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Alrafd (Rechazo) Pt 2

Jungkook, Namjoon, Jimin, Hoseok, Jin, Yoongi, Taehyung, Taemin, Jisoo y Jackson llegaron corriendo al hospital, lo cual era absurdo porque no entrarían a ver a la rubia, únicamente esperarían en el  estacionamiento del hospital a una distancia prudente hasta que saliera.

Pero hey, había avances, la más importante es que Kehvandra y los coreanos tenían una buena relación, respetuosa y cordial, nada parecido a lo que eran en México pero los coreanos entendían que si bien ellos fueron daños colaterales, su ausencia había lastimado no solo a Tahalafa, también a Kehvandra. No se atrevieron a preguntar por Kehjjmet, su padre adoptivo al que tanto le debían, todos creían que tal vez había quedado grave y no podía salir de casa o algo parecido. No querían pensar lo peor y no se atrevían a preguntar. Temían la respuesta, ya saben.

La curiosidad mató al gato, pero murió sabiendo.

Otro cambio importante es que conocieron al abuelo de la árabe, Abdalá, quien era respetuoso pero los veía con recelo al igual que Nabi, aunque con los días su tensa interacción mejoró porque el celoso abuelo y la coreana fueron testigos de que en ningún momento rompieron la regla que Kehvandra impuso, sólo podían ver a la rubia 10 minutos por adolescente y por nada del mundo podían despertarla.

Había pasado una semana desde su ingreso al hospital y se encontraba lo suficientemente estable como para salir al exterior, pero no a la escuela.

Estaría en casa bajo estricta observación psiquiátrica, Tahalafa saldría solamente al hospital y lugares cercanos pero nunca sola, Nabi iría con ella.

La vigilarían hasta para dormir.

Taha no decía nada.

Su cabeza era un lío porque sus recuerdos se mezclaban con el frío presente, podía evocar las voces de sus amigos, sus palabra y podía también recordar sus perfumes, la sensación de entrelazar sus dedos y eso le hacía daño.

—¿Seguros que saldrá por ésta puerta?—

—Eso dijo Heliyaha, no deben de tardar—

—Eso espero, tengo que regresar a casa a estudiar—

—Ay Jackson por favor no mientas, todos sabemos que al último lugar al que irías ahora sería tu casa—

—Jimin eres un enano muy molesto—

—Hijo de tu put...—

—Cállense ahí vienen—

Desde esa distancia era difícil escuchar lo que Kehvandra le decía a su hija, por lo que Jungkook se escabulló entre los autos para enterarse y también para escuchar la voz de su osa que tanto echaba de menos. Poco a poco sus hermanos llegaron junto a él para mirar a través de las ventabas de un automóvil polarizado mientras Tahalafa avanzaba ayudada de su andador, muy despacio.

—...Entonces podré seguir con mi investigación en casa y así podré estar más tiempo contigo mi bebé—

Taha sólo asintió

—También mis negocios pueden progresar sin que yo supervise cada día por lo que iré menos al centro de la ciudad y podremos pasar más tiempo de abuelo y nieta—

Tahalafa volvió a asentir.

Cuando los árabes pasaron cerca del lugar donde los coreanos estaban escondidos, éstos pudieron ver perfectamente como los brazos de la rubia además de estar en extremo delgados, tenían marcas de rasguños curados y recientes, su cuello también tenía rasguños. Parecía que en cualquier comento sus fuerzas flaquearían y caería de rodillas pero se sostenía como podía y avanzaba muy lento con ayuda del andador.

Dolía mirarla.

—Lamento que tengan que pausar sus actividades, prometo mejorar—

Finalmente Lafa había hablado

Y dolió escucharla, tan rota, tan derrotada, tan perdida.

Kehvandra y Abdalá intercambiaron miradas, Lafa sólo miraba sus pies.

—Hablemos en casa ¿Quieres comer algo en especial?—

—No tengo hambre—

Los coreanos se miraron con sorpresa

Tahalafa siempre tenía hambre

Corrección la Tahalafa de antes siempre tenía hambre, la de ahora apenas y probaba los alimentos, estaba más delgada que nunca.

Una semana después Heliyaha le envió un mensaje a Jungkook que le detuvo el corazón.

Tahalafa regresa hoy.

Se alistó a la velocidad de la luz para salir disparado rumbo a la escuela, durante esa semana había reflexionado sobre su vida y como la había llevado al límite por la frustración y el enojo, tal vez perdería el año escolar pero hasta ahora le tomaba importancia.

Porque su osa era de las mejores estudiantes y él un bebedor y fuck boy con malas notas y muchas faltas.

