Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 34

Maddox

Nada va bien, mis padres terminaron marchándose de mi casa ya que Yanet ni siquiera está dispuesta a dirigirme la palabra si no cambio de idea, Abby cree que cederá en algún momento, pero se ve difícil.

No puedo hacer mucho por ella, no voy a cambiar de idea, ya me enamoré de Raphael y no creo que eso cambie rápidamente.

Si pudiera deshacerme de estos estúpidos sentimientos no estaría envuelto en todo este enredo, estaría corriendo muy lejos, incluso más que mi madre.

Me siento a la cabeza de la mesa, Raphael vendrá más tarde por lo que estoy a cargo de todo, sinceramente no estoy de humor, Naomi me mira con molestia, Simone no sabe dónde meterse.

Claro, ahora tienen que rendirme cuentas cuando han estado molestándome, espero que no den más problemas, Raphael ya no se ve con mucha paciencia y yo también carezco de ella en estos días.

—Salimos en tres horas, traeremos a Zahir y Alí, están separados por los que las tropas se dividirán… —Naomi ni siquiera espera que termine para hablar, aprieto la mandíbula mientras la miro. 

—¿Cuál sería esa división?

—El Coronel irá con las dos primeras tropas, las demás irán conmigo.

—¿Es en serio? —gruñe, levanto una ceja, voy a quedarme con la tropa de Thomas, Simone y Naomi, no suena nada bien, pero es lo que toca.

—¿Algún problema, Capitana Santos?

—No, Señor —se corrige.

Me peino hacia atrás, es hora de dejar las tonterías, estamos trabajando y en el campo estas cosas se pagan con la vida, la última vez trabajando con ella casi no la cuento.

—Es hora de que haga las paces conmigo y así despejar el ambiente, trabajamos juntos y lo de esa noche no puede volver a repetirse, no voy a tolerar nada más.  ¿Entendido?

—Entendido, Teniente Coronel —lo dice entre dientes, difícil de creer, ignoro el tono y procedo a la explicación.

—Bien, los hermanos están resguardados en Hungría, el objetivo es atraparlos sin daños, es una extracción fácil, son alrededor de treinta guardias en cada búnker. 

—¿Por qué están separados?

—Aún no puedo dar esa información —le respondo a la Capitana, ella me fulmina con la mirada.

—¿Por qué no? La última vez que se nos proporcionó información incompleta fuimos directo a una trampa.

Ares niega, Connor hace una mueca, sé de sobra eso, yo estuve ahí, Raphael recibió una bala por mí, ella ni siquiera estaba cerca de la cuestión.

—Mi tropa estuvo en esa trampa, así que no es necesario recordármelo.

—Capitana, si tiene alguna duda puede preguntarme a mí —dice Raphael entrando a la sala de juntas, lleva uniforme de entrenamiento, las tres estrellas en sus hombros, ni si quiera le hace falta un uniforme para imponer respeto, joder, nació para tener un maldito cargo.

—Coronel —Naomi murmura con las mejillas rojas.

—Vamos, soy el líder en este operativo, Werner está cumpliendo mis órdenes, hágame la pregunta a mí —exige, Naomi comienza a sudar, supongo que sus tonterías son con mi persona solamente, ya aprenderá a respetarme.

—Ah, no, yo…

—¿Ya no quiere saber por qué tenemos la información incompleta?

—Uh…

—Bueno, respondiendo a la pregunta de la Capitana Santos, nuestro informante es Zahir, quiere que atrapemos a su hermano a cambio de dejarlo en paz.

—¿Lo dejaremos ir?

—¿Yo, dejarlo ir, desde cuando negociamos con ellos? Claro que no —Raphael se echa a reír.

—Entonces, gracias a la información de Zahir tenemos la ubicación exacta de su hermano y por nuestras verificaciones obtuvimos un punto aproximado de donde puede estar él —termino, Ares me mira.

—¿Aproximado?

—Sí, por eso me quedo yo con tres tropas, iremos por Zahir.
Raphael se queda de pie a mi lado, ni siquiera tengo que mirarlo para saber que su mirada está sobre Naomi, ella está tan nerviosa que casi me da un poco de lástima.

—Espero que no surjan complicaciones, quiero que cooperen, en el campo todos somos camaradas, olvídense de las enemistades. ¿Entendido?

