Menzel Ghaza (Casa Invadida) Pt. 2
—Tata-ah, debes ayudarnos, Hobi oppa nos contó que tus fiestas eran legendarias en México, por favor planea nuestro cumpleaños— Taemin tenía cara del gato con botas para chantajear a la árabe, realmente Hoseok hace poco les contó de las mega fiestas que organizaron para los compañeros de la preparatoria en el país del taco.
—¿Estás seguro? Es una fecha importante, además debemos preguntarle a Coconita si está de acuerdo— Tahalafa está oxidada en ese rubro, hace siglos que no va a una fiesta y más siglos que no organiza una.
—Ella me pidió que te lo pidiera, no está aquí porque seguramente se está manoseando con Jisoo en alguno de los baños— Taemin jugaba con los dedos de Lafa, esperaba que la dubaití accediera para que así se distrajera del aniversario luctuoso de su padre, conforme se acerca la fecha su ánimo parece caer y eso él lo odia.
—Consultaré con ustedes cada cosa— La rubia sonrió antes de sacar de su mochila un cuaderno para apuntar todos los detalles. —Uh, ¿Sus padres están de acuerdo? Eso es lo más importante
—Sip, de hecho están planeando decirle a tu papá que los mayores tengan una reunión en tu casa ese día para dejarnos a los menores divertirnos en mi casa—
—Sería genial, mi papá hace mucho que no socializa— Comenzó a apuntar lo más elemental que requería una fiesta, lo principal, necesitaban un tema.
Pasaron todo el primer descanso acordando los pormenores de la fiesta sentados en las gradas del gimnasio mientras Kook y sus hermanos jugaban basquetbol, al ser la semana del curso para alumnos de último año, las reglas eran más relajadas, los descansos más largos y podían ir con ropa de civil.
La fiesta sería inolvidable.
En más de un sentido
El dolor era insoportable, era tan grande que ya no había sonido que pudiera emitir para pedir ayuda, el suelo frío de ese pasillo abandonado será el testigo de como su voluntad fue menguando, llevaba días con golpes en el cuerpo pero esta vez fue un exceso, que lo golpearan entre 3 personas era demasiado cruel para alguien tan delgado y pequeño como él.
—¡Basta! Que valientes ¿Eh? 3 altos contra uno— Tahalafa enfrentó al trío con Nabi, Jisoo y Cocona a su lado, se agachó para revisar sus heridas mientras las demás resguardaban a la más baja.
—Que sepan trío de bastardos que subí un video de ustedes golpeando a este baboso y seguro ya está en el café de la escuela— Cocona sonrió triunfante al ver la cara de terror de Song Kang y sus secuaces a quienes no les quedó más remedio que retirarse porco a poco, tampoco que rían pasar por cobardes, terminaron por separarse para despistar pero ya era muy tarde, las notificaciones del video no tardaron en aparecer en los celulares de todos.
—¿Por qué me ayudas Tahalafa?— Minseok estaba de una pieza, su asombro era gigantesco pero al parecer a la dubaití no le importó en lo más mínimo.
—Por qué no mereces que te golpeen de esa manera, es injusto y no es la primera vez que pasa Minseok ¿Qué esperas para denunciarlo? La violencia siempre escala, mírate ahora, no esperes a que sea más grave— Lafa sacudía la ropa de Minseok con cuidado al tiempo que lo ayudaba a ponerse en pie pero al apoyarse en ambas piernas el dolor punzó en todo su cuerpo como un piquete de abeja.
—Vamos a la enfermería, una autoridad de la escuela debe revisarte para tomar registro de tus heridas Minseok—Nabi cargó al menor al estilo nupcial para encaminarse a la enfermería acompañados de las menores
Era tiempo de que Minseok rectificara su camino antes de que las consecuencias lo aplastaran.
—Estás perdiendo el rumbo y el propósito de por qué fuiste a Seúl, debías convencer a tu hijo y esposo de regresar dejando a la niña lejos ya que ella no pertenece a la familia además de que si regresa también será imposoble obtener el perdón de la Fiqh Sunita—
Malka sentía un nudo en el estómago, el golpe de realidad sabía que dolería pero nunca pensó que tanto, era hora de poner los pies en la tierra.
