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Capítulo 2: Alquimia, metal, oro... muerte accidental.

- Alquimia, alquimia... -repetía una y otra vez Kirk Hammett, se distraía de sus pensamientos mientras veía a Lars correr en círculos-. Joder, me estás mareando, ¿puedes parar?

-¡NOS DESTRUIRÁN A TODOS! ¡NOS DESTRUIRÁN A TODOS!

- ¿No era convertir los metales en oro?

- ¡Oro! -gritó Lars, lánzandose por las escaleras cuesta abajo.

Aquel ejemplo del baterista era más o menos la desesperación de forma gráfica por la que pasaban todos.

Algunos fueron más pillos, salieron a recorrer el hospital para buscar material que serviría. Por ejemplo, James se mantuvo en un cuarto dónde se solían hacer tomas de radiografía. Encontró un termómetro antiguo de Mercurio que debía medir cerca de dos metros, el único instrumento que existía, lo demás estaba destruído en la habitación. Lo examinó, recordando sus muy limitados aprendizajes de ciencia que tuvo en la escuela por culpa de sus creencias ciencia/cristianas. Sabía más o menos en que consistía la magia que debía dominar y que el termómetro que estaba frente a sus ojos contenía un metal líquido. Podía sacar provecho si lo pensaba muy bien.

Marty prefirió salir del hospital hacia la calle, dónde admiraba muy de cerca las llamas del ahora infierno viviente. Había metal fundido de antiguos postes de electricidad disperso por el suelo pavimentado. Se sentó de cuclillas a una distancia pertinente para examinar el compuesto, teniendo precaución de no aspirar el humo y la masa de gas contaminante de aquel metal.

Junior y Dave se aliaron, recorrían juntos los pasillos del hospital con una vista muy limitada por la oscuridad, examinando con cuidado cada implemento metálico que se encontraban en el camino, intercambiando ideas para transformarlo en oro.

Al fin y al cabo, todos debían apresurarse en buscar alguna solución para empezar a atacarse.

Nick encontró en la misma sala en que despertó varios instrumentos de cirujanos, desde pequeños bisturís hasta grandes máquinas con piezas metálicas, no había que decir nada más, ya estaba buscando una manera para transformar todo. Aunque no negaba que sentía mucha pena por Jason, que no se movió nunca de ese lugar, se quedó sentado en el suelo, tosiendo mucho.

Kirk pudo conseguir tras un largo análisis teórico de la Alquimia, se dio por usar su mente para comenzar la magia con los pilares y pedazos de la arquitectura del hospital que estaban derrumbados en el suelo, era metal oxidado.

Y por otra parte... el baterista de Metallica cuando recuperó la consciencia tras su torpe caída, notó que había roto el barandal de las escaleras, eran de fierro, es decir, un metal. Cerró los ojos, con toda la concentración posible del mundo, buscando que se transformara en oro.

Los minutos transcurrían y los resultados de a poco llegaban; la sorpresa era alta. No podían creer que frente a sus ojos estaba el metal de gran valor monetario. El guitarrista de Metallica sonrió al ver que el óxido desapareció y el nuevo material brillaba sobre la oscuridad. Agarró con mucha fuerza la rejilla que perteneció alguna vez a un pilar del techo de este centro asistencial y corrió hacia fuera del hospital, en busca de la batalla. Donde se encontró con el guitarrista de Megadeth quién a sus alrededores tenía un fuerte gigante, como una especie de torre hecha de oro puro. La cual fue construida con el metal derretido y luego con su mente las transformó en aquel material, le ardían las manos por las quemaduras, sin embargo, estaba confiado que valdrían la pena.

- Te las arreglaste bien, eh -comentó el moreno, acercándose a él, sosteniendo parte del pilar como si fuera una espada.

- Tú también, quién lo diría -contestó, sin moverse de su lugar de defensa.

- No me atrevo para nada a matarte con un pilar "orificado", por tres razones: me caes bien, dominas bien la alquimia y no sé cómo hacerlo.

- Gracias, no tengo forma de matarte, sólo pensé en mi defensa propia. También dominas bien ésto, ¿te parece unirte a mi en esta batalla? Tú atacas, yo defiendo. ¿Qué piensas?

- Claro -sonrió, dejando ver sus característicos hoyuelos.

Se escabulló adentro de la torre, ambos esperaron a que alguien llegara para comenzar.

- ¡EUREEK---! -Junior quedó a medias con su grito de celebración cuando recibió un golpe en la cabeza, cayó al suelo junto a los cargamentos de oro pesados- ¡Auch! ¿Qué fue eso?

- ¡Un batazo por el rey de la alquimia, perra! -Lars le sacó la lengua, huyendo con el barandal con el que cayó ahora hecho oro.

- ¡Hijo de puta, pelea como hombre! -bufó Mustaine, agarró uno de los elementos pesados que transformó y se lo arrojó al danés, sin lograr acertar en el tiro.

- ¡Alcáncenme, perras!

