Meses de terapia y mucho esfuerzo tanto físico como mental de por medio fueron los que tuve que tener para tomar las riendas del asunto y finalmente presentar el divorcio.

Meses en los que estuviste de maravilla con tu nueva mujer, pero bastó aquel papel sobre la mesa del lugar, que alguna vez fue nuestro hogar, para borrar tu sonrisa.

—Roseanne, mi amor, ¿p-por qué me estás dejando? Se supone que tú y yo seríamos uno para siempre...

Eso era lo que pensaba yo, hasta que vi que podías vivir sin mí aunque yo estuviera muriendo por dentro.

—Al parecer, “para siempre” era un muy corto lapso de tiempo. Lo siento, Jimin, pero ya no puedo seguir con esto.

Escuché tus lamentos a mis espaldas, tus súplicas, tu llanto y tus mil quejas, y pude haber volteado pero me permití avanzar.

Tomé mis maletas y me marché sin saber hacia dónde me dirigiría. Estaba sola y perdida, pero ya no estaba atada y me prometí no estarlo nunca más.

Fin.

Omggg, impactada estoy, me encantó, espero que les haya gustado de la misma forma y muchas gracias por llegar hasta aquí.

Pero...

¿Solo yo quiero un epílogo? 👀