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O15

🖇

—¡Yena unnieee!.

Otro berrinche de la menor, eso fue lo que interrumpió la pequeña junta que tenía Yena con algunos de sus compañeros y trabajadores, se sobresaltó en su asiento y organizó de nuevo los documentos que leía antes y qué dejó esparcirse por la mesa cuando Yuri había entrado sin permiso, corriendo hacia ella usando una pijama mameluco de conejito y arrastraba su peluche de dinosaurio rosa.

Yena sintió dos cosas en ese instante; sus mejillas arder por la vergüenza y su corazón acelerarse por lo adorable que su pequeña Yuri lucía.

Pero eso no quitaba el hecho de que estaba en su trabajo y Yuri había entrado como si fuera la sala o cualquier habitación menos su oficina.

—Y-Yuri... ¿qué estás haciendo aquí?.—preguntó algo alarmada, levantándose para pedir explicaciones pero la menor simplemente la abrazó cuando supo aprovechar que estaba de pie, acurrucándose en ella. Yena alzó su mirada y soltó una pequeña risita haciendo con sus dedos índice y pulgar un gesto con referencia a que pedía un poco de tiempo, los presentes asintieron y procedieron a salir, Minho, Eunbi, Hyunjin y Bangchan les dieron una mirada divertida a Yena y ésta rodó sus ojos, abrazando de regreso a Yuri.—¿Qué es lo que sucede? ¿estás llorando?.—subió una mano hasta su cabello después de haberle hablado con suavidad, pues luego de lo que había sucedido Yuri había tenido una pequeña regresión de edad en los siguientes días, era como si tuviera diez años realmente.

Entonces si le levantabas la voz iba a llorar.

Yuri se aferró más a su mayor y se colocó de puntitas alzando su rostro también, revelando un puchero en sus labios que logró acelerar nuevamente el corazón de Yena, su mayor debilidad era Yuri y sus pucheros adorables.

—unnie cárgame.—pidió, dando algunos saltos sobre sus propios pies y Yena, se separó abruptamente de ella cuando la menor saltaba, algún movimiento podría ser un mal roce para ella y no quería eso, menos cuando Yuri actuaba así.

Pero el haberse alejado también fue un problema, lo supo en cuanto vio los ojitos de la castaña humedecerse más rápido que la velocidad de la Luz, sí es que podría existir esa posibilidad.

—¡No espera! Yuri, no llores... oh cielos, perdón, perdón.—la acercó de nuevo y ahora sin dudarlo la levantó hasta cargarla, llenando sus mejillas de besos cariñosos mientras acomodaba las piernas de la menor alrededor de ella, dejándola rodear su cuello para apoyar su cabecita en su hombro, sorbiendo su naricita.—cancelaré la reunión Yuri, creo que te descuidé de nuevo pero te prometo que estaremos juntas por el resto del día, tú y yo, haremos lo que quieras Jjoyul.—besó su mejilla para caminar ligeramente por la habitación como si llevara a un bebé pequeño durmiéndolo.

—¿De verdad? ¿sólo Yena unnie y yo?.—preguntó curiosa, levantando su cabeza para mirarla a sus ojos buscando seguridad de lo que decía, Yena tardó en responder sólo por el simple hecho de que adoraba los hermosos ojos de Yuri y solía atontarse al verlos como ahora, un sonidito gutural por parte de la menor la hizo reír y asentir.

—Sólo mi pequeña bebé conejita y yo.—su dedo índice fue hasta la nariz de la menor y con delicadeza le dio un toquecito en la puntita de su naricita, haciéndola reír y taparse su nariz, Yena soltó una suave risita, jamás dejaría de adorar esa risita suya.

—¿Bebé conejita? ¿eso ha sido por mi pijama de conejito? me gusta mucho y es súuuper cómoda~

Agita un poco sus pies, a un ritmo tierno y lento como si más bien los hiciera bailar, Yena con una pequeña risita asintió y se acercó hacia el escritorio para dejarla sobre el mismo pero Yuri reclamó enredando más sus piernas y brazos en ella negando con su cabeza.

—¿Qué pasa? ¿no quieres sentarte? es para ver tu lindo rostro mientras hablamos.—ríe, le resultaba tierno que Yuri estaba muy pegada a ella y además, era demasiado adorable cuando estaba así, de verdad parecía una bebé, realmente.

—Pero si me dejas sentarme ahí no estarías cargándome.

Una sonrisa creció en los labios de Yena y con un asentimiento de cabeza le dio la razón.

—Verdad. Qué inteligente, pequeña.—Yuri suelta una de esas pequeñas risitas suyas abrazándola aún más mientras que la mayor se dirigía hacia su silla y se sentó con Yuri en sus piernas.—no puedes quejarte, todavía no estás tocando el piso porque básicamente mis piernas te siguen cargando.—justificó antes de que la menor hiciera algún puchero o sus ojos fueran a amenazarla con unas lágrimas, pero no esperaba ver a Yuri bajar su mirada hacia su regazo y sonrojarse, literalmente pegó un brinco fuera de las piernas de la mayor, roja como un lindo tomate.

—¡Y-Yena unnie! Yo... estaba muy cerca de su... ¡perdón! ¡perdón!.

tapaba su rostro con mucha vergüenza y Yena que había estado preguntándose el porqué saltó fuera de sus piernas, pero al oírla en lugar de avergonzarse también suelta una carcajada con encanto, muy enternecida de esa inocencia que lograba tener algunas veces, se levantó para estirar sus brazos hacia ella hasta tomarle sus manos, la acercó de nuevo a ella y besó su mejilla dulcemente.

—¿porqué te avergüenza Jjoyul? no quiero hacerte sentir incómoda y mal pero sé que no sería la primera vez que lo ves, o tal vez que toques uno, ¿me equivoco?.—para sonar tan obvia ni como una villana acarició su cabello y mejillas muy suavemente viéndola abultar sus labios de nuevo, haciendo una pequeña trompita.

—Tal vez no sea la primera vez cómo dices pero ha pasado un tiempo desde que alguien me obligó a hacerlo, además... e-eres tú de quién, estamos hablando.

El rubor en las mejillas de Yuri le hacía creer a Yena qué tal vez había una gran diferencia entre esos hombres y ella, además de la muy obvia diferencia de que ellos eran malos y Yena no.

La mayor decidió callar y simplemente asintió, acercándola nuevamente abrazándola por su estrecha cintura con cariño, dejando muchísimos besos en sus mejillas, nariz y frente, nunca antes había llegado a ser tan cariñosa hasta que Yuri llegó a su vida, le gustaba poder descargar todo su cariño y amor en alguien, y para Yena no había nadie más indicada que Yuri.

—¿alguna vez has besado a alguien?.—la menor preguntó, repentinamente cuando ambas estaban abrazadas y muy pegaditas. Yena la observó por unos segundos directamente a sus hermosos ojos cafés, sonrió al notar más de sus lindos sonrojos a penas notables, asintiendo.

—Sí, no quisiera presumir pero lo hice muchas veces, ¿porqué?.

Yuri negó con su cabeza al mismo tiempo que sonreía muy ligeramente, más bien como una pequeña mueca.

—Pero... ¿un beso de verdad?.—preguntó nuevamente, ladeando su cabecita a un lado, a Yena le causó ternura pero confusión también.

—¿a qué te refieres con eso? claro que sí Yuri, unir tus labios con el de otra persona y corresponde, eso es un verdadero beso.—explica, pero la menor arruga su naricita negando con su cabeza.

—Eso no es verdad unnie, un beso de verdad es cuando sientes maripositas en el estómago y sientes que estás besando a la persona indicada, como si algo te dijera que es sólo a esa persona a quien quieres besar por el resto de tu vida.

Yena creía estar viendo mal, pero al mismo tiempo no pues ya había visto que los ojitos de Yuri brillaran repentinamente y de una manera muy adorable, pero ¿qué estuviera viéndola así a ella? Específicamente a ella, sólo a ella. Dios, se sintió en las nubes.

¿Yuri le estaría diciendo de manera indirecta que quiere besarla? porque eso fue lo que comprendió, y la verdad, sí que le gustaría hacerlo.

No comprendía aún, ¿Yuri quería o no quería que la besara? empezaba a tejer inmensas ganas de acercarse y unir sus labios con los suyos como había querido hacer antes, sí, recién se enteraba que había querido besarla desde hace un buen rato pero ahora, quería más que nunca hacerlo. Besarla, probar sus finos y apetecibles labios, empujarla hacia ella y aunque suene egoísta, robarle el aliento, oxígeno, porque bien sabía que con sólo un roce no se conformaría.

—¿Huh... Yena unnie?.

Escuchó la pregunta que la menor hizo repentinamente, un llamado en el que mostraba confusión y un destello en sus ojitos más bonito que el anterior, lleno de curiosidad cuando había sido suavemente acorralada en la mesa, Yena una vez más se estaba enterando de algo; ¿en qué momento se atrevió a casi recostar a Yuri y meterse entre sus piernas? Da igual, ya estaba ahí, no perdería la oportunidad. De un suave tirón atrajo a Yuri más hacia ella también, metiéndose más entre sus piernas pegándose así al borde de la mesa y estrelló sus labios contra los de la menor, sin casi darle segundos para reaccionar. Ambas jadearon contra la boca contraria y sin nada de preámbulos ni pérdidas de tiempo se dedicaron a probar sus bocas la una con la otra, Yena estaba ciertamente sorprendida de que Yuri supiera muy bien lo que hacía, deslizando sus manos por sus hombros hasta acabar enredando sus brazos por su cuello.

Ninguna de las dos quería separar sus labios de la otra.

Yuri no era ingenua, su primer, segundo, tercer y muchísimos más besos fueron todos robados, besos que no correspondía ni quiso iniciar, besos que odia y gustaría borrar de su mente pero ahora se sentía muchísimo más diferente, mejor, un revoltijo agradable en su estómago y su corazón muy acelerado, podía sentir sus mejillas arder y la sensación era inexplicable pero hermosa, se sentía bien, muy bien.

Enamorada, encantada, querida y deseada.

Se apartó cuando el oxígeno le hacía falta, separándose de la boca ajena soltando un jadeo como si hubiera salido del mar después de estar mucho tiempo hundida, con sus labios ligeramente separados respiró agitada mirando con sus ojitos brillosos y muy abiertos a la mayor, aún sorprendida.

—T-Tú me... me, me be- ¡me besaste, Yena unnie!.

Yena tapó su boca con su mano cuando la menor había gritado eso, soltó una risita divertida y asintió con su cabeza.

—Lo sé, Yuri. No me pude resistir, realmente ya no puedo ¿te has dado cuenta de lo muy irresistible que eres, Jjoyul?.—cuestionó, esperando que ella pudiera responderle y por eso estiró su mano que tapaba la boca de Yuri.—sí, te he besado y ahora quiero volver a hacerlo de nuevo, ¡demonios!.—exclamó, jalando su flequillo hacia abajo, bufando y desarreglando su cabello frustrada.—déjame hacerlo una vez más.

"¿Estoy suplicándole? joder sí, es lo que estoy haciendo."

—No.

Yuri respondió, negando con su cabeza deslizando sus manos hacia sus mejillas, acunando su rostro para sonreír ligeramente para tranquilizar a la mayor.

—Si lo haces sólo una vez más no quedaré satisfecha.—aclaró, y para Yena eso fue suficiente, es como si Yuri hubiera apretado un botón, el botón rojo que dice "no me toques" pero que Yuri ya había pulsado.

Yena subió sus manos sutilmente hacia la estrecha y hermosa cintura de la menor posando sus manos ahí, acercándola nuevamente.

—Oh Yuri, te metiste en problemas.

Robó un beso corto y rápido de sus labios, para ese entonces ya no podía controlarse y esa era la razón por la que estaba tentada de suspender todo lo que tuviera que hacer esa tarde para solamente besarse con Yuri, estaba realmente considerándolo.

—¿Huh? ¿por qué?.—inclinó su cabeza suavemente, temblando ligeramente cuando el pulgar de la mayor paseó por su labio inferior tan delicadamente, viéndola sonreír lascivamente.

—Porque ahora no dejaré tus labios en paz.—dicho eso, fue la primera en de nuevo acercarse y juntar sus labios, sin poder evitarlo sonríe en medio del beso al poder sentir un poco inexperta a la menor, eso sólo lo hacía mejor pues así podría enseñarle.

Probablemente se tardaron dos o tres minutos iniciando y acabando besos, tomaban aire y de nuevo empezaban con su sesión romántica de besos. Ambas estaban embobadas con la otra, encantadas por lo que sucedía entre ellas y lo que habían iniciado pero ya no pensaban acabar, Yena nunca había disfrutado tanto besar a alguien como lo estaba haciendo al besarla, fascinación era la palabra más correcta para describir cómo se encontraba, incluso tocar sus manos, entrelazarlas durante el contacto íntimo de sus bocas lo hacía especial, Yuri se encontraba caminando sobre las nubes gracias a la mayor, sus caricias delicadas y suaves, sus besos y roces de sus narices, idiotizada por completo.

Mientras el par de chicas continuaban entregando sus labios a la otra afuera, Minho jugaba con la manilla de la puerta mirando hacia el techo frustrado por esperar tanto, esperando en el mismo pasillo que todos los demás.

—Esto me está alterando, soy completamente impaciente ¿qué tanto necesitan hablar? ¡Viven juntas! pueden hablar sus mierdas a cualquier hora.—soltó la manilla, más que frustrado, Sakura le metió un malvavisco en la boca sin ninguna autoridad, de su propio chocolate que Hitomi les había ofrecido, Chaeyeon estaba mirando orgullosa a su novia desde su lugar, codeando a Bangchan que estaba apoyado en la pared a su lado.

—¿Viste eso? es mi chica.

Pronto Chaewon hizo aparición haciendo sonar sus tacones de color verde manzana por cada paso que daba.

—¿Qué demonios? debo llevar a Yuri a la peluquería ahora, ¡pedí una cita!.—reclamó, golpeando la puerta muchas veces.—¡Choi Yena! ¡no sólo tú tienes derecho de pasar tiempo con nuestra bebé! es mi turno.—berrinchó dando un taconazo al piso al mismo tiempo que apretaba sus puños, Eunbi mira con adoración cómo su novia hacía berrinches.

Adentro, Yena soltó un gruñido bajo al oír los golpes en la puerta, pretendiendo no haberlos oído continuó besando a Yuri pero al oír a Chaewon gritarle bufó, apartándose a regañadientes imitando el puchero que Yuri había hecho apenas se apartó.

—Esto no debería acabar aquí.—murmuró, aferrando sus manos a la camiseta que Yena usaba, la mayor comprendió, Yuri se había rendido ante la resistencia y honestamente, también ella.

—No tiene porque acabar aquí, de hecho, no acabará. Tan sólo debemos hacer oídos sordos y continuar.—dijo mientras su mano derecha jugaba con un mechón del cabello de Yuri, peinándolo con sus dedos.

—Entonces no escucho.—ríe, deslizándose de la mesa para acercarse hacia el borde y así estar más cerca, enredando sus brazos alrededor de sus hombros y cuello aproximándose al rostro de la mayor, específicamente a sus labios.

—Muy bien, ¡voy a entrar!

Se detuvo abruptamente cuando la puerta fue empujada fuertemente que chocó con la pared revelando a Chaewon que entró para quitar el tacón que había abierto un agujero en la puerta, poniéndoselo de nuevo.

—Pueden besarse en otro momento pero la cita es ahora, vamos Jjoyul.—le hizo señas con su mano y rápidamente la menor obedeció saliendo de entre los brazos de la mayor haciendo que Yena soltara un quejido molesta.

—¡¿Qué?! ¡¿Se estaban besando?!.—Hyunjin preguntó entre gritos de fan, agitando sus manos.

—¿No te diste cuenta? se estaban comiendo la boca.—la pelicorta en tacones le dijo con obviedad, el chico más alto miró a Yuri subiendo y bajando sus cejas con picardía por lo que recién se daba cuenta, la menor bajó su mirada sonrojada y tiró de la mano de Chaewon para huir con ella, Yena estaba apoyada en la mesa cruzando sus brazos mientras ahora mantenía una expresión neutral pero de evidente enojo.

Los chicos entraron primero y luego las chicas que estaban más atrás, Eunbi estuvo por decir algo mientras entraba pero lo único que pudo dejar salir fue un grito para agacharse evitando el jarrón que Yena había tirado, cuando lo escuchó estrellarse en la pared del pasillo se incorporó y la miró enarcando sus cejas pidiendo explicación.

—¡No me hablen o les corto el cuello! uhg.—alzó sus manos demostrando que no estaba de humor mientras hacía un ademán con su cabeza para apartarse de todos.

—No es mi culpa que no hayas podido meter tu lengua en su boca así que conmigo no la agarres, Choi.—Eunbi sentenció acercándose para golpear su hombro.

Yena ni siquiera se inmutó del golpe, su enojo se esfumó en segundos y ahora tenía una expresión confundida.

—Chicos, creo que... creo que estoy enamorada de Yuri.

Yena percibió la falsedad en las exclamaciones de "impresión" de sus amigos, frunció su ceño mirándolos con cuestión.

—¿Qué? No me digas que recién te acabas de enterar porque lo hacías muy evidente y es obvio que te trae flotando.

El silencio incómodo de Yena hizo que todos si se impresionaran esta vez.

—¡Bueno, ya basta! no lo sabía ¿bien? pero hoy... mientras nosotras nos-

—¿mientras se comían las bocas?.

—¡No Hyunjin! Cállate.—bufó, golpeando su frente contra la mesa, soltando un suspiro.—mientras estuvimos a solas, juntas, mirándonos y tan cercas, me di cuenta de lo muy hermosa que es enserio y lo mucho que quería besarla, ¡fue increíble! jamás me sentí así.—con su rostro aplastado en la mesa soltó una risita, Chaeyeon abrazó protectoramente a su novia que estaba sentada a un lado de Yena, Sakura miró a su novia extrañada por eso.

Es que, ver a Yena reírse sola después de tanto tiempo les resulta extraño y hasta, les causa algo de miedo. Pero, no iban a perderse la oportunidad de conocer el lado más dulce y blando de Choi Yena al estar enamorada, así que, le vendría bien un poco de ayuda de todos.

Y así, Yuri sería su pequeña bebé oficialmente.

disculpen la demora): había perdido algo de inspiración ☹️
tengo otras ideas yenyul pero no sé si debería publicarlas TT

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