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Alharara

-Yo...yo les agradezco que se preocupen por mis padres y por mí en serio muy en serio lo digo, solo por favor denme un momento para procesar todo, iré a mi habitación-

-Pero bebé-

-Por favor pollito-

-Déjenla que se vaya debemos respetar sus procesos y sus tiempos, ve bebé pero por lo menos llévate la fruta, no terminaste de comer-

-Gracias Jincito-

Muy despacio la más baja de la casa tomó un contenedor de plástico rosa con brillos lleno de fruta, caminó como si pesara una tonelada hacia su habitación, el miedo y la tristeza eran una carga muy grande.

-Debemos ir tras ella-

-No Tae, Lafa no quiere romperse frente a nosotros y debemos respetar eso, no es porque no confíe es que no nos quiere preocupar más-

-Pero es que es una bebé-

-Si Yoongi pero esa bebé es más fuerte que todos nosotros juntos-

-Bien niños vamos a terminar de comer y después haremos la tarea, tal vez Taha no tenga cabeza para eso pero entonces nosotros le pasaremos los deberes para mañana, es lo único que se me ocurre en lo que podemos ser de utilidad-

Namjoon estaba igual de triste que todos pero los padres omegaverse de la rubia lo dejaron a cargo y debía calmar a los demás

Ya había pasado una hora, el grupo de amigos terminó de comer en silencio, le agradecieron al personal de servicio por su trabajo y por la comida y subieron a sus habitaciones de estudio a hacer la tarea, por suerte ese día no tenían clases extras pero decidieron no irse a sus casas, no podían dejar a su amiga y sus padres adoptivos solos, no eran capaces.

Jungkook no se podía concentrar.

Era como si en su mente solo tuviera la imagen incrustada de la pequeña rubia llorando por lo que de la tarea de francés sólo llevaba un par de párrafos escritos, suspiraba desesperado pero no quería interrumpir ni a Jimin ni a Tae así que cerró un momento los ojos para despejar su mente y concentrarse de nuevo.

Pero era inútil.

Una voz interna le gritaba que corriera con Lafa pero tenía un debate consigo mismo sobre si era lo mejor esperar a que ella saliera o interrumpir, total, si lo echaba por lo menos lo intentó ¿No?

Joder

-Creo que a Lafa le vendría bien tu compañía Kook, te mueres por caminar al piso de abajo así que ve-

Jimin le ofreció una sonrisa amable, estaba triste también y consternado, sus ojos destilaban preocupación al igual que los de Tae

-No lo sé hyung ¿Y si me echa?-

-No lo creo Kook, Tae y yo los vimos mientras hablaban bajo el árbol y parecían una pareja de años-

Jungkook respiró hondo, les ofreció una sonrisa a sus amigos antes de salir de la estancia directo a la habitación principal.

Se sorprendió que al tocar nadie respondió, pensó que tal vez la rubia se quedó dormida por lo que abrió muy despacio la puerta más la sorpresa creció cuando al adentrarse al amplio espacio no se veía a Tahalafa, abrió el baño y tampoco, revisó el balcón y nada. ¿Tal vez bajó a la cocina? Estaba por salir a revisar la casa de ser necesario cuando escuchó un leve sollozo, débil porque parecía que algo amortiguaba el sonido, se acercó de a poco en el vestidor de Lafa clóset como ella le llamaba que en realidad era una enorme habitación que contenía su ropa, accesorios, zapatos y demás objetos, escaneó con la mirada pero de nuevo no se veía nada sin embargo el sonido se repitió.

Deslizó la puerta corrediza que contenía las sábanas y edredones de la rubia y la escena que observó lo enterneció de sobremanera y al mismo tiempo le quebró el corazón.

Lafa se encontraba sentada en el suelo en el fondo del minúsculo espacio abrazando una almohada que él nunca había visto.


-Bebé osa-

Como la rubia no lo echó pero tampoco le respondió, se sentó en el suelo muy cerca de la más bajita del grupo.

-¿Qué haces aquí pequeña osa?-

Silencio

-¿Y esa almohada bebé?-

-Era de mi mamá, necesito un abrazo de ella pero esto es todo lo que tengo-

Por más que Kook intentó retener las lágrimas fue inútil, esas palabras fueron como una patada al alma.

-Bebé osa pero te dolerá la espalda por estar aquí, este espacio es reducido incluso para ti-

-Lo siento por preocuparte conejito-

-Vamos pequeña te llevaré a tu cama-

Como toda una koala miniatura Tahalafa extendió sus brazos hacia el coreano, el corazón de Kook estaba a nada de romperse por todas las acciones de la rubia quien rodeó al tatuado con brazos y piernas pero sin soltar su amada almohada.

-Yo tenía razón, eres toda una bebé osa-

De camino de regreso a la habitación Kook besaba la mejilla de la rubia, con sumo cuidado la acomodó bajo las mantas, ella solo pudo hacerse una bola diminuta del tamaño de la almohada, tenía la nariz roja y constipada y estaba haciendo pucheros mientras lloraba, Kook estaba justo en el medio de sufrir un ataque de ternura y un ataque de tristeza.

Peinó con los dedos el rubio pelo aunque era un caso perdido, Lafa después de tanto tiempo por fin miró a Jungkook saliendo de su trance al ver a su conejito llorando.

-Perdón perdón, lo siento mucho no quería que lloraras Kookito lo siento perdóname-

-No importa bebé solo necesito saber que estás tranquila, sé que es una mierda todo pero confío en tus padres y confío en que todo saldrá bien-

-Sólo tengo mucho miedo Kook, ¿Quién nos odia tanto como para querernos muertos?-

Al oír esas palabras Jungkook trató de mantener a raya sus emociones pero realmente se le estaba haciendo imposible, ver a la persona que le estaba provocando sentimientos desconocido y que le importaba tanto en ese estado lo estaba rompiendo.

-Bebé no seré de mucha utilidad pero haré lo que pueda para cuidarte si?-

-Es que eso es también algo que me preocupa mucho, que por estar con nosotros les pase algo a ti a María a Jisoo y a los demás yo..yo...-

-Pequeña, no pasará eso, a tus padres los quiero como a mis padres, no se aún como ayudarles pero entre todos encontraremos una respuesta, como dice tu papá alfa, entre todos el peso es menos-

-Ay conejito, mis padres y yo los adoramos-

-Ahora cuéntame bebé, ¿Qué otras cosas guardas de tu mamá?

-Pues sólo esta almohada, cuando pierde el aroma la rocío con el perfume que queda, pero casi se acaba y está descontinuado por eso lo cuido mucho, la almohada igual solo la abrazo cuando de verdad estoy muy triste y uh, también tengo un suéter y joyas y uh una manta pero esa no la he sacado de un estuche que mandó a hacer mi papá omega, no quiero que se maltrate-

-¿Me puedes mostrar las cosas? quiero ver-

-Claro conejito-

Estaban de regreso en el vestidor de la dubaití, de un espejo de cuerpo entero quitó el seguro, el espejo se deslizó mostrando una gran colección de joyas que seguramente valían millones, aretes, anillos, collares, dijes, pulseras, tiaras y prendedores para el cabello. Pero lo que más le emocionó a la árabe mostrar fue la manta blanca que era de su madre y también le mostró el perfume, Jungkook en su cabeza guardó todos los datos. Regresaron a la habitación donde ahí se encontraban todos sus amigos quienes tenían preparadas mantas y almohadas en el suelo además de toneladas de comida y bebidas.

-Hola bebé, ¿Podemos cenar aquí? no queremos molestar solo estamos preocupados por ti-

-Lamento mucho mi reacción Taecito y lamento preocuparlos yo solo tengo mucho miedo por mis padres pero también por ustedes no quiero que les pase nada por estar con nosotros yo..yo...-

-Tranquila pequeña nosotros estaremos bien, entre todos somos más fuertes-

-Ay Nam siempre sabes que decir, yo los amo mucho mucho-

-Lafa siempre vamos a estar contigo y con tus padres, somos una familia gay unida-

-Yoongi tiene razón Lafa, estamos todos unidos y como podamos vamos a ayudar-

La cena pasó en calma, por primera vez no había gritos ni risas escandalosas, parecía como si el grupo tuviera el suficiente respeto para no hacer una atmósfera inapropiada dado el contexto que estaban viviendo. Cuando acabaron de comer recogieron todo para ahorrar el trabajo del personal de servicio, ya se acercaba la hora de dormir y sus padres aún no llegaban, la rubia tenía miedo pero los mensajes que ellos le mandaron la tranquilizaban un poco.

-Nam y yo nos iremos a dormir bebé pero si necesitas algo nos mandas mensaje-

-Lo mismo haremos Yoongi y yo pequeñita pero solo mensajea y estaremos aquí-

-Jisoo y yo estaremos pendientes del teléfono ¿De acuerdo?-

-Tae y yo también tendremos el teléfono cerca bebé, intenta descansar-

-Gracias a todos pero descansen, los quiero-

-Y nosotros a ti bebé, buenas noches-

Cuando se quedaron solos en la habitación, Jungkook no sabía muy bien que hacer, se acercó de a poco a la dubaití, peinó su pelo con los dedos o al menos lo intentó, optó por prepararle un baño caliente a la rubia para que así despejara un rato su mente y de paso su nariz.

-Iré un momento a mi habitación, en seguida regreso-

Ella no respondió solo se deslizó más profundo en la gran tina que contenía una bomba de baño con olor a caramelo, la calma comenzaba a filtrarse a cuentagotas por sus huesos, imaginaba como ayudar o a quién debía acudir para obtener respuestas pero sus padres realmente habían creado una red de comunicación infalible, por lo que esa idea quedaba descartada ya que ellos siempre le inculcaron confiar en su instinto pero también confiar en las decisiones de sus padres porque las acciones que tomaban siempre eran consultadas con ella y si no era así, entonces el problema rebasaba el raciocinio de la árabe por lo que únicamente debía esperar a que sus padres actuarán, sólo deseaba no ser una simple adolescente y tener más poder.

No supo cuánto tiempo pasó hasta que Jungkook volvió. Lafa no dudaba de lo buena persona que era Kook sólo que en estas situaciones la mente juega en contra y ella pensaba que quizá estaba todo muy complicado como para hablar sobre lo que ambos querían, por lo que ella decidió guardar silencio un poco más.

-¿Lista para salir bebé osa?-

-Oh conejito volviste-

Jungkook miró a la rubia confundido

-¿Por qué no lo haría?-

-No se Kookito solo todo es muy confuso-

-Mira hermosa te ayudaré a salir de la tina para que puedas vestirte ¿De acuerdo?-

-Gracias conejito-

Jungkook le ayudó a salir del baño, depositó a la rubia bajita en su vestidor para darle su tiempo a cambiarse y hacer sus rutinas diarias en lo que él preparaba su nuevo regalo para Taha quien salió después de unos minutos enfundada en una camiseta sencilla muy larga que tenía algo escrito en árabe y algo que enfundaba sus piernas pero el coreano no prestó atención a aquel detalle.

-¿Pequeña osa puedo quedarme a dormir contigo?-

-Por supuesto conejito yo, te iba a pedir que te quedaras-

-Me ducharé entonces muy rápido ¿Puedo?-

-Kookito mi casa es tu casa y mi habitación es tu habitación, adelante toma lo que necesites-

-Gracias bebé-

Sonrieron un tanto nerviosos, cuando Kook entró al baño Lafa termino de alistarse para descansar, hidrató a profundidad su piel, se aplicó perfume y alisó su pelo, bueno lo que se podía, María juraba que el pelo de la rubia tenía vida propia pero hey, le daba personalidad. Guardó de nuevo la almohada en su lugar antes de meterse bajo las mantas, desplegó la televisión para buscar algo en Netflix. Cuando estaba revisando el catálogo Jungkook salió, mirarlo recién duchado era algo digno de ver, su torso estaba desnudo y perlado de agua, el cabello estaba peinado hacia atrás y eso le daba un toque más maduro aunque fuera solo un adolescente un año mayor que la rubia y lo mejor de todo, solo estaba usando un delgado pantalón negro.

Ambos se miraron

Ninguno se movía

Esto era diferente ahora que estaban 100% sobrios.

-Uh, hola conejito-

-Hola bebé, entraré en la cama ¿Está bien?

La árabe asintió por lo que el coreano subió al cómodo colchón.

Se siguieron mirando

De pronto los latidos de sus corazones resonaban por todo su cuerpo

Ninguno parpadeaba

El silencio era especial, como si se convirtiera en una burbuja que los cuidaba

Jungkook con sumo cuidado trazó las facciones de la rubia quien al sentir el tacto cerró los ojos, en ese instante el tatuado supo que cuando Lafa cerraba sus ojos del color del sol, para el anochecía.

Joder

¿Y ahora cómo seguían?

Kook tenía mil preguntas y dudas internas pero se diluyeron en el aire cuando Lafa giró su cara que estaba acunada en la gran mano tatuada para besar la palma y después cada tatuaje que ésta contenía.

-Me gustas mucho bebé-

Listo, lo dijo

Lafa sonrió, si la mirada de la dubaití se había convertido en los soles de sus mañanas, la sonrisa de la rubia se estaba convirtiendo en la luna que más le gustaba admirar.

-Y tú me gustas mucho conejito, eres el primer hombre que me gusta, el primero que me revuelve la cabeza y-

Diablos no te calles

-¿Y?-

Bueno

A veces las palabras cuentan más que las acciones ¿No?

Fue por eso que la rubia cortó la distancia entre sus labios para besar al coreano quien se quedó estático solo el tiempo que dura un latido para corresponder el beso de manera profunda y dulce, determinante y posesivo.

-Nunca me han gustado las mujeres sólo tu bebé, por eso llegué a la conclusión que soy Tahalafasexual-

La rubia rió, ese término jamás lo había escuchado, el beso no paró aunque siguieron hablando

-Entonces yo soy Jungkooksexual-

-Bebé osa, quiero hacer todo contigo-

La rubia agradeció a todos los espíritus, los unicornios y al dios de las hormonas porque su coreano estaba diciendo justo lo que ella llevaba pensando el tiempo suficiente para estar segura.

-Conejito, haremos todo y más-

-¿Segura?-

-Si conejito-

La rubia lamió los labios del coreano que para esos momentos ya se encontraban hinchados.

La atmósfera cambió

Drásticamente

El aire parecía más denso al igual que el silencio, a diferencia de la primera vez, se encontraban sobrios y con las luces prendidas, ninguno tenía miedo de mostrar su cuerpo pero al estar solos en esa habitación el ambiente se volvía más íntimo, como una promesa silenciosa.

El beso también cambió

Las lenguas comenzaron a danzar de una forma lascivamente lenta, como dejando huella en la boca contraria para adueñarse poco a poco del sabor ajeno y volverlo propio, Jungkook hundió la lengua tan dentro como pudo dentro de la boca de la rubia quien sin reparo envolvió entre sus labios pero no siguió el beso, no, movió su cabeza de manera lenta simulando que la lengua de Jungkook era su polla

Al coreano se le fundió el cerebro.

Él emitió un gruñido bajo, ella siguió follando su boca con la lengua de Kook, las respiraciones se volvían más ruidosas y pesadas como si así el deseo que sentían el uno por el otro se mantuviera contenido. Entonces Jungkook rompió el beso, hilos de saliva los mantenían unidos como un vínculo lascivo, el tatuado abrió con su mano la boca de Lafa para meter un dedo y frotarlo en la suave lengua mientras los ojos de ambos estaban soldados a la mirada del contrario, primero fue un toque tímido, pero a los pocos segundos metió más profundo su dedo.

-Eres tan jodidamente caliente bebé-

Lafa no respondió, sólo hizo que un segundo y grande dedo se hundiera en su boca, para que ambos dígitos se frotaran en su lengua, Kook empujó la lengua de Lafa hacia abajo para ir más allá hacia la garganta de la rubia, más y más profundo hasta que le comenzó a faltar el aire a Tahalafa

Fue cuando Jungkook le dió el tiempo justo a Lafa para reponerse y de inmediato volvió a su labor esta vez más profundo, para ese entonces la saliva de la rubia comenzaba a salir de su boca lo que estaba enloqueciendo al coreano, fue más allá, solo un segundo antes de retroceder para de nuevo e ir incluso más allá, hasta que sus dedos presionaron el interior de la garganta de la pequeña rubia, quien gemía haciendo que los dedos de Kook vibraran de manera placentera.

Mierda.

Bendita aquella pequeña rubia que no tenía reflejo de náusea.

-Te ves hermosa justo así bebé-

Retiró sus dedos para besar de nuevo a la árabe, esta vez profundo y hambriento, la rubia tiró del pelo negro de Jungkook para separarlo de su rostro y levantó un poco su cabeza, abrió la boca mirando a Kook, éste entendió de inmediato y entonces...

Escupió.

Escupió dentro de la boca de su pequeña osa, ésta le mostró la cantidad de saliva arrojada en su lengua antes de tragar y el coreano volvió a gruñir, Lafa se separó lo justo para retirar su camiseta y lo que Kook vió lo mató lentamente.

La dubaití no traía sujetador pero estaba usando ropa interior de encaje, que apenas y cubría lo indispensable de la parte inferior de su cuerpo, con lazos anudados en sus caderas que unían el frente y posterior de la minúscula prenda. A juego llevaba unas medias de tela elástica que abrazaban sus piernas hasta casi el inicio de sus muslos, con lazos a juego con la ropa interior.

-Sé que te gustan mis medias conejito por eso me las puse-

-Mierda, un día me vas a matar solo mostrándome tu ropa-

Volvieron a los suyo a besarse y reconocerse con las manos, los labios, entre miradas cargadas de deseo y sentimientos, cuando se separaron por aire Jungkook miró fijamente a la árabe, los orbes dorados de la más bajita también estaba fijos en contemplar la cara del tatuado, Kook tomó las manos de Lafa y las metió bajo su pantalón de pijama y la rubia estuvo a punto de tener un infarto.

Mierda

Kook no estaba usando ropa interior por lo que la rubia acarició a su antojo explorando la zona pero necesitaba más así que hizo que Jungkook se levantara en el colchón para retirar el molesto pantalón, cuando finalmente quedó desnudo Taha se arrodilló frente a él

-Eres hermoso Kookie-

Sonrió segundos antes de engullir la polla de Jungkook hasta la raíz, el coreano aguantó como todo un héroe y se felicitó a sí mismo porque no se desmayó, cuando la garganta de Lafa se contrajo al simular pasar saliva murió y revivió mil veces pero realmente murió entregándole el alma a la rubia cuando ésta levantó las manos acariciando el fuerte y marcado pecho del coreano paro unos segundos después trazar un camino con sus uñas hasta sus caderas una y otra vez y luego el camino que marcaban los huesos de la cadera y finalmente por sus muslos, sus uñas subían y bajaban por la blanca piel dejando un camino rojo por el raspado de las uñas pero el coreano nunca se quejó, disfrutó del calor lo que ocasionó que su polla creciera en la garganta de la árabe.

Pero todo llegó a un nuevo nivel cuando esa rubia diminuta, de apariencia frágil e inocente quitó de su boca la polla del coreano para girarse y darle la espalda, volvió a hundir la polla del tatuado. Jungkook sentía como sus huesos se volvían líquidos, sus pulmones estaba tan apretados como sus bolas, frente a él se encontraba el espejo de cuerpo entero de la habitación, por lo que pudo mirar como su polla se estaba marcando en la garganta de su osa, gimió como desesperado cuando la mano de Lafa tomó la grande palma del coreano para ayudarla a recorrer y apretar su garganta, eso era un nuevo nivel de masturbación que al coreano jamás se la había ocurrido

-¡Mierda Lafa joder!-

Tahalafa dejó que Jungkook se acariciara a través de su garganta, se retiraba los segundos justos para respirar pero estaba mareada aun así resistió las embestidas y los movimientos de mano de Kook a través de su garganta.

-Bebé no puedo más-

Esa fue la señal para que Lafa volviera a rasguñar la piel blanca de Jungkook arruinando con sus uñas la tersa y clara extensión, cuando sus uñas llegaron a los testículos del coreano Jungkook enloqueció.

Se corrió en el orgasmo más violento y arrasador que había tenido en su vida, sus caderas y su mano se siguieron moviendo hasta que el solo se ordeñó hasta la última gota.

Cayó en el colchón desplomándose sobre la rubia quien estaba roja igual a una fresa, su frente perlada de sudor y la sonrisa más hermosa que Kook había visto.

-Me vas a matar bebé osa-

Kook limpió el rostro de la rubia el cual estaba manchado con semen, después la besó con devoción y admiración, ni todos los orgasmos juntos que había experimentado podrían compararse con el que acababa de tener. Pero aún no terminaban.

Jungkook poco a poco hundió sus grandes dedos entre las piernas de la rubia quien sólo pudo extender más sus extremidades para hacerle lugar al tatuado, se miraron de nuevo mientras Kook contemplaba y grababa en su memoria los gestos de placer que su osa estaba experimentando.

-Conejito...conejito justo así-

Jungkook sonrió orgulloso, los gemidos de la rubia cada vez eran más ruidosos, a este paso iba a despertar a toda la cuadra por lo que acalló los gemidos a besos con lengua, también aprovechó para besar el delicado cuello, sus clavículas y su escote, se prendió también a sus pezones sin contemplaciones, tiró de los pezones con sus dientes mientras hundía un dedos en la entrada resbaladiza de la árabe, si algo le comenzaba a causar una fijación era la cantidad de lubricante que la rubia podía producir, su trasero aceptó la intromisión y se dió cuenta de que Lafa estaba cerca de correrse por la manera en que su pequeño cuerpo se removía y sacudía buscando terminar.

Lafa volvió a abrir la boca para que el coreano le escupiera.

-Te gusta tener la boca ocupada como toda una bebé. Estás tan jodidamente apretada-

-Para ti-

-Vamos pequeña osa, córrete para mí-

Como si fueran palabras mágicas Lafa se corrió en la mano del coreano, el orgasmo fua tan largo y crudo que el charco que quedó en las sábanas era enorme.

El cerebro de Kook se fundió por segunda vez.

Cuando se calmaron los ánimos, Kook acostó a la rubia sobre él, se besaban ahora con dulzura y paciencia.

-Fue increíble bebé creí que moría por culpa de tu boca-

-No mueras conejito o no podremos seguir jugando-

-Quiero experimentar más bebé osa-

-Creo que entonces deberé ir al ginecólogo para que me recete un método anticonceptivo conejito-

-Iré contigo bebé osa y también preguntaré que puedo usar que sea alternativo al condón, quiero sentirte por completo-

Lafa trazaba figuras con su dedo sobre el pecho del coreano

-Yo tampoco quiero que lo uses, agendaré la cita lo más pronto posible-

-Bebé, no lo hemos hablado pero por mi parte, solo estaré contigo ¿De acuerdo?-

-Y yo también sólo contigo Kookito-

-Creo que se aplicarán las mismas reglas a nosotros bebé, pero será cuando tú quieras-

-Si mi conejito-

-Es hora de dormir mi bebé-

Ambos se volvieron a vestir y cambiaron las sábanas, Lafa se asomó a revisar si sus padres habían llegado lo que la tranquilizó enormemente solo un instante.

¿Y si escucharon todo?

Aunque era poco probable ya que las habitaciones eran enormes y las paredes muy gruesas aunque no a prueba de ruido.

Pero quería vivir su momento de paz y alegría por lo que restaba de la noche con su conejito.

Ya mañana lidiarían con la realidad.

Alharara: Palabra árabe que significa calor

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