9
Todo ese día de trabajo fue un fastidio para Taehyung. Si por él hubiese sido, se habría encerrado en su habitación hasta que esa nube negra que tenía sobre su cabeza se esfumase.
Reuniones acá, allá, firma de contratos y una que otra entrevista llenaron su día e hicieron que pasara rápido. Al llegar al estacionamiento de la empresa se dirigió sin pensar mucho en si en realidad despediría a su chofer si le daba una negativa.
Abrió la puerta de atrás, porque su chofer no estaba fuera cuando llegó, y se encontró con un ramo de flores en el asiento del lado. Sorprendido, miró hacia el asiento del conductor y halló a Jungkook mirándolo con una sonrisa tímida.
-Lo haré, señor, seré su novio... sólo, no me despida –le dijo en tono suplicante.
Taehyung sintió lástima por el muchacho y por primera vez en mucho tiempo, se puso en el lugar de alguien y entendió cómo se debía estar sintiendo su chofer.
Cerró la puerta y tomó las flores en sus manos para luego acercarlas a su rostro para sentir su aroma.
-No... tienes que hacerlo si no quieres. Hablé sin pensar en la mañana. Sólo olvídalo –Taehyung ocultó su rostro en las flores para no mostrar su gesto decepcionado, pero sabiendo que estaba haciendo lo correcto.
-Señor... lo haré. Quiero ayudarlo –respondió Jungkook siguiendo su actuación.
El mayor subió la mirada hacia el muchacho y no pudo evitar sonreír.
-¿Es en serio? Mira que no te obligaré a hacer nada de lo que no quieras, simplemente debemos fingir que somos novios ante Hoseok y sus allegados para que me deje en paz por fin –explicó sin ocultar su emoción creciente.
-Está bien señor... yo creo que podemos manejar esa situación lo mejor que se pueda –el menor sonrió
-Gra... gracias –en muy contadas ocasiones se podía escuchar a Taehyung agradeciendo, por lo que Jungkook pudo sentirse vencedor en esta etapa. Paso a paso estaba logrando su cometido.
-Compré esas flores para usted... supongo que eso... hacen los novios –fingió timidez bajando la mirada hacia el ramo.
Taehyung lanzó una carcajada llena de alegría.
-Pues yo supongo que sí –contestó mirándolo a los ojos ahora que él lo miraba de regreso.
Se quedaron con la mirada puesta en los ojos del otro durante un momento, y fue Jungkook quien rompió la conexión al darse la vuelta para ponerse el cinturón de seguridad.
-Esta noche no quiero que vayamos a casa enseguida–dio la orden el mayor –conduce hacia la Torre Namsan... por favor –agregó endulzando un poco el trato hacia su chofer.
-Está bien, señor –respondió Jungkook tomando la ruta señalada.
En esos minutos de camino a su destino, cada quien en ese auto pensaba en lo mismo, pero de distintas maneras. ¿Cómo llevarían adelante aquella relación falsa?
Ninguno de ellos había tenido una relación con un hombre antes, uno porque definitivamente no era homosexual, y el otro porque nunca antes se había animado a tener una relación así. Las expectativas de ambos eran muy diferentes, uno sintiendo miedo y el otro incluso un poco de repulsión, pero algo seguro era que ninguno quería dar vuelta atrás.
Jungkook detuvo el auto en un estacionamiento cercano al lugar y ambos caminaron hacia la alta torre que se alzaba frente a ellos. Subieron al ascensor entre nerviosismo y ansiedad. Ni siquiera quisieron mirarse a los ojos. Parecían dos chiquillos enamorados de secundaria.
Llegaron al piso de uno de los restaurantes de lujo del lugar y al ver de quién se trataba, el personal se movió rápidamente para conseguir la mejor mesa del lugar, un espacio reservado exclusivo para clientes como Taehyung y con una vista magnífica de la ciudad que ya empezaba a mostrar sus luces brillantes cuando el sol estaba ya poniéndose.
Tras sentarse a una mesa con un enorme ventanal con vista a la ciudad y recibir el menú, Jungkook miró de soslayo a su jefe. Sabía que debía fingirlo todo y hacerlo lo mejor que pudiese, pero no pudo evitar sentirse nervioso sin entender la razón. Tener a Taehyung casi rozando su hombro sentado a su lado, esbozando una sonrisa de satisfacción como pocas veces se lo había visto mientras repasaba el menú con la vista, era una escena muy placentera para los ojos de cualquier mortal, y Jungkook no era la excepción.
-Te recomiendo la carne asada, es la mejor de la ciudad -rompió el silencio el mayor mirándolo.
-E... está bien... eso pediré - tartamudeó el menor lo que a Taehyung le pareció adorable.
Luego de ordenar y que les sirvieran un vino muy caro de la carta que les mostraron, Taehyung se relajó casi acostándose en su cómoda silla, disfrutando de la vista frente a ellos.
-Hace mucho que... no me sentía así -dijo casi en un susurro.
-¿Así cómo, señor? -se animó a preguntar el menor mientras le daba un sorbo al contenido de su copa.
-Tranquilo... sin prisas, ansiedad, resentimientos... simplemente estoy disfrutando del momento... -hizo una pausa para colocar las manos detrás de su nuca para sentirse más cómodo aún – creo que gran parte de esto es por... tu respuesta – soltó con un tono bajo de voz-
Jungkook se quedó estático. ¿Podría haber algo más allá de la intención de Taehyung de fingir ser su pareja para alejar a alguien no deseado? Tal vez... en verdad Jungkook le gustaba. Si ese era el caso, Jungkook no desaprovecharía esa oportunidad.
-S... sólo sé que lo estoy ayudando, señor. Espero que todo salga bien y esa persona no lo moleste más –tomó un poco del vino.
-Gracias... en serio –susurró Taehyung antes de rozar la mano del menor sobre la mesa con sus dedos.
Fueron interrumpidos por el mesero que llevaba dos platos muy bien decorados con una pieza de carne en cada uno... pero como todo en ese tipo de lugares... era muy poco para Jungkook.
Miró su plato, su boca se hizo agua ante la jugosa carne, pero su estómago anticipó que no sería suficiente. Se relamió en silencio e intentó cortar pequeños pedazos de la carne y saborearla por mucho tiempo en la boca para sentirse más satisfecho pronto. Taehyung reparó en ese detalle y río sin poder evitarlo.
-Si esto no te llena, puedes ordenar lo que quieras y cuanto quieras. Yo invito –le dijo sonriendo.
-No, señor... no podría... todo este lugar es tan... caro –se alarmó el menor, aun masticando un pequeño trozo de carne jugosa.
-Escúchame bien –Taehyung tomó de la barbilla a Jungkook acercando su rostro hacia él –quiero que me obedezcas en esto. Número uno –mostró su dedo índice explicando sus órdenes –cuando estemos fuera del trabajo como ahora, me llamarás por mi nombre y nada de jefe ni señor. Jungkook movió su cabeza afirmativamente aun con la mano de su jefe aprisionándolo.
-Número dos –continuó el mayor, ahora mostrando dos de sus dedos –cuando yo te invite algo, aceptarás sin chistar, porque para eso tengo tanto dinero y si quiero invitarte a comer en un lugar tan lujoso todo lo que quieras es porque puedo, ¿Entendiste?
La sangre hirvió dentro de Jungkook. Qué altanería la suya para venirle a aplastar en la cara su supuesta falta de dinero. Tragó todas sus ganas de acuchillarlo en ese lugar y miró hacia su plato. –Gracias... señor... digo... Taehyung –se corrigió a tiempo.
-Así me gusta, pequeño –sonrió el mayor volviendo a su comida.
La misión, que de por sí era complicada de realizar sin dejar rastros, estaba resultando altamente exigente para Jungkook. Pero no se daría por vencido, aunque eso requiriese ser humillado de esa manera. Ya podría vengarse cuando llegase el momento.
La noche ya había caído sobre la ciudad y Taehyung pidió cuatro platos más de comida para cada uno. Tras comer y hartarse de esas exquisiteces, los dos disfrutaban tomando el vino, mirando las luces de la ciudad delante de ellos y escuchando la música en vivo que sonaba en el escenario del restaurante. A decir verdad, Taehyung no había tomado un poco, sino bastante vino. Sus mejillas ya se pintaban de un color rosa fuerte que adornaba la sonrisa que mostraba tan seguido durante esa velada.
Por su parte, aunque Jungkook tenía una sonrisa tímida ante el ambiente que vivía, planeaba dentro de su mente las posibles movidas para que su plan resultara y no fuese apresurado.
-Mañana –Taehyung rompió el silencio de repente mientras leía algo en su móvil –te daré un traje de gala. Me acompañarás a una fiesta de beneficencia.
-Sí... Taehyung –respondió el menor sorprendido ante la orden repentina.
-Hoseok es el anfitrión –agregó dejando el móvil sobre la mesa -Es mejor que vayamos practicando este jueguito para que nos salga bien –ni bien terminó de decir esto, Taehyung tomó la barbilla del menor y juntó sus labios a los de él.
La situación era completamente nueva para ambos. Taehyung había besado anteriormente a algunas muchachas, pero nada se comparaba con besar a alguien de su mismo sexo, del que le atraía... a alguien que le gustara. Bien dicen que los niños y los borrachos nunca mienten. Pues el alcohol estaba haciendo que los sentimientos de Taehyung salieran a flote y ya no pudo esconder su atracción por su chofer.
Jungkook se quedó de piedra en un principio al sentir esos labios sobre los suyos, pero luego se obligó a cerrar los ojos y dejarse llevar, porque no tenía otra opción. Fue más fácil de lo que él creyó. Aunque el mayor no era un experto besador, ponía tanto sentimiento en ello que Jungkook se vio pronto moviendo sus labios expertos guiando el beso.
Abrieron sus ojos al terminar ese beso entre tímido y apasionado, inexperto y urgente y se miraron fijamente. Ninguno pudo ocultar el rubor que los cubrió luego de aquel beso y se sonrieron mutuamente.
Algo había empezado en ese carísimo restaurante aquella noche, algo muy peligroso no sólo para Taehyung... sino para la persona que estaba frente a él que tenía la única misión de matarlo, pero que empezaba a sentir algo distinto por él.
[Siento el retraso, pero aunque sabía qué quería poner en este capítulo, la inspiración me abandonó. Creo que la historia por fin está tomando el rumbo que quería. Me estaba saliendo muy soft, pero ahora me gusta más. Espero que a ustedes también! Y gracias por leerme nuevamente :) ]
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