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Yuri no había abierto sus ojos aún pero podía sentir perfectamente como su cabeza dolía, frunció su ceño levemente y comenzó a despertarse, abriendo sus ojos como si de un bebé abriéndolos por primera vez se tratara y despabiló completamente cuando observa una brillante ventana grande con cortinas elegantes, la pared y alfombra en todo el piso.

Muy confundida y completamente extrañada posó su mano sobre la cama, jadeando como sorpresa por lo suave que era y tomando con sus manos una de las almohadas, riéndose por lo suavecitas que también estaban, dejándola en su lugar para incorporarse y sentarse sobre la cama mirando el resto del lugar, específicamente una hermosa habitación con un aroma muy delicioso  a un perfume y a su vez a una fragancia natural, pone sus manos en sus piernas mirando incluso el techo muy impresionada y rápidamente baja su mirada, la ropa que llevaba, no era suya y menos la habitación en la que estaba. Rascó su cabeza intentando descifrar que había ocurrido, levantándose lentamente y poniendo sus piecitos descalzos en la alfombra peludita que a la castaña le parecía sumamente lindo, dando lentos pasos y observando el resto del lugar, detallando y rozando sus dedos con algunos objetos como las lámparas y adornos mientras se acercaba a la ventana la cuál ansiosamente apartó la cortina dejando que sus ojitos prácticamente radiaran cuando vieran mucha luz, cuando vieran un cielo perfectamente azul y las nubes blancas tan lindas, jurando que hacía años que no veía la luz del día, sonríe ampliamente sintiéndose muy feliz por sólo el hecho de observarlo y luego desvía su mirada hacia más abajo, sorprendiéndose e incluso asustándose al ver que estaba lejos de tocar el piso, pero riéndose luego, ¿estaba en un súper edificio alto? ¿Cómo llegó hasta ahí? ¿Y el monstruo que la tenía encerrada, a dónde se había ido?

Se siguió preguntando muchas más cuestiones sobre el lugar en el que estaba y qué había pasado realmente porque no recuerda absolutamente nada, el único recuerdo que le llega es que intentó escapar de las garras de uno de los muchos malos sujetos que la tuvieron pero de ahí no recuerda más, a excepción del plato que tuvo que usar para romperlo sobre el rostro del hombre, ¿habrá sido muy cruel hacer eso?.

El sonido de la puerta haber sido abierta la alarmó por lo que intentó ocultarse pero terminó tropezándose con la misma alfombra, sosteniéndose de la cortina de la ventana al ser lo primero que tenía cerca para agarrarlo pero para su muy mala suerte una cortina no iba a impedirle que terminara cayéndose con la tela y él tubo sobre ella.

—¡Oh santo cielos! ¿Estás bien?.—Yuri se quitó todo de encima y observó como una chica de cabello corto dejaba una bandeja sobre la cama para rápidamente acercarse hacia ella, agachándose al frente de Yuri quien la miraba con cierto temor al no tener idea de quién era.—Hola.—sonrió una vez estuvo sentada al frente de la chica más baja, riéndose para quitarle la cortina de encima.

—H-Hola...—pestañeó un par de veces viéndola, intentando en lo más profundo de su memoria recordar si la conocía o no, pero no pareció tener un mínimo recuerdo de ella, sin embargo la chica la miraba como si realmente la conociera y con adoración que creía que nunca nadie le había visto de esa manera antes.

—Mi nombre es Chaewon, soy la hermana de Yena y ella me pidió ayuda apenas te trajo aquí, dijo que no sabría qué hacer contigo, me pareció muy gracioso que Yena me pidiera ayuda para cuidar de ti y tu salud, dijo que te desmayaste y no habías despertado, es increíble que sí despertaras y... ¡Oh! Lo lamento, he hablado mucho, ¿te asusté? Lo siento.—ríe y acomoda su cabello tras su oreja alejándose un poco de ella para dejarle su espacio, Yuri ladeó su cabeza procesando toda la información.

—¿Uh?... ¿Yena? ¿Quién es ella? ¿Porqué ella me trajo aquí?.—preguntó con mucha curiosidad, pues cuando decía que no recordaba nada era cierto, pues no le llegaban más recuerdos de los que tenía. La chica, que ahora sabía que se llamaba Chaewon, ríe y se levanta caminando detrás de ella y sosteniendo sus hombros levemente, levantándola con cuidado.

