Menzel Ghaza (Casa Invadida)
Gracias a la gracia de los Dioses, de que las estrellas se alinearon y a que Tahalafa le otorgó algunos puntos, Jungkook pudo pasar a último año a la par de su novia y hermanos, estaba sorprendido porque incluso logró un promedio decente. Sus padres estaban felices, se encontraban todos en la ceremonia de final de cursos.
Tahalafa daría el discurso de despedida para los graduados al ser la alumna con mejor promedio. Sus palabras fueron emotivas, directas y esperanzadoras.
"Hemos compartido momentos inolvidables, hemos hecho amigos para toda la vida, hemos crecido como personas y como estudiantes. Hemos superado dificultades, hemos demostrado nuestro talento, hemos cumplido nuestras metas.
Estas palabras van para ustedes generación saliente, han sido una generación admirable y próspera, de la cual aprendí y también he tomado como fuente de inspiración. Por lo tanto hoy no es un día de despedida, es un día de agradecerles a ustedes su esfuerzo y dedicación.
No tengan miedo, confíen en ustedes, no duden, es tiempo de desafiar al mundo tomando como herramientas los conocimientos aprendidos en esta institución, aspiren a más y no se detengan, son capaces de todo lo que se propongan así que estén orgullosos de quienes son.
Somos nosotros, somos nosotros mismos.
Cuando el discurso terminó estallaron los aplausos, la pequeña dubaití descendió del escenario para dar paso al discurso del graduado distinguido. La familia de la rubia la esperaban para ir a festejar. El padre de Tahalafa la abrazó fuertemente, ese día le entregarían un reconocimiento por su desempeño académico y otro reconocimiento a su papá por su trabajo altruista al otorgar terapias sin cobrar.
—Estoy muy orgulloso de ti mi amor y te aseguro que tus padres en donde se encuentran, seguramente te aplaudieron en tu discurso—
—Gracias papá, eso espero— Ambos árabes se abrazaron con fuerza, el nombrar a Kehjjmet aún era doloroso para ambos y pensar en su madre la entristecía enormemente por lo que Taha no agregó nada más, el nudo en la garganta se lo impedía.
—Fue un muy buen discurso pequeña Tata-ah, estoy seguro que para el siguiente año tu serás la que dé el discurso de graduación—Taesun abrazó también a la menor, realmente quería a la rubia como una hija y deseaba que siempre fuera feliz.
—Gracias señor Taesun—la más baja le sonrió al mayor, a pesar de que su corazón estaba roto, los pedazos que quedaban les pertenecían a cada uno de sus seres queridos y sus suegros y cuñado eran parte de ello.
Bae Taeyoon caminaba apurada ya que debía preparar una cena especial, la hija de su jefe pasó a último año de preparatoria al igual que sus amigos por lo que tirarían la casa por la ventana de manera familiar. Tenía la lista de lo que debía comprar al igual que el transporte en el que llevaría toda la carga de ingredientes e insumos necesarios.
Pasó por largos pasillos encargando lo que necesitaba a los comerciantes para luego recoger de a poco, los pies le dolían y el cansancio la agobiaba porque había un mar de gente en el mercado y aún le faltaban los mariscos. A veces quería botar su trabajo. En sí sus jefes eran los mejores que había tenido, respetuosos, amables, atentos, le pagaban incluso más de lo que ella misma pidió como chef privado de la familia Al Farouq pero hoy precisamente dudaba de si seguir cocinando o no. Sobre todo cuando de le rompió una rueda al carrito de mercado que llevaba y la mitad de la compra rodó por el suelo, casi se pone a llorar en ese momento.
Comenzó a recoger las verduras que estaban más cerca porque las personas sólo miraban pero nadie le ayudó, Sintió el picor en sus ojos, estaba a nada de gritar de frustración cuando un hombre muy guapo sin decir nada le ayudó, rápidamente terminaron con las cosas, Taeyoon no lo podía creer.
—Muchas gracias, casi me voy corriendo de la vergüenza—El hombre le sonrió tímidamente.
