A pesar de haber estado presente por poco menos de una semana, no estoy segura de que mi nivel de comodidad con Elena y sus amigos haya crecido ni siquiera un poco. Definitivamente no soy alguien que se quedará en Mystic Falls después de que haya jugado mi papel, especialmente ahora que hay demasiados elementos inquietantes para mí aquí, incluida la última intrusión rubia. Me siento tan fuera de control aquí, y si no fuera por la resurrección de Mikael y la promesa de protección de Klaus, probablemente me habría ido hace mucho.

Espero que Klaus este de regreso antes de que su padrastro. Incluso Rebekah es útil contra los adolescentes ingenuos, ya que comprende lo aterrador que es dejar que Mikael se salga con la suya con esta ciudad. Por las historias que me ha contado la familia Mikaelson, y por mi propia experiencia, he aprendido que es implacable a la hora de conseguir lo que quiere, que es que Klaus esté muerto. No solo las partes familiares están en peligro, sino también todos los demás en Mystic Falls si se acercan demasiado a la pelea.

―Avísame si ves a algún adolescente borracho deambulando― Damon dice, rompiendo el silencio entre nosotros mientras nos conduce por la escuela.

Cuando nuestra reunión secreta en el salón de clases llegó a su fin, Damon y yo no nos molestamos en quedarnos para detallar nuestro plan para distraer a Rebekah. Por lo que puedo decir, parece bastante seguro de que sus coqueteos y mi amistad pasada con ella serán suficientes para evitar que se dé cuenta de Elena y Stefan, ya que son la parte más importante de todo esto. Supongo que se puede decir que estoy un poco preocupada, sin embargo, Rebekah no es un vampiro promedio y realmente no será fácil engañarla.

Tan pronto como nos alejamos del resto, finalmente siento que puedo respirar sin ser juzgada. Alaric nos acompañó, probablemente para preguntarnos qué estaríamos haciendo exactamente, pero ninguno de los dos fue muy específico ya que no nos conocíamos. Realmente no le molestaba; Creo que simplemente disfruta de nuestra compañía.

En un momento, me preguntó acerca de las tenues marcas de mordida en mi cuello, pero simplemente me encogí de hombros como un regalo de bienvenida de Rebekah. Él solo asintió e intercambió una mirada seria con Damon.

―Le gustas, ¿lo sabes?― Damon dijo cuando Alaric estaba lo suficientemente lejos. ―Es un buen tipo. Deberías darle una oportunidad.

―Lo sospechaba― respondí. ―Es humano.

Él puso los ojos en blanco, ―¿Y? ¿Los humanos no son lo suficientemente buenos para ti?

Cuando nos acercamos al claro, trato de despejar mi cabeza de todas las tonterías hormonales que rodean esa conversación en particular. En este momento, no estoy segura de cuál es mi posición conmigo, y mucho menos con otra persona. Creo que mi mundo ya es demasiado loco.

Examino la multitud de adolescentes que están esparcidos por el claro. Apesta increíblemente a auras humanas y a menos de un puñado de presencias de vampiros también, pero eso solo hace que sea más fácil detectar a la reluciente Elena cerca del barril. Desde unos metros de distancia, Stefan la mira desde el tronco de un árbol. No parece darse cuenta de nosotros.

Damon asiente con la cabeza en una dirección diferente a la de ellos, ―Ahí está Rebekah.

Mi magia me muestra el rojo brillante que rodea al viejo vampiro. Damon se une a mí, naturalmente, y nos lleva a través de la multitud hasta donde Rebekah se sienta sola.

―¿Qué? ¿No tienes amigos de tu edad?― Ella dice antes de darse la vuelta.

―Como si pudieras hablar― Damon sonríe, se sienta junto a ella en el tronco y me suelta.

Damon señala el asiento al otro lado de Rebekah cuando ella está demasiado concentrada en el fuego que tiene delante para darse cuenta. Me muevo para sentarme en el lugar, pero elijo no sentarme tan cerca de ella como lo hace Damon.

El calor del fuego se siente tan bien contra mi piel fría. Ver cómo los colores se transforman juntos de manera juguetona es casi embriagador; Tengo que obligarme a mirar hacia otro lado cuando llega el humo.

Rebekah sostiene un palo cubierto de malvaviscos sobre las llamas. Ni a ella ni a Damon realmente parece importarles que el viento dirija el smog del fuego hacia nosotros. Cuando su malvavisco se prende fuego, rápidamente se lo lleva a la boca y lo sopla con fuerza. A medida que las llamas se apagan, todo lo que queda es una pequeña bola negra.

―El mío siempre hace eso― Digo, sin siquiera saber que estoy hablando hasta que se vuelven a mirarme. ―De hecho, prefiero que se queme ahora.

Rebekah mira el malvavisco, decepcionada. Después de un segundo de debate, me pasa el palo con su deliciosa creación encima. Sonrío cortésmente. Quizás las cosas no sean tan horribles entre nosotras.

Después de comer el malvavisco sin acompañamiento, tomo uno fresco y lo meto profundamente en el fuego hasta que estalla en llamas.

―¿Se supone que esto es divertido? He pasado por 10 de estos― Rebekah se queja, mirando mi creación única, ―Eso se ve repugnante, Clara.

Damon niega con la cabeza y toma mi bastón. Le disparo una terrible excusa para una mirada intimidante, pero se la entrego de todos modos.

―Lo estás viendo todo mal. Esto es un poco duro por fuera― Se quita la capa exterior crujiente del malvavisco, ―Pero el interior, mmm.

Damon lleva el palo a la boca de Rebekah de una manera asquerosa y seductora. Una sonrisa se extiende por su rostro como reacción al magnífico sabor.

―Mm. Está bien.

―Sí― Damon dice mientras se lame los dedos. ―Espera hasta que tengas un s'more.

No creo que hubiera podido rodar los ojos con más fuerza.

Un cómodo silencio se instala sobre nosotros tres mientras alcanzo un nuevo malvavisco. Parece que va bastante bien hasta ahora. Por lo que puedo decir, Rebekah no parece sospechar en absoluto de nuestra distracción. Además, Elena y Stefan se han alejado, tal como se supone que deben hacerlo. Todo parece ir bien.

―Entonces, ¿dónde está tu malo hermano mayor?― Pregunta Damon.

No creo que mencionar a Klaus sea una buena idea. Espero que Damon lea eso en mis ojos, pero por el momento no parece importarle nada más que el rubio. Ugh. Se supone que debemos mantenerla ocupada, no hablar de Klaus.

―Medio hermano― Ella corrige, ―Probablemente esté dando vueltas creando sus híbridos. Eso, o tiene una pelirroja desafortunada en alguna parte. Al menos esa es la única razón por la que puedo pensar por la que me dejaría atrás.

No puedo evitar notar cómo me mira con la mención de que Klaus este con otra chica. Por suerte para mí, no necesito reaccionar ante sus patéticos intentos de herir. Ya no hay ninguna razón para que yo lo haga, Klaus puede hacer lo que quiera.

Ninguno de los dos comenta lo que dijo. En cierto modo deseaba que Damon tuviera que apartar sus ojos de mí de sus ojos vigilantes.

―Tu cabello se ve mucho más claro de lo que recuerdo― comento, ―¿Lo cambiaste?

Sus penetrantes ojos azules se encuentran con los míos. Una mirada de incertidumbre cruza su rostro. Quiero que sepa que puede confiar en mí. Por otra parte, estoy sentada aquí ahora mismo tratando de distraerla de lo que realmente está pasando. Esta cosa del agente doble no es realmente algo que disfrute en absoluto.

Rebekah estira la mano para tocar un mechón de su cabellera rubia inconscientemente. Por un segundo, pensé que tal vez me había equivocado y que había arruinado todo esto al hablar sin parar. Luego, cuando sonríe para sí misma sin mirarme a los ojos, sé que lo hice bien.

―Estaba segura de que no lo notarías― Ella responde con dulzura, obviamente feliz de que lo hiciera.

Hago una mueca, ―¿Cómo no darme cuenta? Me encanta.

―¿lo dices enserio?

―Por supuesto. Te queda bien.

Choco mi hombro con el suyo. Ella me sonríe como yo lo hago con ella y de repente siento que estamos de vuelta donde empezamos. Nunca hubo un momento en que no nos riéramos juntos. Los recuerdos pasan por mi cerebro como una película y empiezo a preocuparme de perderme en un recuerdo como lo he hecho tantas veces durante la última semana. Afortunadamente, Damon distrae inconscientemente mis pensamientos cuando finalmente termina con su perfecto s'more.

―No puedo creer que nunca hayas tenido uno de estos antes― Se lo da a Rebekah y se lame los dedos con indiferencia. ―¿Quieres uno, Clara?

Niego con la cabeza. Estoy completamente contenta en este momento.

―Bueno, he estado en un ataúd durante noventa años― Ella dice, como si fuera obvio.

Ella le quita el sándwich, pero duda antes de darle un mordisco. Me río de su pausa, juguetonamente. Ella realmente no ha cambiado mucho.

Damon se burla, ―Eso no es excusa.

Me sorprende que en realidad me esté divirtiendo. Mi nuevo mejor amigo y mi vieja mejor amigo parecen llevarse bastante bien ... está bien, tal vez un poco demasiado bien a veces, pero está funcionando a nuestro favor, así que supongo que no puedo juzgar.

Esta interacción demuestra que he echado de menos la compañía de Rebekah más de lo que había pensado originalmente. Incluso después de que me vio la otra noche en la escuela, había perdido toda esperanza en nuestro futuro como amigas.

―Ambos están siendo demasiado amables conmigo― decide, terminando con el s'more, ―Los dos me odian. Deberían ser malos.

―¿Cómo ayudaría eso en algo, Rebekah?― Me defiendo, ―Estamos viviendo juntas por el momento. No es como si pudiéramos ignorarnos para siempre.

Hace una pausa, sin saber qué decir. Prácticamente puedo sentir que el plan se desmorona. Damon me mira desde detrás de Rebekah. Parece preocupado, no sé si esa preocupación es por el plan o por mi seguridad.

―Quizás soy yo quien te odia entonces― Rebekah dice finalmente, su tono siniestro, ―Tú eres la razón por la que Niklaus es como es. Te mereces tener algo peor que esa marca en tu cuello.

Se pone de pie y Damon de repente se interpone entre nosotros. De alguna manera estoy pegada a mi asiento.

Empuja su dedo en su pecho. ―¿Por qué no me dices por qué me has estado distrayendo todo este tiempo?

―Solo intento ser un buen amigo― Él responde sarcásticamente, ―Obviamente necesitas lecciones en esa categoría.

No puedo verla ahora que Damon se eleva sobre mí. Espero que su rostro muestre que sus palabras le hicieron algún tipo de dolor, pero no quisiera que Damon supiera que yo fui el que en realidad estaba un poco destrozada por eso.

―Nunca hay una pelea justa entre nosotros, Damon. Recuerda eso― La voz de Rebekah se había suavizado un poco.

Ella usa su velocidad inhumana para agarrar uno de nuestros palos abandonados y apuñalarlo en el estómago de Damon. Gime en voz baja, cayendo en el asiento junto a mí. Se apoya tan casualmente como puede contra mi costado para no llamar la atención sobre nosotros. La fiesta continúa a nuestro alrededor como si nada.

Rebekah se pavonea, obviamente harta de nosotros. Ella se pierde ante mis ojos en la multitud, pero noto que nunca se molesta en mirar atrás hacia sus dos víctimas.

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DI NO A LOS LECTORES FANTASMA.

Todos los derechos y créditos reservados a la autora original: catching_raindrops

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