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―¿Qué le sucedió?
―Se golpeó la cabeza durante el enfrentamiento con Klaus.
―¿Ha estado desmayada por ocho horas porque se golpeó la cabeza? ¿Con qué? ¿Concreto?
―Con una mesa. No te burles, ella puede quemarte las manos. De cualquier manera, nuestro encuentro con Klaus fue un poco ... Intenso.
Ojalá mis ojos estuvieran abiertos para poner los ojos en blanco. No hubo nada intenso en nuestro encuentro con Klaus, fue simplemente vergonzoso para ambos lados. Debo haber perdido el conocimiento después de que me lanzara contra la mesa porque no recuerdo mucho después de eso. Era mucho dolor... no físico, sino emocional, el no podía creer que fuera real.
Supongo que no puedo culparlo. Klaus ha pasado años y años tratando de salir adelante después de nuestra aventura. Parece que nuestro tiempo separados fue más dañino que cualquier otra cosa, pero eso ya lo sabía. Debería dejar de actuar tan sorprendida cuando todo lo que he oído de él a lo largo de los siglos es lo monstruoso y cruel que es con cualquiera que lo desafía.
―Damon, si vas a contarles lo que pasó, hazlo― Gimo, mi garganta está extremadamente seca porque no la he usado en un tiempo. ―No hay razón para seguir con rodeos.
Extiendo la mano para frotar mis cansados ojos antes de abrirlos ante la escena frente a mí. Damon se sienta al final del sofá en el que estoy, sosteniendo mis pies cubiertos con una manta sobre su regazo. Me mira con escepticismo, al igual que Elena, que está a unos metros de distancia en la cocina. Se inclina sobre la isla, mirando rápidamente entre Damon y yo. Ella parece tener distintas razones para preocuparse por mí.
Un nuevo rostro se vuelve para encontrar mis ojos justo cuando lo noto. Es un hombre un poco mayor en comparación con su compañía, pero su pasado apenas se nota con sus hermosos ojos color avellana y un aura amistosa a su alrededor. Mi magia capta instantáneamente su estado humano, pero puedo decir que es mucho más de lo que parece.
El silencio ante mi presencia es ensordecedor, así que trato de romperlo con una broma: ―A menos que estés esperando a que queme tus manos.
Damon pone los ojos en blanco. El nuevo hombre toma un vaso de la encimera, lo llena con agua del fregadero y se acerca a mí. Levanto el brazo y trato de sentarme para aceptar el bonito gesto, pero Damon inmediatamente me empuja hacia abajo tan suave como puede. Gimo cuando él mismo toma el agua y trata de pasármela con cuidado.
―Al menos ayúdame a sentarme si vas a obligarme a quedarme aquí― Respondo ante sus acciones protectoras y me río cuando él duda en hacerlo.
Damon siempre me ha mirado como si fuera una simple humana, lo que significa frágil. No es exactamente algo que disfrute, pero me he cansado de intentar demostrarle que mi magia puede hacer mucho más para protegerme de lo que él jamás podrá.
Los ojos de Elena nos miran ahora. Me gustaría aclararle que Damon es un hermano mayor a mis ojos, pero disfruto un poco de su angustia por el otro Salvatore, aunque ella nunca lo admitirá.
―Alaric dice que tendrás que tomártelo con calma para tener un buen día― dice Damon, con expresión seria.
El hombre ahora llamado Alaric asiente con la cabeza. confirmando que fue él quien hizo el diagnóstico. Observo como da unos pasos hacia atrás para pararse protectoramente frente a Elena. Ella no parece darse cuenta de tal acción.
―Mi magia dice lo contrario― respondo mientras dicha magia revolotea alegremente dentro de mí, ―De verdad, Damon, solo fue un golpe en la cabeza. No tengo ninguna herida ahora,
―Vi la fuerza que usó el idiota cuando te arrojó. Y tu cara cuando no te reconoció.
La habitación se queda en silencio instantáneamente. Dejo escapar un suspiro y me obligo a mirar la expresión de Damon cuidadosamente. Le preocupa que no pueda manejar el rechazo de Klaus. No es como sino hubiera estado planeando nuestra reunión durante siglos, simplemente nunca pensé que al menos se llegaría a considerar la posibilidad.
―Genial. Otra persona que se va a romper― Elena murmura.
Le lanzo mi propia mirada, pero ella la ignora por completo y se gira para pasar al otro lado de la isla. Alaric nos observa a los dos, obviamente no contento con la relación poco amistosa que hemos formado.
