Pensó en todas las posibilidades de que sus palabras solo fueran una trampa para verla pero al final solo suspiro,Jimin no era ese tipo de persona.

Con miedo y nerviosismo se acercó a la universidad, el timbre había sonado hace mucho tiempo pero los estudiantes seguían regados a lo largo del lugar, muchos se quedarían a esperar su siguiente clase y otros pronto se irían a casa pues sus clases ya habían culminado.

Busco y busco pero Jimin no aparecía, casi rendida dió un último vistazo encontrando se a Kim y Jimin juntos, ambos reían como si fueran dos amigos cualquiera.

Con lentitud se fue acercando hasta que su presencia fue vista.

—¡MinJi!

Kim se sorprendió de verla, corrió a su lado tomando su brazo mientras se acercaba a su oído.

—¿Que haces aquí?

Ella solo negó tratando de decirle que luego le contaba.

—Hola.

Jimin fue el siguiente en hablar, MinJi lo miró a los ojos y lentamente le otorgo una sonrisa —Hola... Junho me dijo que viniera...

—Cierto... YoonGi ahora no está aquí pero...¿puedes quedarte? Pronto nos iremos también.

Hablo incluyendo a Kim, asintió viendo a su amiga.

—Bien... entonces esperanos aquí, nos falta una clase más...o toma, ¿Sabes cuál es mi auto?—ella le respondió con un tenue sí —Puedes ir ahí si quieres más privacidad.

—Esta bien.

—No tardamos MinJi...te mandaré la tarea a tu correo.

—Gracias.

Ese día se sentía tan extraño, MinJi suspiro mirando a su alrededor, aún había alumnos por ahí aún que menos de los que vio en un principio. Sin querer estar en un lugar público camino hasta el auto de Jimin y después de quitarle la alarma se metió, quedó en los asientos traseros dejando caer recostando su cuerpo.

Miro a la nada misma para poco a poco quedarse dormida.

Al despertar Kim cubría su boca y Jimin la miraba perplejo, se levantó rápidamente golpeando su cabeza con el techo del auto.

—T-tu....

—Jimin tranquilízate...

—¿L-lo sabías?

—Si...no podíamos decirte...

—¡Oh dios!¿Cómo es posible?

Sin entender nada miro hacia el espejo retrovisor y ahí se dió cuenta, ya no era MinJi.

Con pánico los miró.

—Tu también tranquilízate.—Le ordenó Kim sin saber realmente cómo mantener al margen la situación.—Dame las llaves. Jimin sube al auto.

—No...no hasta que me expliquen.

—Lo haremos pero no aquí, ahora sube al auto.

De los tres quien mantenía la situación era ella, tenía miedo por lo que podría suceder pero Jimin debía saberlo ahora más que nunca.