Lycoris conoció a la familia de Ser Laenor. 

El hijo de Lord Corlys y la princesa Rhaenys era alguien muy carismático. Los dos empezaron a hablar, ella en latín y él valyrio, él contaba de su época en los Peldaños de Piedras mientras sus hijos escuchaban con emoción. 

El pequeño Luke soltaba jadeos de emoción a cada cosa que contaba.

—Espero no ser gráfico con la violencia, Lady Lycoris — dijo Ser Laenor.

—Para nada — sonrió Lycoris dándole de comer a Teddy su papilla de vegetales.

—¿Y qué me puede contar de usted? — preguntó la princesa Rhaenyra.

—¿Sabes usar una espada? — preguntó el príncipe Jacaerys de inmediato

—No tan bien como quisiera — contestó Lycoris — Pero cuando tenía diez y dos use una espada para enfrentarme a una serpiente gigante que te podía matar con su mirada.

—¿Y acabaste con ella? — volvió a preguntar el primer príncipe.

—Fue duro, tenía que hacerlo con los ojos cerrados — Lycoris dejó la papilla de lado y levantó la manga de su vestido, mostrando su brazo derecho. Ahí había una cicatriz donde perforó el colmillo del basilisco —Pero salí victoriosa y me quedé con uno de sus colmillos como trofeo.

El colmillo fue transformando en una especie de daga venenosa que Lycoris tenía atada a su muslo en esos momentos.

—Genial — sonrió el pequeño Luke — ¿Qué más?

Lycoris miró sus recuerdos, que contar.

—¿Qué tal de cómo descubrí que era bruja?

—¡Si! — respondieron emocionados Jacaerys, Lucerys y sorpresivamente Laenor.

Lycoris se rio al ver como Laenor pidió disculpas por su comportamientos, ella negó con la cabeza y le dijo que fue divertido.

Por supuesto que contó su primer brote consciente de magia, tratando de simplificar y decir las cosas correctas. Contó de Hagrid y la cabaña en medio del mar, la visita al callejón diagon y su primera vista a Hogwarts.

—Conocí a mi esposo y algunos de sus hermanos el primer día de la novena luna — comentó Lycoris con una sonrisa — Estaba perdida pero su madre me ayudó. Luego Fred, mi esposo junto con su gemelo George me ayudaron con mi baúl.

—¿Y tu matrimonio fue uno concertado? — preguntó Rhaenyra.

—No — negó con la cabeza Lycoris — Al tener a mis padres muertos no hubo nadie quien me obligara a casarme, y ellos jamás me hubieran exigido casarme con alguien.

—¿No? — preguntó Laenor.

—Ellos se casaron por amor — sonrió Lycoris — Un par de tortolitos que se amaban y decidieron pasar el resto de su vida juntos. Yo escogí lo mismo, amó a Fred, incluso si ya no está conmigo.

La princesa Rhaenys le palmeó la mano dándole confort.

—Los Weasley me volvieron parte de su familia mucho antes de que me diera cuenta que estaba enamorada de Fred — dijo Lycoris mirando el anillo de bodas de Fred en su mano, justo debajo del suyo.

Dejando de lado sobre Fred y los Weasley, empezó a hablar del Quidditch, que era como se jugaba, los jugadores, las pelotas, las posiciones.

Ser Laenor la miraba con una mirada emocionada sobre cómo ella narraba sus partidos y sus compañeras. La princesa Rhaenyra estuvo impresionada de que a las chicas pudieran jugar ( o estudiar)

En un momento le pidió a Winky que le trajera un biberón a Teddy. Como su embarazo estaba avanzado, su cuerpo produce leche, mucha leche, por lo que ya no necesitaba de la poción nodriza y debía sacarse leche para que no le dolieran los senos.

Al finalizar la noche se despidió de la familia de la princesa Rhaenyra y se fue a dormir.

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Una bruja, Rhaenyra acaba de cenar con una bruja y no sabia que decir.

Tenía un aura misteriosa y a la vez melancólica.

Habló de su esposo muerto con mucho amor.

"Yo tenía diez y uno y el diez y tres cuando nos conocimos la primera vez" "Nos casamos el día de mi cumpleaños diez y siete, él tenía diez y nuevo. Solo estuvimos casados unos meses antes que muriera"

Tocaba un anillo de oro en su dedos.

Un matrimonio por amor y no por deber.

Que chica más afortunada.

Ella habló del Dragon Speech y como era muy recomendable que los niños aprendieran ahora que son muy pequeños.

—Los niños absorben la información mucho más rápido que los adultos — dijo Lady Lycoris — Y por lo qué se Ser Laenor dijo, ambos ya tienen dragones.

—¿Qué opinas de la bruja? — le preguntó Rhaenyra a Laenor, él estaba meciendo a Joffrey mientras le mostraba un barco de madera.

—Es muy interesante todo lo que ella contó — contestó Laenor — Poder hablar con Bruma. ¿Qué cosas tendría para decir?

Rhaenyra pensó lo que podría decir Syrax.

—¿Entonces dejamos que los chicos aprendan Dragon Speech? — preguntó Rhaenyra.

—Mis padres confían en ella — dijo Laenor — Y conoces como madre es buena para leer a las personas. Si no fuera de confianza la tendría muy vigilada.

Laenor le pasó a Joffrey, su bebé le sonrió y ella le devolvió el gesto.

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Daemon leyó el mensaje que Viserys envió, a la par que Rhaenys le envió a Laena.

Una bruja en Westeros con un dragón y que podía hablar con ellos.

"Meleys me habla. Menciona mucho a la querida princesa Alyssa"

Daemon recordó a su madre, imagines preciosa de ella. Como su cabello revoloteaba en el aire cuando lo llevaba sobre Meleys alrededor de King 's Landing.

—Poder hablar con dragones — dijo risueña Laena mientras rezaba en cabello de Baela — Imagina las historias que debe tener Vhagar de la época de conquista, sus aventuras con Visenya.

—Moondancer también hablaría — agregó Baela con una sonrisa. Daemon miró a Rhaena que acunaba su huevo como si fuese un bebé y se sintió mal por su hija, tantos años y su dragón no eclosionaba.

—¿Cuándo iríamos a Westeros? — le preguntó Laena directamente con una mano descansando sobre su protuberante vientre. — Para que las niñas se unan a la Lady Bruja en las lecciones de Dragon Speech.

—Aun no puedo creer que los cachorros Hightower vayan a las lecciones — dijo Daemon. —Incluso mandarán a buscar al cachorro que está en Oldtown

—Ellos tienen dragones — le recordó Laena.

—El segundo cachorro varón no— señaló Daemon. Laena negó con la cabeza, Daemon se puso de pie y tocó el vientre de su esposa. —Iremos luego de que nazca el bebé. No quiero arriesgarte a un viaje largo. Tal vez dos semanas después de su nacimiento.

—Está bien — sonrió Laena— Hasta eso, tendré tiempo de pensar en las preguntas que le quiero hacer a Vhagar.

Daemon sonrió pensando en su hijo por nacer. 

N/a: Lo siento Laena, te queremos mucho, pero te tienes que ir. 

Lycoris y Daemon