El último día de la convención de la Asociación Asiática de Psiquiatría pasó tan de prisa que Kehvandra Al Farouq tuvo nada de tiempo para socializar, justo lo que quería. Llenó su mente de conocimientos nuevos, se apuntó a conferencias de actualización, compró un montón de libros para él, para Taha y para Namjoon, debatió con un colega de Arabia Saudita sobre el enfoque de los fármacos de amplio espectro para padecimientos y condiciones psiquiátricas apenas estudiadas. Parecía un niño pequeño en un parque de diversiones.

Tan inmerso estaba en sus cavilaciones que nunca notó que Kwon Jinyoung lo seguía a una distancia prudente pero nunca lo perdió de vista, lo veía revisar su teléfono constantemente y sonreír a la pantalla, llamó en 4 ocasiones con una duración de aproximadamente 5 minutos cada una. Comió con su compatriota Ahmed Al Arsan entre plática amena que Kwon interpretó como flirteo.

Estaba tan equivocado.

Ambos dubaitíes hablaban sobre el avance de Tahalafa, la ahora legalmente hija de Kehvandra, el árabe estaba sumamente orgulloso del progreso tanto físico como psiquiátrico de su pulga quien cada vez se encontraba más fuerte, su compatriota escuchaba atento a lo que su colega le contaba y también se alegraba, de que alguien que pasó por los traumas de las pérdidas parentales siguiera adelante con la mejor disposición de avanzar y obtener las herramientas necesarias para la óptima gestión de emociones y el avance paulatino de la depresión, para alguien tan joven era admirable.

-Antes de que regrese a Dubái me gustaría saludarla-

-Claro, tienes mi contacto para acordar la reunión, mi pulga te robará el corazón-

-Te volviste todo un padre orgulloso de su niña-

-Tahalafa es todo para mí-

-¿Has pensado en conocer a alguien para que sea tu pareja?-

-No, realmente mi vida se centra en trabajo y familia, quiero continuar así, Kehjjmet fue mi primer amor y no estoy listo para plantear un escenario romántico con ninguna persona-

-Cada proceso lleva su tiempo amigo mío-

-Quiero seguir como estoy, incluso la idea de tener a alguien cerca no me gusta-

-De acuerdo, necesitamos ir a la ponencia sobre modificación conductual, vamos tarde-

-Es tu culpa, podías pedirle el número a la recepcionista en otro momento-

Para Kwon Jinyoung el panorama era claro, llevaba toda la mañana detrás de Kehvandra siguiendo sus pasos y analizando su comportamiento y su lenguaje corporal. mientras hablaba con su colega, Kehvandra parecía emocionado en contarle anécdotas, pero por la sonrisa que se le dibujaba en el rostro y también en los gestos de Ahmed, supo la verdad.

Kehvandra tenía a alguien.

Hasta donde pudo averiguar estaba soltero y nunca se le conoció pareja alguna, por lo que Kwon de in mediato ideó como entrar a la convención y acercarse todo lo posible al árabe, pero estaba siendo jodidamente complicado porque resultó que Kehvandra era un completo despistado ajeno a los acercamientos con dobles intenciones de Kwon, otros hombres lo perseguían a él, pero ahora le tocaba al coreano rondar al árabe en este nuevo juego del gato y el ratón en donde el gato era siniestramente paciente.

Como debía guardar distancia, sólo podía interpretar al conversación a través de los gestos y la escasa información que había obtenido del dubaití y llegó a la conjetura de que debía ingresar a la base de datos del hospital para tener más conocimiento del esquivo doctor Al Farouq. Aunque ya había ingresado no pudo terminar de leer el expediente, pero por más que revisó en ningún momento decía nada sobre parejas previas, pero Kwon estaba seguro de que Kehvandra era gay. Su gayradar se lo aseguraba y nunca fallaba.

Se intentó acercar durante la cena de clausura pero fue inútil, más y más colegas se acercaban a la mesa de loa árabes para convivir mientras Kwon sólo podía armar a la distancia el rompecabezas que para él era Kehvandra Al Farouq. El dubaití era en extremo cortés lo que denotaba la cara educación que tuvo en los Emiratos Árabes Unidos, sonreía educadamente sin segundas intenciones, entablaba conversaciones amenas porque los colegas parecían tanto entretenidos como divertidos rondando siempre cerca del alto dubaití de tez caramelo y pelo azabache, su apariencia era impecable, toda la convención se cambió en algunas veces para tener la indumentaria fresca e intachable con accesorios discretos pero carísimos, simplemente el reloj que portaba en ese momento Kwon sabía que costaba poco menos de un millón de dólares por el gran diamante flotante que contenía la carátula. Kehvandra comía con cautela, mostrando sus conocimientos de etiqueta en la mesa, todo en él era perfecto.

Excepto ese puto teléfono que miraba con insistencia y cada que lo hacía una sonrisa se plantaba en su cara, conversó con alguien por un par de minutos pero claramente Jinyoung pudo leer los labios de Kehvandra un "te amo" claramente articulado de los labios del dubaití provocó que Kwon bufara molesto. Para él no saber que pasaba con exactitud le crispaba los nervios.

Se puso como meta averiguar todo sobre su próximo esposo en un tiempo récord y si tenía pareja deshacerse de ella.

No sería la primera vez.

Tahalafa y Jungkook realmente se esperaban en estudiar al máximo, gracias a los métodos que Kehvandra les había proporcionado, eran capaces de entablar diferentes técnicas para optimizar la captación de información para los exámenes que deberían de presentar el Lunes. Ambos se encontraban en el amplio despacho que ocupaban sus padres como oficina en casa, tenían desplegado un pizarrón donde Tahalafa le explicaba los problemas de Física que tanto le costaban a Jungkook por las clases a las que no asistió.

-Gracias a ti estoy seguro que compensaré mi promedio y no recursaré mi amor-

-Haré todo lo que pueda para que así sea conejito, si puedo darte mis puntos extras lo haré-

-¿Tienes puntos de más?-

-Sip, recuerda que como me pidieron formar parte del grupo académico para las olimpiadas tuve exámenes extras y me otorgaron puntos para el promedio final, mañana hablaré con los profesores conejito para que pasen mis puntos-

-¿Si tienes puntos extras por qué te esfuerzas de esta manera estudiando?-

-Porque quiero patearle su plano trasero a Soobin en el rankin, otra vez-

Haeri y su esposo quienes traían entre las manos bandejas con refrigerios para los adolescentes no pudieron evitar soltar carcajadas por las ocurrencias de la rubia.

-¿Quién es Soobin?-

-Soobin es el archienemigo de mi osa-

-¿Por qué son archienemigos?-

-Porque siempre nos disputamos el promedio y en los debates me refuta hasta el cansancio señor Taesun, él me odia y yo a él-

Haeri volvió a reír

-Pero Tata-ah, parece que eres incapaz de odiar a una mosca-

-Soy una vikinga señora Haeri, el odio de las valkirias hacia Soobin me respalda y me da fuerzas para estudiar más-

Taesun reía sin saber que le parecía más divertido, la cara de furia de Tahalafa que más bien era como un tierno bebé frunciendo el seño y apretando su puñito o la cara de su hijo embobado por su novia.

-De cualquier forma gracias por ayudar a Kook a estudiar, aunque no creo que sea correcto que le cedas tus puntos pequeña Tata-ah-

-Es lo menos que puedo hacer por él, fue una mala época para mi conejito, no es que él sea un mal estudiante, es mi forma de ayudarlo porque lo amo mucho mucho-

Jungkook resplandecía de amor y de admiración por su novia

-Bueno bueno, dejemos a los niños seguir estudiando, cuando terminen bajen por el postre-

Era ya muy tarde cuando la convención de la asociación Surcoreana de Psiquiatría concluyó sus actividades y todos los participantes eran libres de regresar a sus hogares, Kehvandra al Farouq tenía su maleta cerca de él mientras esperaba a Heliyaha, usaba su teléfono para enviar un mensaje a su hija avisando que ya estaba por salir cuando de pronto su maleta cayó hasta sus pies.

-¡Disculpe! Oh, buenas noches doctor Al Farouq, lo lamento iba distraído no vi su maleta-

-No pasa nada-

Kwon intentó ver el contacto mientras Kehvandra levantaba su maleta pero fue imposible.

-¿Tomará un taxi? Podemos compartirlo si gusta-

-Lo agradezco pero vendrán por mi-

-Ya veo, algún familiar-

Cuando iba a responderle, una enorme camioneta blindada y con los vidrios entintados estacionó a un paso de Kehvandra, del lado del piloto descendió un hombre alto enfundado en un traje negro y formal.

-Buenas noches doctor Al Farouq, buenas noches-

Saludó a ambos con cortesía mientras metía las pertenencias de Kehvandra al maletero de la camioneta.

-Me despido doctor Kwon, que tenga un buen regreso, debo partir ahora para llegar a tiempo a casa, aún tengo pendientes que terminar antes de ir al consultorio-

Jinyoung estuvo a punto de pedir que lo llevara pero Kehvandra dejó muy claro que se iría sin él.

-Nos veremos después doctor Kehvandra, iré pronto al hospital a visitar a mi padre y a usted si me lo permite-

El árabe sonrió cortesmente antes de subir a la camioneta. Kwon permaneció en su lugar congelado cuando escuchó la voz de Kehvandra dentro del vehículo.

-¡Hola mi amor! Te extrañe muchísimo-

Incluso dejó de respirar para poder mantener sus sentidos alerta y poder escuchar la conversación pero el motor de la camioneta lo impidió.

Joder

Aún más intrigas y más que averiguar

-Papá alfa te extrañé montones y montones-

La ahora legalmente hija de Kehvandra le besaba las mejillas mientras la camioneta avanzaba

-Y yo a ti pulguita ¿Te la pasaste bien con la familia de Kook?-

-Si y estudiamos mucho, estoy emocionaba por empezar la semana de exámenes-

-Eres la primer adolescente que escucho decir eso Tata-

-Heliyaha es que las vikingas ansiamos pelear-

Los adultos presentes rieron divertidos, esa pequeña rubia ocurrente hablaba sin parar.

-Mañana llegaremos mas temprano a la escuela para que puedas repasar antes de tu primera clase mi amor-

-Si eso sería genial papá, gracias. ¿Puedo ir mañana a verte al hospital?-

-Claro que si pulga cenaremos juntos-

Heliyaha notó que un taxi los seguía muy de cerca pero no dijo nada hasta que la situación fuera comprometedora, mientras dejaría que sus protegidos siguieran conversando en tranquilidad.

Fue una suerte para Kwon que el taxista que le tocó obedeciera sin chistar en seguir de cerca a la camioneta que tenían a unos 25 metros, anotó las placas para después averiguar a quien pertenecía pero la frustración era grande, por más que se acercaba el taxista y encendía los faros delanteros a toda su potencia, no podía saber cuantas personas había dentro de esa camioneta, sabía que el llamado "amor de Kehvandra no era el que manejaba el vehículo porque no se dirigió a él cuando tomó su lugar al volante, por lo que debía de haber al menos otra persona dentro. ¿Pero quién?

Sin embargo obtuvo un gratificante premio de consolación.

Después de un trayecto de al menos 90 minutos llegaron hasta la zona más exclusiva de uno de los mejores edificios de toda Corea del Sur. Kwon le indicó al chofer que lo esperara mientras se dirigía a la recepción del edificio, sabía que las rentas eran exorbitantes en esa zona pero de ese edificio suponía que sería impensable arrendar un departamento incluso de los "económicos". La camioneta se perdió en el estacionamiento subterráneo privado por lo que era imposible entrar en taxi a ese exclusivo lugar, la seguridad era impresionante y no quería llamar la atención, lo que menos pretendía era que Kehvandra se enterara que lo perseguía como un stalker profesional.

-Buenas noches, disculpe, el acceso al edificio es sólo para residentes, de lo contrario indíqueme a que piso va para notificarle al dueño que tiene visita-

-No sé el número de piso en el que vive mi amigo-

-Disculpe pero sin esa información no puede acceder aunque me diga el nombre del dueño del edificio, no se comparte información alguna de ningún residente si los visitantes no explican el piso y departamento al que pretenden visitar-

Kwon notó que los vigilantes lo miraban curiosos y se acercaban disimuladamente, menos mal que pensó antes y cubrió su cabeza con el gorro de su sudadera y usaba cubrebocas.

-Quería sorprender a mi amigo con una visita sin avisar pero veo que no será posible, hasta luego-

El vigilante contrariado envió una alerta al centro de cámaras para que monitorearan actividad inusual fuera del edificio, por si a ese extraño hombre se le ocurría rondar el edificio por fuera buscando una entrada alterna.

Pero Kwon se alejó de nuevo en el taxi rumbo a su casa, no quería levantar sospechas así que desistió en su misión.

Pero mañana será un nuevo comienzo yo todas las piezas del rompecabezas encajarán con el tiempo.