—Ha sido más complicado de lo que pensé, Kehvandra realmente ama a la niña— No había vuelta atrás, el plan se tambaleaba y ella decidiría en que lugar caería.
—Es sencillo, regresa acompañada de tu hijo y esposo a tu país y todo estará bien, la Ley Sharia perdonará a tu hijo a cambio de que jamás abandone Dubái y se case con una mujer designada por la Fiqh Sunita o de lo contrario las Hadices serán aplicadas con todo el peso de Alá—
No pudo responder, su hermano terminó la llamada en cuanto terminó su argumento, Malka debía sopesar sus acciones, eran tiempos decisivos. Por lo pronto, debía alistarse para viajar a Dubái por unos días.
Pero...
¿Qué debía hacer?
—¿Y es guapo?— Había reunión en la cocina de los Al Farouq, la chef Bae Taeyoon y sus asistentes más el personal de limpieza tenían una plática mientras alistaban el departamento para la pijamada semanal de Tahalafa y sus amigos, por lo que mientras cocinaban y limpiaban a conciencia el departamento, se ponían al corriente con la nueva historia amorosa de la chef
—Si, pero lo que más me gusta es que es completamente tímido, se pone rojito y se traba algo para hablar pero cuando hablamos por mensajes es un amor—Taeyoon suspiraba mientras preparaba la carne para hamburguesas para la legión de adolescentes hambrientos que vendrían a pasar la noche en el departamento, a la chef le esperaba una dura batalla en la cocina pero pensar en su nuevo amor le hacía más llevadero todo.
Ah, el amor
—¿Es mayor que tú?—Buena pregunta, a pesar de los días que han salido y las horas de pláticas por mensajes, sabía pocas cosas de su "casi algo" pero eso no lo podían saber sus amigas.
—Si— En realidad no tenía ni idea pero en fin
—¿Cómo se llama?— Ah, fácil, eso si lo sabía
—Hola, ¿De qué hablan?— la dueña de la casa apareció de pronto, Bae no sabía si es correcto compartir esa clase de cosas con sus jefes.
—Hola pequeña, les contaba de mi novio— Una mentira más pero estaba segura que será cuestión de días para que él le pida formalizar
—Uuuuhh, yo solo venía por agua pero me quedo al chisme, ¿Cómo se llama?— Tahalafa incluso se acomodó en la isla de la cocina, había galletas de mantequilla, debía aprovechar porque Jin siempre se come todas cuando visita su casa.
La platica terminó de golpe porque le timbre comenzó a sonar, sus hermanos llegaron antes de lo planeado.
—Taeyoon unni, ¿Puedes hacer más galletas por favor?—La chef sonrió, es raro que la rubia pida comida, así que la complacería porque su complexión parecía no mejorar.
—Claro pequeña, si quieres algo más sólo pídelo ¿De acuerdo?—La rubia salió sonriendo de la cocina con las galletas en las manos.
—Jackson no debemos ir si no fuimos invitados—
—Bueno entonces no entiendo para que me sigues Soobin—
Llegaron al edificio de la dubaití, Jackson era el único que nunca había sido invitado a las pijamadas de Tahalafa y eso le parecía injusto, fue coincidencia que se encontrara a medio camino a Soobin quien parecía ir sin rumbo, era viernes en la tarde y debían arriesgarse mientras fueran jóvenes, por eso arrastró al más alto con él al edificio de la rubia, si llegaban sin avisar tendrían mas oportunidades de que los dejaran entrar.
Jackson se consideraba a si mismo un genio.
A veces.
Lograron llegar al elevador, marcaron el pent-house y comenzaron a subir. Cuando las puertas se abrieron se encontraron con Nabi quien iba de salida, ambos le hicieron una respetuosa reverencia por ser menores
—Hola noona venimos a ver a Tahalafa— Jackson cruzó los dedos esperando que Nabi creyera su mentira.
—Hola niños, supongo que pueden pasar, la habitación de Tahalafa es la de la puerta del fondo, pueden usar las escaleras o el elevador interior, está detrás de la puerta negra aquí al lado—
—¿Por qué tienen un elevador si sólo es un departamento de dos pisos—
Soobin suspiró
—Por qué Tahalafa antes usaba silla de ruedas, genio—
—Bueno niños debo irme, el taxi me está esperando, si necesitan algo que Taha-ah me llame—Nabi salió no muy convencida pero tampoco iba a cuestionar a los menores, no tenía tiempo.
Nada los preparó para lo que vieron
Soobin y Jackson estaban en shock, ni siquiera estaban seguros de estar respirando, el calor que guardaba la habitación los golpeó directo a la entrepierna.
En el suelo de la habitación se encontraban varios cuerpos a medio vestir, Tahalafa estaba sentada en la cara de Namjoon, no traía sujetador y únicamente vestía una camiseta blanca escotada, movía sus caderas de una manera que ambos intrusos tuvieron una erección instantánea. Jin chupaba con ganas la polla de su novio.
Jungkook se frotaba contra Jimin y Taehyung, tenían el bóxer húmedo y a medio poner. Se chupaban la piel para marcarse, incluso ya tenían marcas rojizas en el cuello y pecho, Jisoo y Cocona se manoseaban al lado de Yoongi quien follaba con vehemencia a Hoseok, lo tenía sobre sus codos y rodillas, todos estaba cerca de todos, se vez en cuando dejaban lo que estaban haciendo para besar a alguien más, tocar a alguien más, las pieles brillaban de fluidos y sudor.
—Joder—
Si alguien escuchó a Jackson lo disimuló muy bien, nadie se inmutó, siguieron en lo suyo. Los no invitados tenían los pies pegados al duelo y no se movieron para nada por quien sabe cuanto tiempo. Pero las prendas que quedaban salieron volando, pronto Tahalafa quedó bien sentada en la polla de su novio, se besaban con ferocidad, de pronto Jungkook miró hacia la puerta pero lo único que hico fue sonreír hacia Soobin y hacia Jackson.
La sorpresa fue mayúscula cuando del suelo Jungkook tomó el juguete de su novia para que ella lo follara, el pelinegro se acostó en el suelo con las piernas abiertas para ser preparado pro su novia quien sin titubear llenó de lubricante los dedos para introducirlos en el interior apretado de Kook, sonrió amplio cuando tocó el punto dulce de su novio, cuando estuvo satisfecha guio el juguete entre los fuertes muslos de Jungkook para comenzar a moverse como toda una experta.
—Dios, joder—
Dijeron al mismo tiempo los espectadores, no daban crédito a lo que veían, si alguien se los hubiera contado se reirían en su cara. Pero ahora contenían la respiración y los parpadeos. La presteza de las caderas de esa rubia diminuta era grandiosa, Jungkook se retorcía, gemía y le hablaba soezmente a la rubia quien subió una de las piernas de su novio a su hombro para ampliar el ángulo, cuando los ojos dorados de Lafa chocaron contra los ojos almendra de Soobin, él ya no pudo resistir, la rubia le sonrió con la boca entre abierta, la mirada intensa y la piel brillante.
Salió corriendo hacia las puertas del elevador, Jackson lo alcanzó
—¿Qué mierda acabamos de ver?—
Las puertas del elevador se abrieron de nuevo y ahora ambos descendieron en silencio.
Necesitaban ir a sus habitaciones con urgencia.
Era tan relajante entrar por un elevador alterno sin vigilancia y sin que le preguntaran nada.
Con una sonrisa abrió la puerta anexa de servicio para por fin obtener su recompensa, entrar después de tanto esfuerzo y de tanto esperar a ver cada rincón, memorizar cada habitación, mirar a todos dormir, con cuidado abría cada puerta para saber que había detrás.
Avanzó por los pasillos, tomó fotografías de lo que le gustaba, incluso pertenencias de los moradores de ese bello lugar. Se tomó su tiempo ya que era una hora olvidade de dios y nadie se interpondría entre su objetivo y él.
O eso pensaba
La caja fuerte principal era impenetrable y si erraba en lo más mínimo sonaría una alarma que despertaría a todos.
Ya habría otra oportunidad, después de todo, ya sabía cómo y a qué hora entrar.
Tuvo que salir después de tomar un té caliente y dejar su taza en el fregadero.
Pronto.
Pronto.
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