Damon me llama en cuanto llega a casa. Agradezco la oportunidad de alejarme de la familia Mikaelson recién reunida, todavía es un poco extraño para mí.

―Sé que no soy exactamente la persona con la que quieres hablar en este momento― comienza después de que salgo al portón para estar sola, ―sé que puedo inventarte todo, pero no cuelgues, por favor.

―No te voy a colgar, idiota― bromeo. ―De hecho, he estado pensando en eso y de alguna manera trataste de mantener a Mikael lejos de mí. Y eso lo aprecio.

El sonido de él suspirando alivia algo de la tensión entre nosotros. Probablemente debería haber resistido mi ira por más tiempo, pero después de todo lo que sucedió esta noche, me di cuenta de que probablemente me vendría bien un poco más de perdón en mi vida. Especialmente hacia alguien que solo estaba luchando por miedo; eso es algo que puedo entender.

―Está bien, me alegro de estemos bien― Puedo escuchar la leve sonrisa de felicidad en su voz, ―¿Eso significa que llego a conocer la primicia de lo que sucedió esta noche?

―Um...― contemplo. ―Era su madre quien estaba en ese ataúd. Llegó justo antes de que todos los hermanos de Klaus se fueran y prometió que volverían a ser una familia.

―¿Le crees?

―Ni por un segundo― Respondo honestamente.

Klaus obviamente no lo ve como yo, pero no tiene sentido para mí que Esther regresara de entre los muertos solo para reunir a su familia. Claro, ella los creó, pero conozco a los ancestros mejor que nadie. Si ayudaron a traerla de regreso, tuvo que haber sido por una razón.

Lo imagino asintiendo, ―Es bueno saberlo porque te necesito en guardia por un tiempo.

―¿Qué? ¿Por qué?

―Alaric fue apuñalado por su sexy novia doctora― Hace una pausa, ―Bueno, eso no es lo que él piensa, pero estoy convencido de que es ella.

Mi corazón da un salto ante la idea de que Alaric este lastimado. Debí haber prestado más atención ayer cuando hablaban de los asesinatos que estaban ocurriendo en la ciudad. ¿Podría ser la doctara con la que se está viendo Alaric? No sentí ninguna mala vibra cuando la vi por primera vez con Alaric, pero en ese momento no tenía mi magia.

Damon continúa, ―Está en el hospital y ahora está bien. Elena tuvo que matarlo porque no estaba segura de si el anillo lo traería de regreso. Afortunadamente, lo hizo, pero desafortunadamente, sigue siendo Alaric.

Ignoro su broma, ―Damon, no puede seguir muriendo. El anillo solo funcionará un limite de veces antes de que se quede atrapado en el otro lado como humano para siempre.

―¿Qué?― pregunta, pero la puerta de la casa se abre justo antes de que pueda explicar.

Klaus aparece en el marco de la puerta, ―No pude escucharte por las discusiones de Rebekah y Kol. ¿Está todo bien?

―No, eres un híbrido es...

―¡Damon!― Lo corté desde mi lado del teléfono. ―Por favor, ve al hospital y asegúrate de que esté bien.

―Elena está con él ahora mismo.

―Genial. Puedes hacerle compañía.

Cuelgo el teléfono y lo guardo en mi bolsillo. Agradezco cuando Klaus cierra la puerta detrás de él para darnos un segundo a solas en la oscuridad. Se acerca a mí, con una obvia pregunta formándose en sus labios.

Me adelanto, ―Alaric murió de nuevo esta noche, que es algo que pensé que nunca diría.

Niklaus se ríe conmigo, probablemente por lástima. Sus sabios ojos azules miran los míos y siento que me voy a perder en ellos si sostengo nuestras miradas por mucho más tiempo. Hay algo en él en este momento que es completamente diferente, especialmente comparando con la desesperación que tenía antes cuando sus hermanos se iban a ir. Esta versión completa de él ... es de quien me enamoré.

―Lamento lo de tu amigo― susurra, tomando mi mano.

Acepto la oferta y le permito entrelazar nuestros dedos.

―¿Que tienes?― Pregunto con cautela mientras me sonríe.

―No creo que nunca haya estado tan feliz― sonríe. ―Dentro de esa casa está toda mi familia, finalmente junta. Y aquí, sosteniendo mi mano, está la chica más hermosa que mis ojos han visto.

No hay forma de ocultar el rubor que inmediatamente cubre mis mejillas. Supongo que no escuchó la parte de mi conversación con Damon donde dije que no confío en su madre en absoluto. Espero estar equivocada al pensar que sus intenciones no son puras, pero la mataré si tengo razón en cualquier aspecto.

―Eres muy dulce― Susurro, mirando nuestras manos.

Él merece sentirse así por el resto de su vida y creo que yo también. Quiero que sea feliz, tal como lo es ahora y cuando lo conocí, pero tengo que estar segura de que la bruja original no va a arruinar su felicidad. Ella no puede volver a arruinar su vida, no la dejaré.

―¿Qué pasa, Claramay?― Klaus pregunta, moviendo un mechón de cabello detrás de mi oreja.

―Nada― respondo robóticamente. ―Solo estoy disfrutando de este momento contigo.

Su rostro se contorsiona en una mueca y se aleja un paso de mí, ―Por favor, no finjas conmigo.

Yo soy quien deja caer nuestras manos con un suspiro, ―Ya no te quiero de esa forma, Nik.

Mi corazón late constantemente como si acabara de decir la verdad. Finalmente, mi magia está escuchando de nuevo.

―Solo necesito ... tiempo. Sí, eso es todo.

No creo que pudiera ser más patética incluso si lo intentara. Mi corazón anhela su consuelo y el amor que sé que es capaz de dar, pero lucho para proteger el suyo.

―Entiendo― Murmura, alejándose.

Me disculpo para poder regresar al interior de la mansión. Rebekah, Kol y Elijah todavía están en el salón bebiendo champán, pero ahora fingen que no estaban escuchando todo eso. Esther y Finn no se encuentran por ninguna parte, a diferencia de cuando salí antes para atender la llamada.

Elijah es el único que me mira a los ojos. Muevo mi cabeza en dirección a la escalera en un intento de decirle que se reúna conmigo arriba. No estoy segura de que lo entienda hasta que llego a mi habitación y lo encuentro de pie en el centro.

―No estoy seguro de que esto sea apropiado para mí...

―Shh― Lo callo, apresurándome hacia el lavabo del baño para dejar correr el agua. ―Ven aquí.

Lo empujo del brazo al baño y cierro la puerta. Definitivamente es un escenario extraño, pero con el agua corriendo, es el único lugar donde podemos hablar libremente.

―No estoy seguro de que sea apropiado para mí estar contigo después de lo que acaba de pasar entre mi hermano y tú― Elijah termina.

―No te preocupes por eso― Suspiro, ―Necesito hablarte de tu madre.

Sus cejas se fruncen en confusión, ―¿Qué hay con ella?

También puedo sentir su miedo sobre el tema. Lo sé, de todos los hermanos Mikaelson, Elijah es el menos crédulo y, por lo tanto, es el único en quien puedo confiar mis prejuicios.

―Sé que sospechas de ella― digo. ―¿Crees que sea capaz de perdonar a Klaus? ¿O es algo más?

Lo piensa por un segundo, ―Definitivamente es extraño. Quiero creer en sus intenciones, pero es algo poco ortodoxo que una bruja acepte lo que somos.

Hago una mueca, pero él no se da cuenta. Las palabras de Elijah tienen mucho sentido. Los ancestros de las brujas quieren deshacerse de todos los vampiros matando a la familia original. Para eso está ella aquí.

―Elijah, creo...

Hay una chispa frente a mis ojos que poco a poco se convierte en llamas. Lo capto cuando vuelve al papel normal.

―¿Qué es?― Pregunta Elijah.

Claramay, está garabateado con letras finas en el frente. Abrí la carta para encontrar una invitación al baile de la familia Mikaelson.

―Tienes que estar bromeando― Me quejo, pasándole la invitación a Elijah.

Lo estudia, asintiendo con la cabeza― Ella nos contó sobre esto. No entiendo por qué no puede decírtelo en persona.

Recuerdo cuando Esther regresó por primera vez a la vida de sus hijos. Ni una sola vez me dijo nada, ni siquiera me echó una mirada. Por otra parte, cuando estábamos todos en el salón, ella no me prestó mucha atención.

―Ella me está evitando― Me doy cuenta en voz alta, ―Entonces, ¿por qué me invitaría a su estúpida fiesta?

El agua del lavamanos sisea por estar demasiado tiempo. Elijah se acerca y lo cierra.

―Vayamos a averiguarlo.

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Klaus no me habla en todo el día siguiente antes del baile. Estoy tan desesperada por tener compañía que recurro a Rebekah en busca de ayuda para encontrar algo que ponerme.

―Compré siete vestidos para la ocasión― Me dice, abriendo el armario de su habitación.

―Pero, Bekah, no necesitas siete vestidos― Cuando ella no responde, le digo, ―¿Verdad?

―Sí, Clara, tienes razón― concede. ―Pero tienes suerte de que tenga las opciones, ¿no? Adelante, pruébatelas.

Me levanto de mi asiento en su cama y llevo los seis atuendos disponibles que tiene al baño conmigo.

―¿Qué están haciendo chicas?― Escucho a Kol preguntar desde la puerta.

―Clara está eligiendo un vestido para la fiesta. ¿Por qué? ¿Te gustaría probarte uno también?― Rebekah bromea con sarcasmo.

La cama rechina cuando Kol se sienta en ella, luego hay otra más tranquila que significa que Rebekah se unió a él. O eso es lo que creo considerando que no puedo verlos.

El vestido número uno es un amarillo brillante de tela transparente y brilloso. Lucho por mantener el escote palabra de honor en su lugar, Rebekah definitivamente puede llenar esta parte del vestido mucho mejor que yo.

―Está bien, esto es un no― Llamo a través de la puerta.

―Muéstranos de todos modos.

Lucho por salir del baño mientras trato de mantener todo lo necesario cubierto.

Kol, que está recostado en la cabecera de la cama, aplaude burlonamente, ―¡Te ves horrible! Creo que deberías ir con ese.

Miro con fastidio a Rebekah que está sentada en la esquina. Ella niega con la cabeza, tratando de no reírse junto con su hermano.

Mientras me cambio al siguiente, creo que escucho sonidos de movimiento al otro lado de la puerta, pero es difícil saberlo con todos los ruidos locos que hace cada tela.

―¿Por qué comprarías ese vestido tan horroroso en amarillo, Bex?― Kol le pregunta, sin molestarse en susurrar.

―Porque me veía increíble con él― Ella responde, casualmente.

Es mi turno de rodar los ojos.

El siguiente vestido es de un hermoso azul real con su propia variedad de transparencias blancas. El escote corazón se sostiene con dos tirantes endebles hechos de malla que en realidad son más elegantes de lo que hubiera esperado. Mi parte favorita, sin embargo, es la hermosa corona de cuentas plateadas esparcidas por el torso.

Al abrir la puerta, me sorprende ver a Finn sentado en la silla del escritorio. Se ha dado una retocada desde la última vez que lo vi, con un nuevo corte de pelo y un elegante esmoquin. Sus hermanos se burlan de él por estar listo tan temprano, pero se callan cuando entro.

―No lo odio―Rebekah revela.

Kol hace una mueca, ―Creo que ese esta bien.

―Es lindo― es todo lo que Finn tiene que decir al respecto.

Me miro a mí misma en el espejo. Me siento bonita, pero no complementa el color de mi cabello, al menos no de la forma que quiero. Es hermoso como vestido, pero no es mi estilo.

Klaus aparece en la puerta justo cuando estoy a punto de volver para probarme otro. Todos los ojos se vuelven hacia él, pero él está concentrado en escanearme.

―¿Rebekah?― Él comienza, ―¿Te importaría si tomo prestado ese vestido?

―¿Eres tú quien está saliendo del armario, hermano?― Kol bromea.

Rebekah me mira, luego vuelve a mirarlo, ―¿Qué demonios quieres con el vestido?

―Creo que mi cita lo agradecería.

Las palabras salen de mi boca antes de que pueda retenerlas, ―¿Tu cita?

Esta vez no me mira a los ojos. ―Sí, mamá me pidió que trajera a alguien y Clara va con Elijah.

No tengo nada que decir al respecto. Por supuesto, sabía que existía la posibilidad de que Klaus se pusiera celoso de que Elijah y yo trabajáramos juntos. Sin embargo, ha sacado conclusiones precipitadas sin darme la oportunidad de explicarme. Supongo que lo dejé bastante claro cuando le pedí más tiempo para ver si sentía algo por él anoche, a pesar de la obvia respuesta. ¿Por qué sigo haciéndole eso a los chicos que realmente me gustan?

Para mantenerlos a salvo, tengo que recordarme a mí misma. Parece que Esther es la que está plantando estas ideas en su cabeza, sobre Elijah y yo. Nunca hubo ningún plan para asistir juntos a la fiesta, pero Klaus nunca me dio la oportunidad de explicar eso.

Klaus sonríe y le dice a Rebekah que haga que uno de los sirvientes lleve el vestido a su habitación cuando termine. Sin otra palabra, se va.

―Claramay― me reprendió Rebekah, ―¿por qué le haces esto?

No digo nada porque parece que no puedo mover mis ojos de donde él estaba parado junto a la puerta.

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DI NO A LOS LECTORES FANTASMA.

Todos los derechos y créditos reservados a la autora original: catching_raindrops

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