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Yuri despertó cuando escuchó unos toquecitos a su puerta, aún adormilada balbuceó poco audible un "adelante" mientras se removía bajo sus mantas abrigaditas, abrazada a uno de sus nuevos peluches que soltó para reincorporarse y frotar sus nudillos en sus ojitos.

Chaewon asomó su cabeza luego de haber abierto la puerta, mirando con ternura como Yuri tallaba sus ojitos, soltando una suave risita se quedó ahí en espera de que la menor acabara de despertarse. Cuando vio que Yuri alejó sus manos de su rostro y estiró sus brazos haciendo ruiditos por los estiramientos, fue que se atrevió a entrar por completo, había llegado temprano esa mañana y lo primero que estaba haciendo era visitar a Yuri.

—Buenos días, pequeña Yuri.—cerró un poco la puerta tras ella, Yuri sonrió hacia la mayor, viéndola de pies a cabeza pensando en lo linda y elegante que siempre se veía; las veces que había visto a su unnie la encontraba usando prendas como vestidos, blusas, chalecos y faldas, un calzado de tacón o zapatillas, accesorios como anillos, collares y pulseras o incluso algo que combinara con su peinado, sin embargo nunca faltaba algo lindo en ella, o tierno. Esta vez no era la excepción, su cabello estaba suelto con su flequillo tapando su frente, usando un vestido de color verde menta, era corto y sin mangas, consistía de tiras amarradas en sus hombros, un lindo collar colgaba de su cuello al igual que un lindo brazalete en su muñeca izquierda, por último usando unos zapatos de tacón sencillos pero que la hacían ver delicada, las uñas de sus pies incluso estaban suavemente pintadas.

Era inevitable para Yuri no admirarla y creer que es hermosa, en verdad su unnie es una mujer muy bonita, que hasta quería ser como ella.

—Buenos días unnie, ¿Yena unnie te invitó hoy?.—fue su pregunta, acomodándose en la cama para darle espacio a la mayor cuando se acercaba, tomando asiento cuidadosamente frente a Yuri para envolverla en sus brazos de una manera muy dulce y delicada, la menor sonrió muy feliz, le gustaba mucho como su unnie era tan cariñosa con ella, incluso sintió sus labios hacer una suave presión en su cabeza, la menor sólo se aferró más a ella disfrutando del gesto cariñoso que Chaewon le daba.

—No, no necesito tener la aprobación de Yena para visitar a mi bebé pequeña.—se separa suavemente, golpeando la nariz de la menor con su dedo índice juguetonamente, haciéndola reír y tapar sus naricita con sus manos.—Hoy tengo planes para nosotras, quiero que te levantes, tomes un baño y desayunes, saldremos cuando estés lista, Yujin está en camino.—revolvió el cabello de Yuri y le tendió su mano para ayudarla a levantarla, la menor estaba radiando su emoción por lo mucho que le ponía ansiosa salir.—Vaya, si que tienes muchos peluches.

La menor ya de pie miró hacia su cama, estaba llena de nueve peluches y cinco almohadas, ríe levemente asintiendo con su cabeza.

—Todos los ganó Yena unnie para mí cuando fuimos al parque juntas, ¡unnie es increíble! nunca tuvo que intentarlo dos veces, todos los ganaba al instante, tiene muy buena puntería.—explicaba, poniéndose sus pantuflas de conejitos, Yena se los había traído diciendo que le recordaba a ella, que era una conejita y ahora adoraba sus pantuflas, mucho.

—Sí, Yena tiene muy buena puntería, créeme.—alzó sus cejas con obviedad pues aunque pudiera reconocer la buena puntería que su hermana mayor tenía, no podía confirmarlo por completo como aquellos que fueron víctimas de su grandiosa puntería. Pero Yuri, no debía saber eso ¿verdad? al menos no por su boca.—En fin, hoy Eunbi unnie tiene asuntos que atender y Yena también, de hecho por eso decidí sacar a mis bebés, Yujin también es mi bebé, aunque sea alta y torpe es muy mimosa. Eunbi unnie siempre me consiente, así que me gusta poder consentir a otras personas también, ¿y porqué no sacar a mis niñas?.

—Me gusta ser la niña pequeña de Chaewon unnie, ella es muy dulce.—caminó unos patitos hacia ella y la abrazó, siendo correspondida de inmediato por la pelicorta que ríe suavemente para separarla por sus hombros.

—Vamos Yuri, sí quieres divertirte tienes que tomar un baño cuanto antes.—palmeó sus hombros y sonrió al verla asentir obediente, tomando una cola de su peinadora para comenzar a recoger su cabello mientras salía, abriendo la puerta Yuri se vio sorprendida al casi chocar con Yena, quien aparentemente también se había sorprendido por el hecho que ambas estuvieron por chocarse. Yuri miró rápidamente a su unnie, de pies a cabeza creyendo que también lucía muy elegante, usaba un top rojo que a penas mostraba un poco de su piel con un chaleco oscuro un poco más largo, los pantalones de color negro y rasgados en sus piernas la hacían ver como una mujer atractiva, aunque Yena igualmente fuera atractiva incluso sin pantalones rasgados. Notó también que se veía un poco más alta, fue ahí que guió sus ojitos hacia sus pies, portaba de zapatos de tacón también negros, lo cuál a Yuri le gustaba pues se veía femenina y hermosa, muy hermosa.

—Yena unnie.—soltó sorprendida, no podía ocultar lo asombrada que estaba de verla así, los otros días no la había visto usar ropa tan increíble y elegante.—Luces muy bien, me gusta como te ves unnie. Te ves muy poderosa.—ríe levemente por su último halago, que su unnie utilizara una coleta alta la hacía ver como si fuera invencible. Yena soltó una leve risa luego escuchar a Yuri, mirándose a sí misma rápidamente para después meter sus manos en los bolsillos de su chaleco.

—Sí bueno, gracias Yuri. Tú tampoco te ves mal, incluso recién despierta te ves linda.—le dedicó una pequeña sonrisa, viendo a Chaewon salir detrás de Yuri y cerrar la puerta.—¿Chaewon? ¿Qué estás haciendo aquí?.—preguntó, frunciendo su ceño por unos segundos.

—Unnie vino para sacarnos a Yujinnie y a mi hoy, ¡dijo que nos vamos a divertir mucho!.—brincó sobre sus pies, la mencionada alzó sus cejas sacando su lengua hacia la mayor de todas, molestando a su hermana mayor.

—Como dijo mi bebé.—atrajo a Yuri besando su mejilla haciéndola sonrojar y reír divertida por los gestos de su unnie, Yena bufó molesta, sabía lo muy cariñosa que es Chaewon pero también podía percibir que su traviesa hermana quería molestarla porque Yena había mencionado que no le gustaba que fueran tan afectuosos con Yuri.—Saldremos con Yujin, aún no le he dado muchos obsequios a Yuri y ha pasado un par de semanas que tampoco le he comprado algo a Yujin.—explicó, por si la mayor quería saber la razón de su salida, Yuri abrazó a Chaewon rápidamente y luego se acercó a Yena para hacer lo mismo.

—Tomaré un baño unnie, buena suerte con tu trabajo y saluda a Eunbi unnie.—besó la mejilla de su unnie y corrió por el pasillo hasta el baño, cerrando la puerta luego de haber entrado. Yena mantuvo sus ojos mirando hacia algún punto fijo en el suelo mientras su mente estaba procesando el último gesto que la más baja hizo antes de irse, oyendo la risa de Chaewon fue cuando pudo reaccionar.

—¿Soñando despierta o pensando en el beso que Yuri te dio?.—preguntó con leves aires de burla, caminando hacia la mayor para acomodarle un mechón de su flequillo y sonreírle.

—Cuida bien de ambas, ¿bien? no le dije a Yuri que saldría porque siempre hace esos pucheros y quizás me hubiera convencido de no ir, venía a escribirle una nota.—confiesa, ambas rieron cuando la mayor sacó un lápiz de tinta y una hoja doblada, dejándolos nuevamente dentro de sus bolsillos.—Por el amor a Dios, Chaewon cuida de Yuri, sigue siendo tan inocente como si nunca le hubieran hecho daño, como si jamás la hubieran maltratado, como si... no hubiera pasado por nada de lo que en verdad sí pasó.—dijo, finalizando con un suspiro recordando a la perfección cómo se encontró con Yuri, esa había sido la única vez que la vio desesperada y aterrada.

—Lo sé Yena, sé que es difícil de creer que Yuri tuvo que pasar por tales circunstancias pero mírala ahora, ¿haz visto lo brillante de sus ojitos? ¿su sonrisa? está feliz, está con nosotras, la queremos y nos quiere, jamás volverá a ser un objeto sexual.—negó con su cabeza, mostrándole una sonrisa que intentaba no ser una mueca, la mayor compadeció también e hizo lo mismo.—y sí te preocupa que estemos sólo tres princesas entonces puedo llamar a Chris, ya que sé que Minho y Hyunjin son tus derecha e izquierda, los necesitas así que dalo por hecho, llamaré a Bang.—palmeó su hombro y retrocedió unos pasos para poder continuar caminando por el pasillo con sus tacones resonando.

—Sí, llámalo.—alzó un poco la voz para que pudiera oírla, levantando la manga de su chaleco en su muñeca derecha para ver la hora en el reloj.—Ese hombre no dudaría en hacer trizas a la primera persona que les haga daño, así que hazle una llamada y estará aquí, dile que le pagaré extra por llevar sus compras.

Chaewon sonrió rozando sus yemas por la pared, ambas estaban de espalda así que Yena no podía verla. Su sonrisa se debía a que, otras veces nunca estuvo interesada en enviar a alguno de sus hombres con Yujin y Chaewon cuando salían, ahora que Yuri estaba incluida en la salida había mandado a buscar a uno de los más confiables, sin dudas, Yena quería proteger a Yuri.

—Entendido hermana, cuídate y a la caliente de mi novia también.—dijo en una pequeña risita, caminando hacia el living para esperar que Yuri estuviera lista o Yujin llegara.


[...]


Había pasado alrededor de unos treinta minutos, Yujin estaba en la sala junto a Chaewon y las dos tiernas azafatas Nako y Hitomi, todas en espera de Yuri quien siempre tomaba baños largos y se daba su tiempo para disfrutarlo, ninguna quería interrumpirla. Incluso Christopher Bangchan estaba ahí, con su traje formal como usaba cualquier chófer de clase alta, tomando del café que Hitomi le había ofrecido. No fue hasta unos minutos después que Yuri finalmente aparecía, Chaewon y Yujin se levantaron del sillón seguidas de ambas japonesas, el australiano quedó sentado pero confundido se levantó, sí ellas lo habían hecho creyó que también debía hacerlo.

—¡Te ves muy linda! sabía que iba a quedarte muy bien, lo vi y le pedí a Chaeyeon unnie que me lo comprara.—Yujin aplaudía ansiosa al ver que Yuri resaltaba más de lo que ya solía, brillaba de la ternura que desprendía usando una camisa mangas largas negra con un pequeño girasol en medio de ella, la siguiente prenda era una falda alta de color naranja un poco oscurecida y ajustada que contenía botones negros en medio y a lo largo de la falda, usando unas atrevidas medias altas negras y por último unos zapatos simples converse que Yujin creía daba el toque, y había dado en el blanco perfectamente, Yuri lucía espléndida.

—Wow. Bueno, creo que tendré que tomarme muy enserio mi trabajo de hoy y cuidarlas enserio, cualquiera querría acercárseles si todas lucen tan bien.—el único hombre allí adentro dijo dejando la taza vacía en la mesa, Chaewon ríe recogiendo su cartera pequeña en donde sólo llevaba su teléfono, tarjetas de crédito, un labial de bálsamo, dinero en efectivo y su identificación. Miró hacia ambas menores y les hizo una seña con su mano para que se pusieran en marcha, Hitomi y Nako llenaron de halagos a las dos niñas menores de edad mientras decidían si harían el aseo o descansarían.

Los cuatro fueron hacia el ascensor con el hombre mayor pulsando el botón hacia el estacionamiento donde había dejado la camioneta. Una vez abajo, él abrió la puerta para las tres en los asientos traseros, Chaewon en medio de ambas niñas, cerró la puerta para ellas y subió a su lugar, asegurando todas las puertas y poniéndose en marcha luego de encender el pequeño artefacto que iba conectado a su oído como si fuera un teléfono, así podía avisar si necesitarían ayuda o algo similar, aunque supiera que había pasado un tiempo desde que corrían riegos o estuvieran en peligro, así que aunque estuviera relajado sólo cumpliendo con su trabajo, sabía que Yena necesitaba que todos estuvieran al tanto y mantuvieran sus contactos activos, así podría saber si estaban bien si mantenía el propio suyo encendido.

—¿A donde nos dirigimos, señoritas?.—preguntó, conduciendo cuando habían salido del estacionamiento, tanto Yuri como Yujin miraron expectantes a la mayor por su repuesta, Chaewon no lo pensó mucho.

—Primero hagamos una parada en el centro comercial, luego quiero que vayamos por el centro qué hay tiendas las cuales quiero visitar y por último quiero llevarlas a almorzar, bueno, los cuatro, no te podría dejar afuera Bang.—dijo, el mayor soltó una suave risa y asintió siguiendo sus órdenes manejando hacia el primer lugar que la chica le había mencionado. En cuestión de minutos estaba estacionando la camioneta, apagando la misma para salir y abrir la puerta de su mismo lado, Yuri fue la primera en salir seguida de Chaewon y por último Yujin, quien enredó su brazo con el de Yuri, ambas se sonrieron y Chaewon no podía sentirse mejor al saber que sus niñas preferidas se llevaban tan bien.

Bangchan caminaba solo unos pasos de retrasos que ellas, no porque se sintiera incómodo caminar a su lado sino porque así podría vigilar el panorama perfectamente sin perderse de nada, llevando oculta su arma dentro de su chaleco de trabajo, estaba tranquilo pero en alerta.

Por su puesto que valoraba su vida así que protegería a las tres chicas si no quería que Yena le acuchillara por la espalda, aunque eso no sucedería en verdad cualquier cosa haría aquella mujer de todos modos para dejarle en claro su error.

Yuri mientras tanto iba mirando tienda tras tienda mientras seguían a Chaewon, Yujin le iba hablando sobre tiendas que había visitado y en donde podía comprar sin límites, pero no le estaba prestando mucha atención debido a que, se preguntaba qué estaría haciendo su Yena unnie, en qué trabajaría y porqué iba tan atractiva y elegante.

Tenía tanta curiosidad.


[...]


Yena enredó su brazo alrededor del cuello del hombre mientras con su otra mano sostenía un arma y apuntaba la frente del mismo amenazando con dispararle si intentaba huir o defenderse, todo mientras Eunbi subía a la camioneta a los niños de entre seis a doce años, alrededor de unos quinces pequeños habían encontrado en aquel lugar y su misión era el rescate de esas pobres criaturas. Minho vigilaba que no hubieran movimientos sospechosos afuera del lugar mientras Hyunjin estaba registrando el lugar asegurándose de que no se estaba quedando ningún pequeñín escondido o en peligro.

—Maldición, suéltame maldita perra.—escupió aquellas palabras con rudeza forcejeando y removiéndose en un vago intento de escapar, pero le sorprendía que una mujer delgada y de estatura promedia usando jodidos tacones podría tener más fuerza y resistencia que él.—¡cuando logre hacer que me sueltes voy a matarlos a todos! ¡a todos!.—gritó eufórico, Yena obstinada del sujeto sostuvo su nuca e hizo su rostro estrellarse contra la mesa de cristal que tenían al frente, chasqueó su dedo haciéndole una señal a Eunbi de que no dejara a los niños ver lo que estaba haciendo, Hyunjin la ayudó a cerrar las puertas del camión donde los transportarían.

—No puedo creer que tú solo fueras capaz de esto, ¿enserio? ¿tenías que usar niños? ¿no se te pudo ocurrir algo mejor? maldito infeliz.—enterró su tacón en su espalda oyéndolo quejarse, no le dolía a ella en absoluto, no le afectaba y no tenía lástima, jamás tendría lástima de personas monstruosas de las que siempre se enfrentaban.—Cuando me llegó la noticia de lo que estabas haciendo me reí, ¿porqué? pues, ¿creíste que te saldrías con la tuya? tal vez la primera vez escapaste pero ahora no, espero que te pudras en el jodido infierno.—dicho aquello se inclinó hacia él, apuntando su cabeza sin que se diera cuenta al menos hasta que recargó el arma, haciendo que el hombre se desesperada sabiendo que iba a morir, Yena quitó el seguro de la pistola.—Adiós, bastardo.—y finalmente jaló el gatillo, una bala se disparó y su estruendoso sonido resonó por casi todo el lugar, Minho maldijo cuando se dio cuenta que unas furgonetas venían.

—¡Choi, monten sus culos a la camioneta rápido! o dime de una vez si nos quedamos en el tiroteo.—gritó con enojo, todo estaba saliendo bien pero quizás en algún momento el hombre antes de morir avisó a sus aliados, Yena gruñó también y pateó el cuerpo agonizante del hombre, haciéndole señas a Hyunjin de que se uniera a Minho, luego entregándole su pistola a Eunbi para abrir la puerta trasera de la camioneta y sacar dos más, recargando ambas.

—Matemos a todos estos imbéciles, hagámoslo por los niños.—Eunbi sentenció, ella no iba a dejar que los malos ganaran esta vez, todos estuvieron de acuerdo, recargando sus armas y preparándose para el posible tiroteo.—Si alguno de ustedes sale herido voy a enojarme, malditos tontos, los amo.

—También te amamos culona, pero cállate.—Minho habló mientras se escondía un poco, siendo el primero en disparar, iniciando lo que sería el tiroteo por ver quienes se quedaban con los niños. A pesar de que ellos eran cuatro contra unos diez hombres, sus experiencias y habilidades eran mayores, llevaban años metidos en estos movimientos que tenían fáciles maneras de acabar con todo en minutos, como había acabado ahora, diez sujetos muertos más el jefe, Hyunjin vio a uno intentando tomar su tobillo desde el piso y no dudó en dispararle de nuevo, bufando después.

—¿Y ahora? ¿qué hacemos con todos estos cadáveres?.—preguntó el rubio desatando su pequeña cola para agitar su cabello suelto y libre de aquella presión, pasando su brazo por el hombro del mayor pero más bajo a su lado. Eunbi respiró un poco agitada luego de tanta acción, alzando su mano.

—Contactaré a Shin, ella se encargará de esto, esperen un segundo.—comienza a palparse para encontrar su teléfono, maldiciendo cuando lo intenta encender pero estaba completamente apagado.—Carajo, esta cosa se quedó sin batería. Yena, ¿tienes su número?.

—¿Shin? ¿Te refieres a Shin Ryujin?.—preguntó mientras sacaba su teléfono rápidamente de su bolsillo, oyendo una respuesta positiva por parte de su amiga, asintió para hacerle entender que sí tenía el contacto.—Aquí está, escríbele un mensaje y dile que es urgente, no podemos dejar esta enorme evidencia y que nos ayude a devolver estos niños con sus padres.—le entrega el teléfono a la contraria, pasándole su encendedor a Hyunjin cuando lo ve sacar un cigarrillo, al igual que Minho, ella prefería no fumar así que sólo llevaba su encendedor por si debía quemar a alguien vivo o muerto.

—Oh es ella, entonces tiene sentido que nos ayude siendo una oficial de policía, sus casos siempre son resueltos y son de los más graves, lo casi imposibles de resolver.—Minho relata, recordando algo sobre la mujer de la que Eunbi había hablado antes.—Podría ser parte de nuestro equipo, ¿lo has considerado, Choi?.—preguntó, fumando del cigarrillo para luego soplar el humo, viendo a la mujer asentir.

—Por su puesto, una oficial de policía no nos vendría nada mal, pero creo que tendría que asumir muchas responsabilidades siendo una de las mejores, como un contacto especial al cual recurrir creo que estaría más que bien, a menos que claro, ella quiera pertenecer al equipo.

—Oh créeme Yena, le encantaría formar parte.—Eunbi afirmó, regresando luego de una corta y rápida llamada, entregándole el teléfono a su dueña mirando la expresión expectante de su amiga en espera de que continuara.—Le conté brevemente lo que ocurrió y dijo que enfría enseguida con sus mejores compañeros oficiales, dijo que se encargaría de darnos crédito por esto, y que cuando jodidas vas a llamarla.

—¿Llamarla? para qué.—frunció sus labios, leyendo un rápido mensaje que Yuri le había dejado antes y recién se había dado cuenta, abriéndolo para poder leerlo.

"Yena unnie, estaba preguntándome si puedo comprar algo para Yujin y Chaewon unnie. Es tu dinero, así que no quería atreverme a comprar algo sin tu consentimiento, respóndeme cuando no estés ocupadita y ¡espero que hayas tomado desayuno! tqm unnie."

Una torpe sonrisa surcó por sus labios, Yuri era demasiado dulce para repentinamente ser parte de su asquerosa vida, bueno, no tan asquerosa ahora que tenía a Yuri en ella.

—Tierra llamando a Yena ¿en qué planeta estás? estuve hablándote, idiota.—Eunbi chasqueó sus dedos frente sus narices, Yena bufó y le dio un manotazo a su mano para que la quitara de su rostro.

—En el planeta Yurilandia, ¿donde más? ha estado pensando en Yuri solamente.—dijo Minho a quien le gustaba bastante bromear con ello, Yena le dio una rápida mirada de advertencia y el muchacho sólo se encogió de hombros restándole importancia.

—No es su problema, cierren la boca todos.—rechistó para poder volver a concentrarse en su teléfono y poder responder a Yuri rápidamente, frunciendo su ceño al no saber cómo responderle correctamente y no algo tan "seco" de su parte.

Se tardó más de cinco minutos en escribir una corta respuesta; "Hola Yuri, ¿cómo va todo? espero que te estés divirtiendo y disfrutando de la salida. Sí, puedes comprarle lo que quieras a las chicas, eso me hace pensar en algo que te diré en casa, ¿tqm? qué es eso Yuri."

No era tan inútil, ella sabía a la perfección qué significaba esas iniciales, sólo estaba siendo un poco más habilidosa para obtener algo que, ella quería y al cabo de un minuto recibió respuestas.

"Te quiero mucho unnie"

"Eso es lo que significa, ¿no lo sabías unnie? y gracias, prometo llevarte algo también."

Yena sonrió satisfecha, ciertamente se sentía mejor de lo que ya estaba, guardó su teléfono en cuanto carros policiales habían llegado, del primero bajó una mujer con un increíble y bien formado cuerpo en un uniforme policial, de cabello corto que caminaba hacia ellos mirando el resto de los cadáveres en el suelo regados por todos lados, poniendo sus manos en su cadera.

—La próxima vez, no lo hagan solos. Aveces es aburrido sólo ser una oficial de policía.—se acercó para estrechar su mano con la de Yena quien también extendió la suya y se dieron la mano, ambas sonriendo levemente.—Choi, al fin nos conocemos en persona. Sólo he oído sobre ti, ¿algún plan para todos estos niños?.

—Shin. También he oído sobre ti, tú trabajo es maravilloso, déjame decirte.—halaga a la mujer, quien saludaba al resto de sus compañeros.—Bueno, estoy de humor hoy así que, primero llevémoslos a comer y luego a una tienda, quiero verlos bien vestidos antes de que regresen con sus familias.

Oh Jo Yuri, mira las idioteces cursis y lindas qué haces pensar a Yena, se supone, la mujer ruda.

—Eso no me lo esperaba pero estoy segura de que los harás más felices que nunca, eres su heroína Yena.

—No. somos, todos juntos somos sus héroes.

Porque estaba segura de que su padre hubiera hecho lo mismo.

Y voy a seguir tus mismos pasos, padre.

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vengo a disculparme por obvias razones yyy perdón si quedó demasiado largo, aunque no sé si alguien venga a leer esto TT gracias por sus views 🌷

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