Tardo un segundo en identificar el olor bastante peculiar que llega desde la cocina. Elena abre una olla en la estufa y la revuelve. Su expresión está satisfecha, pero por el olor, no estaría de acuerdo con su análisis.
―¿Qué demonios es eso?― Pregunto, arrugando la nariz.
Damon se pone de pie ahora, finalmente dándome un poco de espacio para poder quedarse boquiabierto con Elena. ―Chili. Huele muy bien, ¿no?
Elena vuelca los ojos de forma notable.
La atmósfera cambia ahora a medida que todos se sienten un poco más cómodos. Aparte de mí, por supuesto, ya que no tengo ningún recuerdo de dónde estoy ni de cómo llegué aquí.
Mi conjetura educada sería que estamos en la casa de Elena según las numerosas fotografías enmarcadas de ella y de otras personas desconocidas en cada espacio disponible. Sin la atención que me dedican Damon y Elena, puedo concentrarme más en mi entorno.
Me siento en un sofá en lo que parece ser un salón formal justo al lado del comedor. La cocina en sí es una habitación entera más allá de eso, pero todavía a una distancia razonable de mi posición en el sofá. Todo el lugar huele a infancia, ya que todo parece elegante y permanente, pero también extremadamente familiar y antiguo.
―Claramay, ¿verdad?― Alaric comienza mientras se aleja de Damon y Elena que confraternizan en la cocina. ―Soy Alaric.
―Clara, por favor― Extiendo una mano y él la toma vacilante. ―No tienes nada de qué preocuparte, Alaric. Yo nunca lastimaría a un amigo de Damon.
―Bien, porque él no aplica― Damon grita desde la cocina.
Pongo los ojos en blanco y le sonrío levemente a Alaric para asegurarme de que sepa que lo que dije en serio cuando digo que no quiero hacer daño. Él amablemente me devuelve la sonrisa y suelta mi mano antes de volverse hacia el idiota en la otra habitación.
―¿Por qué estás aquí exactamente?― Alaric replica mientras se mueve del comedor a la cocina.
Me levanto para seguirlo ya que finalmente no tengo a nadie enfocado en mí para advertir lo contrario. Damon y Elena apenas nos notan con lo cerca que estamos. Es como si estuvieran en su propio pequeño mundo. Asqueroso.
―Él cree que me voy a romper― Elena niega con la cabeza, para así negar el pensamiento, ―Yo no soy la que se va a romper aquí. Voy a seguir haciendo chili, y fingiré que no pasé todo el verano buscando a alguien que no quería ser encontrado.
―Entonces, le dijiste― Sin murmurarle a nadie en particular.
―Ella está en negación, Clara― Él argumenta, ―Ella necesitaba escuchar una historia de amor trágica peor que la suya.
―Eres un idiota.
―No estoy en negación― Elena interrumpe.
Ruedo los ojos, pero decido no comentar sobre esa gran mentira.
―¿No?― Damon se acerca aún más a Elena, ignorando las miradas puntiagudas de Alaric, y toca el collar estacionado alrededor de su cuello, ―Todavía estás usando este collar. ¿No es este el recordatorio de tu vínculo inquebrantable con Stefan?
Siguiendo su diálogo, miro el collar que se sienta perfectamente alrededor del cuello de Elena. Supongo que realmente no lo había notado hasta ahora, pero recuerdo haber visto ese mismo collar en alguna parte antes ...
―¡Es precioso! ¿De dónde diablos lo conseguiste?― Grito, acercándome para ver el objeto colgando del cuello de la original.
―Era de mi madre― Rebekah sonríe, ―¿No es encantador?
―Ah, sí― Klaus aparece de repente detrás de mí, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura, ―Casi tan encantador como las dos hermosas damas que están frente a mí.
Me sonrojo notablemente mientras apoyo mi cabeza en la suya, ―¿Estás lista, amor?
Él asiente, besando mi mejilla, ―Por supuesto, mi Clara.
―¿Clara?― Algo frío toca mi cara, ―Vamos, Claramay, sal de ahí.
Toso, respiro profundamente antes de abrir los ojos. Me encuentro con las mismas tres caras que había visto la primera vez que me desperté, pero esta vez estoy acostada en algo mucho más incómodo que el sofá.
Maldigo, ―¿Qué pasó?
―Creo que te rompiste― Elena dice, ganándose una mirada de desaprobación de Damon.
―No, eso no es― Me levanto apoyándome en los codos.
Recuerdo todo exactamente en ambas realidades. Normalmente, cuando me pierdo en un recuerdo, puedo verlo jugar detrás de mis pensamientos o frente a mis ojos como si estuviera relacionado con la ubicación en la que me encuentre, como en el callejón de Chicago. Nunca me he desmayado literalmente por eso.
―¿Qué viste?― Damon pregunta, ayudándome a levantarme ofreciéndome una mano.
Pienso en el recuerdo. Una tristeza abrumadora se arrastra desde mi emocional corazón, pero lo obligo a mantenerse alejado de mis pensamientos ya abrumadores. Los tres esperan pacientemente a mi alrededor, curiosos por saber el qué podría tener un efecto lo suficientemente grande como para hacerme desmayar. De nuevo.
―Tienes que deshacerte de ese collar― es lo único que diré sobre lo que vi.
Todas las miradas se vuelven hacia Elena cuya mano involuntariamente se mueve hacia el metal alrededor de su cuello, ―Te dije que no estoy negación.
La interrumpo, ―No es por eso. Sé a quién pertenece y no eres tú.
―¿Entonces de quién es?― Ella cuestiona enojada, dando un paso atrás.
Me quedo en silencio con pesar, con el temor de no poder pronunciar el hermoso nombre nuevamente latiendo en mi corazón.
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―¿Por qué tengo que quedarme con Alaric?― Pregunto, empujando mi cuerpo por el costado del auto.
―Porque―, explica Damon, ―la Sheriff acaba de empezar a buscarme de nuevo después de descubrir que soy un...― Su voz baja a un susurro áspero, ―Vampiro. No quiero que también busque a una 'Bruja Inmortal'.
Cruzo los brazos y pongo los ojos en blanco, no derrotada, pero entendiendo que es demasiado peligroso para él.
Estamos en la plaza del pueblo, después de haber sido empujados fuera de la casa por Elena después de descubrir que esperaba a una compañía de vampiros diferente. De hecho, no me importa, porque finalmente tengo la oportunidad de ver las maravillas de Mystic Falls de las que Damon siempre ha hablado.
―Oye, Damon― Una mujer rubia con uniforme de policía se nos acerca.
Irradia instintos maternales. Sé que parezco mucho más joven que Damon, así que no me sorprende cuando ella mira nuestra proximidad de manera cuestionable. Sonrío con una cálida sonrisa para que con suerte logre aliviar su preocupación.
Damon sonríe, ―Liz, esta es Clara. Ella es una amiga cercana a la familia de Alaric.
Mantengo los ojos en blanco. Supongo que es una historia de portada bastante buena para alguien tan nuevo en nuestro mundo.
Liz se relaja notablemente y extiende una mano. Tomo el gesto, agitándolo ligeramente, ―Es un placer conocerla, Sheriff.
―Para mi también es un gusto conocerte. Bienvenida a Mystic Falls. Alaric― Alaric asiente a modo de saludo. Soltando mi mano, se vuelve hacia el vampiro, ―¿Damon?
―Sip― Él sonríe y se vuelve hacia Alaric instintivamente, ―No la pierdas de vista.
La Sheriff ya se ha alejado lo suficiente como para no escuchar las desagradables instrucciones de Damon. Esta vez, realmente ruedo los ojos.
No necesita preocuparse. Tal como había dicho en la casa de Elena, Klaus y Stefan probablemente todavía estén en Chicago o tal vez en cualquier otro lugar no relacionado con Mystic Falls. Stefan le dejó muy claro a Elena que ya no quiere tener nada que ver con ella o con Damon.
Mi opinión, de la cual que nadie me pregunto, es que lo que Stefan está haciendo es extremadamente valiente y noble. Sí el se queda con Klaus, mantendría alejado a Elena y, por lo tanto, Elena estaría a salvo. En primer lugar, nunca deberían haber puesto en peligro su seguridad, especialmente cuando se enteraron de que se suponía que estaba muerta.
Antes de irse, Damon pone una mano reconfortante en mi hombro, ―Te veré en la fiesta de los Fundadores en media hora. No hagas nada estúpido hasta que llegue,
―"Puede intentarlo― Respondí con una sonrisa solo para fastidiarlo mientras se alejaba.
Y luego había dos.
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DI NO A LOS LECTORES FANTASMA.
Todos los derechos y créditos reservados a la autora original: catching_raindrops
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