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Jame Shaml (Rencuentro)

Fue doloroso despertar, no está segura si pasaron horas o sólo unos minutos, pero su pecho dolía en serio, le dolía respirar y no podía ver con claridad, a lo lejos escuchaba gritos pero tal vez solo es una mala jugada de su mente. Y tal vez también es una mala jugada esas manchas de sangre que puede apenas distinguir en el vestido. 

¿Qué está pasando? Recordaba difusamente ver a sus padres y caminar con ellos, sin embargo ahora no puede moversi ni hablar, y cada vez duele más respirar. 

Tal vez si deja de pelear y cierra los ojos el dolor desaparecerá, tal vez sus padres regresarán y todo estará bien. 

Si

Cerrar los ojos suena muy bien.

Las convulsiones se espaciaban en intervalos de 10 minutos con duración de 30 segundos, cada que la convulsión ocurre la pérdida de sangre es más grande. La desesperación agobiaba a todos, los invitados que estaban ahí de a poco fueron abandonando la fiesta, sólo permanecían los más cercanos tanto a los mellizos como a Tahalafa, la fiesta simulaba la vida, cuando todo está bien la gente llega por montones a festejar y reír contigo pero cuando las cosas van mal, sólo quedan los reales. La ambulancia y la policía llegaron al mismo tiempo, de inm ediato atendieron a Tahalafa y los oficiales interrogaron a todo aquel que estaba presente, Soobin corrió para guardar el vaso que Jenie usó para drogar a Tahalafa, lo gurdó en una bolsa de plástico con cuidado de no contaminar la evidencia, estaba seguro que Jenie no ocultó sus huellas y que entre su ropa o en el bote de basura de la habitación probablemente estarían los restos de la droga que administró a su amiga. Las lágrimas corrían libremente por su rostro, por unos instantes se permitiría llorar por su amiga, su rubia la cual le provocó tantas sonrisas y tantos momentos divertidos, que pusos su mundo de cabeza y desestructuró todo a su paso como un huracán. Sólo unos instantes más de debilidad, después volvería a ser ese nerd frío y calculador que analiza cada opción antes de actuar. Llevó el vaso a la policía así como indicó la habitación en donde ocurrió todo ya que la misma Tahalafa antes de convulsionar lo explicó a detalle. 

Fue doloroso para todos ver como se llevaban en la ambulancia a Tahalafa cubierta de sangre, todos corrieron al hospital para saber el estado de la rubia, Jungkook estaba a nada de desmayarse por lo que entre Yoongi y Hoseok lo guiaron por los estériles pasillos del hospital, al llegar se encontraron con Abdalá, Malka, Nabi, Heliyaha, Abdalá y Kehvandra. Este último también parecía que en cualquier momento colapsaría, estaba pálido, temblaba y lloraba como un niño. Al menos la policía tuvo el tacto de aguardar unos críticos minutos antes de comenzar a interrogar a los adolescentes quienes no esperaron a que sus tutores estuvieran presentes, lo más importante era declarar contra Jenie para que no salga más de la prisiónm bastó la presencia de Malka y Abdalá para fungir como los supervisores de que los cuestionamientos están bien dirigidos. 

Fue  una suerte que Cocona revisó el último piso de la casa en busca de Jenie cuando encontró escondido en un viejo armario a Minseok quien repetía que él solo quería hablar con Kook, Cocona lo golpeó y con ayuda de Jisoo lo llevaron a la planta baja para que fuera esposado por sospechoso. Minseok no dejaba de repetir que no era veneno sino sólo un tranquilizante pero claramente nadie le creyó. 

La desdicha y la desgracia hacen que la vida ocurra tan lenta y dolorosamente como si intentaras respirar bajo el agua. 

Apenas pasaron unos minutos en el hospital aguardando por un informe sobre la salud de la pequeña dubaití/mexicana, cuando los médicos comenzaron a correr hacia el área donde ella estaba, el miedo se filtró en los huesos de todos como hielo pesado y todo fue una locura, Kehvandra, Jungkook y Soobin corrieron hacia donde estaban atendiendo a la rubia, los guardias de seguridad intentaron detenerlos pero fue inútil, no pudieron moverlos, a los segundos llegaron Malka y Abdalá para ser testigos del horror.

El desfibriliador en el pecho de Tahalafa funcionando a tope para regresarla a la vida

—¡Carguen a 250 rápido! ¡Despejen!—

El cuerpo de la pequeña rubia se sacudía con las descargas pero el monitor seguía marcando una terrorífica línea completamente horizontal.

—¡Una vez más!— 

Jungkook desesperado gritó el nombre de su bebé osa una y otra vez hasta que de su garganta brotó sangre, Soobin lo reemplazó y no paró de gritar a pesar de escuchar la frase que marcó su vida

—Hora de la muerte...—

Siempre pensó que el más allá sería oscuro o tal vez sería un enorme jardín con avez y un lago lleno de peces de colores, con un sol radiante y todos vestirían de blanco, que encontraría a todas las personas que conoció que fallecieron junto a ella, que hablarían y sonreirían cada día y todo sería tranquilidad ahora que ya no hay dolor, ni medicinas ni debilidad ni tristeza.

Sin embargo se encontró en su antigua casa de Dubái, había un hermoso atardecer, cruzó los jardines para entrar a la sala descalza, usaba la típica túnica amplia y un hiyab, no sabía que estaba buscando pero continuó recorriendo la casa en donde pasó los momentos más felices de su vida al cuidado de sus padres, el ambiente olía a sándalo por el incienso y a la arena del desierto. A su mamá le gustaba llenar las paredes con las fotos familiares y una vez más pudo contemplar todas en los marcos negros idénticos. También pudo ver de nuevo las pinturas que colgaban por los rincones de su casa creadas por su madre. 

Recordó después de mucho que su madre pasaba mucho tiempo en la sala de arte en donde pintaba todos esos cuadros y murales, recordaba verla llena de pintura y con pinceles adornando su pelo porque siempre perdía los broches para atar su largo pelo. 

Pero al abrir la puerta estaba vacío.

Caminó entonces hacia las habitaciones, el silencio era abrumador pero entonces encontró su antigua habitación era color crema al igual que los muebles con toques lavandas y rosa tenue, había flores pintadas por su madre en las paredes y el piso era de un mármol negro con estrellas plateadas pintadas mano, parecía que caminabas por el universo.

Y frente a ella, se encontraba su universo personal.

Sus padres conversaban animadamente mientras miraban fotos familiares. El álbum ella lo pudo reconocer perfectamente. 

—Pequeña super nova— Tahalafa sonrió mientras ríos de lágrimas cruzaban su rostro.

Al'umu, 'ab...—

Corrió a abrazarlos con todas las fuerzas y todo el anhelo que poseía

—Por favor no se vayan otra vez— 

Su madre peinaba con los dedos los rebeldes mechones de su hija, sonreía a su pequeña super nova acunando su rostro entre sus manos.

—No debes llorar aibnati alhabiba, nunca te abandonamos, sólo que no estamos como tu deseas y lo lamento por eso mi amor, pero nuestro tiempo en la tierra llegó a su fin—

Su padre besó su frente como tantas otras veces, sostuvo las manos de Tahalafa con cariño, como siempre, el corazón de la rubia estaba feliz, no dolía ni latía con pesadez. Abrazó entonces a su padre como siempre, como nunca

—Te amo papá, te amo tanto, perdón, tuviste que irte por salvarme y yo—

—Shhh, no digas esas cosas mi amor, mi tiempo también se cumplió y que mejor que darte mi vida, lo haré cada que Alá lo permita— 

—Vamos malaka debemos mostrarte algo— 

Se dirigieron a la sala de arte de la casa de nuevo. Era enorme por todo el material que tenía su madre guardado y el espacio que necesitaba para pintar los murales. Mientras su padre se sentó en el suelo con su hija en sus piernas como tantas tardes que pasaban en familia mientras observaban a su madre crear. 

—Aún no es tu tiempo hija, te queda mucho por lo que volver—

El corazón de Tahalafa dolió

—¿No me quieren con ustedes?—Muchas veces soñó con ellos pero en sus sueños si se quedaban juntos. Su padre le dió un golpe suave en la frente

—No digas eso sakhif, te amamos como a nadie pero aún no es tiempo, te falta mucho y hay personas que te extrañan— 

Su madre trazaba con maestría sobre el lienzo, de su pelo sacaba pinceles limpios y no tan limpios, ya tenía manchas de pintura en las mejillas pero era seguro que estaba pintando una obra maestra

—Pero sólo doy problemas y preocupaciones, todos se angustian y no mejoro, mi salud física está estancada y mi salud mental apesta— Tahalafa suspiró ¿Quién la espera? No está segura sólo siente su pecho doler a pesar de que no recuerda los rostros ni los nombres de las personas de las que hablan sus padres.

—Se preocupan por ti que es diferente— Su padre con delicadeza arrullaba a su hija como tantas veces, era una ventaja que fuera tan delgada y diminuta

—Es comprensible sentir culpa porque eres consiente de tu alrededor y tus semejantes hija pero la familia está para siempre acompañarse y ayudarse, no para verse como una carga ni una fuente de angustia— Su madre seguía concentrada pintando, ahora en otro caballete con un lienzo en blanco

—Tengo miedo de la realidad, quiero quedarme aquí con ustedes, no tengo más familia— ¿O sí la tenía? Todo era confuso. De nuevo su pecho dolió, como si diera un brinco y muy lejos parecía que alguien la llamaba, sus padres sonrieron

—Tienes más familia, una que tu armaste y te aman al igual que tu a ellos. No es tu tiempo mi amor, perdón por irnos antes pero te prometemos que siempre estamos contigo, temvisitamos en sueños pero debes pelear por favor, pelea por ti, para ti, porque tienes una vida que seguir al lado de muchas personas buenas a las cuales les agradezco que estén presentes, tu padre y yo siempre, siempre te acompañaremos, tomamos tu mano aunque tu no lo notes—

De nuevo parecía que la llamaban pero ¿Quién? 

—Todo pasó como debía pasar, ahora es tu turno de vivir, de recorrer tu camino con nosotros a tu lado pero de diferente manera, de lo prometo, búscanos en sueños pequeña estrella, ahora es tiempo de volver con los que te quieren—

—¿De quienes hablan?— 

Su madre volteó los dos caballetes que había pintado y su corazón volvió a brincar

Un cuadro era de Kehvandra, su padre alfa

Y el otro era Jungkook

—Conejito—

Sus padres sonrieron

—Te amamos Tahalafa Ellet Al Farouq, no olvides quien eres ahora y no olvides que tus madre y tus dos padres estamos orgullosos de ti, hora de despertar—

El doctor Lee revisó la hora en el reloj, era tiempo

—Hora de la muerte...—

Bip

—¡Tahalafa!— Jungkook volvió a gritar más fuerte a pesar de tener la garganta rota al ver que su osa estaba viva

Bip

—Doctor la paciente tiene pulso firme—

—Debemos estabilizarla para que pueda entrar a cirugía— 

—¡Tahalafa vuelve osa por favor!— 

Bip...Bip...Bip

—Pulso estable, presión baja, oxigenación estable—

—Alisten el quirófano ¡Ahora!— 

El doctor se acercó hacia Jungkook, Abdalá, Soobin y Kehvandra

—Tienen que esperar en la sala por favor, la prioridad es estabilizarla para operarla, debemos arreglar la válvula que al parecer colapsó por el esfuerzo al veneno ademas de muchos estudios por las convulsiones pero —El doctor sonrió a través del cubrebocas —Lo importante es que regresó, esta niña es muy fuerte—

Los cuatro salieron hacia la sala de espera más tranquilos

—Es que no saben que no es una niña es una osa y es la más fuerte— Jungkook caminaba al lado de su suegro, tenían un nudo en la garganta de alivio 

Ahora

Todo depende de que tantas ganas tenga Tahalafa por sobrevivir...

*Al'umu: Mamá

*'Ab: Papá

*Aibnati Alhabiba: Mi amada hija

*Malaka: Reina

*Sakhib: Tonta

Gracias por leer

¿Les gustó? 

Kisses en las nachas

Ayosh ;)


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