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VI «Los vengadores»

Ángela terminaba el último trabajo que le encargó la señorita Wolf. Pero no podía concentrarse bien, pues el hecho de tener personas que la vigilan incluso estando en su casa la ponía nerviosa, aunque el pensamiento de conocer a los vengadores opaca cualquier preocupación.

—Muy bien, has progresado bastante. El trabajo de ayer y éste me demuestran que eres toda una experta en literatura, lectura y redacción así que mi trabajo aquí ha terminado. Estoy muy orgullosa —Terminó con una sonrisa.

La señorita Wolf tomó la atención de Ángela, era muy triste que ya acabaran, ella realmente le había tenido cariño.

—Gracias Miss, es una lástima que se tenga que ir, me ha agradado bastante tenerla como maestra. Muchas gracias, por todo.

Se despidieron y Ángela la llevó hasta la puerta pero se encontró con la sorpresa de que Kenneth estaba esperándolas.

—Llegaste antes, Ken —La Miss Wolf le dijo sacando su celular y poniendo su atención en el aparato.

—Hola hermosa —El chico ignoró a la maestra y centró toda su atención en Ángela—, que bueno que estés arreglada, ya nos vamos, ven —Se acercó a ella.

—Kenneth, hola... Me gustaría acompañarlos pero tengo que ir a otro lugar —Anunció Ángela dando unos pasos hacia atrás.

—Sí, lo sé. Vas a S.H.I.E.L.D —Susurró.

—¿Cómo lo sabes? —Preguntó ingenua, quería escuchar del propio Kenneth lo que ella sospechaba desde hacía una noche.

—Soy el agente Kenneth Wilson de S.H.I.E.L.D —Sacó su plaqueta modestamente.

—Ah, con que tú eres el infiltrado — miró la plaqueta asombrada.

—Sip, pero no es el único —Dijo la señorita Wolf interrumpiendo. Ángela casi se olvidaba que estaba ahí.

—¿Señorita Wolf? —La miró incrédula.

De todas las personas, no imaginó que la amable y comprensible señorita Wolf fuera una de sus vigilantes.

—Soy Natasha Romanoff —Contestó quitándose la máscara digital que cambiaba un par de facciones de la chica Rusa. También se quitó la peluca rubia dejando ver su corta cabellera pelirroja

—¡Dios mío! ¿tú eres Black Widow? —Ángela preguntó emocionada y Natasha asintió con una pequeña sonrisa—. Todo lo que sé, es por verte pelear, sería un honor que me entrenara —Ángela siseó con emoción.

—Llámame Nat —Comentó—. Y claro que te entrenaré, me gustaría verte en acción; me han dicho que eres muy buena —Comentó con una sonrisa.

—Pero no tan buena como tu, Nat —Aludió emocionada.

—Señoritas, vámonos. El jefe las espera —Dijo Kenneth alias Ken.

Entraron en el auto de Kenneth donde pusieron al tanto a Ángela:

•Kenneth seguirá yendo a su casa por órdenes de Fury. (Debe cuidarla)

•Le informaron que debido a que su casa tiene un extraño campo que impide que algunas personas entren, tuvieron que idear un plan para sacarla de la casa y así llevarla a S.H.I.E.L.D. (La agente Romanoff, amablemente le regreso el libro de Charles Darwin que tomó de la biblioteca de la familia Bloom para hacer que Ángela saliera).

•Nat sabía cada secreto y trauma de Ángela (procesando la información se acordó que leyó su autobiografía).

Ella les pidió que guardaran el secreto de la edad, al principio se negaron pero cuando les explicó el por qué, aceptaron, con dificultad pues se les hacía algo... Infantil.

Antes de ir con Fury, Ángela pidió ir al baño, antes de salir no se había puesto a pensar en su vestimenta. Quería saber si lucía presentable para los vengadores; debía dar una buena primera impresión, no quería que su ropa delatara su edad.

Tenía un short negro y una blusa blanca que decía "smile" con letras negras, era holgada y la Fajó un poco. No lucía mal después de todo. Salió lista para ir a la oficina de Fury.

—¿No me veo muy niña, cierto? —Preguntó al salir.