—Sí, Señor.

—Vayan a prepararse.

—Con permiso.

Me pongo de pie dispuesto a retirarme también, Raphael agarra mi muñeca obligándome a quedar.

—Vas a irte con dos Capitanes a los que no le caes nada bien, tienes que tener ojos en la espalda.

—No hay problema. ¿Ya olvidaste quién soy?

—No, pero no quiero incidentes, todos de una pieza.

—Entendido —intento irme, a medio camino escucho su voz otra vez.

—¿Le di permiso para retirarse?

—Permiso para retirarme, Coronel.

—¿Entonces, piensa irse sin despedirse?

—¿Despedirme? —pregunto de forma estúpida, él se apoya en el amplio escritorio y mueve un dedo.

—Ven aquí.

Me acerco, Raphael me agarra el pelo y me besa de forma brusca, me aferro a su cintura y acerco aún más a él mientras su lengua recorre cada rincón hasta hartarse. 

—Estás loco —me quejo una vez nos separamos, Raphael se echa a reír.

—Lo sabemos, ahora puedes irte.
Me cambio de ropa y agarro mi armamento, verifico con los Capitanes y Tenientes de cada tropa, yo dirigiré directamente a las dos últimas tropas, Thomas será mi apoyo.

Naomi no está conforme a pesar de que solía hacer lo mismo cuando Raphael estaba en mi puesto, Simone parece tolerarme un poco más.

—¿Han entendido todos? —pregunto por última vez, la única que se queda callada es Naomi quien no deja de mirarme.

—Sí, Señor.

—Santos. ¿Algún problema?

La ardida no se queda con la espina clavada, sabía que esta mujer me daría problemas.

—Debes ser muy bueno follando, hablaste de que me dieron este cargo, pero al menos mi padre lo consiguió para mí, no tuve que follar con nadie para obtenerlo.

Thomas abre los ojos en grande, no sólo están los Capitanes, hay Tenientes y Sargentos con nosotros, para mañana todos sabrán el puto chisme, ya no me importa. 

—Modérate —advierto, ella hace caso omiso.

—Tú y Raphael, ambos, nos ven la cara de estúpidos.

—Así que conseguí el puesto follando con el Coronel —me echo a reír, por menos que esto puedo arrancarle las insignias, pero no me dará lo que necesito.

Naomi tiene que comprender que estoy por encima de ella, no puede pelear conmigo cada vez que se le antoje como si fuese una niña.

—¿Tienes pruebas de lo que dices?

—No, pero todos saben…

—¿Qué saben, que me gustan los hombres? Si. ¿Y qué? —inquiero, las mejillas de Naomi se enrojecen.

—¿Crees que tú mereces estar ahí?

—Escucha, no tengo tiempo para tus estupideces, eres Capitana y yo soy tu Teniente Coronel, estás por debajo de mí, deja de ser infantil y has tu trabajo o esto irá peor, puedo dejarte fuera del operativo por insubordinación.

—¿Y porque no lo haces?

—Porque no voy a rebajarme a tu nivel, sólo eres una chiquilla buscando atención, una malcriada que quiere una excusa para ir con papá y dar las quejas, no te daré ese gusto.

Naomi aprieta los labios, me separo de todos y le hablo bajo.

—Y esta es mi primera y última advertencia, intenta matarme otra vez y será la última vez que lo intentes. ¿Entendido?

—Sí.

—Abajo.

Bajamos ante mi orden, la tropa de Thomas verifica antes de que bajemos, les hago una señal a los Capitanes restantes para que me sigan.

El lugar es bastante grande, para ser exactos son cuatro lugares, por lo que divido la tropa de Thomas en dos, confío más en su gente que en los demás, Taylor Cobb es su nuevo Teniente y hace un buen trabajo.

Me quedo con la tropa de Naomi y le señalo a Simone su punto, me quedaré con la problemática, necesito vigilarla y evitar que haga alguna tontería.

Nos resguardamos a los lados de una montaña que actúa como la entrada del Búnker, el técnico en explosivos coloca una carga de C4 y derriba la puerta, entro apuntando con el rifle, elimino a uno, dos y tres guardias, el equipo me sigue.

