Salir con una superestrella mundialmente conocida y adorada en su país natal no era algo sencillo y de eso, Taehyung se dio cuenta cuando él y Jungkook comenzaron a salir en citas ya como una pareja oficial.

Había pasado apenas un mes desde aquel día en el que Taehyung, después de aquel tierno beso, le había dicho a Jungkook que sí quería ser su novio.

Y durante ese tiempo, las veces que salieron siempre trataban de buscar lugares a los que poca gente fuera para poder tener un momento íntimo y lindo entre ellos, pero cuando no podían y querían salir tenían que esconderse o no ser muy obvios, estando muy pendientes de si podría haber alguien que reconociera a Jungkook y comenzará a infiltrar información sobre su relación.

Porque una relación homosexual de un idol y su fan no sería algo muy aceptado, sobre todo en Corea, si todo se sabía, todo se arruinaría y ambos eran conscientes de aquello, por lo que estaban siendo todo el tiempo muy cuidadosos, pero hacer aquello siempre llega a cansar. No es bonito fingir, y no es bonito ocultar quien eres y a quien amas.

¿Por qué el amor tiene que ser algo por lo que se juzgue a las personas? ¿Por qué simplemente no puede ser un famoso tal como es y tiene que fingir ser alguien que no es solo por la aceptación de sus fans? ¿Por qué algunos fans no pueden aceptar o imaginar que sus idols puedan tener diferentes orientaciones sexuales a lo que la sociedad dicta como "normal"?

—Porque la gente siempre juzga por todo— exclamó jeongin cruzándose de brazos.

—Sí —asiente Felix estando completamente de acuerdo.

Desde aquel día que comencé a contarles la historia de Taehyung y Jungkook, ellos siempre que venían me pedían que continuará contándoles lo que habían tenido que pasar y gracias a eso los tres pasamos mucho tiempo juntos y eso hizo que nos volviéramos muy unidos, ahora éramos tres mejores amigos.

—¿Y cuál fue la mejor cita de ellos dos?— cuestionó Jeongin curioso por saber, por suerte aún recordaba lo que mi padre me había contado de la primera cita de Tae y Kook.

—Bueno— comencé diciendo pero me interrumpieron.

—Hyunjin mi amor— llamó mi padre desde el comedor, lo había visto llevar los platos llenos de comida, cubiertos, la jarra llena de jugo y vasos hace unos minutos, así que supuse que en cualquier momento nos llamaría— es hora de comer, ven con tus amigos ya— ordenó.

—Será después del almuerzo— les dije a mis amigos encogiéndome de hombros.

Cuando terminamos de comer minutos después de descansar comencé a contarles a mis amigos la primera cita de Tae y Jungkook.

—Jimin, necesito tu ayuda— exclamó desde el castaño desde el otro lado del teléfono.

—¿Ahora que pasó?— le contestó el pelinaranja.

—Jungkook me invitó a salir en una cita- le contó entre alegre y angustiado.

—Pero es bueno ¿No?— cuestionó sin lograr entender muy bien el porqué su amigo lo había llamado, tan de repente, pidiendo su ayuda.

—Sí y no. Estoy muy feliz de ser su pareja oficialmente y que quiera salir conmigo en una cita, pero no tengo idea de que ponerme— le contestó viendo su habitación hecha un desastre llena de ropa tirada en su cama o en el piso.

—Amigo, eso es subjetivo— dijo restándole importancia al asunto— sabes que aunque tuvieras un saco de papas como vestuario, él te vería como el ser más precioso de su universo— exclamó encogiéndose de hombros al recordar las veces que su amigo le había contado los miles de cumplidos que él pelinegro le decía.

—No ayudas— habló con él semblante serio y un lindo puchero en sus labios.

—Agh, bien voy para allá— dijo y corto la llamada, metió su celular en el bolsillo trasero de su pantalón y tomó las llaves de su casa y su auto para dirigirse hasta el apartamento de su amigo donde, según el pelinaranja, seguro estaría carcomiéndose la cabeza por no saber que sería lo ideal para su primera cita.

Taehyung caminaba de un lado a otro esperando por su amigo, quien tan solo unos minutos después ya se encontraba tocando su puerta.

—Ven— exclamó Taehyung apenas abrió la puerta, jalando de su mejor amigo hasta adentrarlo en su dormitorio.

—Hola amigo ¿Cómo estás? Yo bien ¿y tú?— dijo Jimin en tono burlesco, fingiendo estar enojado por no haber recibido un saludo al llegar.

Taehyung hace una mueca alzando levemente una ceja y Jimin entiende por su gesto que no es momento de bromear sino de ir al punto.

—Esta bien, primero cuéntame ¿A dónde te llevara?— cuestionó cómo si en realidad no supiera nada de nada.

