Capitulo 12
Este seria el lugar el cual Nadia siempre quiso encontrar, sin caminantes molestando, sin miedo a vivir, una madre que la amara. Pero aún así se sentía incompleta, algo o más bien alguien le hacía falta.
Carl y Nadia habían perdido la mayor parte de interés en comunicarse, eran como dos extraños que vivían en una misma comunidad. El prefería hablar con Enid cosa que por alguna razón que no entendía, le molestaba y le parecía repulsivo pero aún así ella no lo demostraba.
Luego de una no muy animada caminata por Alexandria, Nadia notó algo que llamó su atención, la voz de Carl y Ron que al parecer no se llevaban del todo bien.
Nadia al notar que se acercaban de mala manera decidió interponerse, no quería peleas entre los grupos y tener que dividirse en busca de un nuevo refugio.
—Carl, ya detente.—Se le acercó intentando calmarlo, pero el ni la volteo a ver solo siguió mirando con odio a Ron.
—¡Vete no es tu asunto!—Le grito sin verla.
Carl siguió con los empujones hacia Ron el cual había comenzado a lanzarle insultos y quejas cuando escuchó aquel grito en contra de la pelirroja.
—¡Por favor detente!
Los gritos no lo detenían, al contrario ahora Carl lo había mandado contra el suelo seguramente para iniciar una pelea cuerpo a cuerpo.
Nadia, asustada antes de que Carl le hiciera daño a Ron lo abrazo por la espalda para que se quedara quieto
—Por favor.—Susurro mientras el volteo su mirada llena de odio a Nadia.
Pero al verla tan tímida y asustada su mirada cambio, se dejó guiar por la pelirroja hasta una de las casas donde iniciaría un regaño.
—¿Me puedes decir que paso?—Nadia frunció el ceño.
—No es tu asunto.—Gruñó el Grimes sin querer mirarla.
—No te entiendo.—Bufó mirándolo mal.—¿Porque te comportas así tan de repente?
Carl agacho levemente la cabeza esperando que siguiera con el regaño pero al contrario, Nadia tomó su mano mostrándole una sonrisa tan característica de ella.
—Puedes confiar en mi, Carl.
—Bien.—Fue lo único que pudo decir evitando mirarle los labios.
—Encontré la manera de escalar el muro para ir al bosque.—Le ofreció una galleta que ella misma había preparado.—Creo que deberíamos salir, para no olvidar cómo es la supervivencia del todo.
—¿Quieres que te acompañe?
—De otra manera no te lo estaría contando, Grimes.—Habló obvia.
—De acuerdo, entonces.—Le mostró una débil sonrisa.—Te veré hasta entonces.
Carl se levanto esperando la despedida de su contraria quien solo se limitó a guiñarle el ojo para así señalarle la puerta que dirigía a la salida de la casa.
Al caer la noche Carol le enseñó a Nadia a preparar galletas cosa que al parecer le gustaba mucho a la pelirroja.
—Y este... Es para Enid.—Carol envolvió con delicadeza una docena de galletas la cual repartiría Nadia.—Anda, antes de que se enfríen ¿Si?
—Vuelvo pronto, mamá.—Se despidió saliendo de la casa.
Nadia y Enid no tenían una magnífica relación por lo que la Peletier no tardó en devorar las galletas con la nariz arrugada, no quería ni acercársele pero hubo una conversación que le llamó la atención.
—Entonces dime por que estas así.—Ron se quejó.—Tu eres mi novia, no de Carl
—¡Tal vez me guste Carl!—Reclamó apretando los puños.
—Sabía que era una mala idea permitir que ese grupo entrara aquí, solo están causando problemas.
—No seré más tu problema Ron, terminamos.
—Nadia...—Alguien llamó a sus espaldas.
—Por Dios Maggie, casi me infarto.—Murmuró.
—Hazme un favor si no quieres que te delate de cotilla.—Maggie la apartó de la pareja que al parecer continuaría discutiendo.—Necesitamos medicamentos y se que si le digo a Glenn enloquecerá, no quiero que se haga de ilusiones.
—¿Una prueba de embarazo?—Vió curiosa una lista de cosas.
—No muy lejos de aquí hay una farmacia... Por favor Nadia, te lo agradecería muchísimo.
—Lo haré.—Le mostró una sonrisa.
—Confío en ti.
Tan pronto salió el sol, Carl y Nadia se miraban cómplices de lo que iban hacer;—¿Listo?—Miró al Grimes sonriente.
—Vamos.—Murmuró dándole algunos empujones guiándola afuera.
Todo parecía sereno, incluso llegaron a olvidar los caminantes al acecho, pero eso no duraría mucho ya que algunos se comenzaron acercar.
—¡Genial!—Exclamó Nadia alabando la puntería que Grimes tenia.—Mi turno.
Pronto la Peletier se enfrentó a otro riendo, su cabello había crecido desde la primera vez que se vieron cosa que a Carl le llamó la atención, ¿Como es que había llegado a compararla con su difunta amiga? Nadia era mil veces mejor, tan valiente y arriesgada, su cabello y pecas perfectas, sin duda Carl había comenzado a sentir algo por ella desde aquel beso o quizás antes.
—Ven conmigo.—Lo sostuvo de la mano comenzando a correr por el bosque.
—¿Hace cuanto que no salíamos al mundo real?—Carl rio apretando con fuerza la mano de Nadia.
—No tengo idea, pero nunca había extrañado tanto matar caminantes.—Rió pero al notar un grupo de muertos gruñir se chocaron contra un árbol guardando silencio.
—Creo que olvidamos el factor, silencio.—Bromeó Carl pegando su cuerpo al de Nadia.
Ambos sentían sus respiraciones cerca y sus manos se juntaron provocando un pequeño silencio, el vientre de Nadia comenzó a cosquillear pero no terminaba de entender el porqué.
Sentir a Carl tan cerca de ella la emocionaba o quizás algo más, y al parecer al Grimes también le estaba gustando tenerla tan cerca. Ya que no tardó en atraer su cuerpo al de el sintiendo su calor hasta que finalmente juntaron sus labios iniciando un juego perfecto entre estos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro