Primer Acercamiento [Editado]
Los días de exámenes pasaron deprisa, la semana acabó al igual que la presión por estudiar sin descanso a cada oportunidad, la amistad entre el crecido grupo también se fue fortaleciendo con el paso de los días, parecía que se conocían de toda la vida, compartían anécdotas, bromas, abrazos y besos, era una simbiosis extraña pero solo lo hacían en la casa de Tahalafa, no querían llamar la atención en la escuela y era impensable que los coreanos ejercieran su sexualidad en el edificio para extranjeros que pertenecía a la preparatoria. Podrían expulsarlos de la institución y el país si irrespetaban el reglamento.
La relación entre Jungkook y Tahalafa era aún más extraña, podían pasar minutos mirándose intensamente pero ninguno se atrevía a decir palabra alguna, mientras miraban películas en la casa de la árabe y las luces eran tenues, entrelazaban sus dedos cuando nadie estaba atento, además de que Jungkook siempre era el último en despedirse para así besar a la pequeña rubia con una intensidad animal, tomaba el pelo de la rubia entre sus dedos sosteniendo con fuerza, por su parte la más bajita enterraba sus dedos en la cintura del coreano y dejaba las marcas de sus uñas, después cambiaban, Tahalafa enredaba sus dedos en las negras hebras para tirar con fuerza y así Jungkook quedara a su altura para seguir el beso, profundo, húmedo y con mordidas incluídas, era un gesto de despedida en el que volcaban todas sus confusiones y frustraciones con el otro en un simple beso de despedida, solo eso, si claro.
El grupo pactó un reglamento, en el que se especificaba que la hora del almuerzo era sagrada y que estaba prohibido que se agregaran extraños al grupo si no se avisaba primero, además de que tenían que votar para decidir si esa persona podía pasar el rato con ellos o no. La segunda regla era que por ningún motivo se integraría otra persona a ir a la casa de la rubia, ya que ese era el momento del grupo de convivir en libertad, sin ser juzgados además de que se debía proteger a las parejas, porque sí, para ese momento no solo eran Jisoo y María, Namjoon y Seokjin, ahora también eran pareja Hoseok y Yoongi, Taehyung y Jimin, los cuales eran cuidados con recelo por la rubia, ofreciendo su casa para que todos se sintieran en tranquilos, en libertad y felices.
Las tardes eran el mejor momento del día para todos, compartían la hora de comer con los padres de Tahalafa entre bromas y risas pero después ellos regresaban a trabajar, dejando la casa libre para un grupo de adolescentes con las hormonas a tope, las parejas se perdían en las habitaciones, había veces en que la temperatura subía mientras estaban todos juntos, se besaban, las parejas comenzaban a frotarse sin pudor, mirando a los demás, a veces Tahalafa se unía a María y Jisoo en besos de tres, lo mismo que Jungkook, Taehyung y Jimin, a veces Namjoon y Jin compartían caricias debajo de la ropa ante la atenta mirada de los demás, a veces Hoseok y Yoongi simulaban follar con la ropa puesta.
Aunque era notable el bulto en los pantalones de sus amigos, Tahalafa nunca sintió atracción por ninguno, compartían besos y nada más, solo Jimin que al parecer estaba obsesionado con sus senos los acariciaba mientras se besaba con Taehyung. Jungkook miraba embobado cuando eso pasaba y no entendía por qué, pensó que solo era que se excitaba al ver a Jimin en ese estado, quería engañarse atribuyendo que todo el calor que su cuerpo generaba era por ver a sus amigos excitados y solo eso.
Cuando las parejas estaban todas juntas era el momento de Tahalafa y Jungkook de mirarse sin descanso, preguntando en silencio por qué se sentían diferentes, por qué se frustraban tanto cuando uno de los dos se perdía con un desconocido en los baños de la escuela y por qué Jungkook quería acariciar a la más baja y ella a su vez quería explorar con él todo lo que ni siquiera había imaginado. Pero se detenían, respiraban pesado, como si estuvieran al límite. Todo iba a peor cuando Jimin y Taehyung comenzaban a acariciar los senos de la árabe por debajo de la ropa, torturando sus pezones, a veces los demás veían el espectáculo mientras sonreían, otras veces eran Yoongi y Hoseok los que acariciaban los prominentes senos, los muslos y el trasero de la árabe, en ocasiones eran Jin y Namjoon los que acariciaban la piel de la rubia, querían que todos estuvieran en el mismo tono, mientras eso pasaba se besaba con los demás, Jungkook hacía lo mismo, compartía besos con Jimin, con Taehyung, con Jin, con Hoseok, Namjoon y Yoongi, incluso con María y Jisoo, no había celos ni envidias, solo agregaba más calor al ambiente, eso es ser amigos verdaderos.
Pero cuando eso pasaba, Jungkook no soportaba y corría al baño, dónde se masturbaba hasta arrancarse un orgasmo desesperado y se quedaba ahí hasta que cada pareja buscaba una habitación para terminar lo que empezaron, solo ellos dos quedaban y al igual que el tatuado, la rubia se encerraba en el baño a culminar con sonoros gemidos el acto.