—Para nada. Nadie lo notara, Relajate —Respondió Nat, mirándola sonriendo.

—No, no te ves como una niña —Kenneth le giñó el ojo.

Ángela suspiró.

—Está bien, gracias chicos.

Llegaron a un elevador donde Nat apretó el último botón que, supuso Ángela, es donde está la oficina de Nick.

Estando enfrente de la puerta donde Nat tocó brevemente, Bloom moría de nervios. Poco después se escuchó un "adelante", Kenneth abrió la puerta encontrando a un Nick Fury algo molesto hablando por teléfono.

—Primero dile que no está permitido poner información clasificada de S.H.I.E.L.D en Wikipedia, luego bórrale la memoria —Hizo una pausa, escuchando atentamente.

Por un momento, la rubia pensó que tal vez ese "adelante" no era para ellos. También le causo gracia que se tomara muy enserio lo de Wikipedia ya que sólo bromeaba, no pudo evitar reír.

—Ya te dije haz lo que tengas que hacer —Colgó vehemente—. Bueno ya veo que conociste a los infiltrados en tu casa —Se sentó en su silla.

La chica soltó una risa ruidosa, ya no podía evitarla más.

—¿Wikipedia? —Apenas logró murmurarlo entre risas.

—No podía permitir que gente común se enterara de cosas que no debe —Dijo serio.

La chica cortó tajante su risa al ver la expresión de  todos, tan serios y mirándola  como un bicho raro. Aclaró su garganta, poniéndose más seria.

—Bueno Sip, ya los conozco, de Kenneth sospechaba pero ¿Romanoff? ¡Dios! Jamás creí que fuera ella —La emoción sé apodero de ella, nuevamente.

Fury y Nat soltaron unas pequeñas carcajadas. La de Nick fue mas fingida de lo que creyó Ángela que se escucharía.

—Agente Wilson se puede retirar, ustedes dos —Señaló a las chicas—, esperen en la mesa de aquí —Dijo Fury señalando a la izquierda.

—Tengo que ir al baño —Ángela soltó sin pensar.

—¿Otra vez? —Preguntó Kenneth, divertido.

—Sí, esta vez voy a hacer mis necesidades —Contestó con cierto tono de burla.

Salió delante de Kenneth, quién le dió indicaciones sobre la ubicación del WC, pero tomaron caminos distintos. Iba caminando un tanto nerviosa, una parte de ella quería salir corriendo pero otra anhelaba quedarse y conocer a los vengadores.

De pronto chocó con alguien y al levantar la vista para ver de quien se trataba, se quedó sin palabras. ¡Era nada más y nada menos que Hawkeye! trató de sonar lo más tranquila posible al disculparse.

—Perdone, soy muy torpe —Murmuró nerviosa.

Ya estaba de pie frente a él.

—No te preocupes, iba un poco distraído —Contestó con una sonrisa—. ¿Agente nueva?

—Uhm Sip... algo así, voy con prisa, nos.... nos vemos luego —Vaciló alejándose muy nerviosa.

Salió corriendo directo al baño, ésto la había puesto mucho más nerviosa.

Puso seguro a la puerta y caminó de un lado a otro repitiéndose a sí misma: “Ángela todo está bien, Ángela todo está bien.” Una y otra vez.

Una vez relajada, se miró en el espejo, tenía sus pestañas con un poco de rimen, sus labios naturalmente rosas y carnosos, su cabello color manzanilla cayendo en sus hombros.

Armada de valor, se dispuso a salir al encuentro de los héroes.

Al llegar a la oficina de Nick pudo escuchar un poco de la conversación.

—Ni si quiera está aquí puntual —Se oía murmurar una voz muy varonil, profunda, conquistadora y molesta.

—Fue al baño Steve, no tarda —Nat sonaba despreocupada y a la vez trataba de calmar al capitán.

—Perdóname Fury, pero sigo sin entender para que queremos a alguien que predice el futuro —Sonó la emblemática voz que ya era muy conocida, Tony Stark.

Le pareció el momento oportuno para entrar, así que armada de valor, giró la perilla, haciendo que todos posaran su vista en ella haciéndola sonrojar un poco.

Nada la detuvo a contestar la pregunta del señor Stark, ni si quiera la mirada sorprendida y profunda del capitán.

—Yo no... No sólo veo... El futuro —Comenzó algo insegura—. Controlo todo lo que tiene que ver con el tiempo, eso implica ver con exactitud el pasado, futuro, parar el tiempo, entre otras cosas más —Terminó muy segura de sí.

—Señores, Romanoff, ella es Ángela...

—Bloom, Ángela Bloom —Terminó ella, interrumpiendo a Fury.

—Es la nueva vengadora, su nueva compañera y la entrenarán —Prosiguió Nick.

—¿Por qué no está tu edad en el expediente? —Dijo Stark dejando de lado una carpeta que, supuso Ángela, era su expediente—. Mejor dicho, ¿Por qué no hay casi información tuya aquí?

Stark posó su mano en el expediente mirándola fijamente.

Se tensó un poco al escucharlo, miró a Nat quien sólo intercambió miradas, la voz de Hawkeye llamó su atención diciendo un “Pensé que era una agente cuando me la tope ahí afuera” seguido vió un Thor examinandola callado y pensativo.

Suspiro y tomó valor.

—Señor Stark, he conocido niños que se comportan como adultos y adultos que se comportan como niños, la edad es solo un número —Dijo sentándose en una silla enfrente de él.

—¿Acaso eres tan vieja para ocultar tu edad? —Preguntó sarcástico—. Porque no se te nota.

Soltó una risa burlona.

—Conozco casi todo sobre usted señor Stark, todo menos su edad, así que no me pida lo que usted no da —Soltó en tono divertido.

No hubo respuesta.

—Es ridículo que sólo haya poco mas de media cuartilla en tu expediente —continuó después de una breve pausa—. Tu nombre, tus padres, tus poderes y ya. Patético.

—Exactamente, Fury. No la conocemos, primero deberíamos saber más. Me gusta saber quién está en mi equipo para poder dirigirlo —La imponente voz del capitan se hizo sonar en toda la habitación.

Ángela permaneció callada. Ahora sí no sabía que decir.

—Señores, ustedes van a saber lo que tengan autorizado saber. Por el momento no hay nada más que decir. Ella se queda en el equipo y punto.

Fury parecía un padre que da la sentencia final sobre un nuevo miembro que ha llegado a la familia.

Centró su atención en la expresión del capitán, parecía molesto o angustiado, Ángela no podía percibir con claridad lo que sentía pero aún así miró su perfecto perfil.

—Entonces, ¿tú ya nos conoces? —Pregunto Thor, sacándole de su “Hipnotismo” con el cap. El dios quería probar una pequeña idea que le había invadido la cabeza.

—Sip, sé casi todo sobre ustedes, investigue desde el incidente de Nueva York y a decir verdad —Lo miró —, he tenido visiones sobre ustedes —Finalizo pensativa.

Thor quedó decepcionado, su teoría no era correcta.

—¿Sigo siendo fabuloso en el futuro? Espera, no me contestes, ya sé que la respuesta es un sí eufórico —Tony sarcástico atacó.

—El problema es que nosotros no te conocemos a ti —Dijo el doctor banner, restándole importancia a lo que acaba de decir Stark.

—Ya habrá tiempo de eso —Dijo Nat.

—Tiempo al tiempo, doctor banner —Ángela le regaló una sonrisa.

El científico se quedó en silencio, iba a decir algo pero se arrepintió dejando salir un pequeño gruñido.

Ángela lo miró, después recorrió a todos con la mirada, hasta que llegó nuevamente al Capitán, se veía molesto y cansado. Probablemente ella no le caía muy bien; eso la hizo entristecer un poco.

—Ángela —Fury cortó con sus pensamientos—, hay algo que debo decirte...

Antes de que si quiera acabara el enunciado una voz femenina lo interrumpió.

—Ángela hija, ¿por qué no nos dijiste de esto?

Su madre.

Su mirada estaba posada en Fury quien se detuvo cerca de su escritorio pero cuando escuchó la voz de su madre se giró a verla, sorprendida de forma negativa.

—¿Mamá? -—Preguntó sin entender—. ¿Qué haces aquí?

—Primero dinos, ¿Por qué no nos dijiste sobre tu reclutamiento en S.H.I.E.L.D.?

La voz varonil e imponente de su padre llenó la habitación, él se colocó junto a su esposa y juntos miraban a Ángela con desconcierto.

—Lo lamento pero no quería preocuparlos —Finalmente dijo acercándose a ellos, su mamá le abrazo.

—Oh, cariño. Sabíamos que este día llegaría y te apoyamos sí ésto es lo que quieres —Su madre habló dulcemente, acariciando su cabello.

—Así es, hija. Siempre serás mi pequeña princesa y nuestro angelito. Cuenta con nosotros —Su padre le tomó las mejillas y besó su frente.

—GraciasSusurró.

Ángela aún estaba confundida por su comprensión, amabilidad y disponibilidad. Creyó que si llegaban a saber algo, enloquecerían debido a que es un trabajo peligroso.

—Aún no entiendo ¿Quién les dijo? — preguntó, soltándose de ellos.

Creía saber a quién patearle el trasero después. Kenneth la pagaría caro.

—El director Fury nos informó esta mañana.

Su padre miró a Nick e instintivamente Ángela también pero no de una forma amigable y sorprendida. Era su jefe, no podía patearle el trasero, sin embargo, si tendría una charla sobre la parte del trato que él no cumplió.

—Bloom.

La voz del señor Stark era convencional, acercándose a ellos.

—Stark.

Frederick apenas y pronunció las palabras, lo veía duramente a los ojos.

—Que gusto verte de nuevo, Ricky—Dijo Tony, tratando de parecer amable.

—Lamento no compartir el gusto —Se podían sentir las miradas de todos en esa escena—. Princesa, vamos a casa para que empaques tus cosas —Dirigió la mirada a su hija, tomándola del brazo y a su esposa por la cintura llevándoselas rápidamente fuera de la habitación.

Ángela apenas y pudo vacilar un torpe “Claro” mientras salían lo más pronto posible de ahí.

Camino a su casa, Ángela trató de averiguar algo sobre su extraño comportamiento. Primero, ¿Por qué la había dejado de buenas a primeras mudarse con los vengadores accediendo así a usar sus poderes? Siempre le habían reprimido el usarlos y ahora ¿la dejan así como así? Y lo que es peor, la dejaron ir sola en una torre lleno de gente con poderes, ¿Saben lo que significa? Peligro en cada momento. 

Pero no, consiguió sólo una vaga explicación sobre que en la agencia le darían la atención que merece y la ayudarían más que ellos.

Y tenían razón, pero no le convencía del todo.

Segundo: ¿Por qué esa extraña forma de comportarse con Tony Stark? Hace unos meses morían de la preocupación por saber si estaba vivo, ahora lo ven y reaccionan como si lo odiaran.

Le sorprendió saber que Stark era un viejo conocido. En el pasado, sus padres habían sido buenos amigos pero resultó que Tony le jugó sucio. Había un lado bueno, gracias a eso, sus padres pudieron crear Asociaciones Bloom y ser exitosos.

Pasó por su mente que viviría con Tony, así que ¿por qué no? Le preguntaría acerca de esto y escucharía la otra versión —que esperaba, fuera mas extensa y completa que la de su padre—.

Al llegar a su habitación, maldijo por tener que volver a hacer sus maletas. Decidió empacar ligero y sólo lo que fuese necesario, después mandaría por las demás cosas.

Mirando su habitación por última vez se dio cuenta que lo único que extrañaría sería su cama, era en la que dormía mas cómoda.

Entre tantas cosas, encontró el álbum familiar y perdió casi toda la tarde mirando las fotos, se dio cuenta que era tarde cuando Raquel la llamó para avisar que el mismísimo Tony Stark había ido por ella.

Los hombres de seguridad ayudaron a subir el equipaje, al lujoso auto del multimillonario. Frederick apenas y lo miraba, se notaba fastidiado.

Ángela se despidió de sus padres, haciendo promesas de llamarlos todos los días y viceversa.

Cuando comenzó el viaje, fue silencioso, pero Tony decidió romper el silencio siendo tan sutil como una bala.

—Oye, ¿Por qué tan seria? No muerdo, tranquila. Me agradas —Comenzó mirándola brevemente.

—Ah, claro. Ya me había dado cuenta, fue muy claro en la reunión de hoy —comento sarcástica mirándolo divertida.

—Enserio me agradas, tengo un buen presentimiento de ti —Dijo mirándola—. Los Bloom son buenas personas, no serás la excepción.

—Oh, gracias, supongo —Dijo confundida—, ya que el hecho de que yo, le agrade a las personas, tenga que ver con mis genes —Dijo mirando el cielo, confunda—. Por cierto, ¿Cómo conoce a mi padre?

Cambió rápidamente de tema y Tony lo agradeció.

—Éramos mejores amigos en la universidad.

—¿Y por qué te odia?

—¡Ja! —Soltó débilmente—. Es una vieja, aburrida y larga historia, no te gustará escucharla —Dijo con su mirada muy fija al frente.

—De acuerdo —Era claro que ninguno de los dos le soltaría ni una sola palabra—. Pero no me pida que le cuente sobre mí, entonces.

—Tu ganas. Cuando nos graduamos, le conseguí empleo en Stark industries. Él fue el primero en decirme sobre Obadiah, un amigo de mi padre que se quería quedar con la empresa y vendía mis productos a gente mala. Jamás le hice caso y por esa razón peleábamos casi siempre; parecía mi esposa. En fin, él resultó herido en una presentación donde terroristas atacaron, él se molestó porque yo aún seguía prefiriendo a Obadiah que a él así que se fue. Y es obvio que está algo resentido.

—¿Algo? Creo que va más allá —Afirmó con burla.

—Si, no le agrado demasiado. Ahora cuentame de ti.

—Cuando lo dieron por muerto, hace poco, mis padres estaban muy tristes —Comentó viendo por la ventana, su voz sonaba distante—. Yo creo que aún le tiene cariño —Suspiró—. Y respecto a mi información, bueno —Sonrió un poco dolida—, legalmente yo no existo, así que no hay mucho que meter en la carpeta que hoy, usted sostenía.

M A T E R I A L      E X T R A

Un par de segundos después de que saliera Ángela de la oficia de Nick, entró un muy molesto Steve Rogers.

—¿Me has hablado para una misión que trata de una niña? —Preguntó el capitán directo a Fury, al entrar, sin molestarse en saludar.

Nick lo miró con sencillez, mientras Natasha miró a su jefe esperando el siguiente movimiento.

—Si vió los vídeos que le mandé, comprenderá, capitán, que no es sólo una “niña”, es una joven que representa un gran peligro para la ciudad —Contestó Fury.

—No veo nada de peligroso en ella, ¿Sólo porque se desmayó de forma anormal? Quiero decir, no tengo suficientes datos sobre ella. Quiero saber qué hacer y qué esperar.

—Es impredecible, Steve —Dijo Clint al llegar a la oficina, había escuchado un poco de la conversación—, me informé de todo lo que es capaz de hacer y... Vaya, no quisiera hacerla enojar.

El arquero hablaba mientras caminaba y se sentaba a un costado de Natasha.

—¿A quién no quisieras hacer enojar? Espera, no me contestes, supongo que con un arco y una flecha no puedes defenderte de muchos —Bromeo Tony Stark llegando a la habitación.

—Ja-ja Tony —Respondió Hawkeye en tono monótono—. Adivina quién ha hecho más cosas con un arco y una flecha que alguien con una armadura.

—Déjalo Clint, Tony está sensible por su casa destruida que imprudentemente hizo que destruyeran por revelar su ubicación exacta —Natasha respaldó a Clint.

—Que graciosos, ¿Desde cuándo son así? ...

Tony se vió interrumpido por Fury.

—Basta, tenemos poco tiempo antes de que regrese D'fiore.

—Está nerviosa, dudo que regrese pronto —Contestó la agente Romanoff.

Banner atravesó la puerta mirándolos a todos, un tanto nervioso, no se sentía cómodo estando en la ciudad, pasó desapercibido sentándose frente a Clint.