—¿Te caíste de la cama hermano?—

—Déjame en paz—

La relación con su familia se vino abajo, sobre todo con su madre y hermano, quienes se volvieron unos maniacos para controlarlo y protegerlo porque creían que los árabes, incluyendo su osa eran un peligro y Kook podría morir. Y entonces los odió con todo su ser. Con el único que mantenía una comunicación apenas decente era con su padre.

—Buen día hijo—

—Buen día papá—

—Buenos días Kookie ¿Desayunas con nosotros ya que estás listo para la escuela?—

Su mamá ignoraba todo lo que Kook sentía por lo que le hablaba como si nada hubiera pasado, era toda dulzura hasta que se mencionaba el tema de los dubaitíes o sus nombres.

—Me voy ya, cuídate papá—

Su chofer lo estaba esperando como todos los días y como todos los días, pasó por Hoseok y Yoongi

—Hola Kookie ¿Nervioso?—

—Mucho pero debemos seguir el plan—

—Todo debe salir bien—

El regresar a la escuela fue más complicado de lo que Tahalafa pensó, hablaban a sus espaldas, las dos veces que fue al baño la miraban como si fuera un monstruo, se burlaban de su falda larga, del andador que debía usar al igual que las muletas, no entendía por qué tanto interés malsano, tampoco entendía ese fenómeno cultural de hablar sobre una persona cuando ésta se encontraba a unos pasos de distancia y perfectamente escuchaba cada palabra. 

Pero de nuevo, era una extranjera y debía acatar las normas sociales y civiles escritas y no escritas. Sólo era complicado.

Durante su estancia en esa escuela notó varios casos de bullying, algunos más graves que otros, pero de igual forma era una agresión.

Pudo respirar con libertad hasta la hora del almuerzo,  le entregó su comida a la señora Song quien amablemente le sonreía y le hablaba con amabilidad.

Pero la señora Song tenía responsabilidades, le sonrió dulcemente antes de despedirse por ese día y se alejó empujando su carrito de limpieza, por lo que Lafa decidió abandonar su banca habitual para explorar de nuevo hasta encontrar un lugar donde leer. El plan se arruinó de inmediato cuando vió a un sonriente Taemin caminando deprisa hacia su dirección.

—¡Qué gusto verte! ¿Cómo te sientes?—

La rubia miraba sus pies, sujetaba con fuerza las agarraderas de su andador, aún le era incómodo que alguien le hablara pero los demás no tenían la culpa de cómo se sentía respecto a  socializar además que Taemin siempre era amable con ella.

—Estoy mejor gracias—

—Mamá te envió sopa de dumplings—

Ahora sí que miró con atención a su nuevo amigo

—¿A mí?—

—Si, le conté sobre ti y que me ayudarías en inglés cuando pudieras, también le dije que no comes bien y te envió comida, debes saber que los guisos de mi mamá son los mejores del universo—

Taemin llevó a Tahalafa junto a un árbol para comer bajo su sombra, la rubia estaba estupefacta, realmente alguien se había preocupado por ella como para enviarle comida sin conocerla. No tuvo corazón para rechazar los alimentos y menos por la manera en la que Taemin sonreía. 

—Oh por dios de verdad es la mejor sopa de dumplings que he probado—

—Te lo dije, come mucho para que te mejores pronto—

—No tienes por que molestarte ni molestar a tu mamá, igual te ayudaré en inglés y en lo que necesites—

Taemin frunció el ceño

—Somos amigos, bueno, estamos en el proceso de conocernos pero quiero que sepas si aún no te queda claro que te considero una amiga así que por favor mantente saludable—

La Taha de antes habría abrazado con todas sus fuerzas a Taemin, incluso lo hubiera besado, pero solo pudo asentir mirando su sopa.

—Gracias Taemincito eres una buena persona y si, somos amigos—

El coreano sonrió arrugando su nariz, era lindo y dulce.

—Mañana en ésta hora puedes traer tus apuntes para empezar a estudiar, te ayudaré en todo lo que necesites—

—Gracias pequeña—

Entraron juntos al plantel ante la mirada de todos, odiaba que la miraran así y más odiaba los murmullos crueles.

—No escuches nada de eso, te tienen envidia porque son horribles personas por dentro y por fuera—

—No quiero que te digan nada por caminar conmigo—

—Oh pequeña, de mí hablan muchas cosas pero no me interesa—

Pero las palabras con o sin intención lastiman.

Su clase favorita estaba por empezar y como estaba ansiosa apuró a Nabi quien cargaba un enorme baúl de madera lleno de todo el material necesario para pintar.

A la salida del elevador se encontraba una alumna de pelo muy negro peinado como Pucca, era muy bella aunque sus ojos le parecían familiares.

—Hola, perdón que no me presenté antes, mi nombre es Lee Haeco, pero puedes decirme Cocona—

Taha insegura miró a Nabi buscando ayuda pero la coreana la alentó a socializar, si quería mejorar debía esforzarse, así que con voz tímida y mirando al suelo también se presentó

—Soy Ellet Tahalafa—

Hizo una educada reverencia hacia su compañera quien le sonreía con confianza. Pero las miradas y los murmullos comenzaron otra vez.

—Creo que no te conviene hablarme, hablarán de ti—

—Aunque no te hable los chismes aquí no paran Tata-ah—

Tata...Jimin... Taehyung...

Cuando entraron al enorme salón de pintura se sentaron juntas, Cocona notaba la enorme timidez de la rubia tal y como le dijo Taemin pero su hermano tenía razón, la dubaití era una persona muy linda. Se alegró de dejar atrás esa mentalidad de colmena y decidir por ella misma.

Por estar hablando mientras cumplían con el deber de dibujar tres manzanas con el correcto sombreado, la dubaití y la coreana ni notaron que las dos horas de clase pasaron. Recogieron sus materiales y entregaron su trabajo a la maestra antes de salir juntas.

—Lo siento, voy tan rápido como puedo pero si tienes cosas que hacer adelántate—

—Oye, estoy aquí porque quiero así que no tengo prisa alguna—

Taemin llegó con el dúo que avanzaba a paso de tortuga con artritis.

—Hola de nuevo, veo que ya conociste a mi hermana—

—Ahora entiendo porque los ojos de Cocona-ssi me resultaban familiares—

—Ya pero me copió estos perfectos ojos—

—¡Oye idiota! Soy mayor que tú por 2 minutos y ambos somos miopes—

Por primera vez en meses Tahalafa sonrió y luego rió, en silencio, pero sus hombros temblaban.

Fue una alegría inmensa para Kehvandra, Abdalá, Nabi y Heliyaha quienes miraban a distancia la escena. Estaban cerca del estacionamiento pero Taha ya no tenía fuerza, por lo que Heliyaha la esperaba como todos los días con su silla de ruedas.

—Puedo llevarlos a su casa—

—Gracias Tata pero mamá vendrá hoy por nosotros. ¿Lo dejamos para mañana?—

—Claro, hasta mañana—

Y Tahalafa volvió a sonreír. Las esperanzas de Kehvandra se hacían mas fuertes.

A la mañana siguiente Tahalafa estaba mejor, se notaba menos triste y menos tensa, tenía un buen presentimiento sobre ese día. También su padre, su abuelo, Nabi y Heliyaha parecían también más tranquilos, la pequeña vikinga por primera vez desde que llegó a Seúl desayunó con su familia, comió poco pero ella misma empacó su almuerzo y también empacó dulces para sus amigos. Su padre entró a la cocina a supervisar a su hija, confiaba en ella pero la aprehensión a veces es más fuerte.

—Puedes invitarlos cuando quieras a la casa bebé, parecen buenas personas—

—Gracias, les preguntaré cuando pueden—

Kehvandra se acercó para intentar aplacar la melena impeinable de su hija

—¿Sabes que puedes confiar en mí?—

—Si lo sé, también sé que ha sido difícil lidiar conmigo y lo siento, debo ser mas consciente y prometo mejorar, de verdad—

—No bebé—

—Si, sé que de la pérdida de mi mamá y mi papá no me recuperaré nunca— Su voz se quebró —Pero tú estuviste a mi lado lidiando con mi depresión y mi recuperación cuando tú también tuviste secuelas del accidente, creo que nunca te he agradecido por quedarte conmigo y traerme aquí, acompañarme a todo lo que he necesitado y buscarme escuela y todo lo que haces, es decir, yo me hundí en que perdí a mis padres pero tú perdiste a tu esposo y eso no lo había tomado en cuenta, estoy viviendo en un enorme privilegio del cual no era lo suficientemente madura para notarlo ni para agradecerte—

—Eres mi hija vikinga, haría cualquier cosa por ti porque te amo, pero aprecio mucho tus palabras, no he hecho todo lo que debí hacer pero tomé las decisiones con el corazón, jamás con el afán de lastimarte ni nada parecido—

—Lo sé, tú, eres la mejor persona que conozco y perdón, yo, le he dado mi almuerzo a la señora de la limpieza pero ella se lo da a su nieta quien estudia en la escuela conmigo, sólo no tenía hambre—

—¿Vas al comedor con tus compañeros?—

—No, aprovecho para hablar un poco con la señora Song y luego busco un lugar donde leer o adelantar mi tarea—

—Mira bebé, tú eres libre y aunque prefiero que comas entiendo que ha sido complicado, desde el accidente tu estómago se afectó pero pronto encontraremos un nutriólogo experto en rehabilitación, ha sido más difícil aquí encontrar especialistas pero mis colegas me están ayudando con eso, hagamos algo, llevarás dos cajas de almuerzo, una para tu compañera y la otra para ti pero escogerás sólo lo que te comerás ¿De acuerdo?—

—Si, gracias, por cierto ¿Puedo llevar a Taemin y su hermana a su casa? hoy no irá su mamá por ellos—

—Claro, bebé es que tu decides lo que quieres hacer es igual a antes, también si quieres salir o ir a otro lado solo hazlo, Heliyaha y Nabi te acompañarán por ahora pero cuando mejores irás tu sola a donde necesites ir—

—¿Puedo visitarte más tarde?—

Kehvandra sonrió emocionado

—Tampoco necesitas invitación para visitarme, estaré siempre más que encantado de pasar tiempo con mi bebé—

La rubia sonrió tímidamente.

—Te llevaré la cena de cuerdo? Ahora iré a vestirme—

—Claro bebé yo saldré ahora al hospital, es mi último día de jornada completa, que tengas un buen día mi amor, te amo—

—Y yo a ti—

Taha se acercó a su padre adoptivo para abrazarlo tan fuerte como pudo, amaba a su padre con todo lo que quedaba de su corazón y era doloroso mantener la distancia, se permitiría ser débil por hoy.

—Te amo mucho papá, también a ti abuelo que escucha detrás de la cocina—

Ambos adultos soltaron la carcajada, había una chispa de la vikinga de antes.

—Bueno abrazo grupal y cada quien a sus actividades o se nos hará tarde—

—¡Si si, yo corro corro adiós adiós!—

—Taha tomó el elevado del departamento para llegar a su habitación, tenía el corazón más ligero y una leve sonrisa en los labios, hoy sería un gran día—

Ya dentro de la escuela le fue más fácil ignorar las miradas y las murmuraciones, entró a paso firme con ayuda de Nabi, se despidió de ella antes de entrar al salón de la primera clase teórica, Química era de sus clases favoritas y más ahora con el enfoque coreano que le daban a la materia.

A la hora del almuerzo como siempre salió pero ahora con dos cajas de almuerzo, una para la señora Song y otra para ella, si quería estar más fuerte debía comenzar por alimentarse correctamente. En compañía de su Tablet y sus audífonos miraba una serie mientras se alimentaba, ignoraba con todas sus fuerzas las miradas.

Lo que no sabía es que a la distancia el grupo de sus hermanos la miraba con atención.

—Ahora—

—Ahora no Kook, si llora o se pone mal perderá el día de clases y acaba de regresar—

—Joder—

—Será a la hora de artes, como habíamos quedado—

—Vayan a comer, yo me quedaré aquí por si alguien la molesta—

—Nos quedaremos todos Kookie—

A lo lejos miraban como Taemin se acercaba con su cuaderno, saludó a la rubia y platicaban un poco, Taha solo escuchaba y asentía, estaba seria pero atenta a la conversación incesante de Taemin, pocos minutos después llegó Cocona, ambos mellizos hablaban hasta por los codos mientras la árabe los miraba divertida.

—Con nosotros sonreía más—

—Pero eso fue antes Jin, tenemos que entender eso—

La clase de artes había terminado, ésta vez a Taha le gustó mucho su trabajo por lo que aprovechó que terminó antes para hacer dos dibujos, eran el tallo de una rosa y en vez de los pétalos era una luna llena.

—¡Woa! quisiera ser así de creativa para dibujar tan lindo Tata-ah—

—Gracias unni, te daré uno igual si tanto te gustó, éste es para mi papá—

—¿A quién le darás el otro dibujo Tata-ah?—

— Lo guardaré Coco unni, para cuando vaya a México—

Como Taha se puso extremadamente triste decidió no preguntar más, ya habría confianza para que se contaran sus vivencias.

Taemin llegó por su hermana a la salida de sus respectivos talleres, él eligió baile y su hermana y Taha pintura. Se apresuró antes de que Jungkook y los demás entraran al salón.

Porque se avecinaba un desastre.

El grupo de 8 coreanos se adentró al ya vacío taller de pintura, Cocona y Taemin conversaban con la rubia mientras le ayudaban a guardar sus cosas, los hermanos cruzaron miradas para darse valor.

Todo iba a salir bien.

Tahalafa estaba de espaldas al grupo, los mellizos si notaron al grupo pero guardaron silencio, no era su batalla.

Jimin fue el que rompió el silencio

—Tata—

La árabe dejó de respirar, no quería voltear porque sabía que si Jimin estaba ahí, los demás también, incluido Jungkook y no estaba lista para afrontar a sus hermanos.

Miró sus pies como si fueran lo más interesante del mundo

—Tata—

Ésta vez fue Tae

La vikinga reunió todo le valor posible para que su voz no temblara.

—Lo siento—

—¿Eh?— Esperaban todo menos esa respuesta

—No me quieren cerca y yo llegué a su escuela pero no lo sabía lo juro, en cuanto me autoricen el cambio me iré ¿Están bien?—

No sabe ni como logró articular toda la frase sin llorar

Olvídenlo ahora lloraba a mares silenciosos

Cocona y Taemin no entendían nada

—¿Podrías voltear por favor?—

Silencio

—No es lo que crees, tu tío llenó de ideas a nuestros padres y el día del accidente llegaron justo cuando ustedes estaban en el hospital, nos sacaron a la fuerza ya tenían los boletos de regreso a Seúl desde antes de viajar, nos quitaron los teléfonos porque están convencidos de que ustedes son peligrosos—

Silencio

—Nosotros quisimos comunicarnos pero era inútil, nos cambiaron a ésta escuela, no...Dios no queríamos abandonarte, yo lo siento Tata—

Yoongi ya no pudo seguir hablando, se rompió en lágrimas.

De nuevo silencio

—Perdóname bebé osa, yo te prometí que estaríamos juntos siempre y no lo cumplí pero no hubo día en que no pensara en ti y te extrañara, no he dejado de amarte...—

Los mellizos se miraron, no daban crédito a lo que oían, ¿El fuck boy gay de la escuela le dijo a una mujer que la amaba? ¿Qué mierda pasó en México?

Las palabras de Jungkook fueron cortadas por el sollozo más desgarrador que hubieran escuchado jamás, Taha soltó el andador para taparse la boca

—¿Puedes creernos? Desde que supimos que estabas aquí no dejamos de buscarte y aunque no te diste cuenta estábamos cerca...Bebé por favor—

Silencio, para éstas alturas ya se estaban desesperando

—No hicimos las cosas de la manera correcta, porque no nos dejaron decidir...mi bebé perdóname—

Jisoo ya  no podía y se acercaba a paso lento

—Perdón bebé—

Taha lentamente giró, enfrentó a sus hermanos apoyada de nuevo en su andador, pero no los miró, el suelo parecía darle apoyo moral por lo que mantenía los ojos pegados en él

—Entiendo todas sus razones, ahora debo irme—

Buscó a tientas el botón de pánico pero no lo oprimió, no podía espantar a Nabi ni llamarla para que le resolviera sus problemas, después de todo es una vikinga.

—Por favor bebé osa no te vayas—

—Cómo dice tu papá Kehjjmet, entre todos el dolor se hace menos—

Y ahí fue cuando se rompió de nuevo

—Mi papá murió...él estaba muy mal y y y no pudo resistir, aún cuando se encontraba muy mal el preguntaba por todos sus hijos y yo siempre le decía que ustedes estaban afuera esperando entrar, me volví una mentirosa pero no podía decirle que ustedes simplemente desaparecieron, quería que se fuera tranquilo y...—

Ya no pudo hablar, el llanto la estaba consumiendo, Cocona lloraba sin entender nada pero el dolor era palpable, quería abrazar a  su amiga pero era imposoble por el andador, sujetó su brazo a modo de apoyo

—Lo siento dios perdón—

—Dejen de pedir perdón, yo puedo entender todas sus razones, después de todo seguimos bajo la supervisión de nuestros padres, no estoy enojada con ninguno de ustedes, hace mucho dejé de enojarme. Yo entiendo y ahora si sus padres se enteran de que estoy aquí o los cambiarán de escuela o les pondrán vigilancia, ahorrémonos todo eso—

—No bebita—

—Yo pude entender sus situación  los perdono si eso es lo que necesitan escuchar, los perdono de todo corazón, o bueno lo que queda de él pero no los quiero cerca. Y ahora les toca a ustedes entender—

Con ayuda de Cocona salió del taller, Taemin llevaba sus cosas de arte, dejó su dibujo en el caballete y como Jimin era un curioso se acercó a mirar, el dibujo era un tallo de rosa con la luna como flor, el fondo era un cielo estrellado donde si mirabas de cerca, podías unir las constelaciones, eran las iniciales de los nombres en coreano de cada uno de sus hermanos y Kook.

Era el dibujo para su papá Kehjjmet.




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