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XXXVII

- Ahora sí, ¿Estás feliz? – preguntó Yibo mientras bailábamos.

- Si, Wang, estoy feliz –

- Te amo - pico mi nariz.

- Yo más - sonreí.

- No, yo más -

- Yo más -

- Yo más -

- Bastaaaaa, dame un beso -

La pequeña fiesta transcurrió muy bien, por mi parte, podría decir que no lo disfruté mucho, la mayor parte del tiempo me la pasé sentado, ya sea por el dolor que seguía en el vientre u ocupándome de Mei.
Una de las razones por la que nos casamos solo civil y solo algo pequeño y más íntimo fue por mi embarazo, ya que no lo iba a disfrutar, así que más adelante vendría nuestra boda religiosa.

- Zhan, ¿Vamos a bailar? – preguntó Cao Yuchen

- Nada brujo, prefiero estar sentado todavía, déjame descansar y bailamos... lo prometo –

- Ok, ¿Necesitas ayuda? –

- No, sigue nada más, saca a bailar a Yibo, haz que se divierta – él asintió.

Todos bailaban, yo regrese a mi cuarto para poder cambiarme de traje, no quería ensuciarlo, además que necesitaba estar un poco más suelto por mi pequeño bultito.

Una vez abajo, hablé con Yibo para cantarle Feliz cumpleaños a Mei, cuando mi princesa vio su torta sus ojitos se iluminaron y la sonrisa no cabía en su boca, fue la niña más feliz. Todos alrededor de ella cantándole.

- Es hora de soplar la vela princesa - le habla Yibo al oído.

- No olvides tu deseo Mei - le susurro a su oído.

- Si Papis - responde ella.

Pude bailar unas piezas más, lo que más me sorprendió fue ver a mi suegro súper feliz, a pesar de que tenía unos tragos encima, pero desde que se separo de su mujer, era otro y verlo junto a sus dos hijos mayores era genial.

Cuando termino todo, despedimos a la familia y amigos que habían venido, terminamos de juntar todo, guardar las cosas, lo más gracioso es que Yibo saco la escoba y empezó a limpiar, le siguió mi hermano y mamá.

- Son las 02:00 A.M. y se ponen a barrer – habló papá cruzándose de brazos.

- A noooo – habló Lu – Conmigo no cuenten, ya ayudé y ya me voy – levantó su brazo en forma de despedida.

- Igual yo – le siguió papá.

- Amor ve a descansar y lleva a Mei – habló Yibo.

- Vamos princesa – traté de llevarla caminando.

- Papi, cárgame – estiró sus brazos y la cargué.

- ZHAN – gritó mi esposo – No la puedes cargar así – dejó la escoba y se acercó a nosotros – Dámela – y fue con nosotros hasta el cuarto.

- Ve, yo termino de cambiarla – le dije a Yibo una vez que llegamos al cuarto para que regresara a ayudar.

Terminamos de alistarnos para dormir, quería que Mei se echara en su cama, pero mi princesa se negó, quería por lo menos dormir junto a Yibo solos en la cama por ser nuestra primera noche de casados, pero no pasó. Al despertar Yibo ni Mei estaban en la cama, escuchaba voces y carcajadas en la planta de abajo, busqué mi celular y vi que ya era medido día, definitivamente necesitaba esas horas de sueño después de una semana estresante.

Cuando bajé ya mamá estaba calentando la comida que había quedado para almorzar.

- Buenas tardes dormilón – Habló Yibo desde la sala.

Todos estaban terminando de arreglar la casa, faltaba poco para la Navidad, los regalos de Mei ya estaban listos para llevarlo a la casa del abuelo y mis regalos de matrimonio estaban en el árbol de la casa.

- Lo abriremos mañana, quieren grabarnos y tomar fotos – todo esto me lo decía Yibo abrazándome por atrás. Yo solo solté una risita.

2017

En febrero una de mis tías nos dió su departamento por dos años, para que empezáramos nosotros mismos, como una familia.

Para Mei fue difícil ya que después de 5 años tuvo que separarse de sus abuelos; yo estaba aprendiendo a cocinar, sabía algunas recetas, así que Yibo sería mi conejillo de indias para probar todo lo que aprendía, lo bonito es que lo recibía con gusto. No negaré que veía sus muecas y hacia lo posible para pasar los alimentos.

- Que tal está? - pregunté

- Mmmm ri...co Mmmmm - sus ojos me decían que estaba sufriendo en silencio.

- No mientas Wang - entrecerre mis ojos.

- D-De - pasó la comida - De verdad bebé -  sonrió - Me das agua -

Nos acomodamos y fuimos comprando poco a poco lo que nos faltaba, ya contábamos con lo principal, ya que había adquirido unas cuantas cosas durante el tiempo que trabajaba y otras que mis padres nos habían brindado y otras que Yibo pudo traer desde su casa.

En marzo recibimos una mala noticia, Yibo sufría mucho del dolor de sus rodillas, él que estaba acostumbrado a andar en bicicleta, ya no lo podía hacer, el dolor era tan fuerte que terminaba llorando, tanto y tanto que le hablaba para ir a sacar una cita, lo hizo; el resultado "Gonartrosis", esta es una enfermedad articular crónica, degenerativa y progresiva, consiste en la pérdida del cartílago articular, deformación de la articulación de tal forma que se altera la morfología y la función de la rodilla.

Este resultado fue como un balde de agua helada, hubo muchos factores desde que él era pequeño que intervinieron, sobre todo por descuido de sus padres, tratábamos que Yibo hiciera menos esfuerzo.

- Zhan, ya no podré jugar con mi hijo, no valgo nada – habló Yibo acomodándose a mi lado en la cama.

- No hables así – me acomodé en su pecho – Verás que todo estará bien – Vamos a salir de esta – trataba de darle ánimos, sabíamos que no iba a tener cura, pero si tratamiento para aminorar el proceso y que el dolor disminuya.

- Sabes que esto me dejara sin caminar más adelante, ¿No? –

- ¿Y? –

- Zhan, ¿Te quedarás conmigo así no pueda caminar? –

- Sí – lo besé – en la salud y en la enfermedad, ¿No es así? – le acariciaba la mejilla – Además ya estamos casados y pagar un abogado para un divorcio es caro – solté una carcajada.

- Ya verás – se subió a horcajadas sobre mí, cuidando de no chancarme – Hoy eres mío – susurró en mi odio haciendo que pasara un escalofrío por todo mi cuerpo.

No negaré que el problema de sus rodillas si nos limitaba a la hora de tener nuestras sesiones de jugar a la mamá y al papá.

A finales de marzo mamá habló con nosotros, se decidió que nos iríamos a casa de mis padres, ya que entraba en las últimas semanas del embarazo y regresaríamos después de dar a luz.

La primera semana de abril nos pasamos a la casa de mis padres, agradecía esto porque tenía el dolor que aún no me dejaba ni caminar, solo cojeaba, llegué a mi semana 41 de gestación, la verdad ya no podía, a veces lloraba por el dolor, hablé con mamá para que se encargara de Mei mientras me dirigía al hospital.

Cuando llegué me observaron, hicieron una lectura de los latidos y movimientos de mi bebé, resultando que todo estaba bien.

- Te seré sincera, todo esta bien, aún te falta una semana más para cumplir las 42 – me dijo la doctora en un tono muy amable, tratando de transmitirme la calma con su voz.

- No aguanto el dolor – volví a repetir.

- Espera, puedo ayudarte, pero dolerá un poco –

- No importa lo que sea – pedí, realmente estaba a punto de llorar por tanto dolor.

- Bien, empecemos – se puso a mi lado y daba movimientos circulares en mi vientre, presionando, hasta que sentí como una burbujita entre mis pantalones. – Creo que será suficiente – se dirigió a su escritorio – No te vayas a asustar, en cualquier momento empezarán los dolores- agregó.

- Gracias Doctora –

- Bien, te espero entonces, nos vemos más tarde – sonrió, le di de nuevo las gracias y me retiré

Salí del hospital y tomé el primer carro que encontré para irme a casa y hablar de lo sucedido.

- ¿Qué te dijeron hijo? – preguntó mamá al verme llegar.

- Pues tu nieto nacerá en cualquier momento –

- ¿Qué? – mamá estaba más que sorprendida, le expliqué lo sucedido y automáticamente llamó a todos.

- Mamá iré a la bañarme y a terminar de alistar todo, los dolores empezarán más fuertes en un momento y no podré moverme –

- Si, ve – terminó de enjuagar todo lo que tenía en el lavadero – Iré por Mei y tranquilo por favor – solo asentí y ella salió.

Subí a mi cuarto, Yibo no estaba, esperé un momento sentado viendo a mi alrededor,por ti tendría a mi bebé en brazos, tomé mis cosas y me alisté para entrar a la ducha – Bueno bebé, ya falta poco para conocerte- agarré el jabón y lo puse sobre mi vientre y daba vueltas - discúlpame por apresurar tu nacimiento, pero de verdad corazón, no aguanto más, prometo aguantar todo lo posible para que salgas bien – terminé de ducharme –

De pronto el dolor comenzó a hacerse presente, salté por las primeras contracciones - Avisaré a tu papá – 

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Holaaa Holaaaaa 👋🏻👋🏻

Actualización mañanera 😉

Ya quedan falta poquito para el final.

Gracias por seguir la historia ☺️

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