—Aun así, quiero darles toda la información posible. Primero, ella será parte del equipo, no podemos hacerla menos o más, es simplemente una nueva recluta. Segundo, ella es SU misión, tienen que vigilarla todo el tiempo y siempre, mínimo uno tiene que estar con ella. Tercero, no pueden hacerla enojar, llorar, alegrar o cualquier otra emoción en extremo porque hemos averiguado que sus emociones provocan esos ataques que vieron en los vídeos y queremos evitar un accidente en la cuidad. ¿Entendido? Tienen que ser amables y comprensibles. Sé que les pido mucho pero es realmente importante mantenerla bajo control.

—¿Por qué la he de tratar así de bien? Es decir, me dijiste que querías que la entrenaramos y a un recluta jamás le hablaría de forma “bonita”.

La voz molesta de Steve se hizo notar.

—Lo tendrá que ser con ella —sentenció Fury—, yo mismo me ablandaré con ella, al parecer sus poderes se desatan con forme sus emociones, no me quiero arriesgar a que haga un berrinche y acabé con medio Estados Unidos, capitán.

Una pequeña ráfaga de viento apareció desde la ventana y se vio entrar a Thor en su magnífico traje, saludó y tomó asiento junto a Clint.

—¿Pero de qué hablas? Me exiges demasiado, no seré blando con ella. Ni si quiera está aquí puntual... —El capitán continuaría quejándose pero Natasha lo interrumpió.

Después de que Ángela saliera•

—¿Qué fue todo eso? —Preguntó Thor, mirando a Tony mientras Ángela, aturdida, salía de la habitación.

—Un pequeño drama entre ex mejores amigos —Contestó Tony.

—No, Thor se refiere a la chica —Contestó Natasha.

—¿Se te hace conocida? —Preguntó Nick al dios.

—Un poco, pero no significa que tenga algo que ver conmigo —Replicó el rubio de largos cabellos.

—¿Estás seguro? Descubrí éste libro que tal vez te interese —Contestó Fury, tomando el libro verde y entregándoselo—. Ahí hay una leyenda que concuerda con la chica.

Thor tomó el libro, miró las hojas dónde venía la inscripción que contrastaba con Ángela.

—Creo que la conozco. Necesito ir a consultarlo con mi padre, volveré pronto —Dijo Thor agitando su martillo.

—Te necesito aquí para la tarde, Thor —Anunció Fury.

El dios hizo un ademán afirmativo y salió volando de ahí, dejando un agujero en el techo. Por suerte para Fury era el último piso.

Mientras Thor iba volando por los cielos, un recuerdo volvió a él como un balde de agua helada: a Adara le habían borrado la memoria...  Y a él, también.

Steve había tenido tiempo para tomar el expediente de la chica y repasarlo otra vez.

—Contestame algo, Nick. ¿Por qué tanto misterio con ella? —Preguntó el capitán, intrigado.

—¿Me lo dices a mí? La chica fue escondida de todos los sistemas de información. Sus padres se encargaron de no dejar ningún rastro de ella bastante bien, no hemos logrado descubrir mucho.

—¿La reprimieron? ¿Por sus poderes? —Preguntó Clint.

—Lo más seguro es que la hayan escondido por temor a que los juzgarán —contesto Natasha.

—Piensan que es un fenómeno, ¿No? —Preguntó Steve con enojo.

—Es ridículo, ¿Por qué Ricky lo haría? Yo la usaría para saber del futuro de mi compañía —Contestó Stark—. Aunque, evidentemente no lo necesito.

—Tu lo conoces mejor que nosotros, Tony. Deberías saber por qué lo hizo —contestó Natasha

—La reprimieron, toda su vida. Estará mejor con nosotros —Contestó Steven

—¿Sientes empatía con ella por tus años en el circo, Capi? —Preguntó Tony, burlesco.

—O tal vez, trataban de protegerla —Mencionó la agente, pensando el voz alta.

—Señores, Romanoff, tenemos que calmarnos. Recuerden las reglas y ella está a prueba una semana, si no manifiesta problemas mayores, se quedarán solo Banner, Natasha y Clint.

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