La pelinaranja está completamente harta de la situación. Los gritos de su novia reclamándole ya le están haciendo doler la cabeza.

Suspira con fastidio y lleva su melena hacia atrás.

—¡Esa tipa está detrás de ti!, ¿acaso no te das cuenta?

—A SooJin no le intereso, lo estás malinterpretando.

—Eres una ciega, Nicha. ¡Ella quiere acostarse contigo, su mirada lujuriosa encima de ti lo dice todo!

La mayor rie sin gracia ante lo dicho.

—¿De qué te ries?, lo que digo es cierto.

—De nada, simplemente de todas las ridiculeces que dices. SooJin tiene novia, Shuhua.

La mirada ardiente en furia de la menor se apaga de un momento a otro, como si le hubieran echado un balde de agua.

—Ahora...ya no estoy dispuesta a seguir escuchando tus gritos. Me voy. Y esta noche no me esperes, que no regreso.

Nicha no se detiene a pensar dos veces, toma su abrigo y sale de su hogar.

Shuhua queda estática, sin hacer nada. Ahora se siente mal de haber hecho todo un espectáculo sin antes haber oído a su novia.

Cuando piensa salir a detenerla y disculparse, ya es muy tarde, pues oye el auto arrancar y alejarse.