Corrió como nunca por todas partes, su idea era juntarlos a todos para que el duelo fuera más épico todavía, le dolía tener que matar alguien, por tanto, prefería que fuera entre todos.

El baterista de Megadeth se sintió aliviado a ver que todos los instrumentos médicos se transformaran en sus nuevas armas blancas. Con un poco de ingenio, guardaba una liga para el cabello en el bolsillo, improvisó una resortera eficazmente. Tenía un arma simple, estaba conforme con eso. Debía ponerla a prueba, matar a alguien que no domina la magia al cien por ciento. Ese alguien aparentaba ser Jason, que ningún esfuerzo hacía por ejercer magia, sino, por intentar aclarar el aire de sus pulmones que era muy dañino, su cuerpo no soportaba el ambiente. Nick Menza sintió compasión por el enfermo.

- No puedo matarte -confesó-, aunque la humanidad dependa de ello... no puedo, estás débil, anda, ve a esconderte mejor para que no te pillen y te maten, ¿sí?

- S-sí... -titubeó, el otro le ayudó a levantarse- Gracias... estaré bien, no te preocupes...

- Vale, anda a esconderte, no le diré a nadie, ¿ok? Tú sálvate...

Cojeando, Jason Newsted sabía que su cuerpo estaba débil, no soportaba respirar, era una presión en su pecho tremenda. Es como si se intoxicara cada vez que el oxígeno entraba por sus fosas nasales. No llegó más allá que dónde estaba James, una sala que solían hacerse radiografías. El rubio apretó el puño, frustrado.

- ¡¡UNA PUTA HORA PARA NADA, NO SIRVO EN ESTA MIERDA!!

- N-no... James... -murmuró el bajista morocho, que señalaba el enorme termómetro de Mercurio que cambiaba de estado líquido a sólido.

-¿Por qué nada me sale bien?

- J-james...

- ¡Maldita sea! -salió de allí, dejando a su compañero de banda adentro del cuarto solo- Newkid, no te metas en mis asunt...

El termómetro explotó, puesto que las partículas sólidas sobrepasaban el espacio que existía en la placa de vidrio y una enorme bola de oro semi fundido se dispersó por toda la sala, golpeando directo contra el cráneo de Jason, haciéndolo caer al suelo.

Muerto.

- ¡Oh, dios mío! -Hetfield cubrió su boca en espanto- ¡Jason! ¡Despierta!

No recibió ningún tipo de respuesta, lo sacudió varias veces esperando alguna reacción. Posó su mano sobre el pecho del morocho para comprobar si existía pulso cardíaco. Al no encontrarlo el sentimiento de culpa recorrió toda su espina dorsal. Su misión en el momento ya no era tanto el combate, sino, mantenerse fuerte y con calma en esta crítica situación. Hizo lo posible para reanimarlo. Nada. La muerte ya había sido asegurada. Soltó varias lágrimas cuando lo cargó entre sus brazos, esperaba de corazón que los demás aún no se encontraran combatiendo todavía, no quería que nadie más muriera. No quería perder a nadie más. Recordando las palabras de Karen, sabía que no era necesario que alguien más muriera, no vió que Jason intentara hacer magia, dedujo que no supo cómo hacerla. Recorrió a un acelerado paso el hospital hasta llegar a un punto en que sus piernas no le aguantaban, se asomó por la ventana de ese piso:

Kirk y Marty unificados, Lars saliendo por la entrada con el barandal corriendo como niña afeminada a su vez que lo perseguían los dos Dave, Nick desde la otra planta del edificio con su resortera buscando un punto para disparar.

- ¡Alto! -exclamó con todas sus fuerzas- ¡No se ataquen! ¡Maté a Jason! -lo último fue lo más desgarrador que pudo pronunciar, las lágrimas a tempestades no paraban de salir- ¡Fue sin querer! ¡Actuó como mártir para nosotros! ¡Vamos donde la tal Karen a ver si nos deja seguir con la otra prueba!

En cuestión de pocos minutos, todos se reunieron en la sala inicial, lloraban la muerte del bajista, el pobre no tuvo manera de defenderse, fue casi una casualidad del destino su defunción.

- Olvidé haberlo mencionado -dieron un salto al oír la voz de Karen-, uno de ustedes era el único que no dominaba ningún tipo de magia, creo que ya saben quién era, lamento el acontecer, sin embargo, tendrán que acostumbrarse. Ésto es sólo el inicio. No se preocupen por factores como el hambre o el sueño, como dije antes, ustedes en sus cuerpos tienen suministrados en grandes cantidades sustancias químicas que han mutado en la información genética de sus células. Podrán sentir dolor y un cansancio, nada más, los han hechos casi inmunes al ambiente de ahora. Fueron muy inteligentes al poder buscar una alternativa sin que yo les aconsejara nada al respecto, pueden tomar un pequeño descanso si quieren. No muy extenso por favor, y así partirán con la segunda magia: Brujería. ¿Se sienten preparados?

Se tomaron un buen tiempo para tratar salir adelante tras la primera víctima, aún así, para salvar a la humanidad, han aceptado seguir.

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