Hago señales, me apoyan mientras sigo revisando el lugar, disparo de nuevo, la tropa también lo hace cuando el grupo de armados nos atrapa de sorpresa. Naomi dispara sin protegerse, hago que se agache detrás de una mesa, la malagradecida me fulmina con la mirada.

Una vez eliminados todos los enemigos seguimos bajando, Thomas por fin se comunica.

nker tomado, no tenemos al objetivo.

—Entendido, Capitán.

nker despejado, tampoco tenemos al objetivo —comunica Simone, respondo, eso nos deja con Zahir aquí o donde está la tropa del Teniente Cobb.

Llegamos al sótano sin encontrar a más personas, pateo la puerta y apunto, está oscuro y húmedo, Naomi revisa a la izquierda, yo lo hago del otro lado, me giro al no encontrar a nadie.

—Despejado.

—Aquí también está despejado —responde, cojo la pistola y apunto directamente hacia ella, Naomi abre los ojos en grande.

—Abajo, Capitana —ordeno, Naomi se agacha al instante y le disparo al hombre detrás de ella, jadea cuando lo ve caer al suelo—. Despejado y sin objetivo.

Teniente Coronel, tenemos al objetivo.

—Buen trabajo a todos, regresemos.

Naomi está enojada, no me importa, no necesito su agradecimiento, sólo hago mi trabajo y si tengo que salvarle la vida a mis compañeros, lo hago, no soy como ella.

Subimos al transporte correspondiente, me quedo con el prisionero y encargo del debido traslado a Iron Grills, según se me informa también tienen al hermano y más tarde se encontrarán.

Ya quisiera ver justo cuando el hermano se entere de que Zahir lo entregó, por el bien del idiota espero que no lo sepa, probablemente compartan celda y la cosa no termine bien.

Vuelvo al Comando, me cambio de ropa y subo directamente a mi habitación, espero que Naomi no me dé más problemas de los que ya tengo, abro la puerta cuando escucho los toques.

—Maddox —Thomas tiene una carpeta en la mano, lo dejo pasar, enseguida deja la gruesa carpeta sobre mi cama.

—¿Es lo que te pedí?

Me mira y suspira.

—Sí, aunque los datos no son útiles, hace cinco años el Coronel estuvo de descanso debido a una lesión y vivió con su hermana por casi todo un año, antes de eso servía en el Comando Estadounidense, luego se incorporó aquí en Londres.

Trago temiendo lo peor. 

—¿Viajes a otro país en ese período que no fuesen misiones controladas?

—Ninguno.

—¿Tenía algún nexo con el actual Coronel? —Thomas levanta las cejas con sorpresa.

—¿Estás investigando a Raphael?

—No exactamente.

—Ninguno.

—Mierda, quizás tengo la fecha equivocada —gruño revolviéndome el pelo, Thomas niega quitándome toda esperanza.

—No tengo idea de lo que buscas, pero nada vincula a Harrell con Raphael, tampoco viajó a excepción de misiones, no hay nada, ni años anteriores o posteriores, lo investigué todo.

—Dios bendito —me apoyo en la pared haciéndome la idea.

Maté a un hombre inocente por Raphael, me dejé manipular hasta este punto, aquí el imbécil soy yo pensando que podría amarme, los psicópatas no aman, lo tengo claro desde el principio.
Aún así caí en su trampa como si fuese un niño pequeño.

—¿Qué está pasando?

—Nada, sólo era curiosidad.

—Sabía que haría un desastre contigo —menciona Thomas parándose frente a mí, niego.

—Te equivocas.

—¿Lo hago? Mírate —me mira de arriba abajo—. No eres ni una cuarta parte de la persona que solías ser, incluso eras popular, ahora nadie se te acerca, eres problemático, retraído, malhumorado.

—¿Terminaste?

Coloca una mano en mi mejilla y acaricia.

—El amor debería hacerte sentir en paz, no en una guerra constante, no hay que perseguirle, ni rogarle compañía, si no te hace sentir bien y en armonía tienes al equivocado.
Me echo a reír, porque desde el principio sé que tengo al equivocado, pero no he podido hacer nada.

—¿Y qué hago si tengo al equivocado? Cada vez que estoy lejos es una maldita tortura.

—Pues ve olvidándote de lo que sientes y recuerda lo que te mereces, lo cual no es poco, Maddox —quito su mano. 