—Sí, Yena, dijo que iba a en su auto y que te encontró en medio de la calle, me contó que pedías ayuda porque un hombre te tenía secuestrada, ¿es cierto?.—pregunta mientras la guiaba hacia la cama de nuevo agradecida con que la pequeña se dejara guiar por ella, sentándola en la cama y sentándose a su lado tomando el vaso y la pastilla que traía en la pequeña bandeja.—Por cierto, debes tomar esto, es por si llegaras a tener un dolor de cabeza.—le ofrece ambos en sus manos, la menor acepta y agradece que la pastilla fuera redonda y pequeña porque si fuera algo más grande no podría tomarla.

—Oh... era por eso.—hizo una pequeña mueca y asintió para confirmar que lo que había oído era cierto, luego de haber tomado la pastilla miró por unos largos segundos a la pelicorta.—Señorita Chaewon, ¿porqué su hermana me trajo aquí? Ella se negó a llevarme a otro lugar y pensé que realmente moriría.

—¡Ay por Dios! No me digas así, me haces creer que eres una pequeñita niña y que te sobrepaso la edad.—Yuri comenzó a reír apenas la mayor había exclamado y sonrojado por el apodo.—¡Que adorable eres! ¿Cuál es tu nombre?.—apretó sus mejillas y la siguió oyendo reírse, la castaña chica dejó que apretara sus mejillas pues Chaewon le daba una aura muy brillante y confiable.

—Soy Yuri.—sonríe nuevamente, Chaewon ríe por ver esa sonrisa y las mejillas de la misma enrojecerse mirando directamente hacia la puerta, frunció su ceño y volteó para ver lo que Yuri miraba, Yena había entrado a la habitación.

—¡Yena unnie! Buenos días, ¿lograste dormir?.—Chaewon suelta las mejillas de Yuri y se levanta de la cama corriendo hacia la rubia muchacha con su cabello desarreglado para abrazarla, Yuri ve cómo la rubia se queja y comienza a empujarla lejos a pesar que la pelicorta se pegaba más a ella.

—Apártate Chaewon, es muy temprano para que estés encima de mi.—terminó por alejarla aunque la menor besó aún así su mejilla, Yena quejándose como solía hacerlo.

—Sí, bueno. ¡Yena! Yuri despertó muy bien, y no me dijiste que era toda una ternura, ¿está preparado el desayuno? debe de tener hambre, su abdomen está muy plano.—menciona, acercándose nuevamente hacia a una Yuri perdida mirando a dicha rubia que ahora sabía que había sido su salvación, queriendo poder acercarse y agradecerle pero era tanta su timidez que sabría que no lo haría.

—¿Yuri? Oh, entiendo. ¿Entonces ese es tu nombre?.—preguntó directamente Yena hacia la menor, quien asintió frenéticamente dejando que Chaewon le colocara unas pantuflas, mirando como Yena rodaba sus ojos.—Oye, no es una bebé, puede hacerlo sola Chaewon.

—¡Déjame hacerlo! Yuri será mi bebé ahora, hoy cuidaré muchísimo de ella y espero que el resto de los días lo hagas tú, ¿bien?.—alzó su ceja y tomó suavemente la mano de la susodicha para llevarla con ella hacia la puerta, deteniéndolas justo al frente de la mayor, Yuri sonríe una vez siente la mirada de Yena sobre ella.—¿Vienes? Desayunaremos.—camina fuera de la habitación tirando levemente de la mano de la más baja llevándola así por el resto del lugar, la menor iba con su boca abierta por todo el lujo que había en cada rincón, tropezándose con una pared que nunca vio.—Oh no, ¿te dolió?.—se detuvo y acunó las mejillas de la menor que sobaba su frente, llevándola hacia la cocina que honestamente era igual de lujosa a todo, absolutamente todo el lugar.

Apenas está sentada ahí, una pequeña chica e incluso mucho más baja que ella, se acercó y comenzó a dejar plato por plato en la mesa bajo la mirada de impresión de la menor, Chaewon y Yena tomaron asientos en otras sillas, Yena simplemente cruzando sus brazos y Chaewon animada poniéndose una servilleta gigante en el cuello.

—D-Disculpa, ¿porqué esa chica sirve la comida?.—preguntó a la pelicorta, otra vez venía la misma bajita chica de rasgos muy tiernos para dejar el resto en la mesa, Yuri abriendo más sus ojos al ver una segunda chica, esta vez un poco más alta pero con mejillas muy notorias, acercándose a Yuri y poniendo una curita de hello kitty en su frente.—Oh, gracias...

Chaewon ríe al ver la expresión de confusión de Yuri y da una rápida mirada a Yena, haciendo un ademán con la misma indicándole que debía responderle, quería que se conocieran más y hablaran entre ellas.

—Yuri, ellas son Nako y Hitomi, han trabajado como azafatas en la casa durante hace ya cuatro años, son muy amigables, son japonesas, conócelas.—menciona, tomando del café que Hitomi le había servido, ambas japonesas se acercaron a Yuri e hicieron una reverencia, la menor sonríe y las saluda.

—¡Hola! Ustedes dos son muy bonitas y es la primera vez que trato con japonesas, ¿cómo se saluda en Japón?.—se veía muy ansiosa ante la idea de conocerlas, Chaewon rápidamente se ve encantada con lo adorable que era y volteó un poco para ver a su hermana mayor mirar a la castaña con una pequeña sonrisa también.

—No se preocupe por eso, señorita Yuri, podríamos enseñarle algo más tarde.

La menor parpadea un par de veces y abulta sus labios negando con su cabeza.

—Sólo llámenme Yuri, si no es mucha molestia pedir...—jugó con sus dedos creyendo que estaba siendo irrespetuosa con ellas, Nako y Hitomi compartieron miradas y asintieron una vez.

—Está bien, Yuri, ¿Quieres algo más?.—preguntó ahora Hitomi, Yuri observó lo que aún no había comenzado a comer y negó, hizo otra pequeña reverencia a las dos pequeñas chicas que hicieron una también para después irse, decide probar la comida, quedando impresionada con sólo un bocado.

Yena estuvo observando a Yuri desde que había entrado a la habitación, pues se veía muy diferente a la noche anterior y claro estaba el porqué, pues ya no había un secuestrador que la siguiera ni un maldito brazalete con GPS incluido en su muñeca, y le gustaba mucho más ver esta versión de la chica, parecía muy inocente y torpe, podría ilusionarse rápidamente con cualquier cosa y eso podía notarlo a simple vista, aún así lo encontraba tierno en ella, sabía que Chaewon estaba muy alegre de lo que hizo, recordando la charla que tuvieron apenas la menor había llegado esta mañana.


—¿Entonces? ¿Crees que haberla traído es una mala idea?.

—Para nada unnie, ¡le has salvado la vida! Seguro te lo agradecerá muchísimo, eso haría yo sí alguien salvara mi vida, ¡lo que hiciste estuvo muy bien, unnie!.

—Chaewon. Maté a un hombre por ella, ¿qué crees que pensaría papá sobre eso? literalmente maté a un hombre sin saber absolutamente nada, sólo sé que la tenía secuestrada y eso... eso me puso muy furiosa y cuando él la sostuvo de su cuello, oh diablos, es fue lo que me hizo hacerlo.

—¡y eso estuvo jodidamemte bien, unnie! realmente no importa qué clase de vida tuviera ese maldito hombre, el asunto ahora es que lo hiciste, mataste para salvar, no le encuentro lo malo porque él era el problema, no ella.

—Tienes razón... ese, imbécil de verdad le estuvo dañando, no me gusta, me siento muy impotente al saber lo mucho que habrá hecho con ella.

—Oh... ella, realmente te importa ¿no?.

—Pues, al parecer pero, uhg, ni siquiera la conozco Chaewon, no puedo creerla importante para mí sí no la conozco, suena completamente absurdo.

—Uhm... para mí sí tiene sentido, te importa porque te devolviste para defenderla y definitivamente quieres protegerla porque la trajiste aquí.

—¿En qué diablos pensé? Creo de hecho no lo hice, sólo vi su rostro y pensé de verdad que es un ángel. Tal vez, quería traerla y tener un ángel en casa.

—¡Choi Yena! Estás realmente perdida.

—Lo sé y ya no hay vuelta atrás.

¿Qué tal les va pareciendo?
a partir de aquí ya viene siendo de mi mente todo, pues claramente en el programa que les dije no pasaba esto):
Habrán muchos personajes a lo largo de la historia e incluso invitados especiales de otros grupos uwu

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