Al salir hablaban de cosas triviales pero ninguno de los dos era consiente de cómo sus manos se buscaban ni de cómo sus ojos estaban soldados a los contrarios en busca de respuestas que parecían inexistentes.
Cuando la semana inició María, Jisoo, Jimin y Tahalafa entraron con terror a la preparatoria, las calificaciones serían entregadas y entonces el apocalipsis se desataría en el mundo. Les llegó el PDF con la boleta, observaciones de cada profesor y al final el ranking que ocupaban en la escuela.
Tahalafa estaba en primer lugar. Reenvió el PDF a sus padres ya que en las observaciones de los profesores ella sólo obtuvo felicitaciones y alicientes de que siguiera así. Jimin la aplastó entre sus brazos, era un momento en extremo feliz, Tahalafa hizo su baile de la victoria, recibió felicitaciones de sus compañeros de clases, algunas eran sinceras y otras fingidas pero poco le importó, estudió hasta la locura y obtuvo su recompensa. Entraron todos al salón en orden, cuando la árabe acomodó sus cosas en el aula su teléfono vibró.
La maestra de inteligencia Emocional entró al salón, pondría un video explicativo sobre los desórdenes alimenticios, estaba dispuesta a mirar con atención la pantalla pero la mano de Jungkook, quien se sentaba en la banca de atrás, atrayendo su atención echó a perder sus buenas intenciones.
—Pide otra cosa, ¿Qué tal una salida a cenar?—
—Suena bien—
—El sábado no, tengo cita—
El estómago de Tahalafa dio un vuelco, su ánimo bajó hasta el inframundo, no le respondió a Jungkook hasta que éste llamó de nuevo su atención.
—¿Por qué quieres que te pida algo?—
—Porque sí—
—¿Qué tal una chica linda para pasar el rato?—
—No conozco a ninguna—
Jungkook tensó la mandíbula, la punta de su lengua tocó su mejilla, una clara señal de que estaba molesto, pero eso no lo pudo ver la rubia ya que ella miraba al frente.
—¿Entonces?—
—Entonces el chocolate está bien, gracias, ahora por favor mira el video—
Lentamente, ellos establecieron una rutina, en la que los fines de semana Jungkook buscaba con quién follar al igual que Tahalafa, pero ella lo hacía en los baños de la escuela cualquier día de la semana, los sábados las parejitas salían cada una por su cuenta, la árabe siempre rechazaba el salir con alguno porque no quería hacer mal tercio, todo parecía tomar el curso de siempre, en ese grupo de amigos todos eran gays, absoluta, irremediable y felizmente gays.
Durante ese tiempo también estableció una rutina en la que cuando terminaba la tarea temprano, hacía ejercicio con sus padres y éstos le enseñaban técnicas básicas de defensa, ya que al ser miembros inactivos del servicio militar de los Emiratos Árabes Unidos, sabían todo sobre tácticas de pelea cuerpo a cuerpo, defensa con armas, sin mencionar que eran cintas negras en distintas artes marciales, ya que al ser miembros de la sociedad élite de ese país, pudieron disfrutar de diferentes entrenamientos sobre atacar y defenderse durante su adolescencia y juventud.
Los domingos eran los días familiares de la más pequeña del grupo, salía con sus padres a diferentes lugares turísticos, tanto en la ciudad como fuera de ella, sobre todo visitaban museos, era su pasión, en esporádicas ocasiones, Tahalafa invitaba a sus amigos a salir en familia algún sábado en la mañana o tarde, para que así sus amigos tuvieran la noche libre para tener sus citas, lo cual la hacía feliz, le alegraba enormemente ver a sus amigos los lunes y que le cuenten lo que hicieron con una gran sonrisa mientras le relataban sus romances, lo único que no le gustaba era escuchar las historias de Jungkook, no eran celos sólo, bueno no tenía idea de que sentir y eso la frustraba.
Si se están preguntando qué pasó con el grupo de arpías, bueno, llegaron a un acuerdo, fueron suspendidas 15 días, además de que ese período de exámenes fue cancelado, por lo que deberían sacar excelentes calificaciones si querían salvar el semestre. También en el acuerdo estaba que por ningún motivo podrían acercarse a Tahalafa, ni siquiera en las actividades donde participaba toda la escuela y cuando fueran períodos de descanso en áreas comunes, si la árabe estaba presente ellas debían de ir a otro lado, de lo contrario estarían expulsadas de inmediato y toda la ira de unos padres omegaverse de la élite de Dubái caería sobre ellas y sus familias. En otras palabras les hicieron una oferta que no pudieron rechazar.
Poco a poco la fisionomía de Tahalafa fue modificándose, dejó de ser tan delgada, obtuvo tono muscular, resistencia, además de velocidad y los conocimientos básicos para defenderse si era necesario. Sólo sus amigos notaron el cambio, sus piernas y brazos aumentaron su tamaño al igual que su trasero, Jimin era el más feliz ya que cada que podía nalgueaba a la rubia con ganas, a veces ponía en duda su homosexualidad, Lafa le decía que era un lesbiano. Su altura no tuvo remedio, pudo modificar su cuerpo pero no su microscópico tamaño, los milagros no existen.
Al llegar el segundo período de exámenes todos estudiaban con ahínco, ya que la condición para que siguieran todas las libertades en la casa de los árabes, era que se esforzaran con las calificaciones, incluso cuando se sentían abrumados con la dificultad de las materias, Kehvandra les dio técnicas de estudio y de concentración, además de que los padres de la más bajita contrataron un maestro de matemáticas para todos.
Los padres de Tahalafa hablaron con la directora y con el personal del edificio de residencia de extranjeros, para que los días de clases extra los coreanos se quedaran en la casa, la directora se puso exigente así que envió un inspector para que corroborara la dirección, así como las instalaciones y las condiciones en las que pernoctaran en esa casa de acceder a la petición, también se pidió la autorización de los padres de los coreanos, quienes al conocer vía video llamada a Kehjjmet, Kehvandra y Tahalafa accedieron, por lo que una rubia en extremo feliz guió a sus amigos al piso superior de la casa, no podía con la emoción por lo que brincaba cual canguro mientras tiraba de la mano de Taehyung.
—Bueno, como sus padres ya aceptaron, me dediqué el domingo a arreglar todo, espero que les guste y si no por favor, díganme para cambiarlo ¿Si?—
—¿Pero de qué hablas pequeña?—
—Ya verás ya verás Yoonguito—
Abrió la primer puerta, los coreanos con curiosidad se asomaron, era una habitación en colores sobrios, con dos amplias literas y cuatro escritorios, era la habitación de Yoongi, Hobi, Namjoon y Jin, cada escritorio tenía su nombre en un letrero de madera, había unas cajoneras, una gruesa alfombra oscura y una televisión, tenía un amplio baño con dos lavabos y dos regaderas, la rubia estaba atenta a las reacciones de sus amigos, daba saltitos esperando que alguno hablara.
—Uh, éste es un espacio para que puedan estudiar luego de tomar la tutoría de matemáticas, mi papá Alfa dice que si terminamos tarde de estudiar, pueden quedarse a dormir aquí y así sentirse cómodos, sus padres aceptaron pero uh ¿Están de acuerdo? Si no les gustan podemos cambiar lo que quieran y—
—Pequeña—
—¿Si Namjooncito?—
—Gracias—
—Nop nop, gracias a ustedes por aparecer en mi vida, estoy feliz de que seamos amigos—
Cada uno de los dueños de esa habitación abrazó a la rubia, también la besaron con afecto, los dejó que inspeccionaran su nueva área de estudio para llevar a los otros tres a la siguiente habitación.
Esta era en tonos menos oscuros, había tres camas y tres escritorios con los nombres de cada uno, un baño doble, también había una gruesa alfombra gris claro y una televisión.
Los dueños de esa habitación estaban felices, abrazaron a Tahalafa con fuerza y gratitud, se hicieron bola en la cama de Jungkook en medio de risas.
—Gracias hermosa, todo es perfecto—
—De nada Jimincito, mis padres y yo queremos que se sientan como en su casa y libres, solo eso y ya suéltenme que me falta mostrar una habitación—
—Nooooo no te vayas Lafa—
—¡Ya Taecito me aplastas!—
—No puedes desobedecer a tus mayores o te daremos unas nalgadas—
—Tu solo buscas pretextos para nalguearme, contrólate lesbiano—
Como pudo Tahalafa se soltó del férreo agarre de los brazos de Jimin y Tae y de las piernas de Jungkook, corrió hacia la puerta de la habitación llevando a María y Jisoo de la mano.
—Esto es para ustedes lindas, espero les guste—
La habitación era más pequeña ya que solo era para dos personas, tenía lo mismo que las otras habitaciones solo que las paredes eran blancas con toques amarillos, los escritorios también tenían los nombres de casa una, Tahalafa rebotaba en su lugar de la emoción ya que preparó todo con sumo cuidado basándose en los gustos de sus amigos. Ambas la abrazaron felices, gritaron y rieron, las dejó que inspeccionaran a gusto mientras ella se dirigía a su propia habitación.
—¿Les gustó?—
Kehjjmet estaba esperando a su hija afuera de la habitación de la
—Si papá Omega, muchas gracias por dejar que ellos se quedaran con esas habitaciones, ustedes son los mejores—
—De nada pulguita, papá te ama mucho y solo quiere que estés feliz—
—Y yo a ti te amo mucho mucho Alab—
Tahalafa se arrojó a los brazos de su padre, quien la tomó al vuelo para abrazarla con fuerza, Lafa se prendió cómo koala a su papá, terminaron de bajar las escaleras para buscar al padre faltante, estaba revisando papeles en su oficina. Al ver a sus amores abrazados poco le importó lo que estaba haciendo, se acercó a ellos para ser parte del abrazo.
—Creo que todo salió bien—
—Si papá pero también les dije que si algo no les gustaba me los dijeran para cambiarlo—
—Bien hecho bebé, lo más importante es que ellos estén cómodos y con la suficiente confianza de decir lo que no les agrade, lo que queremos es que tengan todas las herramientas necesarias para que obtengan buenas calificaciones—
—Gracias gracias gracias, tengo los mejores padres del universo universal—
—Y nosotros la mejor hija y la mejor pulga—
—Ash arruinaste el momento anciano—
—Pero así me amas hija mía—
—Ya bebés calma, sama' vamos a darles oficialmente la bienvenida a los otros bebés—
La semana de exámenes pasaba agónicamente lento, a pesar de que estaban todos conviviendo en la misma casa, cada uno se iba a su espacio para estudiar, estos parciales fueron mortales y debían esforzarse, en silencio y a la distancia, los padres de Tahalafa miraban con orgullo el compromiso de sus nuevos hijos adoptivos, en realidad no buscaban calificaciones perfectas, solo querían ver el compromiso que cada uno de los adolescentes tenía con ellos mismos y con su familia, era todo lo que pedían a cambio de darles la libertad y confianza plena que se habían ganado, ya que en la compañía del grupo su hija estaba feliz, agradecían que todos aparecieran en sus vidas pero sobre todo que entre todos se cuidaran y fueran felices.
—¿Estás seguro de lo que haremos sama'?—
—Si amor, se han ganado un buen descanso después de estudiar tanto pero les diremos cuando terminen el último examen—
—Tienes razón, todo saldrá bien—
El grupo salió en calidad de zombis el viernes, a la salida como todos los días estaban esperando los padres de Tahalafa, la rubia y los demás iban arrastrando los pies, con unas ojeras monumentales y el cerebro licuado.
Al verlos la más bajita del grupo se tiró a los brazos de su papá alfa.
—Me rehúso a presentar los terceros parciales papá, moriremos todos—
—Vamos a casa bebé, te apuesto que con tu comida favorita te sentirás mejor—
—Tal vez—
Kehvandra sonrió, su hija no estaba tan agobiada si aún pensaba en comida.
Todos se acomodaron en la camioneta para emprender el viaje a la casa de los árabes.
Cuando comenzaron a comer, los padres de Tahalafa intercambiaban miradas cómplices, al igual que sonrisas mal disimuladas, la rubia no podía con la curiosidad.
—¿Qué les pasa a ustedes dos eh? Andan muy misteriosos—
—Bueno como no puedo guardar el secreto lo diremos ya—
—Lo que Kehjjmet quiere decir, es que debemos hablarles de algo pequeños pero aún no porq—
—¡Nos iremos el fin de semana y tendrán la casa a su disposición!—
—Ay sama' guardas los secretos peor que Tahalafa—
—¡Oye! no me metan en sus peleas maritales, yo siempre soy una tumba—
—Pero abierta hija mía—
—¡Anciano!—
—Disculpe señor Kehvandra, ¿Qué quieren decir con dejarnos la casa?—
—Bien Tae, lo que mi esposo quiso decir, es que él y yo nos iremos de fin de semana, es un lugar cerca, un seminario con padres de mis pacientes, sobre cómo ayudar a sus hijos con diferentes trastornos, queremos darles algunos beneficios por todo el esfuerzo que han hecho para estos parciales, es decir que si ustedes qu—
—¡Pueden hacer una fiesta!—
—Sama' deja de interrumpirme por favor—
—Lo siento alzawj—
—Bien, queremos decirles que pueden hacer una fiesta hoy o mañana, o una reunión entre ustedes, o una pijamada o lo que prefieran, es nuestra manera para agradecerles todo su esfuerzo y para que liberen el estrés acumulado—
Los padres le entregaron una extensión de la tarjeta bancaria de cada uno para su hija.
—Decidan sabiamente y sean prudentes, para cualquier cosa se queda el personal de servicio incluido el chofer ¿De acuerdo?—
Los ojos de todos se abrieron en grande.
—¡Lafa tus padres son los mejores!—
—Lo sé Hobito—
Al terminar de comer, ambos adultos se despidieron del grupo de adolescentes, le dieron más indicaciones a su hija sobre tener cuidado, sobre estar al pendiente de sus amigos y de que se divirtiera pero no pasara el límite y que al volver le darían un regalo si la casa estaba intacta.
—Todo estará en orden papás lo prometo muy prometido—
—Confiamos en ti pequeña, recuerda que te amamos ¡Hasta pronto pequeños! Tengan cuidado y diviértanse—
—Tengan buen viaje y gracias por todo—
—Gracias a ustedes por su esfuerzo pequeños, nos veremos el domingo—
—Los amo padres omegaverse, diviértanse también—
En el apartado de mensajería de alumnos en la página de la American School Foundation, se publicó la invitación para la fiesta en la casa de la árabe, señalaron que era una fiesta para darle la bienvenida atrasada al grupo de coreanos, habría comida y bebida a raudales, la fiesta sería el sábado y quedaban cordialmente invitados.
—Esperemos lleguen invitados o no sé qué haré con tanto alcohol, es la primer fiesta que organizo y estoy ansiosa—
—Todo saldrá bien pequeña, tal vez no te das cuenta pero eres popular—
—Claro que no Jincito, si vienen personas será porque ustedes serán los anfitriones, yo solo soy la party planner—
—Ay pequeña bebé, como se nota que ignoras muchas cosas—
—¿De qué hablas Hobito?—
Hoseok miraba con atención a Jungkook antes de hablar.
—Nada bebita, solo cosas que pienso a veces—
—Bueno ya tenemos asignadas las tareas, debemos apurarnos antes de que cierren las tiendas—
—¡Oh! Es verdad Jooncito, nos vemos más tarde, tengan cuidado—
—Claro pequeña lo tendremos—
Todos salieron a cumplir los recados, Namjoon y Jin junto con el señor Elías el chofer, compraron todo el alcohol, María y Jisoo compraron todos los ingredientes para la comida, Jimin y Taehyung qué buscaron todo lo electrónico para ser DJ y Tahalafa y Jungkook salieron en busca de toda la decoración para la fiesta.
Horas más tarde los camiones con el alcohol y los adornos llegaron a la casa de los árabes, parecía que la fiesta sería monumental y realmente estaban planeando una fiesta de proporciones épicas, todos estaba emocionados a la vez que ansiosos de que llegara el sábado, estaban felices porque todo iba mejor de lo planeado, encontraron todas las cosas y mañana solo saldrían a comprar la ropa para festejar.
Tahalafa, Jisoo y María salieron muy temprano el sábado decididas a encontrar el atuendo perfecto, por lo que tenían una larga mañana por delante, decidieron primero desayunar antes de emprender la misión, hablaban sin parar mientras comían, se habían vuelto hermanas de corazón y se notaba a simple vista, compraron la ropa, los zapatos, los accesorios y el maquillaje, incluso compraron lencería, debían estar preparadas para todo.
A las 9:00 pm en punto, estaba todo preparado para recibir a los invitados, había suficiente comida como para alimentar a una ciudad, alcohol como para emborrachar un país y las decoraciones estaba en la última tendencia, la temática era neón, por lo que en la pista de baile había luces negras que hacían llamativa la mesa del DJ, la mesa de comida y la barra de bebidas, la tienda de decoraciones incluso les ofreció el servicio de un barman con vasos de cristal que brillaban en la oscuridad al igual que los hielos, la química a veces era divertida.
El grupo de amigos lucía sus mejores atuendos, siendo Tahalafa la más arriesgada ya que escogió un diminuto vestido de lentejuelas negras, de finos tirantes, pronunciado escote al frente y la falda llegaba justo debajo de su trasero, sumamente ajustado, pero lo que era más llamativo es que tenía la espalda descubierta, por lo que no llevaba sujetador, además de unos enormes tacones rojo brillante.
—¡Wow bebé! Si no fuera gay ya te hubiera empotrado contra la pared—
—Hobito y si yo no fuera gay ya te habría chupado hasta el cerebro, te ves muuuy bien—
Ambos rieron sonoramente, se dieron un leve abrazo justo antes de que el timbre sonara indicando que los primeros invitados habían llegado.Una hora después el primer piso de la casa estaba lleno. Dos horas después la gente había abarrotado el primer y segundo piso, tres horas después la casa estaba a tope, los vidrios vibraban por la música, las luces robóticas le daban ambiente de una discoteca de lujo, en medio de la pista de baile una rubia apenas cubierta por un mini vestido bailaba sin parar, desde la distancia le mandaba besos a Jimin y Tae, los DJ que se turnaban para amenizar la fiesta, el alcohol circulaba por las venas de cada adolescente, Tahalafa si había bebido pero estaba en sus 5 sentidos, debía cuidar a sus amigos y también la casa. Jisoo y María bailaban con ella, brincaban cantaban a todo pulmón y se divertían en grande, en algunas canciones se les unían Hobi, Jin y desde la distancia Jimin y Tae, incluso Yoongi bailó con el trío riendo por culpa del alcohol.
A las 4 de la mañana María y Jisoo se fueron a su habitación después de comerse la boca en plena pista. Tahalafa buscó a los demás pero entre la oscuridad y el alcohol en su sistema se rindió rápido, mientras estaba en la barra pidiendo un trago buscó a Jungkook pero tampoco se veía por los rincones, seguramente estaba ocupado en su habitación, su ánimo bajó un poco pero solo fue un momento porque una bella adolescente de piel canela y cabello negro se acercó a ella para conversar pero de inmediato besó a la rubia quien no rechazó el acercamiento.
Jungkook se había encerrado con Anderson, a último minuto se arrepintió de follarlo ahí, salió del baño con la indecisión incrustada en su mirada pero cuando volvió a entrar, el rubio estaba ocupado con un par de desconocidos, sonrió, era su destino no follar esa noche, por lo que decidió emborracharse hasta perder el conocimiento. Al bajar las escaleras miró como una morena muy alta estaba en el sofá con Tahalafa sobre ella, de pronto una sensación desagradable se adueñó de su estómago, apretó la mandíbula, miró la escena confundido, ellas se besaban intenso pero parecía que Tahalafa sintió su mirada porque volteó hacia la dirección del tatuado, el calor del momento se esfumó por lo que se despidió de la morena, la fiesta para ella ya había terminado, le indicó al personal de seguridad y al de servicio que le pagaran al barman cuando decidiera irse y que les consiguieran transporte a los invitados que querían irse, que despidieran a todos y después se podían retirar, les agradeció su esfuerzo y les indicó que les daría un pago extra por la desvelada.
Pasó otra hora antes de que la música se apagara, Tahalafa estaba tan cansada que solo quería tirarse en su cama y dormir hasta el Lunes, se acostó boca abajo en su cómoda cama, poco le interesó que el vestido se le subiera a la mitad de su trasero y que aún tuviera los tacones puestos, estaba a punto de dormir pero la alertó que la puerta de su habitación fue abierta, giró un poco para ver quien era y ni siquiera se molestó en moverse más, Jungkook había entrado tambaleando, con una botella aún en su mano.
—¿Quieres beber conmigo?—
—Porque no—
Tahalafa se sentó, tomó la botella y le dio un gran trago, después le pasó la botella a Jungkook.
—¿Te divertiste Kookito?—
—Un poco pequeña ¿Y tú?—
—No estuvo mal—
Siguieron bebiendo en un cómodo silencio mirando al frente, uno sentado al lado del otro, apoyando la espalda en la cabecera de la cama, Jungkook acabó con el líquido de la botella, cerró los ojos para tomar valor.
—¿Sabes? Estuve a punto de follar pero me arrepentí—
Tahalafa lo miró
—Me pasó algo parecido—
—Me di cuenta—
Se miraron fijamente, como hacían siempre pero esta vez Jungkook decidió hablar
—No pude porque estaba pensando en ti—
La rubia miró intensamente a Jungkook, exhaló el aire que estaba conteniendo.
—Y yo no pude porque mis ganas se esfumaron en cuanto te vi—
Poco a poco se fueron acercando y no eran conscientes de ello.
—¿No quieres saber qué pensaba pequeña?—
Para ese momento sus labios se rozaban al hablar
—¿Y si mejor me muestras y yo te muestro algo también?—
—Me gusta como piensas bebé—
Terminaron con la distancia, por fin, después de tanta tensión se besaron con la intensidad de las ansias acumuladas, las lenguas peleaban por introducirse en la boca del contrario, se mordían, bebían la saliva del contrario, ambos enredaron los dedos en el pelo del otro, dando suaves y no tan suaves tirones mientras los dientes raspaban los labios opuestos, Jungkook atacó el cuello de la árabe, después Tahalafa copió el gesto, haciendo que Jungkook gruñera, se miraron un segundo, un largo segundo antes de que Tahalafa se sentara en el regazo de Jungkook, con las piernas a los lados de las caderas del coreano, éste puso sus grandes manos en el trasero de la rubia, por debajo del vestido, deleitándose por la suave piel pero el firme músculo, la árabe gimió en la boca del tatuado.
—Joder ¿Qué me estás haciendo? Yo soy gay—
—Yo también Kookito, pero cuando te veo, no sé qué me pasa, no es justo, me frustro—
—Y yo joder—
La plática termino, los besos subieron de nivel, Jungkook abrió su camisa, Tahalafa separó aún más sus piernas para acomodarse mejor en el coreano, con sumo cuidado se frotaron, se miraron a los ojos mientras la árabe iniciaba un vaivén con sus caderas, bailando un poco, Jungkook no pudo resistir más, nalgueó con ganas a la rubia, apretaba el trasero de Lafa con todas sus fuerzas para friccionar más, sentir más, provocar más, poco a poco los tirantes del vestido de la rubia se deslizaron por sus brazos, sus senos quedaron expuestos a los ojos de Jungkook, con una mano en la pequeña espalda de Lafa la empujó hacia él haciendo que los pezones de la rubia se frotaran en el fuerte pecho del coreano, ambos gimieron ante el contacto, todo era muy intenso pero muy confuso. Pararon un momento, analizaban al contrario con miles de preguntas en las miradas más no encontraban las respuestas a nada, no sabían que tanto avanzar o si debían parar, no sabían si lo que estaban sintiendo se resumía a simple experimentación, o si iba más allá.
Lafa emitió un sonoro suspiro y eso fue todo para que Jungkook volviera a lo suyo, acarició la piel expuesta que era casi toda, la árabe se agarró con fuerza a la cabecera de la cama para presionar hacia abajo, justo en el enorme y duro bulto del coreano. Jungkook la nalgueó hasta que las manos le dolieron y se sorprendió en grande al ver que esa pequeña persona soportó todo el dolor, a través del espejo de cuerpo entero que había al lado de la puerta, pudo ver que el trasero de la rubia estaba rojo oscuro, pero ella nunca detuvo sus movimientos, Jungkook pasó las uñas por la sensible carne golpeada, después subió por la pequeña espalda dejando surcos en ella, deslizó sus manos por los muslos firmes de Lafa, gruñó, sus instintos lo estaban dominando, palmeó toda la extensión desnuda de las extremidades inferiores de la árabe hasta sentir los finos y largos tacones que aún usaba, descubrió que eso le parecía sexy, regresó a acariciar las piernas hasta el interior de los firmes muslos y dónde estos se unían, ocasionando que la rubia gimiera lastimeramente y se sorprendió, Jungkook no podía con la impresión de sentir toda la humedad que bañaba el encaje de la ropa interior de Tahalafa y que poco a poco estaba mojando también sus dedos.
—Mierda, joder pequeña—
Tiró de los largos mechones dorados para encararse, después empezó un camino de besos húmedos por la mandíbula contraria, recorriendo el cuello, las clavículas y bajó aún más por el escote hasta lamer de forma uniforme los prominentes senos de la rubia, aún Jungkook se cuestionaba como alguien tan diminuto podría tener ese gran frente, eran más grandes que sus manos y Jungkook jugó con ellos, los amasó, los chupó, lamió y mordió marcando a su gusto, en ningún momento la rubia se quejó.
—Tenía tantas ganas de saber que se sentía tocarlos, Jimin parece el dueño y eso no me gusta—
—Tonto, la única dueña soy yo—
—Entonces, ¿Me los prestas?—
—Solo si tú me prestas tu polla, también quiero tocarte—
—Mierda si por favor, hazlo—
La rubia tomó el control, justo como estaba acostumbrada, desnudó a Jungkook con brusquedad, ella misma terminó por lanzar el vestido al suelo y rompió su propia ropa interior, solo dejó puestos sus tacones, ambos se miraron, se analizaron, estaban desnudos, sudorosos y a punto de hacer algo que no sabían cómo hacer, sin embargo las ganas eran muchas, el calor de la excitación y el alcohol les dio el aliciente necesario para perder el pudor.
—Kooko, quiero chuparte—
—Y yo quiero comerte joder ¿Puedo?—
Lafa no emitió respuesta, solo acostó a Jungkook bien extendido en el colchón, inhaló profundo para darse valor y girar su cuerpo, de esa forma podrían hundir sus bocas en los lugares justos para enloquecer juntos, el coreano tuvo un primer plano de la intimidad de Tahalafa, brillante, goteante, carne suave que pedía atención a gritos, dio la primer lamida, fue extraño pero no desagradable, con eso la tensión en el cuerpo de Jungkook desapareció, en lo profundo de su mente estaba aterrado de que no le gustara el sabor o el acto en sí y su alma descansó cuando Tahalafa abrió más los muslos, la humedad goteaba directo a la boca del tatuado, separó el trasero de la rubia para también probar la entrada ajena, en eso era una experto y le dio una demostración a la árabe de lo que su boca era capaz.
Por su parte Tahalafa respiró profundamente, era la primera vez que veía una polla, fuera de las clases de biología claro está, tenía solo nociones pero haría todo con calma, debía explorar y debía empezar ya, cubrió sus dientes con los labios y chupó tanto como pudo, el sabor era agradable al igual que la sensación de tener una polla en la boca, después se cuestionaría el por qué no sintió rechazo, tomó la base con una mano para poder chupar la punta que tenía un tono ligeramente más oscuro que lo demás, probó, lamió succionó hasta que sus mejillas se ahuecaron, succionó aún más fuerte cuando sintió que su trasero era abierto y la lengua de Jungkook hacía maravillas en los lugares justos, gimió con la polla de Jungkook hundida hasta el fondo de su garganta y estuvo a punto de morder cuando el coreano comenzó a nalguear de nuevo mientras hundía su lengua en su entrada.
—Si sigues así...Kooko voy a chorrearme en tu cara ¿Quieres eso?—
Las piernas de Lafa eran gelatina, sentía como su vientre se contraía y sus paredes se apretaban alrededor de la lengua del pelinegro y si pensó que no podría ser más intenso, estaba tan equivocada porque Jungkook hundió dos de sus grandes dedos en el centro de la rubia, curvando sus falanges en el ángulo correcto para hacerla gritar.
—Más duro...Dios sí más duro—
La rubia comenzó a chupar en serio pero sus intenciones se fueron al demonio cuando el orgasmo comenzaba a lamer sus entrañas, fue tan arrasador como largo, sintió como el placer salía de su cuerpo hacia la cara de Jungkook, le latía todo el cuerpo, no podía moverse pero juntó todas las fuerzas que le quedaban para girarse de nuevo, Jungkook estaba brillando por el sudor, de su cara goteaba aún el orgasmo de la rubia pero lo que acabó con la cordura de la árabe fue la sonrisa tan radiante que le dio el pelinegro, estaba duro, su piel enrojecida por el calor y el esfuerzo.
—Eso fue intenso—
—Ay Kooko, aún no has visto nada—
La rubia sonrió en grande, acomodó a Jungkook con las piernas bien abiertas, su espalda apoyada en un montón de almohadas, estaba semi sentado, su polla goteaba, así que Tahalafa decidida a devolverle el orgasmo al coreano se acomodó entre los fuertes muslos del pelinegro, en la habitación de pronto fueron muy conscientes del silenció que se instaló dentro de esas paredes, pero era el silencio que precedía a una tormenta, o el silencio que se hacía justo antes de que la nota más potente en una canción fuera cantada. Fue el silencio que precedió a que Tahalafa se hundiera entre las prominentes piernas del contrario explorando y probando el sudor en la piel de Jungkook, hundió la polla de Jungkook en lo más profundo de su garganta, gimió pero no se retiró ni un milímetro hasta que el aire se hizo indispensable, sacó la polla de Kook, los hilos espesos de saliva los unían, el coreano estaba sorprendido, espantado y excitado en la misma medida.
Tahalafa no tenía reflejo de náusea.
Mierda.
¿Quién lo hubiera pensado?
Fue entonces que decidió enredar sus dedos tatuados en los rubios mechones y empujar la cabeza de la rubia para que no dejara de comerle la polla, varió el ritmo, la profundidad y hasta el ángulo tratando a Tahalafa como una muñeca pero ella se dejó manipular, fue hasta que estaba muy cerca de correrse que sintió como los dedos de Tahalafa hurgaban en su entrada, miró a Jungkook como pidiendo permiso, fue devastador para el coreano mirar a la rubia sonrojada a más no poder, los labios llenos le abrazaban la polla, para darle acceso abrió aún más los muslos, Tahalafa estaba con el trasero elevado, con un brazo apoyaba su peso y con la otra mano de a poco hundía un dedo en la apretada entrada ajena, usando como lubricante improvisado toda la saliva que resbalaba de la polla del coreano.
Pero todo se volvió más obsceno cuando la rubia, esa rubia diminuta y de aspecto frágil llevó la mano que estaba explorando la entrada de Jungkook entre sus muslos, baño sus dedos con su propia lubricación para preparar mejor la entrada de Jungkook, éste solo pudo apretar los ojos y contar para no correrse, esa era una de las cosas más calientes que en su corta vida había visto, gimió, jadeó, gruñó y rogó por más, la confianza de la rubia subió hasta el cielo, elevó más su trasero, elevó también sus tacones para que el coreano los viera, según sus amigas heterosexuales eso me gustaba a los hombres, fue entonces que hundió un segundo dedo, buscando el punto sensible de Jungkook, comenzó a curvar sus dedos en el apretado interior.
Hasta que lo sintió.
Ese pequeño punto de locura que hizo a Jungkook gemir como si se estuviera muriendo, sin miramientos movió la cabeza de la rubia, estaba a punto de correrse y la rubia estaba feliz.
Pero era imposible sonreír con una polla clavada hasta el fondo de tu garganta.
—Mierda bebé...joder ya no puedo más—
Esa fue la señal que Tahalafa necesitaba para hundir aún más sus dedos, de relajar más su garganta y dejarse hacer, Jungkook respiraba de forma errática, su polla se movió y se hinchó más, unos segundos después a la rubia le estaba costando respirar pero fue entonces que sintió un sabor extraño más no desagradable, solo un tanto amargo, su boca se llenó del semen de Jungkook, un poco amargo y muy, muy caliente, éste se retiró la boca de la árabe pero se dio cuenta que no había tragado aún la blanquecina sustancia, perdidos en su placer se besaron, Lafa le compartió de su propio orgasmo, lo que estaba compartiendo no lo había hecho con nadie más, era tan íntimo y tan vulgar, el cerebro del coreano estaba fundido, abrió los ojos cuando la rubia retiró sus dedos del interior, pero las sorpresas no habían terminado para el coreano, esa jodida rubia de apariencia inocente, la misma rubia que se emocionaba por las películas infantiles y que amaba lo dulce, estaba lamiendo los dedos que momentos antes había metido en el culo de Jungkook.
—Taha, eso es sucio joder—
—Me gustan tus sabores Kooko—
Sonrieron mostrando sus dientes, se dieron un último beso cómplice antes de ni siquiera notar cuando el sueño los venció.
Después vendrían las olas de preguntas.
Alab: Palabra árabe que significa "Papá"
Alzawj: Palabra árabe que significa "Esposo"
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