Capitulo 1.
Nadia.
Desde que inició el Apocalipsis estuve sola, sabía que ir a acampar con mi abuelo había sido una pésima idea, estuvimos juntos hasta que un caminante lo mató, desde ese momento estoy en busca de mi familia.
—Cuanto los extraño.—Murmuré mientras una lágrima se deslizaba por mi mejilla, aún era muy pequeña temía morir en cualquier momento.
Había conseguido sobrevivir dentro de una torre de vigilancia dentro de una prisión, al escuchar las rejas sacudirse no le presté atención ya que los caminantes siempre entraban y salían.
Me puse a tararear al esperando a que el sueño por fin se adueñara de mi pero al contrario algo me levantó, multiples disparos y el sonido de los caminantes gruñendo, algún idiota iba a ser devorado esa noche.
Pero al escuchar murmullos desde el exterior trago en seco dispuesta a salir por ayuda o morir en el intento
—Vamos Nadia, puedes hacerlo.—Me alenté mientras tomaba un cuchillo por si acaso.
Con cuidado de no atraer a ningún caminante me acerqué poco a poco hasta que escuché un "Papá" Rápidamente la luz de una linterna me cegó obligándome a cerrar los ojos.
Sentí unos brazos rodearme junto a un ligero llanto de una mujer;—Sophia.
—Carol... Ella... Ella no.—Un hombre que parecía no haberse bañado en meses se acercó apartándola.
A diferencia de Sophia, Nadia tenía el cabello corto y rizado, sus mejillas eran un poco coloradas y sus ojos mantenían un brillo.
—¿Quienes son?—Me aparté sosteniendo el cuchillo con fuerza.
—Tranquila, no te haremos daño.—El hombre que me había apuntado con una linterna respondió.
—¿Como puedo estar segura de eso?—Me crucé de brazos.
—Pues...
Pero en un momento me desconecté de la realidad al ver al niño que parecía de mi edad junto a su madre quien tenía un gran vientre.
Apreté los ojos mientras mi estómago comenzaba a rugir al sentir el aroma de la comida probablemente enlatada.
—¿Tienes hambre?—La tal Carol me preguntó preocupada.
Solo asentí apenada, la mujer me tomó por los hombros llevándome con el resto del grupo quienes mantenían una alegre charla entre ellos, tal vez ¿Está pueda ser mi nueva familia?
—Tsk.—Escuché al niño chasquear la lengua mientras me miraba molesto.
O... Tal vez no.
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