Lycoris solo bailó una pieza con Otto, pero luego sonrió cuando Sirius la sacó a bailar, diciendo que era el derecho de James al bailar con su hija, Sirius como padrino tenía las responsabilidades y derechos que eran de James Potter.

No pudo bailar en la primera boda.

—"Debió haber sido una hermosa boda" — había comentado Sirius en voz alta, con la mirada dirigida a la casa Hightower — "Casarse por amor"

Luego George echó más leña al fuego diciendo: — Una preciosa boda, pequeña pero que los novios se hubieran amado con fuerza y con el deseo de pasar juntos una eternidad era más que suficiente.

Lycoris no hizo un comentario, sólo bailó feliz con Sirius a pesar de que la boda era insulto a los Black y a la magia misma.

La fiesta continuó con normalidad hasta que ella pudo ver que ya muchos hombres estaban deseosos de destruir el vestido de Lycoris en la ceremonia de encamamiento.

Ella se puso de pie diciendo que era viuda y con tres hijos, por lo que la ceremonia no tenía sentido, ella elegantemente salió de la sala camino a las habitaciones, la reina la siguió para guiarla hasta la habitación en la Torre de la Mano.

—¿En serio vas a consumar el matrimonio? — preguntó la reina.

—No, tengo dignidad — contestó Lycoris.

Las dos entraron a la habitación y vieron como las criadas prendían velas, Alicent las despidió. Lycoris sacó de su baúl un camisón blanco con una bata a juego, se quitó el pesado y los alfileres en su cabello.

Se miró en el reflejo del espejo, su largo y grueso cabello negro, vio un nuevo juego de tocador. Cepillo de cerdas, un peine y un espejo de mano.

—Regalos de boda por parte de mi padre — dijo la reina.

Lycoris hizo una mueca pero asintió con la cabeza Con cuidado tomó el cepillo y empezó a desenredar su cabello. La reina se despidió de ella y Lycoris usó esos momentos para esconder su varita en el camisón.

La puerta se abrió para que Otto Hightower pudiera entrar.

Los ojos de esta víbora miraron primero su rostro y luego bajó hasta sus pechos. Los gemelos aún eran bebés lactantes, por lo que sus pechos eran grandes por la necesidad de alimentar a sus bebés.

Lycoris caminó hasta la mesa donde había una jarra de vino, y se sirvió una copa, la cual bebió de golpe y luego se sirvió una segunda.

—¿Qué haces? — preguntó Otto quitando el Broche como Mano del Rey.

—Madame Black me recomendó que me emborrachara — dijo Lycoris sirviendo una tercera copa para ella — Y voy a seguir su consejo porque ella también se casó en contra de voluntad.

—¿También te emborrachaste en tu primera boda?

—¡No tienes el derecho de hablar de mi primer matrimonio! — lo señaló Lycoris — Fred me amó, desde que era una niña perdida en un mundo nuevo, su familia me abrió los brazos cuando mis parientes de sangre no hacían más que tratarme como una basura. No sabes lo que he llorado su muerte, yo amé a Fred, me ha dado hijos y él siempre será parte de mi corazón.

Lycoris se tomó una cuarta, y se sentó en la cama dándole la espalda a Otto, luego de unos segundos sintió un par de manos sobre sus hombros. Ella se erizó como un gato y aprendiendo lo que estuvo haciendo el último año, usó magia sin varita.

Le lanzó un Desmaius a Otto que cayó sobre la cama de lado, Lycoris rápidamente se levantó de la cama y se aferró a la madera del tocador, con su cabello cubriendo los hombros.

Con su varita, manipuló el cuerpo de su "esposo" para que quedara encima de la cama, con él inconsciente lanzó el hechizo que lo haría creer que ella consumó el matrimonio.

Una de las paredes de la habitación se abrió dejando ver la figura de Daemon.

—Luces exquisita con ese camisón — dijo Daemon acercándose a ella.

Daemon pasó por alto a Otto que dormía, pero se podía ver en sus ojos que tenía deseos de clavar su espada en el oscuro y venenoso corazón de Otto.

Lycoris le sirvió una copa a su marido, quien aceptó profundamente.

—¿Nos vamos? – preguntó Daemon.

Lycoris apuntó su varita hacia la puerta cerrándola, aunque era su noche de boda y estaba segura que Otto ordenó que no hubiera alguna interrupción.

–Vamos – dijo Lycoris entrando por el pasadizo.

Claro que Lycoris tendrá su noche de bodas, pero con Daemon en su habitación en el Torreón de Maegor.

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Los labios de Daemon subieron desde el centro de los pecho de Lycoris hasta el cuello de su esposa.

Sus manos trazaron la piel oscura de ella, su largo cabello como un manto nocturno cayendo como una capa por su espalda mientras sus ojos verdes destellaban lujuria y sus uñas se aferraban a la espalda de Daemon.

—¿No me darás un hijo? — preguntó Daemon continuando con sus movimientos.

—¿Y condenar a un indefenso bebé a un terrible destino?

—Lo protegería

—Déjame leer las estrellas — propuso — Si logro ver que ese bebé tendrá una buena vida, me aferré con fuerzas.

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Otto se despertó con las sábanas envueltas en él, miró hacia un lado esperando encontrar a su esposa desnuda, pero encontró todo ese lado desordenado.

Miró hacia el tocador, Lycoris estaba sentada con esas extrañas ropas que se parecía a la de los Dorniense.

 Ella estaba colocándose una especie de crema o algo sobre el rostro, luego sacó un tarro pequeño hecho de barro, donde con su meñique sacó una pasta de color rojizo y se colocó en los labios.

—Veo que despertaste — dijo sin mirarlo.

Lycoris no lo miró en ningún momento mientras consumaban el matrimonio, ella tuvo los ojos cerrados en todo momento.

—¿A dónde vas? — preguntó Otto.

—A casa — dijo ella mientras se colocaba una especie de chal que tenía el mismo color que la ropa — Mis pechos me duelen y necesito alimentar a los gemelos.

Ella se arregló ese chal sobre la cabeza, enredando uno de los extremos sobre sus hombros, dejando la mayor parte de su cabello cubierto.

Sin decir más, Lycoris salió de la habitación. 

N/a: Obvio que Lycoris iba a tener su noche de esposa con su verdadero marido. 

Marido= Daemon

Esposo= Otto. 

El camisón de Lycoris. 

El regalo de bodas

El Kurta de Lycoris