OO7
🖇
Yena sonrió mirando nuevamente a la más pequeña lucir su nuevo suéter a Hitomi y Nako quienes la llenaban de muchos halagos mientras ambas chicas terminaban de hacer sus preparativos, Yena les había dado el resto de la noche libre por lo que decidieron ver una película en la sala en pijamas que Yuri les había obsequiado—después de insistirle a Yena que las comprara para ellas—, eran iguales pero de diferentes colores. Miró su teléfono una vez más al desbloquearlo, para ver específicamente la hora y responder un rápido mensaje a los chicos que no iba a necesitar que las llevaran a ningún lugar, mirándose a uno de los espejos, se veía bien, dándose cuenta que con Yuri cambiaban esa noche, ambas llevaban el mismo azul marino arriba mientras que abajo blanco, aunque Yuri llevara una falda y ella un short, aún así no podía no impresionarse por la gran coincidencia.
—Yuri, nos vamos.—dijo luego de unos segundos, la mencionada había estado acurrucándose con ambas chicas en el sillón y comiendo de las palomitas de maíz, mordisqueando su labio por el sabor salado que quedaba en ellos, Yena la observó y la primera idea que le cruzó por la cabeza había sido comprarle palomitas de maíz una vez estuvieran en el lugar.
—Ya voy unnie.—respondió de vuelta, abrazando a las chicas japonesas una por una despidiéndose de ellas, llevándose un puñado de palomitas riéndose por haberlas robado rápidamente, cuando llegó con Yena lo que hizo apenas fue ofrecerle, con dos de sus deditos sosteniendo una mientras se la ofrecía.—¿no te gustan?.—preguntó formando un puchero con sus labios, Yena la observó durante unos segundos y abrió su boca, dejando que una sonriente Yuri le diera esa palomita, seguidamente dándole otra más, queriendo darle otra incluso pero Yena hizo un sonido gutural como una queja echando su cabeza hacia atrás impidiéndoselo, las dos riéndose por su pequeño jueguito improvisado, con las curiosas miradas de Nako y Hitomi encima.—¡Vamos unnie! ¡Come, come!
—Basta Yuri, vas a llenarme la boca de palomitas.—entre risas continuó intentando impedir que Yuri siguiera metiendo y metiendo palomitas a su boca cuando todavía tenía las anteriores y apenas había podido masticarlas, Yuri sólo reía y se montaba sobre las puntas de sus pies para poder alcanzarla cuando se echaba hacia atrás, pronto hubo un mal movimiento por parte de ambas que provocó se cayeran el resto de las palomitas, Yuri abultando sus labios culpable.
—Oh, ¡lo siento!.—negó con su cabeza y agitó sus manos como disculpa mientras que Yena masticaba finalmente las palomitas, Nako intentó levantarse para recogerlas pero Yuri puso sus rodillas al piso al instante.—¡No unnie! Yo lo hago, las levantaré, ve con Hitomi unnie.—sonrió dulcemente y comenzó a reunir las palomitas en un montón para después ponerlas todas en su mano, poniéndose de pie y yendo hacia la cocina para botarlas en el cesto de la basura.—¡Listo!.—avisó, sacándole una risa a Yena que negaba con su cabeza, era demasiada ternura para su ser pero le gustaba esa tierna aura de ella, y realmente le gustaba.
Yena revisó una vez más la hora en su teléfono y miró hacia Yuri, arreglando su cabello que había soltado para más libertad y también, a petición de Yuri. La menor llegó a su lado y tomó su mano, se había convertido en una costumbre de las dos tomar la mano de la otra repentinamente, ninguna había reclamado y tampoco parecían incómodas por ese gesto, así que lo hacían sin más, Yena sostenía su mano sabiendo que Yuri pronto buscaría tomar su mano si aún no estaban juntas.
Yena enarcó una ceja en cuanto Yuri bastante ansiosa hizo un movimiento que alzó un poco su falda, inspeccionándola de pies a cabeza y mirando atentamente a la menor sin soltar su mano mientas que sus labios se fruncían con un poco de disgusto.
—Llevas un short debajo de esa falda ¿cierto?.—con su ceja enarcada miró a Yuri enfatizando la pregunta, la más joven se sonrojó rápidamente bajando un poco su mirada y negando lentamente con su cabeza, Yena bufó soltando su mano, ganándose una mirada de reproche por Yuri.—Eh, eh, no me mires así, ¿cómo piensas salir en falda pero sin un short debajo? es más seguro, ¿si el viento te la levanta o alguien más lo intenta?.—preguntó cruzando sus brazos, Yuri rascando su mejilla con notoria vergüenza, asintiendo. Yena relaja su expresión y suspirando un poco se acercó a ella para besar su frente suavemente.—Sólo ve a ponerte un short debajo, te esperaré aquí.
la menor jugó con sus deditos durante unos segundos y asintió, corriendo para desaparecer después de la sala hasta ir a la habitación, Yena sonríe viéndola obedecerla, mirando un poco a Nako y Hitomi quienes dejaron de verla y murmurarse para volver a ver la televisión.
—Uhm, que ricas están estas palomitas, Hiichan.—fingió rápidamente Nako comiendo unas palomitas, la susodicha ya se había metido un puñado a la boca con palomitas, asintiendo. Yena rueda sus ojos riéndose levemente para voltear a ver por donde la pequeña castaña venía corriendo nuevamente, antes de acercarse giró sobre sus pies, otra vez su falda se había levantado pero había un short debajo.
—¡Lo ves! ahora estoy lista Yena unnie, ¡vámonos! estamos yendo muy tardeee.—alargó sus palabras tirando suavemente del brazo de su acompañante esa noche insistiéndole, abultando sus labios para convencerla, Yena había aprendido que Yuri siempre pretendía convencerla haciendo esos pucheritos y comportándose tan adorable.
La verdad es que sí funciona, y Yena ya estaba siendo arrastrada por una emocionada Yuri hacia el ascensor, entrando juntas, bajando unos cuantos pisos hasta que el ascensor fue detenido en otro piso, Yuri se aferró al brazo de su unnie asustadiza en cuanto un pequeño grupo de personas entraron, arrinconándolas un poco y que hubieran muchas personas en ese espacio la ponía nerviosa, incluso recordando las palabras de Yena sobre su falda, mirando levemente hacia los chicos detrás de ella, ocultó sus labios y rápidamente se movió para pegar su espalda al pecho de la mayor, básicamente obligando a Yena a pasar sus brazos por su espalda como si la abrazara, Yuri dándole una clara señal de que así se sentiría cómoda y segura, alzando un poco su mirada encontró la de Yena ya sobre ella, por esa razón le sonrió, sintiéndose plenamente feliz al ver que la mayor le devolvía la sonrisa mientras ambas se perdían en la mirada de la otra, miradas acusadoras y curiosas estaban sobre ambas que únicamente se quitaron de encima una vez les tocó bajar en el piso de recepción, Yuri aún con la mirada alzada para verla intentó salir pero Yena la devolvió sosteniéndola con uno de sus brazos mientras su mano libre tocó otro botón, cerrándose las puertas para bajar un poco más.
—¿A donde vamos unnie?.—preguntó, a ese punto sus ojitos tomaban un lindo destello en ellos que a Yena le había fascinado demasiado, pero agitó su cabeza para caer de vuelta, rascando su nuca por nuevamente esas miradas dulces que solían estarse dando, saliendo cuando las puertas se abrieron, con Yuri siguiéndola rápidamente.
—Es el estacionamiento, como hoy manejaré yo me toca sacarlo de aquí, pero primero...—volteó hacia la pequeña y con su dedo índice le hizo una seña para que se acercara, Yuri era tan obediente como un cachorrito y Yena no podía evitar compararla con uno, se había acercado a ella y la mayor le sonrió por ser tan linda siempre.—¿en cuál te gustaría ir?.—preguntó, mostrándole un espacio donde habían seis autos incluyendo en el que Minho y Hyunjin solían llevarlas, Yuri lo reconoció al instante e incluso sus ojitos se vieron obligados en ver atentamente hacia uno en específico, sintiendo sus ojitos picar cuando reconoció el auto como el que Yena había usado la madrugada en la que ella le había pedido ayuda, soltando una pequeña risita mientras con su pulgar limpiaba su lágrima, Yena no entendió el motivo por el que Yuri pareciera querer llorar, sólo vio a la castaña apuntar hacia el auto.
—Ese, vayamos en ese unnie.—insistió, Yena observando el auto al que ella se refería y mirando nuevamente a Yuri asintió sin más, Yuri sonrió tan dulcemente, tomando las manos de Yena y acunandolas con sus propias manos.—Quiero ir en el auto en el que tomaste la decisión de traerme contigo unnie, pero esta vez quiero ir despierta.
No habían palabras exactas para describir lo que Yena había sentido en ese preciso momento, se quedó helada, callada y sin nada de habla frente a ella, frente a esa encantadora chica la cuál agradece plenamente haber salvado, agradece haberla conocido aunque lamentablemente no de la misma manera, sí seguía cayendo bajo ya no le importaba en absoluto, lo haría, caería siempre más bajo por
Yuri, para protegerla, para darle la atención que nunca tuvo, para darle las cosas que no logró tener antes, para ser su amiga, su acompañante, cualquier cosa que se diera durante el tiempo, sólo quería seguir perteneciendo a su lado y seguir oyéndola agradecerle por cada acción, gesto que hacia o le daba, reírse tiernamente por como eran sus reacciones al ver o hacer algo por primera vez, hacer pequeños berrinches o pucheros cuando no quería hacer algo, verla emocionarse por pequeñas cosas, Yena estaba ahí para ella y prometía, se prometía incluso a ella misma también quedarse junto a Yuri hasta que la adversa le pidiera alejarse, la única manera en la que debería alejarse sería esa, del resto, no era una opción.
Así que luego de unos segundos reaccionó, sonriendo por todo lo que había pasado por su cabeza, sellando su propia promesa al sostener la mano de Yuri para llevarla consigo misma, abriendo la puerta del auto para dejar entrar a Yuri, cerrando la misma para rodear rápidamente el auto y entrar ella, encendiéndolo, dando un vistazo hacia Yuri, poniéndole el cinturón de seguridad bajo la atenta mirada de la menor.
—Siempre debes colocarte el cinturón de seguridad, Yuri.—menciona, mientras comienza a manejar lentamente para salir del estacionamiento privado del edificio, Yuri mirando el perfil de la mayor mientras conducía lentamente aún.
—Prefiero que unnie me lo ponga siempre.—murmuró sonriendo levemente, poniendo sus propias manos en sus piernas, doblando un poco el borde de su falda, Yena ríe leve y mira por unos cortos segundos a Yuri, devolviendo su vista al frente cuando salía del estacionamiento.
—Entonces unnie te lo pondrá siempre.
Yena hizo una mueca cuando se encontró a si misma hablando de esa manera, aunque escuchar la risita de Yuri resonar dentro del auto le hizo olvidarlo por completo y sólo se concentró en oírla reír durante el corto tiempo que lo hizo.
—Unnie, ¿en donde están Minho oppa y Hyunjin oppa? ¿no pudieron venir hoy?.—preguntó, mirando por la ventana, perdiéndose entre el viaje y el camino, viendo atentamente las brillantes tiendas, las personas caminar y carros andar, sonriendo con adoración al ser una de sus primeras veces en ver las noches como lo hacía en esa precisa noche, soltando un suave suspiro con adoración.
—Les di el día libre, les dije que no vinieran esta noche, yo también puedo manejar ¿ves?.—miró de reojo a la castaña quien asintió con una pequeña sonrisa, Yena notando como los dedos de Yuri se aferraban a la ventana del auto, mientras miraba afuera como si quisiera aventurarse en las calles de la cuidad por la noche, y eso le parecía algo lindo y muy adorable, continuó manejando relajada camino al lugar donde el parque estaba, en unos minutos más y luego de esperar en un semáforo, llegaron, pagando en un estacionamiento privado de un restaurante al vigilante del mismo hasta haber apagado el auto, tomando sus cosas necesarias y saliendo para rodear el auto y ayudar a Yuri, desabrochando el cinturón de seguridad.
—¿No íbamos al parque de diversiones, unnie?.—preguntó dándole su mano cuando la mayor extendía la suya, saliendo del auto y cerrando por su propia cuenta la puerta, pero arrepintiéndose al instante al haberla cerrado bruscamente, mirando a Yena con vergüenza y un mohín.—Lo siento, Yena unnie.
—¿Qué dices pequeña Yuri? no te disculpes, no ha pasado grave.—ríe levemente y acuna las mejillas de la mencionada entre sus manos, apretujándolas y riéndose cuando Yuri le intentaba decir que se detuviera, acercándose para besar su mejilla.—Sí iremos, pero estamos en el estacionamiento de un restaurante, eres muy tierna.—dijo tomando la mano de la menor para guiarla con ella hacia la salida del lugar, saludando al vigilante mientras salían, Yuri imitando a la mayor y despidiéndose con su mano del hombre como haría una pequeña niña imitando a su madre.
Las dos caminaban de la mano sin problema alguno, a Yena no le avergonzaba o incomodaba tomar la mano de Yuri, para ella, era su forma de protegerla y mantenerla cerca, sentirla, además que Yuri no mostraba que le incomodara, en su lugar suele entrelazar sus dedos y aferrarse incluso a su brazo al abrazarlo, como lo estaba haciendo ahora que ambas hacían una pequeña fila para entrar al lugar, con la más pequeña meciendo su cuerpo lo cuál hacía que el de Yena también lo hiciera debido a su agarre. Cuando fue finalmente su turno, Yuri saltó sobre su lugar pero miró a Yena levemente asustada cuando la señora, aproximada de unos veinticinco o más les pedía sus boletos.
—Ella ganó un concurso en Instagram, dice que le darían boletos gratis.—Yena dijo rápidamente, la señora las observó y asintió frenéticamente sacando de la pequeña taquilla un pequeño rollo de tickets dorados.
—¿eres yenayuri4ever en Instagram, verdad? Felicidades, pueden entrar ahora y disfrutar del lugar, los tickets son únicamente para los juegos y máquinas, la comida la compran en particular, si tienen algún problema busquen a los guardias de seguridad, ¡disfruten!.—les entregó los tickets y otro muchacho les abrió la cinta roja, Yuri tirando de la mano de Yena para que entraran, Yena mira a la menor con una ceja alzada.
—¿Yenayuri4ever?.—preguntó a la sonrojada castaña que observa sus manos unidas durante la caminata adentro del lugar donde habían muchísimas personas más.
—hm... bueno, no sabía qué nombre colocar y sólo pensé en ti, en mi, en nosotras juntitas.—explicó con voz baja, como si estuviera avergonzada de que Yena hubiera descubierto eso, la mayor miró al frente haciendo una leve mueca al ver la cantidad de personas, aún así luego surcó una pequeña sonrisa.
—eso es muy adorable Yuri, tendré que descargar esa aplicación y abrir una cuenta para llamarme yuriyena4ever, ¿te gusta?.
La mirada que seguidamente Yuri le dio a Yena podría haber enamorado a cualquiera, hasta a la propia Yena que no pudo pasar de desapercibido lo frenético que su corazón empezó a latir en cuanto la menor la observó con ese brillo en sus ojos, esas facciones gritaban lo feliz que ahora se encontraba, era precioso, Yuri era muy preciosa.
—¡Me gusta mucho! ¿En verdad harías eso por mi?.—preguntó ansiosa, enganchándose al brazo de la mayor y frotando su cabeza contra el mismo como si fuera un gatito.
—Haría lo que fuera por ti, Yuri.—asintió, estirando su mano hacia su cabeza para acariciar un poco, sonriendo al ver lo bebé que podría llegar a ser realmente Yuri con ella, o tal vez sin ella también, Yuri era una niña en el cuerpo de una joven chica, y pensar en lo que tuvo que aguantar, las manos que estuvieron tocándola y maltratándola, era algo casi inimaginable y ahora que la tenía con ella no dejaría que nadie le ponga las manos encima.
hOLA DISCULPEN MUCHO LA DEMORA TT SIGO SIN INTERNET PERDÓN PERDÓN AH
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro