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Ghamoud Walktal

—Buenos días conejito—

Lafa se encontraba cobijada por el gran cuerpo cálido de Jungkook, estaban acomodados como cucharas siendo Tahalafa la cuchara pequeña, tenía rato despierta pero decidió dejar que Jungkook durmiera hasta que sonara la alarma, la rutina debía empezar.

—No me quiero mover me siento muy bien así—

—Y yo pero no tarda en sonar la alarma—

—¿Y si no vamos?—

—¿Y qué haríamos Kookito?—

—No lo sé, ir a algún lugar, conocer esta ciudad y olvidarnos de todo, ¿Qué te parece?—

—Suena a un buen plan conejito—

La alarma sonó por fin, fuera de la habitación los padres de la rubia querían conversar con su hija pero no querían incomodar a Jungkook, se debatían entre tocar o sólo entrar, la idea de que esté con Kook y que quieran faltar a clases no era una tan mala ya que debían distraer a su hija de la bomba que estaba por estallar para los dubaitíes. Decidieron tocar suavemente la puerta y pedir permiso para entrar.

Dentro de la habitación de la rubia Jungkook estaba por entrar en pánico, Lafa encontraba divertidas sus expresiones pero intentó muy malamente no burlarse de él. 

—No te va a pasar nada conejito asustadizo, yo te protejo—

—Eso debería decirlo yo—

Tahalafa rodó los ojos.

—Por favor Kooko suenas tan heterosexual que me molesta—

Su pequeña discusión se vió interrumpida cuando los padres de Lafa entraron, ellos ya se encontraban duchados, se cambiaron de ropa y lucían impecables a pesar de sólo haber dormido un par de horas, tal vez menos. 

—Hola 'amira buenos días, buenos días Kookie—

—Bu..b..buenos días—

Jungkook intentaba contener su nerviosismo, pensaba que los padres de Lafa lo echarían de la casa al verlo sin camiseta y en la cama con su amadísima hija quien solo usaba una camiseta extra larga, pero poco a poco los nervios fueron amainando cuando ambos padres le sonrieron comprensivamente.

—No estés nerviosos conejito yo te protegeré de éstos ancianos malvados—

Los ojos de Jungkook se abrieron desmesuradamente, nunca había escuchado que alguien se dirigiera a sus padres de esa manera después de encontrar a su pareja con ella en la cama.

Esperen

Esperen

Esperen

¿Acaba de auto nombrarse pareja de Lafa?

Deben ser los nervios

¿No?

—No temas Jungkook, entendemos la situación solo esperamos que sean responsables y plenamente conscientes de lo que están viviendo, mientras eso pase ni Kehjjmet ni yo seremos imprudentes con ustedes, si entramos ahora no es para reclamar ni pedir explicaciones, confiamos plenamente en nuestra hija y también en ti Kook, que eres como un hijo también para nosotros, ¿verdad sama'?—

—Verdad, así que por favor Kook respira—

Ambos padres contemplaban al par con diversión, Tahalafa estaba tranquila, hasta divertida por el semblante aterrado de su conejito pero al tomarle la gran mano tatuada, él miró a su bebé osa y los nervios volvieron a desaparecer.

—Papás, no hice la tarea y me siento muy culpable por eso pero honestamente no podía concentrarme ni ver bien, perdón—

—Es comprensible bebé dado el contexto en el que te viste implicada—

—¿Puedo faltar con Kook hoy?—

—Bueno mi amor primero pregúntale a él que piensa, no seas egoísta—

—Si perdón, ¿Conejito quieres quedarte conmigo?—

Antes de que el coreano pudiera articular una respuesta, se escuchó la voz de Tae del otro lado de la puerta

—¡Yo entregaré tu tarea Kookie!—

Kehvandra abrió la puerta para dar paso a un grupo de adolescentes con el uniforme a medio poner, algunos aún estaban en pijama.

—Bu..bueno yo...puedo, digo, quiero quedarme con Taha pero no sé si tenga problemas en la escuela por faltar—

—Bueno no estamos becados así que supongo que el reglamento regular se aplica para nosotros, por lo que tengo entendido podemos faltar dos veces sin justificación de ningún tipo—

—¡Es verdad! NaNa tienes una memoria increíble—

—Gracias bebé—

—Bueno niños ya está, ahora todos ustedes vamos vamos, a desayunar que se nos hará tarde—

Los adolescentes salieron a excepción del coreano y la dueña de la habitación y como en esa familia sobra la confianza Tahalafa decidió preguntar algo que seguramente hará que Jungkook se desmaye.

—Papá omega, necesito agendar cita para el ginecólogo—

Sep, el conejito estaba a punto de morir del susto.

—¿Te sientes mal mi amor?—

—No papá pero yo, uh, bueno, Kook y yo decidimos uh...uh experimentar a hacer cosas que necesitan uh métodos anticonceptivos—

Ambos padres se miraron entre sí, la cara de Jungkook había perdido todo el color.

—Bueno, entiendo, entonces la agendaré para hoy mismo, solo por favor no nos hagan abuelos tan pronto—

—Yo...yo también quiero preguntar si hay un método alternativo que pueda usar ya que no quiero que solo Lafa use esos...métodos—

—Está bien Kook, agendaremos la cita, ahora pulga baja con tus hermanos a desayunar por favor, tenemos que decirle algo a Jungkook—

La rubia los miró intrigada pero no refutó, solo antes de salir de la habitación se volteó para decirle a sus padres.

—Bueno pero no lo amenacen o me enteraré y ustedes sentirán mi furia vikinga—

—Anda vikinga ve a conquistar el comedor, hay waffles—

—Conejito te guardaré algunos—

Acto seguido la rubia salió disparada al primer piso dispuesta a acabar con los waffles o morir en el intento.

En la habitación de Lafa, el ambiente se volvió algo denso, Jungkook pensó que ahora si moriría, sin embargo cuando los padres de la rubia se sentaron al borde de la cama mirando a Kook con comprensión, el coreano se sintió un poco mejor.

—Kookie no te vamos a hacer nada, solo necesitamos pedirte algo, si no nos encontráramos tan desesperados te dejaríamos tranquilo, sin embargo Kehjjmet y yo estamos en una situación complicada y lo principal es que Lafa y ustedes estén tranquilos—

—Verás Kook, mi esposo y yo debemos salir de la ciudad por el día de hoy, necesitamos confirmar si los datos que nos dieron nuestros informante son ciertas así que si sales con la pulga, no tomen ningún transporte, solo vayan con el chofer por favor, fuera de ahí pueden ir a donde quieran, Taha lleva el dinero necesario—

—No hace falta señores, yo tengo el dinero para comprarle a Lafa lo que quiera y para ir a donde quiera—

Ambos padres reprimieron las sonrisas

—Si crees que mi bebé te va a dejar pagar algo Kook de una vez te digo que llevas las de perder, Lafa no es el típico estereotipo de la niña delicada aunque su tamaño diga lo contrario—

—Bueno eso me consta—

—Lleguen a acuerdos Kookie, comuníquense siempre de manera concreta y pacífica, mi hija es un dulce pero si se enoja le brota lo vikinga, advertido estás—

—Sama' es hora de irnos—

—Bien Kook, por favor mantente con Lafa que no esté sola y si necesitan algo llámanos—

—Gracias yo...creí que estarían molestos o algo así conmigo y que no me dejarían entrar más a la casa ahora que Lafa y yo decidimos tener algo—

—Mi bebé decide su vida y pedirá consejo y ayuda de ser necesario, pero confiamos en ustedes, tú tienes nuestra confianza y nuestro afecto así que tranquilo, solo tengan cuidado y vayan a la cita con el ginecólogo, te enviaremos la dirección—

—Gracias y por favor tengan cuidado—

Antes de salir los adultos despeinaron el negro pelo del coreano, antes de bajar Jeon se dirigió a la habitación que compartía con sus hermanos para buscar una camiseta.

Lafa y Kook se encontraban de nuevo solos en la habitación, el coreano tenía una vaga idea de que hacer ese día para que su bebé osa estuviera distraída, para empezar la llevaría a conocer donde vivía cuando no estaba en la casa de los árabes, quería que conociera su habitación y cocinarle algo coreano, luego ya verían, ambos aún tenían sueño, tal vez tomarían una pequeña siesta pero ahora en la cama del tatuado. De solo pensarlo Kook sonreía como si tuviera 12 años y es que los sentimientos estaban creciendo como enredaderas adhiriéndose a su alma, quería mostrarle todo a su osa pero estaba un tanto melancólico por no poder llevarla a  los rincones en los que creció. 

Al salir de la casa de los dubaitíes en compañía del chofer, se dirigieron al complejos de edificios que eran propiedad de la preparatoria para comenzar su "cita".

Cuando llegaron le pidieron al chofer que los recogiera 4 horas después y le agradecieron amablemente por su trabajo. Cuando subieron las escaleras iban más que nerviosos, Kook le pidió que no se duchara y que llevara una muda de ropa para cambiarse en su departamento.

 Al entrar al departamento los nervios crecieron, pero una vikinga no muestra inseguridades por lo que con paso decidido entró hacia el recibidor para quitarse los zapatos.

—Bienvenida bebé osa, mi casa también es tu casa—

—Gracias conejito—

Pasaron de largo todas las estancias hasta llegar a la habitación del coreano, Lafa se encontró con una amplia habitación pintada en tonos grises y blancos, la ropa de cama era negra y en los estantes había muchas figuras de acción al igual que mangas y libros, frente a la cama estaba el televisor y consolas de videojuegos.

Era la típica habitación de un adolescente otaku y gamer, Lafa veía todo con atención, queriendo grabar cada detalle en su memoria por lo que se acercaba a cada estante decorado con figuras de acción, revisó también los video juegos que Kook tenía, tal vez después le enseñaría como jugar porque en Dubái eso estaba prohibido, al igual que beber alcohol, salir con faldas con altura indebida y muchas otras cosas, las puertas del clóset de Kook estaban abiertas así que pudo darle un rápido vistazo a la ropa, la mayoría era negra y holgada pero era algo que le gustaba a Tahalafa.

—Tienes linda ropa conejito, me gusta tu estilo, sobre todo las sudaderas tan amplias que usas—

—Bueno bebé puedes tomar lo que te guste para que lo uses de vestido o de pijama o de lo que quieras—Jungkook abrazó por detrás a la árabe —Me gusta mucho tu olor y lo quiero impregnado en mi cama así que ven acá.

Sin más aviso Kook cargó a Lafa como un koala, en medio de risas tontas y besos furtivos el coreano abrió las mantas para entrar a la cama, se miraban a los ojos mientras le quitaban la ropa al otro hasta quedar desnudos, a pesar de la intimidad del momento ninguno tenía las intenciones de llegar a más, en parte porque el reglamento del edificio lo prohibía y en parte porque el sueño no abandonaba sus cuerpos, Kook acomodó a Lafa sobre él para cubrirlos con las mantas, el coreano sonreía en grande, estaba feliz de mostrarle su habitación a la rubia, esa cita improvisada estaba saliendo mejor de lo que imaginó. 

En la escuela el grupo de amigos estaba un poco aburrido, a pesar de que los padres de la rubia le dieron instrucciones al personal de la casa para que empacaran un almuerzo para todos, extrañaban las ocurrencias de la rubia y las rarezas de Kook. El tiempo para ellos había pasado muy lento pero lograron llegar a la hora del almuerzo sin perder la cordura.

—Oh oh, se aproxima drama a las 3 en punto—

Todos giraron su cabeza en la dirección indicada para ver a Candela acercarse al grupo.

—Uh, hola a todos, ¿Saben dónde está Lafa? no la vi en la clase de Artes—

—Se quedó en casa, pero ella está bien si es lo que te preocupa—

A Yoongi no le agradaba la morena, le fastidiaba la gente insistente y cuando alguien no le agradaba era cortante, además tenía sueño.

—¿De verdad? quisiera ir a su casa para visitarla—

Todo el grupo cruzó miradas pero Jin fue el que pensó más rápido para hablar.

—Verás, los padres de Lafa son estrictos en cuanto a las personas que visitan su casa además de que esa decisión la tomará únicamente Lafa y ahora ella no está así que supongo que tendrás que esperar a mañana que ella venga a la escuela—

—No, es decir, si ustedes me invitan yo puedo ir y así verla—

—Lo siento, eso no es posible, mañana le puedes preguntar a Taha—

—Pero...—

—Candela por favor, estábamos comiendo, tú también debes alimentarte bien, acompañada de tus amigos claro—Yoongi suspiró cansado.

Candela los miró con un poco de rencor antes de dejar la mesa de los populares, es decir, los coreanos y la mexicana, ella en verdad quería ver a la rubia, tal vez ignoraría lo que le acababan de decir, tal vez. 

—¿Qué hoy es el día de los dramas?—

Todos miraron a Jimin quien señaló con su tenedor hacia un molesto Anderson que se aproximaba a paso veloz

—Ay no—

—¿Dónde está Jungkook? ¿Y dónde está esa molesta niña?—

—¡Buenos días para ti también!, que educado eres al preguntar, estamos bien gracias, Jungkook está descansando en un lugar desconocido—Nam le respondió agitando su tenedor con ensalada.

—¿Está con esa niña irritante cierto? últimamente pasan mucho tiempo juntos—

Namjoon, Jin, Hoseok y Yoongi se elevaron en toda su altura para intimidar a ese rubio dramático.

—Cuida tus palabras, nadie, ¿Entiendes? Nadie habla así de mí bebé — Hoseok rara vez se enojaba pero cuando lo hacía daba miedo y justo ahora estaba a punto de golpear a Anderson.

—No eres nada inteligente, vienes aquí a hablar mal de nuestra hermanita y encima quieres información, eres ridículo, vete—Jin le dió una mirada llena de desdén

Anderson bufó

—¿Cómo pueden ser amiga de esa enana tan molesta? Es un fastidio—

Namjoon no dijo palabra, solo se acercó lo suficiente para intimidar a Anderson, quien sin decir más se alejó dando fuertes pasos como un rey del drama

—Odio a ese tipo—

—Todos lo odiamos Tae pero no podemos demostrarlo, ahora terminemos de comer, no tarda en sonar el timbre y debemos entregar las tareas de Lafa y Kook—

—Yo terminé la de francés y Jisoo ya entregó el ensayo de literatura de Lafa—

—Gracias María, más tarde le llevaremos dulces, no importa que después patine por toda la casa y Yoongi termine con bigotes dibujados, es demasiado doloroso verla asustada y llorando—

—Tienes razón Jimin, en el poco tiempo que la he conocido la aprendí a querer y verla en ese estado fue horrible—Hoseok se limpiaba las migas de la boca.

—Tae y yo llorábamos mientras hacíamos la tarea—

—Sep, las fórmulas químicas fueron hechas literalmente con mis lágrimas—

Y ninguno de los dos estaba exagerando.

En el departamento 345 de la torre 3 de departamentos de estudiantes de intercambio propiedad de la American School Foundation, un coreano y una árabe dormían la siesta, la rubia acostada en el pecho del coreano y éste abrazando a la rubia como si fuera a desaparecer, estaban desnudos, pero descansaban como un par de ángeles inocentes. 

Como todo sueño debe terminar la alarma del teléfono del coreano sonó, debían alistarse para ver al ginecólogo de la rubia. A regañadientes despertaron, al mirarse a los ojos se dieron cuenta de que no llevaban ropa, por lo que primero sintieron pena pero a los pocos minutos sonrieron, Kook preparó el baño para ambos, la regadera era lo suficientemente grande para que cupieran los dos, se limpiaron el uno al otro con el único fin de asearse, no tenían tiempo para más.

Mientras Lafa se secaba el pelo el tatuado cocinó comida coreana para ambos, estaba ansioso por hacerlo para mostrarle a la rubia algo de su país. Nunca dejaron de hablar ni de sonreír, la dubaití solo estaba usando una amplia camiseta de Kook ya que aún no se vestían correctamente para salir, cuando terminaron de comer limpiaron todo para después ir de regreso a la habitación a prepararse. 

El chofer ya los estaba esperando, tenía la dirección indicada para llevarlos, en el auto ambos perezosos volvieron a dormir, al mirar por el espejo retrovisor, el chofer solo pudo sonreír, ese par era divertido y tierno en la misma medida.

Después de la cita con el ginecólogo decidieron ir a un parque de diversiones, aún tenían tiempo antes de ir por sus hermanos a la escuela. Tahalafa estaba encantada con los juegos mecánicos y de destreza, el parque era gigantesco y era la primera vez para ambos, por lo que corrían de una atracción a otra tomados de la mano como si fueran novios. 

Aunque no lo eran ¿O sí?

Pararon a comer en un local de hamburguesas dentro del parque para después ir de nuevo a los juegos de destreza, resultó que Lafa era excelente en esos juegos por lo que ganó un enorme conejo gris de peluche que le regaló a Jungkook, este sonreía en grande y orgulloso aunque su espíritu competitivo recibió una patada, estaba feliz de que Lafa le regalara a su gemelo según palabras de la rubia.

Todo fue bien después de la gran pelea que tuvieron por ver quien pagaba las entradas y la comida y todo lo demás, la rubia no cedía pero el coreano tampoco, al final pagaron la mitad de todo.

—¿Te gustó la cita bebé?—

—Mucho conejito, ha sido la mejor cita que he tenido—

—¿En serio?—

—Sip, bueno, es mi primera cita así que si—

Jungkook entró en Jungshock unos segundos, cuando volvió a la realidad miró a la rubia con sorpresa

—¿Soy tu primera cita?—

—Por qué te sorprendes tanto Kookito, no podía salir de cita con ninguna niña o nos mataban y cuando comencé a vivir aquí salía con María y Jisoo antes de que ustedes llegaran pero no eran citas—

—Wow bebé entonces me siento afortunado—

Lafa le dió un ligero golpe en el hombro al coreano, Tae y Yoongi le contaron que Jungkook tuvo muchas citas en Corea y en México por lo que se guardó sus preguntas. 

—Quiero que tengamos más citas bebé osa, incluso espero que en la vacaciones vengas conmigo a Corea—

—Ya veremos conejito, eso me gustaría mucho mucho—

Jungkook miraba el perfil de la rubia, ella solo tenía ojos para los algodones de azúcar, le tomó de nuevo la mano y cuando ella volteó a mirarlo él sonrió embobado.

—Necesito que sepas que ésta ha sido mi mejor cita, no por el lugar o lo que hicimos, sólo es porque estoy contigo—

Lafa sonrió en grande, se sintió un tanto apenada por lo que se cubrió la cara para disimular el sonrojo, Jungkook rió por el gesto y le quitó las manos, abrazó a su osa apretadamente mientras besaba su cara, la alzó de nuevo para girar una y otra vez, ambos se miraron a los ojos para volverse a besar, con un toque de labios plagado de promesas no dichas.

—Conejito hermoso, no importa a donde vayamos, es contigo todas las citas serán las mejores citas, sip—

Jungkook estaba feliz, en su corazón se empezaba a tatuar el nombre de la rubia pero se negaría por el momento a reconocerlo, mientras la rubia estaba confundida, se sentía feliz pero no tenía manera de comparar lo que estaba sintiendo porque no tenía referencias pero hizo una nota mental sobre preguntarle a sus hermanos sobre qué está sintiendo.

Por fin se dirigieron a comprar los algodones, Jungkook recordó demasiado tarde el cómo se ponía la dubaití con el azúcar, pero sintió verdadero terror cuando Lafa regresó a los juegos de destreza porque tuvo la grandiosa idea de que no se irían de ahí hasta que no tuviera un premio para todos sus hermanos, se los daría en casa.

Ya en casa re reunió todo el grupo festejando el reencuentro en grande, como si llevaran media vida sin verse. Decidieron reunirse en la habitación de la rubia para comer y ponerse al día, una emocionada Lafa aún con el subidón de azúcar les dió los premios que se ganó en el parque mientras los abrazaba y zarandeaba con ganas.

—Ay no, mi pesadilla se hizo realidad—

—Prometo no dibujarte bigotes Yoongito por la garrita—

—Gracias bebé eso me tranquiliza—

  Lafa besó profundamente a Yoongi, el mayor se sonrojó como un tomate pero sonrió mostrando sus encías y Lafa en un ataque de ternura bañó a besos la cara del más pálido del grupo.

—Si me vas a besar en vez de pintarme bigotes yo mismo te compro más dulces—

—Es que eres adorable gatito—

Cuando terminaron de comer decidieron sacar mantas y almohadas pero esta vez no verían una película, terminarían de planear el cumpleaños de la rubia de una vez por todas, todos aportaron ideas para decidir el menú, las bebidas alcohólicas, esta vez contratarían un DJ para que Tae y Jimin disfrutaran de la fiesta, la temática esta vez sería glitter, por lo que necesitarían a la hada de la diamantina para decorar la casa.

Al terminar la planeación por cosas raras de la vida, María terminó sentada en una pierna de Jungkook, Jisoo en la otra, Tahalafa en las piernas de Jimin, Yoongi en la de Taehyung y Jin en las de Namjoon, las palabras fueron reemplazadas por besos, lamidas y manoseo, todos de vez en cuando abrían los ojos para mirar a los demás y también besar al que tuvieran más cerca, el círculo se hizo cada vez más cerca, Lafa le ordenó a Alexa que  dejara las luces al mínimo y en tono rojo, la atmósfera era íntima a un nuevo nivel, las mujeres mandaron a volar los sujetadores y ya no se sabía que extremidad era de quien, se acercaron aún más casi todos encima de todos, Jungkook seguía en un beso de tres con la pareja de niñas mientras ellas frotaban sus intimidades en los fuertes muslos del coreano, Jimin estaba prendido a los senos de Lafa chupando y estirando sus sensibles pezones, Lafa jadeaba, gemía, tiró del pelo de Jimin hacia atrás para besarlo bruscamente, tirando de los carnosos labios del rubio coreano, mientras sus lenguas peleaban, la enorme mano de Tae hurgaba bajo el bóxer de su novio para masturbarlo, cuando la rubia miró hacia Jungkook, pudo notar que ambas mujeres estaban a punto de correrse, ambas se besaban pero se movían con ansias y desesperación sobre los muslo de Jungkook.

—Vayan con Lafa—

Ambas estaban aturdidas pero obedecieron, se situaron en el centro del círculo junto con la árabe quien las despojó de su ropa interior, acostó a María sobre Jisoo, ambas estaba desesperadas por correrse, se lamían las bosas y se frotaban con insistencia. Tahalafa hundió sus dedos entre las piernas lubricadas de sus amigas con fuerza y maestría, mientras se dedicaba a darles placer sintió la mirada del coreano quien se besaba con Namjoon mientras Jin les chupaba la polla a ambos, el coreano le sonrió a su bebé osa segundos antes de que las dos niñas convulsionaran y gritaran por el orgasmo tan brutal que acababan de tener, Jungkook arrastró a la rubia hacia él, besó a Jin en agradecimiento por el placer que le dió con su boca para después recostar a Tahalafa sobre las mantas para hundir la cabeza entre sus piernas mientras ella acomodaba sus pies rodeando la gruesa polla del coreano, esa era una de las filias de Jungkook quien de inmediato gruñó enloqueciendo de placer, Lafa sonrió excitada.

—Acomódate conejito, fóllame así—

Mientras escuchaban los gemidos, gruñidos y las pieles chocar, Jungkook follaba con demencia los pies de su osa, en diferentes posiciones lo cual era nuevo para la dubaití pero siempre estaba dispuesta a aprender, pocos minutos después el coreano se corrió gruñendo y cayendo sobre la árabe. 

—Cada vez haces que me corra más brutal bebé—

Jungkook no dejó que la árabe replicara porque en cuanto se recuperó colocó a la más bajita sobre su regazo pero mirando hacia sus amigos, Jin era follado en cuatro por un Namjoon desquiciado, Jimin rebotaba sobre la polla de Tae y Hoseok estaba aprisionado entre las mantas y el cuerpo de Yoongi, era increíble que alguien que siempre tenía sueño y pareciera un lindo gatito follara como bestia pero todos los ojos conectaron con los de la dubaití cuando Jungkook les mostró el sexo abierto, hinchado y goteante de su bebé para hundir los dedos en la hirviente intimidad y con el pulgar frotaba el hinchado clítoris mientras chupaba el cuello de su osa.

—Conejito—

—Lo sé bebé vamos, grita para mí—

La orden que le dió fue cumplida, un temblor se adueñó de su cuerpo desde las entrañas lamiendo su columna hasta que la sensación más placentera que jamás sintió la hizo gritar mientras un charco de placer quedó en la manta como huella del orgasmo tan brutal que el tatuado le dio a la rubia.

A las afueras de la ciudad, casi a la media noche Kehvandra y Kehjjmet se reunían en un estacionamiento casi vacío con un par de mexicanos funcionarios de la secretaría de inmigración para entregarles los papeles de naturalización por parentesco de su pequeña hija, a cambio a los funcionarios les entregaron dos sobres con billetes en agradecimiento por el rápido trabajo.

—Sama' está todo listo, nuestra bebé ahora es mexicana y tiene a su nombre todo nuestro dinero—

—Kehvandra no tenías que hacerlo—

—¿Por qué no? Ella es tan hija tuya como mía y estamos juntos en esto, ¿Cierto Kehjjmet?—

—Hasta que la muerte nos separe amor mío—

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