все Nat (Es verdad, dímelo todo Nat)
Todos los caballeros las miraron extrañados. Pero sólo así hablarían sin que ellos se entrometieran.
—Сегодня утром я обнаружил, что Клинт беседует со Стивом о памяти, которую он обнаружил под его дверью несколько дней назад, видимо, вы ее написали
(Hoy por la mañana encontré a Clint charlando con Steve sobre un recuerdo que encontró debajo de su puerta hace unos días, al parecer lo escribiste tú) —Se detuvo y la miró.
—Да, я сделал (Sí, lo hice) —Contestó la chica sonriendo.
Estaban llegando a la torre, subieron al elevador mientras ellas guardaron silencio, ya que Steve decidió comenzar a hablar sobre los robots.
—¿Quién habrá invadido Nueva York y con qué intenciones? —Lanzó la pregunta al aire.
Thor lo miró y después a su martillo.
—Tendremos que hablar con Fury —Contestó Nat.
—Debe ser algún programador, un genio que se quería salir con la suya —Argumentó Ángela recargada en la pared del elevador.
Steve la miró pero ella tenía la vista pegada al suelo. Recordó el acento ruso que tenía hacía unos momentos, le pareció exótico, muy atractivo.
Le hacía volver al momento en el que ella le había enseñado a hablar francés. Él insistió varios días hasta que ella aceptó ser su guía para aprender el idioma. Pasó el curso con diez, ya que ella le hablaba casi todo el tiempo en francés.
Sonrió ante el recuerdo. Se abrió la puerta en la sala común y la voz de J.A.R.V.I.S los recibió.
—El director Fury los espera en el laboratorio.
—Ah, claro. Ya vamos —Respondió Clint.
—Uh, gracias por avisarnos, J.A.R.V.I.S —Contestó Ángela, cansada.
—De nada señorita, es mi trabajo —La voz artificial desapareció.
Cuando apenas iba a ir al elevador, éste se estaba cerrando con todos los caballeros arriba. Miró a su alrededor, también Natasha se había quedado fuera.
Sonrío, era una buena oportunidad para hablar con Natasha en un idioma que dominaba mejor.
Un viaje de cinco minutos donde podría saber más sobre lo que Steve pensaba de la carta.
—Andando Jane Austen, los caballeros no fueron tan caballeros hoy —Comentó Natasha dirigiéndose a las escaleras.
—¿Jane Austen? Hace un buen rato que no me decias así —Sonrió siguiéndola.
—Sí, la carta con el recuerdo que contenía era muy cursi por lo que escuché —Rió la pelirroja.
—Sí, bueno... Me inspiré —Contestó la rubia—. Pero ahora fue Shakespeare quien me dió hilo.
Ambas rieron.
—Casi me dió un coma diabético de escuchar lo que habías escrito. Además, por poco te doy un Óscar por lo dramática que te oíste.
—Oye... Estaba dolida y bueno, el drama fluye por mis venas —Confesó no muy orgullosa.
—No puedo creerlo, Bloom —Rió Natasha.
En ese momento Ángela abrió la puerta del laboratorio mientras secundaba la risa de la pelirroja.
—¿Qué es esto? —Preguntó Ángela, mirando un gran aparato, al parecer, nuevo, tenía muchas pantallas con botones—. ¿Compraste un nuevo juguete, Stark? —preguntó alzando la ceja con mirada acusadora.
Natasha entró y observó el aparato.
—No, no es de él —Contestó Nick.
—Así es. No es mío, yo lo había pedido en color metálico y nada aburrido como el blanco —Anunció el ingeniero con modestia.
Ella rodó los ojos con una sonrisa.
—Entonces, ¿De quién es? ¿De Banner? —Preguntó la agente Rusa.
—No —Contestó Bruce—. Aún no sabemos de quién es.
Nick abrió la boca para contestar pero se vió interrumpido por la llegada de tres de los cuatro fantásticos. Así es, Sue Storm, Reed Richards y Ben Green entraban al laboratorio.
Los vengadores saludaron con gusto a los recién llegados, Ángela estrechaba la mano de cada uno y se presentaba cortésmente.
—La máquina es de Richards —Anunció Fury—. Los he invitado para que auxilien a Stark y Banner en el estudio exhaustivo que les pedí sobre tí, Ángela.
—Espera, me perdí. ¿Van a estudiarme como a una rata de laboratorio? —Preguntó la chica un tanto molesta.
—No lo veas de esa forma, queremos explotar al máximo tus poderes, Thor nos ha dicho que están entrando a la parte ruda de su entrenamiento, ésto es un complemento para que aprendas más rápido. Es como lo que hizo Stark hoy por la mañana, te ayudó a hacer campos de fuerza —Explicó Fury.
—Me ofende mucho que ni si quiera me hayan avisado o preguntado si quería, pero lo aceptaré —Ángela actuó resignada.
—Menos mal, ya estamos aquí —Sonrió Reed.
—¿Y Jhonny? Estaba con nosotros cuando llegamos a la torre —Dijo Sue buscando a su hermano.
—Aquí estoy, pasé a la cocina y ví éstos deliciosos brownies —Contestó la antorcha humana, llegando.
—¿Los brownies que cociné? —Preguntó Ángela poniendo las manos en su cintura.
Jhonny levantó la vista al reconocer la voz de la chica, sonrió al verla y camino en su dirección.
—¿Los has cocinado tú? Son deliciosos, Angie —Dijo con una sonrisa coqueta.
—Sí, gracias Jhonny —Le devolvió la sonrisa, iba a decir algo más pero alguien la interrumpió.
—¿Ya se conocían? —Preguntó Steve con un tono duro.
Ambos voltearon a verlo.
—No.
—Sí.
Ángela miró a Jhonny ya que éste la había contradecido, de inmediato volvió la vista a Steve.
—No nos conocíamos... Y me refiero a que, ¿Quién no conoce a los cuatro fantásticos? —Sonrió en una pequeña mueca—. Además de que, hoy por la mañana intercambiamos un par de palabras.
Ella tenía la necesidad de explicarle lo que sucedía, como si aún fuesen novios y Steve estuviese celoso de su nuevo amigo.
—Yo diría que fueron más que un par de palabras —Storm la miró con complicidad.
Ella le sonrió.
—¿Ah, si? ¿Qué más intercambiamos entonces? —Preguntó coqueta, le gustaba ese juego.
—Información, Angie —Jhonny le guiñó el ojo con una de sus sonrisas perfectas.
«Mierda, es tan parecido a Steve» —Se dijo a sí misma—, pero no le importaba, le gustaba por donde iba la situación.
Sonrío ampliamente.
—Veo que investigaste sobre mí, Jhonny —Contestó con tono coqueto.
Se quedaron viendo un momento hasta que Sue los miró.
—Jhonny no seas descortés y saluda a todos.
—Oh, claro. Hola chicos, me alegra conocer a tan grandes héroes, no sabía cuándo nos conoceríamos pero me agrada que fuera hoy —Dijo rápidamente mirando al resto de los vengadores.
Fury terminó de hablar con Tony y comenzó:
—Bueno, Ángela te quedas con ellos, mientras tanto los demás vamos a hablar abajo sobre la invasión de hace unos momentos, Stark me envió información relevante.
Los vengadores fueron abandonando la habitación de poco a poco.
—No sabía que fueras científico, Jhonny —Comentó la chica—. Porque, tú ayudarás, ¿Verdad?
—Lamento decepcionarte pero yo no ayudaré con todo esto. Me refiero a que sí sé sobre ciencia pero no se requieren mis conocimientos para ésto —Sonrió, comiendo otro Brownie.
—¿Y por qué estás aquí? —Preguntó confundida.
—Me dijeron que vendrían a la torre Avengers y recordé que dijiste que vivías aquí así que... Aquí estoy —Contestó observándola, miró brevemente sobre el hombro de la chica y luego regresó su vista con una sonrisa.
La chica también volvió la vista sobre su hombro cruzando miradas con Steve. Regresó la vista a Jhonny de inmediato.
—No puedo creer que sólo por eso hayas venido —Ángela sonrió nerviosa.
—No podría privarte de mi belleza —Contestó con tono sensual—. Estoy que arde.
Y literalmente, estaba ardiendo.
Ella rodó los ojos.
—Sí, todo un galán —Dijo la chica caminando a donde se encontraba Reed, echandole una mirada rápida a Steve quién recién salía de la habitación detrás de Natasha.
—Oye, levantas pasiones en los ancianos —Jhonny comentó burlesco.
—¿Eh? ¿De qué hablas? —Ángela preguntó confundida.
—El capitán Rogers. No paraba de observarnos —Comenzó—. Si la pelirroja no se lo lleva, seguro estarías en medio de una pelea.
—¿Lista? —Preguntó Reed al verla llegar junto a él.
—Sí, ¿Qué hago? —Preguntó con entusiasmo, ignorando a Johnny.
—Sientate ahí —Sue señaló una silla cerca del aparato que habían llevado.
Ángela aceptó, caminó a ella y se sentó.
—Bueno, Stark nos dejó esta información acerca de sus poderes —Dijo Reed dándole una carpeta a Sue la cual examinó.
—Eh... ¿Y cómo será ésto? —Preguntó la chica, mirando a los científicos.
—Harás una demostración y nosotros haremos el resto —Contestó Reed.
—Genial, suena sencillo —Sonrió la chica.
Johnny se encontraba cerca de Sue, mirando a Bloom con una sonrisa coqueta. Ella lo evadió y comenzó a pensar en lo que había sucedido. Su actitud ante Johnny le gustaba, quizá porque en el fondo sabía que Steve tal vez y sólo tal vez se pusiera un tanto celoso. Se sintió mal al pensar eso, no estaba bien utilizar a Johnny para su conveniencia.
—Te pondré éstos electrodos en la cabeza —comenzó Sue trayendo a la realidad a la chica—. Nos ayudarán a ver tu actividad cerebral en cuanto demuestres tus poderes.
Ángela asintió, estando quieta para que pegara los chupetes de mejor forma.
—Luego entrarás a esa otra máquina —Señaló una especie de cápsula—. Harás lo mismo pero ahí podrás explayarte, necesitaremos que descargues todo tu poder. No te preocupes no pasará nada, es una cápsula diseñada para ésto. Johnny, Reed e incluso yo las usamos cuando descubrimos nuestros poderes.
Sue le dió una sonrisa de confianza. Ángela asintió.
—De acuerdo, primero aquí y luego en la cápsula.
—Así es, empieza con un puente Einstein-Rosen —Dijo Reed.
Ángela inspiró concentrándose, movió sus manos de forma circular, dos formas esféricas aparecieron iluminando la habitación y deformando el tiempo-espacio de su alrededor, una cerca de la creadora y el otro cerca de Johnny.
Los científicos lo miraron sorprendidos. Jamás habían visto algo igual. Rápidamente recopilaron la información necesaria.
Lo deshizo apenas le dieron la señal, evitando que la antorcha humana viajará a través del portal para sorprender a la chica con un beso.
Prosiguió a enseñarles los rayos que salían de sí, para eso tuvo que estar constantemente creando rayos, por lo que no se aburrió.
Luego hizo lo que recientemente estaba practicando con Thor: consistía en hacer una hoz reacomodando las moléculas que desprendía de su poder.
Comenzó parándose derecha, cerró los ojos y respiró hondo, juntó sus manos para sacar un rayo. Lo moldeó de tal modo que fue tomando forma de bastón y posteriormente una hoz.
No era estéticamente la hoz más perfecta del mundo pero era pasable, aún estaba trabajando en ello.
Eso requería más energía que lo demás por lo que no pudo mantenerlo por mucho tiempo.
Le dieron los últimos brownies que quedaban en la caja que Johnny llevaba. Recuperó la energía rápidamente pudiendo seguir con las demostraciones.
Antes de mostrar el campo de fuerza, Reed quiso que entrara a la cápsula para calcular el máximo de su poder y partir de ahí.
Ángela se sintió plena estando dentro, pues no se preocupaba por hacerle daño a alguien, simplemente su poder salía con libertad.
Al terminar, se sintió con mucha energía, además, estaba emocionada. Jamás imaginó tener tanto poder.
—Bien, ahora sí —Comenzó Reed—. Haz un campo de fuerza. Stark me dijo que te costó trabajo, por eso lo dejé al final. Si te sientes mal, terminas, no habrá problema.
—De acuerdo.
Tomó aire nuevamente, se concentró como lo había hecho en la mañana. Pronto comenzó a sentir una gran energía que salía de sí, apretó sus ojos y los puños, era demasiada energía. Comenzó a sentir que la rodeaba pero era mucho más fuerte que la vez anterior.
—No soportaré mucho tiempo —Avisó.
—Soporta un poco más, estamos terminando los cálculos —Contestó Sue.
Ella asintió brevemente, trataba de mantenerlo, pero se sentía desfallecer.
—¡Listo! —Gritó Reed.
Ángela cayó deshaciendo el campo. Se detuvo con las manos pero inmediatamente comenzó a doler su cabeza.
—Le bajó la presión y la glucosa —Dijo Reed checando los signos vitales de la chica.
Sue caminó a ella y le quitó los chupetes junto a un par de cables que le habían puesto para monitorizar su estado de salud.
—Johnny acompañala a la cocina para que coma algo de azúcar. No se vaya a desmayar —Habló Sue—. Ésto me pasaba al principio así que no te preocupes, cuando comiences a dominarlo irá desapareciendo.
Ángela asintió y se levantó.
—Eso espero, gracias. Y no es necesario, puedo ir sola —Sonrió.
Johnny llegó a ella y le dió un beso en la mejilla, luego en la otra.
—¡Johnny! —Gritó la chica desorientada.
Él sonrió victorioso.
—¡Jonathan déjala! —Lo regañó Sue—. Cuánto lo siento, Ángela.
—No es tu culpa que sea así, tranquila —Bufó la chica, caminó a la puerta con Johnny detrás.
La antorcha continuó dándole besos espontáneos en la mejilla.
—¡Basta Johnny! —Replicó la chica—. Soy menor que tú, no querrás salir con alguien más pequeño —Dijo saliendo del elevador.
Caminaron a la cocina.
—¿A qué te refieres? ¿Cuántos años tienes? —Preguntó él confundido.
Ángela fue directo al refrigerador para sacar una de las tantas barras de chocolate que Stark había comprado, presisamente para cuando la chica se sintiera débil.
—Soy una quinceañera —Murmuró comiendo un trozo y subiéndose a la barra principal para sentarse a comer en paz.
—Nos llevamos sólo cuatro año, tengo diesinueve. Sin mencionar que mi edad mental es de un niño de doce años, así que técnicamente estarías saliendo con alguien menor que tú —Alegó él, caminando a su lado.
Ella lo miró y sonrió.
—No lo sé, supongo que no es correcto —Murmuró la chica, aborreciendo parecerse a Steve diciendo eso.
—¿Por qué no lo sería? Vamos, hay que salir, en algo serio. En verdad te quiero conocer —Jhonny se acercó a ella un poco más.
Ángela lo observó.
—El amor no existe, no sería más serio, Jhonny —contestó la chica, sin ilusiones.
—Cielos, ¿Quién lo hizo? —Preguntó sorprendido.
—¿Quién hizo qué? —Preguntó la chica, fuera de concepto.
—¿Quién fue el idiota que te rompió el corazón? —Preguntó serio.
Ángela bufó.
—¿Por qué quieres saber eso? —Preguntó dejando la envoltura del chocolate.
—Quiero saber quién se atrevió a romper el corazón de una bella chica —Contestó tomando la barbilla de ella para que lo mirara.
Ángela lo miró y se dió cuenta que sus ojos eran tan azules como los de Steve. Se tomó el tiempo de admirarlos, pero algo no lo hacían ser Rogers.
—Steve... Rogers —Dijo no muy convencida.
—¿Ese viejo?
—Sí, lo sé. Es una decepción pero... No sé, lo llegué a amar con toda mi alma —Bufó.
Johnny exhaló, miró abajo y luego a ella.
—Es por eso que nos mataba con la mirada cuando hablamos allá arriba, ¿No?
—Sí, supongo —Contestó de forma convencional.
—El viejo no la despista, creo que aún siente algo por ti, ¿Por qué lo terminaste?
—¿Terminarlo yo? ¡Ja! Él me dejó —Bufó—. Por la estúpida edad.
—Entonces aún sientes algo por él —Dedujo el rubio.
Ella asintió.
—¿Qué tal si le damos celos? —Preguntó coqueto.
—¿Eh? —Preguntó sin entender.
—Ya sabes, hacernos los románticos y ver qué tan mal le va. Así sabremos sí de verdad le importas —Formuló la antorcha con emoción.
Ángela lo pensó un momento.
—Acepto, con una condición —Levantó el dedo—. Sin sentimientos, Storm.
Jhonny iba a contestar pero miró sobre el hombro de la chica y al ver quién se acercaba no dudó en acercarse a besarla.
Ángela se sorprendió pero sus labios eran tan suaves que no se pudo resistir a continuar el beso.
—¡Ángela D'fore Bloom! —La voz molesta de Tony Stark se hizo presente en un grito.
La chica se separó inmediatamente del joven y miró en dirección del grito.
—¿Sí, mande? —Preguntó con tono suave e inocente. Al terminar lamió sus labios pero al ver a Steve junto a Tony, mordió su labio inferior de nervios, haciendo percibir a Steve que había disfrutado el acto anterior... Cosa que era verdad pero no lo había disfrutado tanto como si fuera de Steve.
Tony estaba molesto y sus ojos redondos profundos lo delataban.
El mentón rígido de Steve hizo sonreír a Johnny pues sabía que estaba enojado.
Ángela estaba sonrojada, esperando desaparecer de esa situación incómoda.
—Los Richards te buscan —Anunció sin dejar de ver al joven Storm, apretó la carpeta que llevaba en la mano—. Están con Fury en el laboratorio.
—Uh, eh... Gracias —Giró la vista a Johnny—. ¿Me acompañas?
La voz juguetona y coqueta de la chica hizo que Steve mirara a otro lugar, no podía seguir viendo esa escena.
—Encantado, nena —Sonrió de lado y la ayudó a bajar de la barra, tomándola de la cintura dejándola en el suelo.
Ángela lo tomó de la mano y lo llevó al elevador pasando frente a los dos caballeros. Tony lo detuvo, Ángela regresó por la inercia y chocó con Steve.
Ella lo miró con una mueca que pretendía ser una sonrisa, él sólo la miró enojado.
—Cuidadito, Storm. Te estoy vigilando —Mientras tanto,Tony lo amenazó—. No me hagas ponerme el traje.
Johnny lo tomó del hombro y le sonrió.
—Tranquilo, viejo. Yo la cuidaré bien —le guiñó el ojo, miró a Steve y se fue junto Ángela, pasando su brazo por el cuello de la chica.
Al entrar al elevador, Ángela se separó del chico y comenzó a reír.
—¡El momento más incómodo de la vida! —Gritó con una sonrisa de alivio—. Creí que en cualquier momento te golpearían.
Él sonrió dejando salir una pequeña carcajada.
—¿Lo ves? Ambos se pusieron celosos, pero el Cap hecha humo por los oídos como un ogro —Habló en tono burlesco.
—Aún tengo mis dudas, Johnny —Dijo pensativa—. Steve es un enigma, nunca sabes lo que está pensando.
La puerta del elevador se abrió y Storm no pudó contestar debido a que Fury se encontraba esperándolos.
Los Richards le explicaron a Ángela y a Nick lo que habían descubierto. Al parecer —En cuando a los campos—, variaban mucho a los de Sue por lo que les tomaría un poco más de tiempo estudiarlos al igual que las otras cosas sorprendentes que podía hacer la chica.
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¡F E L I Z A Ñ O N U E VO!
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|Qué todos sus deseos se hagan realidad. Qué todo lo que se propongan lo cumplan y que Dios las bendiga|
❝Cuando un sueño muere, es porque se ha hecho realidad.❞
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