—No tiene nada que a-agradecer, espe-pero se encuentre mejor—
Taeyoon se maravilló por lo atento y tímido del hombre. No evitó sonreír ampliamente hacia el desconocido.
—Ha sido muy amable...— Quedó la frase en el aire, ella esperaba que él le dijera su nombre, pero no lo consiguió, tal vez porque era demasiado tímido. No la miraba a los ojos y titubeaba un poco
—N-no es nada señorita—
—Soy Bae Taeyoon, mucho gusto, perdón pero debo seguir con mi trayecto o no terminaré a tiempo— Ella quería que le dijera su nombre pero él parecía retraído, eso a ella le encantó. Pero todo tiene un fin y el de su encuentro furtivo con el hombre guapo se dió cuando se alejó hacia el siguiente pasillo de compras, lista para seguir su labor ahora con los ánimos renovados y una tenue sonrisa en el rostro.
Después de que Haeri habló con Minseok, él estaba demasiado tranquilo, al culminar el ciclo escolar, los alumnos que pasaron a último año aún debían asistir a la escuela para un curso especial, así que durante una semana más debían convivir, Tahalafa creyó que Minseok continuaría con su acoso hacia Kook pero sorprendentemente se mantuvo al margen el primer día, lo que también notó eran moretones en los brazos. ¿Qué le pasaba? Si bien no tenían una relación cordial, la rubia no le deseaba algún mal, pero tampoco podía preguntarle, seguramente Minseok la mandaría muy lejos. La última cosa que notó fue que Song Kang no lo dejaba tranquilo, si bien desde que llegó el alto insultaba de vez en cuando a Minseok, ahora eran agresiones, tomó una nota mental de hablar sobre el tema con sus hermanos, le sabía mal ver que el más bajo era insultado y empujado hacia los casilleros.
Será una laaarga semana.
—Cuando termines el curso puedo entrenarte, el hecho de que tengas una limitación física por ahora no quiere decir que siempre será así y debes aprender a defenderte en cualquier ambiente y con cualquier limitación pequeña rubia— Nabi estaba preocupada, el hecho de que Kwon no apareciera y que estuviera todo tan silencioso le ponía los nervios de punta, también era consiente de que no podría estar con su protegida las 24 horas, aún que ese es su trabajo pero era imposible, los clichés de la vida indican que en el menor descuido puede pasar lo peor y para su descanso mental, le propuso entrenar a la dubaití, sorpresivamente, Malka apoyó a la coreana.
—El que te sepas defender es algo importante Tahalafa, es un privilegio que no todas las mujeres tienen—La mayor quería que la rubie entendiera su punto de vista sin imponer nada, compartían un momento de convivencia mientras la mayor cepillaba los impeinables mechones de la más pequeña de la casa.
—Creo que puedo intentarlo ¿Verdad? quiero golpear gente— Acto seguido hizo poses de ninja según ella lo que provocó las carcajadas de las mayores.
—Comenzamos la siguiente semana Tata y pronto le patearás el trasero a quien sea—
—¡Oh si! Eso me motiva más—
Tahalafa estaba feliz, sus tíos Ellet vendrían a su casa para la cena después de una reunión con los comerciantes joyeros más importantes de Corea. Sus negocios de berilios, diamantes y piedras preciosas poco comunes iban viento en popa, las alianzas comerciales se fortalecían gracias a las habilidades mercantiles de sus tíos comandados por Rania Ellet. Por eso decidió peinarse como gente decente y no andar con esa melena de león recién despierto pero era imposible. También irían los Jeon y por ello Tahalafa sentía su corazón cálido, sólo que había una pequeña sombra a todo ello y es que se acercaba el aniversario luctuoso de su padre, el primero y cada día la tristeza la cobijaba, tenía el presentimiento de que su familia por eso la estaba consintiendo más y estaban más pendientes de ella y por eso estaba agradecida con todos sus seres queridos.
Todos y cada uno merecían que se esforzara en no caer de nuevo en la depresión, por ellos se seguiría esforzando.
—¡Ese no era el plan, eres un idiota Minseok!— Jenie abofeteó al mencionado, el día que Haeri habló con el le abrió los ojos y decidió alejarse de ella, sin embargo Song Kang lo llevaba a fuerza a la casa de Jenie y por pedido de ella lo golpeaba en cada oportunidad que tenía, debían meterlo de nuevo al plan o todo se echaría a perder para la pelinegra y ella nunca perdía.
—No me vas a manipular de nuevo maldita loca, tu novio puede golpearme todo lo que quiera, pero eso no servirá de nada porque ya no confío en ti, se te olvidó contarme que quisiste matar a Tahalafa— Jenie quiso volverlo a golpear pero esta vez Minseok atajó la mano de la pelinegra
—Eso no importa, esa loca no puede quedarse con Kook—
—La loca eres tú Jenie, déjame en paz o yo también puedo ser un dolor en el culo si decido hablar y contarle a la policía lo que sé de ti— Minseok miró altivo a la más baja
—Te vas a arrepentir—
Desde el día que fue despedido e la preparatoria, Kwon Jinyoung mantuvo una vigilancia perpetua sobre los Al Farouq, los seguía a todas partes y comenzaba a memorizar los horarios de cada integrante, desde Abdalá hasta Nabi y Heliyaha, tenía una bitácora donde anotaba todo, conocía los nombres de cada integrante de la familia y edad, incluso de los que viven en Dubái. Sabía como se llamaban los diferentes porteros que custodiaban la entrada al edificio, los miembros de seguridad del mismo y su conocimiento fue escalando hasta conocer a cada integrante que estaba al servicio de los árabes, médicos, seguridad, personal de servicio y limpieza del departamento. Toda esa vigilancia rindió frutos, se dió cuenta que la vigilancia se triplicó, había mas elementos que custodiaban a los dubaitíes y también el pent-house permanentemente.
Pero no se rendirá
El dinero de los Al Farouq será suyo y ellos quedarán tres metros bajo tierra haciéndoles compañía a los padres de la rubia, lo tenía jurado. Los odiaba porque casi lo atrapan
Maldita enana rubia.
Con toda tranquilidad abordaba taxis a los cuales les indicaba seguir las camionetas de los árabes para vigilar sus actividades diarias.
Así supo que Tahalafa debía terminar un curso especial por ser alumna de último año de preparatoria, que Abdalá y su esposa salían todas las tardes a caminar por el mismo parque y después bebían un café a las orillas del río Han, que los Ellet estaban de nuevo en Corea y visitaron dos veces la casa de los Jeon.
Gracias a que era tan persistente en su vigilancia supo que Tahalafa y Jungkook seguían juntos, que la rubia visitó 5 veces la casa de Soobin y 5 la casa de Cocona y Taemin. Que Jungkook salía con sus hermanos al cine o al gimnasio.
Todo anotado meticulosamente en una libreta de pasta negra, todo su conocimiento quedó registrado.
Ah pero no todo era fácil, hasta ahora no pudo indagar en cuanto dinero tenían los árabes, esa información se le negó varias veces, pero era prioritario saberlo, después de todo ese dinero será pronto suyo.
Al que vigilaba como una sombra era a Kehvandra, hasta el momento no tenía un interés romántico y eso le facilitaba las cosas, podía seguirlo por toda la cuidad acompañándolo a su trabajo, al cine, al teatro, a museos, era divertido porque era como una cita sin que Kehvandra supiera. Debía mantener a los invasores a distancia, nadie se podía acercar a Kehvandra y debía acelerar su plan.
Ahora mismo miraba a Tahalafa caminar de la mano de Jungkook por el centro comercial, iban rodeados de tres guardaespaldas y Nabi, ambos sonrientes, enamorados e ingenuos a su alrededor.
—Tahalafa ingenua, tú serás la primera en caer, sólo es cuestión de días—
La sonrisa de Kwon era de un auténtico psicópata, era una suerte que estuviera usando cubrebocas
Chan Chan Chaaaaaan
Se viene la acción oh si oh si
Gracias por leer gente sensual
Peace out
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