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—¡unnie, unnie, unnie!.

Yena casi dejó caer su taza de café al piso si no fuera por la mesa en donde pudo poner rápidamente la taza, quejándose bajito cuando un poco del caliente líquido oscuro cayó y resbaló por la comisura de sus labios, viendo como Yuri corría hasta donde ella estaba llevando todavía su pijama, sonriendo internamente porque ella misma la había elegido para Yuri y que la menor estuviera usándola constantemente le gustaba.

—¿Qué sucede, Yuri?.—preguntó pasando su dedo índice por el lugar donde sentía un pequeño ardor cerca de sus labios, la menor llegó respirando levemente agitada.

—Ayer usaba Instagram en la noche antes de dormir y había un concurso para ganar boleto gratis a un parque de atracciones, ¡gané! ¡yo gané unnie! Ihh.—estaba notablemente muy feliz y Yena podía verlo con facilidad, además no paraba de dar brinquitos sobre sus pies, abrazando su teléfono en su pecho, la mayor sólo pudo reír y negar con su cabeza.

—Felicidades preciosa, no sabía que habían concursos en esa aplicación, ¿cómo van a darte tu boleto? ¿cuando debo llevarte?.—pregunta, manteniendo su cabello recogido en esa típica pero increíble coleta alta de caballo, Yuri sonríe con sus mejillas suavemente sonrojadas y baja su mirada jugando ahora con el borde de la silla tímidamente.—¿Yuri?.

—Es que... el boleto vale para dos personas y yo, bueno... pensé que podríamos ir juntas unnie.—continuó jugando con el borde de la silla sin atreverse a mirar a la mayor por la vergüenza, Yena alzó su mirada para poder verla.

—¿En verdad? Oh, pero podrías también pedírselo a Chaewon, o Yujin que está loca por ser cercana a ti, o también a Hitomi, Nako.—quería abofetearse por haberle dado otras opciones en lugar de decirle que sí podrían ir juntas de una buena vez por todas, auto regañándose por ver ese mohín instalarse en el rostro de la castaña.

—Pero, pero... yo quiero ir contigo.

Yena arrastró su silla hacia afuera de la mesa para levantarse, no es como si aguantara la idea de que Yuri fuera con alguien más y no ella, ¿qué está pasando? Ni siquiera Yena lo sabe pero prefiere no preguntarlo.

—Está bien, iremos juntas Yuri. ¿Podemos ir a cualquier hora del día, verdad? Porque primero quiero hacer algo contigo.—dijo mientras caminaba hacia la más baja, sonriéndole un poco, creía que cuando sonreía hacía sentir más relajada y con confianza a Yuri, viéndola asentir se tomó la libertad de tomar su mano.—Bien, entonces iremos más a la noche porque hoy nos espera un día de remodelación.

—¿Uh? ¿Remodelación?.—sus ojitos no podían quedarse tranquilos, miraban hacia la mayor y después bajaban hacia sus manos, otra vez alzando su mirada para ver que Yena ya la estaría viendo, sus mejillas siempre tomaban color y ardían cuando estaba con ella, ¿eso podría significar algo? Yuri no lo sabía realmente, pero no se quejaba ni un poco.

—Sí, una remodelación. Tú habitación, es anticuada y no es tan colorida y alegre como tú, quiero que elijas todo, tu habitación soñada, sólo imagínalo y lo tendrás Yuri.—Yena no tenía ni idea de cuánto lograba hacer que el corazón de Yuri latiera desenfrenado, todo acelerado cuando solía decirle ese tipo de cosas, hacía que se sintiera bien, que se sintiera protegida y que recordara que existe alguien que quiere lo mejor para ella.

Y eso la hacía sentir querida, muy querida, como nunca antes en su vida.

—¿Lo que yo quiera, unnie?.—pregunta ciertamente ansiosa, jamás le habían dado tanta autoridad para algo, Yena había estado dejando que eligiera algunas cosas como qué comer, qué cosas nuevas quería que le compraran y qué hacer durante ese día, eran oportunidades que nunca antes le dieron así que era algo nuevo para ella y seguía emocionándose.

—Sí, lo que tú quieras.—sonrió un poco mientras llevaba a Yuri a la habitación, poniendo su mano en la manilla hasta hacerla girar y abrir la puerta, observando el interior del lugar y haciendo un mueca, nunca le pareció tan desagradable esa habitación hasta verla recientemente, era horrible, muy apagada y aburrida a diferencia de Yuri y su personalidad brillante.—Definitivamente tenemos que cambiar todo este lugar, no me gusta, no se parece a ti.—soltó la mano de Yuri para cruzar sus brazos, rastreando con su mirada todo absolutamente.

—¿Puede ser de color rosa? Y naranja, y azul... y tener nubes, me gusta el cielo, y las estrellas.—se pone bastante ansiosa a dar sus ideas, sentándose en la cama con Yena riendo suavemente y siguiéndola, le gustaba verla emocionarse tanto.—uh, no, mejor que sea de color... ¡amarillo! He oído que el amarillo tiene muchos significados, como la buena suerte y los milagros, y tú eres mi milagro entonces quiero que el amarillo represente a la persona que me salvó la vida, pero, que sea de color pastel, me gustan mucho.—sonrió achicando sus ojos y mirando detalladamente la habitación, sabiendo que luego ya no iba a verse así mientras que Yena estaba mirando directamente hacia la menor, con su mirada un poco ida repitiendo a cada segundo lo que Yuri había mencionado.

Y un gran sentimiento agradable creció en ella, le gustaba que Yuri fuera tan agradecida con ella y que siempre estuviera recordándoselo, jamás creyó que haría algo tan Bueno en su vida como el haber tomado la decisión de quedarse con Yuri y no abandonarla.

—Claro, será amarillo pero color pastel, con pequeños detalles de rosa, naranja y azul también pasteles, ¿estrellas, nubes? cada pared podría tener alguna, ¿qué más quieres?.—se sentó y acomodó a su lado, arreglando un poco el cabello de Yuri notando lo largo y muy liso que era, dándose cuenta también que mirar a Yuri de cerca era muchísimo mejor, podía ver más el sonrojo que adornan siempre sus mejillas, sus ojitos marrones café brillar suavemente al verla, definitivamente debería permanecer más cerca de Yuri ahora.

Yuri no se quedaba atrás, ella también había descubierto que Yena de más cerca era el doble de hermosa, sus labios eran más pomposos y lucían suaves, rosados, le gustaban porque eran gruesos y lindos, eso era bastante llamativos, le gustaba el color de piel de la mayor, era más de piel blanca que ella y eso le parecía perfecto, siguió viendo más detalladamente su rostro hasta haberse encontrado con los ojos de la chica, que para su sorpresa, también la estaban mirando hacia el mismo lugar, provocando un gran sonrojo en las mejillas de Yuri que después desvió su mirada hacia abajo, inflando sus mejillas.

¿Porqué siempre que estaba con Yena sucedía eso? ¿Tanto la admiraba? ¿Se notaría mucho que la adora mucho? Cielos, no quería que la mayor creyera que está obsesionada con ella.

Pasaron algunos minutos en los que ambas permanecieron en silencio, era incómodo sólo cuando recordaban la manera en que las dos estuvieron mirándose. Yuri jugaba con sus dedos, fingiendo que su dedo índice y el medio de su mano izquierda eran dos piernas, dando pacitos tras pacitos en su propia pierna, Yena mordía su mejilla interna cuando decidió observar lo que la menor estaba haciendo, una pequeña sonrisa surcó en sus labios con ternura, riendo internamente por lo adorable que eso le parecía, decidió imitarla, usando también los mismos dedos pero con su mano derecha, fingiendo que caminaba por la corta distancia entre sus cuerpos e la cama, hasta subir suavemente por la rodilla de la menor, Yuri soltó una pequeña risita y acercó sus dedos a los de la mayor, quien tras unos segundos los entrelazó mirando de manera discreta a la más pequeña, sonriendo pero fingiendo no haberlo hecho, pues terminó por entrelazar su mano con la suya ya por completo esperando que la más baja quitara su mano, pero al pasar los segundos sonrió levemente mirando hacia el lado opuesto, Yuri ni siquiera intentaba alejar su mano de la suya.

Todo era tan cliché en ese momento, ambas no se atrevían a mirarse aunque sus manos estuvieran unidas y sus dedos entrelazados, algo que las dos habían descubierto que les gustaba mucho hacer junto con la adversa, todo se sentía increíblemente lindo, Yuri jamás había logrado sentirse tan bien en años, y Yena estaba básicamente igual porque había pasado un buen tiempo desde que había sentido algo así, ese sentimiento había empezado a hacerse presente desde que Yuri ha estado con ella, sonriéndole durante los días, contándole pequeños recuerdos de cuando su vida aún no era un tormento, mostrándole cualquier cosa desde su teléfono, Yena se admitía a sí misma que desde su llegada, se sentía un poco mejor, de hecho, se sentía muy bien.

Justamente cuando iba a hacérselo saber, la puerta fue abierta, seguidamente se oyeron risas y sonidos que perfectamente se oían como besos, las dos miraron hacia la puerta, una sorprendida y avergonzada mientras que la otra enojada, claramente siendo Yena.

—¿Qué diablos están haciendo, idiotas?.—preguntó al par de chicos los cuales se separaron rápidamente, Felix empujó lejos a Hyunjin y limpió sus labios con la manga de su suéter, Yuri estaba más sonrojada que nunca antes debido a lo que sus ojitos habían presenciado.

—N-Nosotros... no estábamos, sólo estábamos...—comenzó a tartamudear, mirando a su novio y luego a la notablemente molesta Yena, sonriendo nervioso.—¡Hey! ¿y ustedes? ¿Qué hacían juntas aquí?..—preguntó rápidamente, Hyunjin acomoda su chaqueta y mira hacia ambas chicas, ladeando su cabeza un poco.

—¿Qué significa eso?.—pregunta ahora él, el rostro de Yena pasa de tener una expresión de enojo hasta hacer una mueca, frunciendo sus cejas y mirándolo sin saber a qué se refería.—Ya sabes, me refiero a...—entrelaza sus propias manos, Felix abrió sus ojitos y una sonrisa pícara se dirigió a ambas, Yena y Yuri miran sus manos todavía entrelazadas y Yena rápidamente quitó su mano, ocultándola tras su espalda mientras que Yuri observa hacia la mayor entristecida mientras oculta su mano bajo la otra, esa mirada sólo causaba que Yena sintiera ganas de darse una bofetada y volver a tomar su mano.

—No es nada... ¿qué están haciendo aquí? ¿No saben qué hay que tocar una puerta antes de entrar o qué?.—volvió a ese aura y estilo suyo que parecía ser sumamente amargada con todos aunque la mayoría sabía que realmente no era así, tal vez en ciertas cosas pero no siempre.

—Bueno, técnicamente tocamos la puerta, porque con nuestros ojos cerrados sólo tanteábamos las superficies, así que sí tocamos la puerta.—Hyunjin sonrió y apuntó hacia Yena, guiñando su ojo.

—Es la habitación de Yuri, no quiero que vuelvan a entrar sin tocar la puerta ¿bien?.—Felix inmediatamente asintió haciendo un pequeño puchero con sus labios, Yena en sí también era su hermanastra y aunque siempre ha creído que no le agrada a Yena intenta hacerlo, mientras que Hyunjin es un caso perdido y rodando sus ojos asiente también.—ahora, Hyunjin, sí vas a comerte a Felix hazlo en tu departamento idiota, aquí no.

—Oh vamos Choi, pero si solíamos traer...—dos miradas furiosas se clavaron en él, no sabía realmente a quien temerle más, a Yena que siempre lo miraba de esa forma por sus constantes idioteces o a Felix que era la segunda vez que lo miraba de esa manera.—De acuerdo, de acuerdo, nos vamos, adiós.—tomó la mano de su novio y lo dejó salir primero, iba a salir también pero volteó un momento guiñando un ojo hacia la mayor.—los dejamos a solas de nuevo, no hagan travesuras.

—Fuera de aquí Hwang, o voy a patearte hasta que salgas por una ventana.—rechistó, el muchacho rubio soltó esa típica risa suya y salió cerrando la puerta, Yena oyendo una queja del mismo sabiendo que Felix le había provocado un golpe, sonriendo satisfactoriamente por eso.

—¿Traían a otras personas aquí? ¿Para hacer... eso?.—Yena abrió un poco sus ojos y giró levemente para ver a Yuri que estaba observándola con curiosidad, Yena rascó su nuca sin saber qué decirle aunque había una respuesta bastante clara a eso, bufó y asintió de una buena vez.

—Sí. Bueno, solíamos ir a fiestas o bares, ya sabes, a conquistar personas y asegurarnos de traer a alguien con quien divertirnos durante esa noche, éramos Minho, Hyunjin, Chaewon, Yujin y yo.—explicó, Yuri mirándola ciertamente sorprendida de saber lo que hacían, luego intimidándose y mirando hacia sus manos que estaban sobre sus rodillas, Yena sabía que la había incomodado y cerró sus ojos con fuerza.—¡Pero!... sólo eran los fines de semana, y hace meses que ninguno volvió a hacerlo, Chaewon conoció a Eunbi, Hyunjin a Felix, Yujin, Minho y yo intentamos seguir pero ya no estaba siendo lo mismo, tal vez... fui sola un par de veces más y bueno, traje a alguien pero sólo era durante esa noche, sin sentimientos de por medio, de verdad.—se estaba asegurando de decirle cada detalle y verdad, algo le decía que estaba perdiendo a Yuri sin tenerla todavía, tenía miedo de lo que pensaría la menor de ella.

—¿Porqué estás dándome explicaciones unnie? Está bien, si así es tu estilo de vida.

Yena negó con su cabeza, quejándose porque no tenía los ojos cafés de Yuri puestos sobre ella, tomando su mano entre la suya nuevamente y así calmándose un poco, pues otra vez la menor le estaba mirando.

—Porque me importas Yuri. Y no quiero que tengas una mala imagen de mi, sé que es algo desagradable para ti porque básicamente es lo que tú tuviste que vivir, sólo que lo tuyo sigue siendo diferente, pero enserio, hace tiempo que no ha pasado, si salimos a bares pero juntos y regresamos juntos, sin nadie más.—un tanto desesperada Yena seguía dándole explicaciones, Yuri la estuvo observando con una mezcla de emociones hasta que tras unos segundos sonríe, seguidamente riendo levemente.

—Está bien Yena unnie, no sigas, pero mientras yo esté aquí, no lo hagas de nuevo ¿sí?.—sus manitas se posaron en las mejillas de su mayor, Yena tenía su mirada clavada en el rostro de Yuri.—Te quiero mucho.—besó la mejilla de Yena, sintiendo sus mejillas arder cuando se separó y procesó lo que había dicho tanto como hecho que comenzó a tartamudear para intentar remediarlo, la rubia la hizo callar devolviéndole el beso en su mejilla.

—Es algo difícil para mí decirlo pero puedo hacer una excepción contigo.—murmuraba mientras rodeaba cuidadosamente el cuerpo de la menor con sus brazos, atrayéndola hacia ella, abrazándola y aferrándola a sí misma.—Te quiero también Yuri.

La susodicha sólo cerró sus ojitos y con una sonrisa plenamente feliz se dejó abrazar por la mayor, correspondiendo al gesto con mucho sentimiento.

Yena también la quería y saber eso la hacía bastante feliz.

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