Muajahat Alwaqie (Enfrentando la Realidad)
Despertar entre los brazos de la persona que más amas en el mundo es perfecto. Suspirar en paz una y otra vez contra la piel ajena te hace sentir segura, plena y colmada de tranquilidad, ser arrullada delicadamente y recibir suaves y cuidadas caricias en el pelo y la espalda es fantástico. La felicidad se cuela por los poros hasta cubrir ambos cuerpos y protegerlos de la realidad.
—Ana ahibuk ya arnub saghir— (Te amo conejito)
—Ana ahibuk ya dabdub—(Te amo osita)
Suspiraron al mismo tiempo con los latidos sincronizados, entre la bruma del sueño sabían bien que la realidad es inevitable por lo que después de esas palabras tan contundentes, poco a poco abren los ojos para encararse después de dormir toda la noche abrazados en el suelo
—¿Te duele algo? No está bien que duermas en el suelo— Jungkook escaneó la bella cara de Tahalafa en busca de algún signo de incomodidad o dolor pero sólo recibió una pequeña sonrisa a cambio
—Estoy bien, yo uh, dormí prácticamente sobre ti por lo que también debo preguntarte si te duele algo porque bueno, no peso tanto pero igual te udé de colchón, lo siento— Poco a poco se separó del tatuado cuerpo porque ante todo debe de respetar que Kook ya no siente lo mismo por ella.
Con gran dificultad se levantó para ir por su silla de ruedas y luego buscar a Nabi
—Mmm gracias por— Negó alborotando más su impeinable melena rubia —Sólo gracias—
Abre la puerta para luego salir en su silla de ruedas en busca de su enfermera para comenzar su día, dejando atrás a un confundido Jungkook
Kehvandra se dedica a ordenar al personal de la casa que se apresuren para terminar el desayuno así como las especificaciones para que todos tengan comida deliciosa y de su agrado en sus platos, después de convivir con el gran grupo de hermanos y primos de Tahalafa, sabe que alimentos le gustan a cada uno de sus hijos y sobrinos adoptivos así como también a que alimentos son alérgicos, la Chef en jefe, Taeyeon, se acerca con la última bandeja de waffles hechos especialmente para la niña consentida de la casa. Se ve triste y seria por lo que Kehvandra se siente un poco culpable por cargarla con tanto trabajo.
—Sé que es mucha carga pero prometo recompensarlos a todos, especialmente a ti Taeyeon por todo tu esfuerzo— La Chef contrario a sonreír, parece a punto del llanto pero él no entiende por qué
—Si necesitas más ayudantes sólo dilo, no quiero que te agobies Taeyeon ¿De acuerdo?— Ella asiente débilmente para luego desaparecer de la cocina a la velocidad de la luz en cuánto su mirada se cruza con los fríos ojos gatunos de Nabi
—Buenos días señor Al Farouq, Tahalafa-ah ya tomó sus medicamentos y está lista para comenzar sus actividades, parece que la noche fue mejor y por fin después de tantos días pudo conciliar el sueño—
La chef entró con una gran jarra de café, tembló un poco al encarar a Nabi quien no se ofreció a ayudarla como otras veces por lo que Kehvandra está más confundido que antes.
—Gracias Nabi por favor que los niños bajen antes de que todo se enfríe—
Nabi sospecha, pero aún debe recabar más información por lo que deberá disimular frente a su jefe lo cuál es fácil. Lo complicado es ocultarle algo a su protegida quién es más sagaz que el mismísimo Sherlock Holmes.
Después del desayuno casi todos sus hermanos regresaron a sus casas con la promesa de que en la tarde volverían para salir en grupo, Tahalafa se encargará de reservar en los lugares en los que se sienta cómoda dado su condición médica, sin embargo su concentración se vuelca en encontrar a Kwon Jinyoung, quiere cerrar ese capítulo de su vida porque de lo contrario permanecerá estancada en ese lago de dolor, depresión y ansiedad.
Quiere honrar a sus tres padres y a sus abuelos siendo fuerte, siendo valiente y afrontar sus problemas pero no lo logrará si se mantiene angustiada por el futuro, por si Kwon intenta de nuevo lastimarla. Así que con ayuda de su macrobio secuaz, investigan todo lo posible sobre el célebre hijo del hospital más grande y prestigiosos de Seúl.
Está segura de que hay un cabo suelto del cuál puedan tirar para sacar de su escondite al autor de sus pesadillas.
Si supiera que literalmente
Tiene al enemigo en casa.
Las horas pasan rápido porque su día se fue entre sus horas de rehabilitación física y sus horas d terapias. Así que cuando regresa a su casa la mayoría de sus hermanos y primos están de vuelta en su casa incluído Jungkook, grande es su sorpresa cuando entró a su habitación y él la estaba esperando junto con un enorme algodón de azúcar en forma de oso sentado en la sala de la habitación de la mini vikinga.
—Uh, hola cone...Kook—
—Me tomé la libertad de esperarte aquí, ¿Podemos hablar?—
—No es un buen momento yo—
—Lo sé, tuviste terapia, lo siento, ¿Vas bien con eso?—
Tahalafa respira hondo mientras se levanta de su silla con ayuda de sus muletas para llegar a su cama, Kook la ayuda para que se abrigue bajo las mullidas mantas.
—Mejoraré— cierra un poco los ojos, de verdad está cansada pero no la culpen, el algodón de azúcar la llama por lo que lo toma de la mano de Jungkook para comenzar a comer— ¿Ves? antes no podría comer nada que me ofreciera otra persona, ahora no es tan difícil
Eso es una mentira pero no quiere preocupar más al pelinegro
—Antes fui muy brusco con mis palabras por lo que te ofrezco una disculpa, si bien no me arrepiento de mi decisión, no debí ser tan tajante contigo—
Auch
Es hora de que su vikinga interna entre en acción
—Ah, está bien, dijiste lo que necesitabas y ya pasó— De repente el algodón le supo amargo
—Gracias por ser tan comprensiva, siempre sabes que decir de la forma correcta, admiro eso—
Ella miró hacia abajo conteniendo sus emociones
—Tomaré unos minutos para descansar y luego saldremos ¿Está bien?— Se giró para darle la espalda a su ex conejito dejando el algodón a un lado en la mesita de noche. Ni siquiera el azúcar hecho nube puede endulzar este momento
Jungkook reprime sus ganas de abrazarla, sabe lo difícil que es la terapia para ella pero intenta mantener su decisión porque está convencido de que si ella sufre tanto en gran parte es por su culpa y la estúpida obsesión de Jenie y Minseok por él.
—Si necesitas algo puedes gritarme—
No recibe respuesta por lo que decide salir de la habitación pero el nudo en su estómago lo obliga a aguardar unos minutos apoyado en la puerta de la rubia
—Iré esta noche así que ya sabes que hacer—
—Ya no puedo, Nabi sospecha de mí—
—No me interesa, borra las memorias de las cámaras después de que me vaya o me largaré para siempre de tu vida—
Ella llora desconsoladamente ante la mirada impasible de su "prometido" lo ama tanto que está dispuesta a todo con tal de que él permanezca a su lado
—Está bien, por favor no te molestes, solo no quiero que te descubran pero sabes que haré cualquier cosa por ti mi amor—
Ella lo intentó abrazar recibiendo a cambio sólo el frío rechazo.
El sonríe porque sabe que la tiene en la palma de su mano, que no es más que un títere dispuesta a cumplir sus órdenes.
—Necesito que averigües la combinación d la caja fuerte, él tiene en su poder cosas que me perjudican y son falsas ya te lo he dicho, si entro a esa casa es para buscar pruebas de mi inocencia, no estoy haciendo nada malo porque todo es para defenderme y no terminar en prisión por algo que no hice. Me ayudarás, ¿Cierto?—
Ella cierra los ojos, sabe que le está mintiendo pero si lo confronta se irá y entonces ella quedará sola. Una solitaria lágrima cruza su mejilla mientras piensa en sus jefes y el daño que sabe que él puede provocar, pero de nuevo
Es demasiado débil para encarar la realidad
—Si, cierto mi amor—
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