—Estás…

—¿Usted otra vez, Capitán? —me estremezco ante la voz de Raphael, Thomas da un paso atrás, pero de todas formas ya nos vio demasiado cerca.

—Coronel, ya me retiraba.

—Nos haría un favor a todos si no aparece de nuevo por aquí —gruñe apretándole el brazo—. ¿Entendido?

Thomas me mira como si estuviese demostrando un hecho, luego a Raphael.

—Sí, Señor.

—¿Era necesario hacer eso? Es un amigo —murmuro a penas se va, Raphael me agarra del pelo haciéndome gruñir.

—Amigo al que querías follarte y te habla de forma extraña. ¿No has visto como te mira? No es necesario estar tan cerca.

—Te haces ideas, eso es absurdo.

—Sigue haciéndote el tonto. ¿Qué hiciste con él?

—Nada —replico, me mira y pronuncia mi nombre con advertencia.

—Maddox.

—¿Te pregunté yo lo que hiciste con la doctora luego de recibir un disparo?

—Me la follé, dos veces —admite sin reparo, me enoja que sea tan hijo de puta— ¿Te hacen falta los detalles? Ya que tienes tu respuesta. ¿Vas a contestarme?

—Nada, no hicimos nada —agarro su muñeca y hago que me suelte.

—Ya, porque meterle la lengua hasta la garganta es nada, recuerda que los vi.

—Y dijiste claramente que no te importaba —le recuerdo, odié ese día, justo después ignoró mi confesión como si no fuese nadie importante.

Probablemente no lo soy.

—Y no lo hace, sólo que no me gusta compartir o al menos debería saber si estás dejando que te lo haga. ¿Deberíamos empezar a usar preservativos?

—No me ofendas —Raphael se echa a reír.

—Claro, porque no le eres fiel a tu esposa, pero si lo serás con tu amante.

—Deja de ser un imbécil, trágate los malditos celos y no vengas a ofenderme como si tuvieses algún derecho sobre mí.

—No estoy celoso, estoy claro en una cosa —gruñe contra mis labios.

—¿Qué?

—Lo que yo te doy, nadie puede dártelo como te gusta, ya estás amoldado a mí, lo que pruebes no te gustará.

—Claro, porque tienes una polla milagrosa.

—Lo has dicho tú —pongo los ojos en blanco.

—Sólo fueron besos, así que bájale a tus celos.

—¿Por qué no…? —agarro su mano cuando pretende deslizarla bajo mi camisa, no estoy de humor para nada.

—No, hablaremos.

—¿Ahora qué?

—¿Hace cuanto tiempo pasó?

—¿El qué?

—El incidente por el que quieres venganza.

—Cinco años, ya te lo dije —Raphael achica los ojos—. ¿Estás comprobando mis respuestas?

—Harrell…

—No, no, Maddox. ¿De nuevo con eso? —gruñe con exasperación—. Te dije que estaba ahí, fue uno de los que me golpeó. ¿Crees que no voy a recordarlo, que lo invento?

—Está bien.

—¿Ya terminó tu desconfianza?

—El problema es que sólo tengo que confiar en tu palabra.

—Y no soy de confianza, ya lo entiendo —replica.

—No hagamos una pelea de esto.

—Eres tú quien hace una pelea de todo, sé que no confías en mí, si fuera tú tampoco lo haría, pero te digo la verdad —diciéndome eso no me da muchas esperanzas, lo agarro por el frente su camisa y lo jalo hacia mí.

—Júramelo.

—Te lo juro, no estoy mintiéndote.

Suspiro, supongo que dejaré que me mienta un poco más, de todas formas con mi cargo de conciencia o alejándome de él no traeré a la persona que maté de vuelta.

—Te amo.

—Lo sé, Fierecilla, lo sé.

Me besa y desliza una mano bajo mi camisa, correspondo el beso, quizás esta sea una de las últimas veces que pueda besarlo, porque sé bien que esto no va a durar, no importa si está diciéndome la verdad.

El problema es que ya no le creo y no sé si debería confiar en él.

El amor no funciona así.

No funcionamos de ninguna manera.

Ya tenemos establecida una fecha de caducidad y creo que será pronto.

******

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro