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DON'T NEED NOBODY

Pasaron cinco meses y medio desde que Jungeun desapareció, y las cuentas de sus propiedades empezaban a bajar. No tenía mucha clientela, ya que todos querían volver a ver a la mejor chef del mundo seguir cocinando.

No fue poca noticia tampoco el arresto de Moon Taeil, quien fue acusado de ocupación de inmueble, soborno a las autoridades y malversación de fondos. Habiéndole caído treinta años de cárcel, los abogados de Taeil no pudieron hacer nada por él, por lo que fue abandonado a su suerte en los juzgados. Sus agentes, Lee Seungri y Kris Wu fueron condenados a veinticinco años, acusados por prostitución y tráfico de menores, siendo siemrpe supervisados por Taeil. Moon's Apart fue eliminada del mapa de empresas más leales y confiables, siendo valorada como simplemente el infierno de Corea.

Jinsol comenzó a perder la esperanza. Si Jungeun había vuelto al mundo de las drogas, entonces daba por perdido su regreso. Fueron cinco meses y medio los que soportó burlas por la calle o las redes sociales. La empresaria y diseñadora pudo haberse quedado con los terrenos del Delicious Taste, sin embargo decidió hacerse cargo de la cadena de restaurantes de Jungeun.

A pesar de bajar los presupuestos y sus ganancias, tenía el capital necesario para hacer más beneficios. Jinsol comenzó a dirigir el Delicious Taste como Jungeun y Tiffany hubieran querido, tanto así que recuperaron a la clientela con anuncios y promociones. Sooyoung, Jimin y Minjeong dejaron sus trabajos para poder meterse en los negocios de Jinsol.

La pelinegra no podía soportar más sin estar con Jungeun, tanto que hasta soñaba con que algún día volvería a verla... Y cuando ese día llegó...

Una mañana cualquiera, Jinsol se dirigía al Delicious Taste con uno de los coches de Jungeun. Miraba una y otra vez para comprobar que no había nadie en el paso de peatones, y una vez aceleró, una persona se le cruzó por el camino, atropellándole.

Al bajarse, Jinsol gritó del pánico al ver a su enamorada debajo del Ferrari. Podría identificar esos tatuajes con una mirada de reojo, e incluso a metros de distancia. Amaba tanto esa tinta que nunca olvidaría lo enamorada que estaba de la dueña de esta. Jungeun se encontraba saliendo del coche, arrastrándose por el cemento. Una vez se incorporó, vio en los ojos de Jinsol lo que nunca pudo apreciar; su dolor.

La pelinegra fue a abrazarle, pero Jungeun negó con la cabeza. Jinsol se sujetó la barriga, que ya le empezaba a pesar. Estaban llorando, cuatro ojos con lágrimas y un amor fue lo suficiente para que, la segunda vez que Jinsol se acercó a la contraria, esta finalmente aceptara el contacto físico.

—Estás más delgada...— Jinsol vio que los músculos de Jungeun ya no eran lo de antes, y su fuerte abdomen ahora estaba en los huesos.— ¿D-Dónde estabas?— Jungeun tembló.— ¡Respóndeme!— le abofeteó.— ¡Respóndeme! ¡Has desaparecido por casi seis meses! ¡Estoy embarazada de ti! ¡Vamos a tener una niña! ¡Y lo único que quiero es una respuesta!

—N-No puedo... N-No podía consentirlo.

—¿D-De q-qué hablas?— le miró fijamente, esperando de nuevo.— ¡¿A qué te refieres?! ¡Maldita sea!— volviéndole a gritar, esta vez Jungeun le paró las manos. Jinsol estaba a punto de empujarle, si no fuera por los brazos de la mayor, cuyos rodearon el cuerpo de la pelinegra.— S-Solo... Dime dónde estabas...— empezó a sollozar de nuevo, luego de haber sacado su furia.

—No podía permitirlo... No de esta forma, no de la forma en la que yo sé... Sooyoung me contó que estabas embarazada, justo antes de irme a...

—¿A dónde?— insistió.

—Cuando perdí a mis madres pensé que fue el peor dolor que jamás viví. Sin embargo, aquella mañana cuando me dijeron que me habían quitado el restaurante, me hizo pensar que a lo mejor ese día fue el peor de mi vida... Y estuve pensando en ti, en nosotras. Y en que no era justo que me hicieras eso. Aunque pensé de nuevo y recapacité. Tú solo querías lo mejor para ti, y eso era tener la tienda que siempre soñaste. Esos diseños de ropa que nunca pudiste aprender, pero que querías vender. Y yo te quité esa ilusión...— miró hacia otro lado.

—¡No, no! No es verdad, no me has quitado nada...— posó sus manos en sus mejillas.— ¿Por eso te fuiste? ¿Te sentías culpable?

—Me sentí culpable siempre. El día en el que te fuiste a Londres, no pude volver a imaginar. Se estancó mi creatividad y tuve que buscar otro pasatiempo. Uno que no me recordara a ti... Fui a muchos bares, encontré muchas mujeres... Y ninguna pudo compararse contigo, ni en lo más mínimo. Eres el fruto de mi vida, eres lo que ilumina mis mañanas, y reflejas todo lo hermoso en este mundo. Eres mi universo, mi cielo, mi luna, mis estrellas. Lo eres todo, y pude aprender de ello cuando desaparecí.

—Jungeun...— acariciando sus orejas, agarró suavemente ambas y llevó el rostro de la castaña al suyo. Se besaron dulcemente, agregando pequeñas risas salir de ambas bocas.— Oh, Jungeun...

—C-Cuando Sooyoung me dijo que esperabas un bebé, yo de verdad que me alegré. Le dije a Sooyoung que no le dijera a nadie donde me encontraba, hasta que perdí contacto al casi romper mi móvil... Se me agotó la batería, y luego lo lancé contra la pared.

—¿Por qué romperías eso? Te llamamos millones de veces, aún lo hacíamos.— agarrándose a su cuello, Jinsol notó las manos delgadas de Jungeun en su cintura.— Sigo sin saber dónde estabas.

—Luego de que me fuera del Delicious Taste aquel día, me escondí en un hotel. Usé un nombre falso y compré mucho alcohol y drogas. Me gasté bastante dinero y acabé en el hospital, pero uno de Incheon. Se ve que me afectó tanto que aparecí en un sitio totalmente distinto. Nada más despertar fui escoltada por unos agentes y les dije a quién le compré las drogas... Van a ilegalizarlas.— sonrió.— Y cuando cargué mi teléfono por primera vez en una semana, Sooyoung justamente me llamó y hablamos durante horas.— rieron.— Me dijeron que mi dulce flor esperaba un bebé para mí...

—¿Y que pasó?— preguntó Jinsol entusiasmada, y enfadada por las locuras de Jungeun.

—Entonces entendí todo... Mi vida dio un giro y en Incheon me apunté a un hogar de rehabilitación. Me dieron muchas pastillas contra el sueño, los vómitos y los mareos. Me orientaron en contra de las drogas, e inicié un proceso de intoxicación. ¿Y sabes por qué?

—¿Por qué?— Jungeun miró al cielo, encontrándose con el sol apagándose por una repentina lluvia, que vendría pronto.

—Lo hice porque te amo, y porque amo a mi bebé... Y no quiero que nuestro fruto de amor crezca sin una madre, me niego a aceptar que mi bebé crezca de esa manera. No quería permitir que mi tesoro sea como yo. Desobediente, cabezota, mentirosa... No, me niego.— mirando a Jinsol, pronunció estas palabras que tanto tiempo se guardó.— Y por ti, porque también quiero ser una mejor versión de mí, sin mentiras, sin peleas, solo amor, tú y yo.

—Tú y yo... ¿Por siempre?

—Tú y yo por siempre.

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