—Dijo que iríamos a cenar juntos y después me llevaría a otro lugar, pero no me quiso decir a donde— se encogió de hombros con un leve puchero en los labios, de verdad quería saber a dónde irían para poder saber que ropa llevar, no quería verse mal, después de todo era la primera vez que saldrían como novios y no como simples amigos.

—Bueno- alargó la palabra mientras se sentaba al borde la cama al costado de algunas prendas tiradas allí— quizá te lleve a cenar a algún lugar elegante y donde no haya nadie por, ya sabes, sus fans— se encogió de hombros mientras miraba sus uñas tratando de evitar sonreír o reír y que Taehyung lo haga hablar, sabía que si eso pasaba terminaría diciéndole todo lo que Jungkook le tenía preparado y no era eso lo que quería.

—Sí, es algo que imaginaba que pasaría si salía con él, pero no importa mientras podamos estar juntos todo esta bien— exclamó con una inmensa sonrisa en su rostro— y ¿Cuál de estos tres es mejor para ese tipo de lugar?— dijo separando tres conjuntos entre la ropa que estaba desordenada sobre la cama.

—Este definitivamente— dijo Jimin escogiendo aquel traje que hace tiempo le había comprado— Te dije que te serviría— rió levemente mientras contemplaba el hermoso traje azul.

Taehyung asintió estando de acuerdo con su mejor amigo y se cambió en el baño para luego salir y preguntar que tal le quedaba.

—Jungkook va a babear cuando te vea— aseguró el pelinaranja— tal y como ese día aunque actuó muy tonto por sus nervios— puso los ojos en blanco y rio al recordar aquel momento.

—Sí, aún lo recuerdo, que bueno que cuando nos hicimos novios aclaramos todas nuestras dudas sobre desde cuando nos sentimos así y cosas relacionadas incluido aquel momento— explicó hasta que escuchó dos golpeteos en la puerta de su apartamento.

—Ya vino— musitó claramente nervioso. Jimin tomó de su brazo y lo dirigió hasta quedar frente a la puerta dándole dos palamditas en la espalda como su forma de reconfortarlo.

—Suerte —susurró y abrió la puerta empujando a Taehyung fuera del apartamento haciéndolo caer en los brazos de Jungkook.

Con sus brazos alrededor del cuello del pelinegro y sus mejillas con un hermoso sonrojo, estando muy cerca el uno del otro, sonrieron separándose lentamente.

—Taehyung, te ves perfecto— suspiro Jungkook, dejando los nervios de lado al fin le había dicho como lo veía con aquel traje. Y eso que aquella palabra quedaba corta con todo lo que tenia que ver con el castaño.

—Gracias— respondió ruborizado con su hermosa sonrisa cuadrada adornando su rostro— tú te ves grandioso en ese traje— habló acariciando levemente los hombros del contrario.

Ambos salieron del gran edificio y se dirigieron hasta el auto del castañito, esta vez Jungkook conduciría hasta donde tenía planeado llevarlo.

—Bueno ¿A donde vamos?— cuestionó apenas estuvieron ambos dentro del vehículo.

—Ya verás— exclamó Jungkook depositando un tierno y corto beso el la mejilla de Tae.

Junto al vehículo comenzó el recorrido a su destino, mientras Jungkook se concentraba el camino Taehyung se tomaba el tiempo para admirar las calles y edificios por lo que pasaban mientras intentaba a su vez disminuir el ligero rubor de sus mejillas y sus crecientes nervios.

Los minutos transcurrieron rápidamente y llegaron a un hermoso y elegante restaurante. Con tan solo ver el exterior, Taehyung podía deducir que era uno de esos lugares caros a los que iban solo las personas millonarias. Cuando entraron lo confirmó, y es que todo el lugar era inmenso, con candelabros de cristal en el techo y hasta los manteles que cubrían las mesas se veían de una tela fina y costosa.

—¿Que te gustaría comer? Pide lo que quieras— le dijo mientras jalaba levemente la silla para que el castaño se sentará en ella, pasando luego a sentar frente a él.

—¿Hay kimchi o ramen?— cuestionó y recibió un asentimiento como respuesta por parte del pelinegro. Pensaba que aquello por ser platos típicos y sencillos costarían barato pero no tenía idea de lo muy equivocado que estaba.

—De entrada dos kimchi— dijo apenas vio a una mesera acercarse a ambos— un bossan ¿Y qué quieres de postre? ¿Seguro que sólo quieres kimchi?— cuestionó en busca de la opinión de su novio.

—Sí, Kookie sólo kimchi para mí— exclamó acariciando levemente la mano del pelinegro que etsbaa sobre la mesa.

—Eso es todo y de tomar un poco de soju, gracias— habló dando un pequeño asentimiento junto a una sonrisa pasando a dirigir toda su atención hacia Taehyung, podía imaginar lo que él castaño estaba pensando.

—Taetae sé, por todo lo que siempre hemos hablado, que no quieres pedir más porque no quieres que gaste en ti, pero amor eso no me molesta— dijo con una pequeña sonrisa mientras devolvía las caricias que su novio le había dado hace unos instantes.

Y si, había acertado, no quería que gastará tanto en él, con cosas pequeñas se sentía bien, pero también sabía que ser consentido por su novio tampoco estaba mal, pero al mismo tiempo tampoco tenía mucha hambre como para comer más que un kimchi como cena. En vez de eso, prefirió concentrarse en el bonito apodo que le había dado el pelinegro, pensando por un momento si había escuchado mal.

—¿Amor?— preguntó con un brillo en sus ojos, le había gustado escuchar esa palabra salir de los labios de Jungkook.

—Sí, no te molesta que te llame así ¿No?— pregunto tratando así de asegurarse de que no fuera eso algo que le incomodara.

—No, solo que no me lo esperaba— se encogió de hombros cabizbajo solo para tratar esconder sus nervios y su inmensa sonrisa.

—Ahora que somos novios puedes llamarme como mas te guste— aseguró para continuar diciendo— Entonces ¿No pedirás algo más?

—No bebé, enserio así esta bien— le contestó y así Jungkook comprendió que en realidad él no tenia tanta hambre como para comer más de lo que había pedido.

Jungkook al caer en cuenta de cómo lo había llamado no pudo evitar pararse, caminar hacia él haciendo que levante su rostro, al colocar su mano en su mentón, y depositar un dulce beso en los labios del contrario.

—¿Esta bien que ellos vean que me besas?- cuestionó el menor un tanto inseguro al saber que los empleados estaban allí viéndolos, si quizá alguno llegaba a grabarlos o difundir algo sobre ellos, podría así arruinar su relación.

—Sí no te preocupes, prácticamente les pago por dejar el lugar sin nadie y de que todo lo que pase aquí quede aquí— explico volviendo a sentarse en su sitio.

Con una sonrisa comenzaron a hablar de temas triviales y a la vez de unos relevantes, como lo de Yoongi y Jimin o lo de Hoseok. Minutos pasaron y dos meseras trajeron toda la comida que habían pedido yéndose apenas dejaron todo sobre la mesa.

Cuando comenzaron a comer siguieron conversando, de verdad nunca había momento en que se quedarán sin que hablar o sin algo que hacer. Estaban hechos el uno para el otro y nadie podría negarlo.

Jungkook quiso darle de comer pero Tae se negaba avergonzado, hasta que propuso que el también podía darle de comer y le pareció una gran idea, bueno hasta que por accidente hizo que un poco de la comida puesta en aquella cuchara cayera en el traje del pelinegro.

—Soy muy torpe, lo lamento— musito apenado viendo como Jungkook sonreía negando con la cabeza

—Tranquilo amor, es solo una pequeña mancha— dijo viendo como el castañito intentaba limpiar su camisa con un pequeño pañuelo en el que habían puesto los cubiertos.

Ahora que está frente a él muy cerca, podía darse cuenta de que cada vez que estaban así, deseaba besar toda su carta, más aún sabiendo lo avergonzado que se pondría su novio después de hacer eso, se veía demasiado tierno cuando trataba de ocultar su rostro para que no vieran su sonrojo o su sonrisa.

—Lo siento no pude evitarlo, estabas muy cerca- se encogió de hombros con una sonrisa viendo como el castañito regresaba a su asiento y tocaba sus mejillas al sentirlas calientes.

Después de terminar de comer agradecieron a todos por atenderlos tan bien y subieron al auto, ahora Jungkook lo llevaría a un lugar del que no tenía idea, pero le encantaría.

—¿Ahora a donde vamos?— cuestionó Taehyung ansioso, no aguantaba la intriga, pero Jungkook haciéndose el misterioso alzo su mano juntando su dedo pulgar e índice para pasarlo lentamente por sus labios como su forma de indicar que no diría nada, el pronto lo vería.

Minutos después cuando Jungkook estacionó el auto frente el mar supo a donde lo había traído.

—¿Lo recuerdas?— inquirió el pelinegro y Taehyung asintió lentamente con una inmensa sonrisa.

Volver a esa playa le traía recuerdos hermosos del tiempo junto a Jungkook de la primera vez que salieron solo con la intención de relajarse para poder escribir una canción.

Jungkook se acercó a Taehyung abrazándolo por detrás y depositando un tierno beso en la mejilla del castañito. Juntos se sentaron en el capote del auto, para ver desde ahí las infinitas estrellas decorando el inmenso cielo azul, y mientras Jungkook le cantaba una de sus más famosas canciones, «Euphoria» Taehyung se sentía completamente pleno y feliz.

Y en momentos como esos donde solo eran ellos dos y no prestaban atención a lo que les rodeara, no tenían idea de que alguien los estaba vigilando desde lejos.