A THOUSAND YEARS
Jungeun despertó teniendo a Jinsol en sus brazos, como hacía días antes. No quería despegarse de ella, en ningún momento se movió. No quería que este sueño tan bello terminara. Acabó minutos después siendo interrumpida por Yeji, quien entró en el cuarto de puntillas.
—Jungeun, baja a desayunar si quieres, cielo.— sonriendo cerró la puerta, adentrándose en la cocina para hacerse unas tostadas. La castaña se deshizo del amarre de Jinsol fácilmente, arropándole más y besando su cabeza.
Jungeun habiendo bajado con los padres de Jinsol a desayunar, fue tímida a la hora de pedir su porción de miel y tostadas francesas. Hyunjin notó esto, dándole la mano para calmarle. La castaña no sabía que ellos también sabían lo del casi abuso sexual, enterrando los dedos en sus brazos.
—Cielo, tu prima nos contó lo que pasó con Yerim. Estamos aquí para lo que necesites, y por muy pequeña que sea la cosa, iremos a ayudarte. No importa lo que pase, le prometí a tus madres que te cuidaríamos, y eso queremos hacer.— abrazó Yeji a la adolescente, dejando que esta reposara su cabeza en su hombro.
Acariciando sus mejillas, en los ojos de Jungeun pudo distinguir a las que fue sus mejores amigas. Sus compañeras por toda una vida, que, ahora habiéndose despedido de ellas, sus sueños no pudieron hacerse realidad.
Hyunjin se giró al escuchar unos pasos, localizando a su hija bostezando mientras bajaba las escaleras. Sonrió con nostalgia al verle tan mayor, su rostro ya no era el de una niña cualquiera, y tampoco sabía que el corazón de Jinsol se hizo más grande, con mucho más amor que compartir.
Sobre esas escaleras le había llevado miles de veces. Cuando era una niña, Jinsol solía dormirse en el sofá luego de ver una película, o las muchas ocasiones que era cargada por Hyunjin para llevarla al baño o depositarle en el sillón del despacho. Con una punzada en su corazón, sonrió para abrazarle fuertemente.
Jungeun también volteó su cabeza, sintiéndose aún más enamorada de la pelinegra. Yeji notó el amor en los orbes de Jungeun, abandonando silenciosamente la cocina. Haciéndole señas a su marido, el matrimonio dejó a la pareja a solas en la sala.
—Te has levantado sin mí, y no quiero que eso se vuelva a repetir.— poniendo cara de niña pequeña, se ganó un beso en los labios. Atrayendo a Jungeun más cerca suya, ambas comenzaron a besarse locamente. Jungeun alzó a Jinsol de las caderas, teniendo sus piernas rodeadas sobre su cintura. A su vez, Jinsol apoyaba sus manos en la nuca de la alta, haciendo equilibrio.
—No volveré a hacerlo.— siguiendo besándose, caminó unos metros con la pelinegra en sus brazos, dejándole tumbada sobre el sofá. Separándose de ella, le sonrió y volvió a la cocina.
—¿Q-Qué?— desconcertada, Jinsol quedó con el cabello más enredado que antes, los labios hinchados y su centro palpitando. Levantándose, se dio cuenta de que Jungeun le había dejado allí para que no se quemara su desayuno. Dándole un beso en la mejilla, se sentó con ella empezando a comer.
Fueron minutos de gloria, donde ambas disfrutaron la compañía de la otra. Hablaron de planes de futuro, traumas del pasado, y por encima de todo, Jungeun no separó sus ojos de Jinsol. Se enamoraba cada vez más de ella. Deleitándose por la melodiosa voz de la pelinegra, le calló la boca besando esta. Fue una danza de lenguas, caricias, tocamientos...
Dejándose de juegos, fueron corriendo a la ducha cuando Jinsol propuso que se metieran juntas. Observándose a ellas mismas, la menor pensó que eran como una pareja casada. Tenían mucho amor que dar y recibir, abriendo sus corazones para la contraria. Jungeun aplicó champú en el cabello suave de Jinsol, dándole un masaje para tranquilizarle. A su vez, Jinsol frotó la espalda de Jungeun con un jabón con aroma a almendra y menta.
Habiéndose cambiado, Jungeun decidió llevarse a Jinsol en su motocicleta Hyosung. Le dio un casco que ella misma fabricó para la pelinegra, de color azul con pegatinas de su serie de la infancia favorita. Llegaron bajo la mirada de muchas personas, quienes no paraban de asombrarse por verlas juntas. Jinsol le guiñó el ojo a Jimin y Minjeong, quienes se encontraban en la entrada saludándoles.
—Ojalá poder montar en esa moto, de verdad que me encanta.— habló Jimin ajustándose la chaqueta. Siendo abrazada por Minjeong, esta asintió a las palabras de su novia.
—Podría dejártela algún día, sólo si me la cuidas.— alzando su dedo, guardó las llaves en su mochila y abrazó a Jinsol por la cadera.
De repente, cuatro chicas más se metieron en la conversación, apartando a Jimin y Minjeong de su vista. Yeojin y Chaewon fueron las primeras en llevarse a Jungeun a la fuerza, distrayéndola con mentiras y piropos falsos. Mientras Jimin intentaba separarlas de Jungeun, Hyeju se aseguró de amenazarla con pegarle. Y por si no fuera poco, Yerim besó a Jungeun delante de Jinsol, haciéndole rabiar.
—¿Nos vamos ya, amor?— preguntó Yerim susurrándole a la castaña en sus labios.— Me prometiste que ayudarías a mis amigas con sus deberes de Coreano.— poniendo ojos de gatito, Jungeun aceptó sin otro remedio, despidiéndose de Jinsol con la mirada.
Minjeong se llevó a Jinsol de allí, sabiendo que le afectaba mucho más la situación de lo que creía. Jimin se zafó del agarre de Hyeju, empujándole hacia la puerta. Hyeju sonrió diabólicamente, yéndose hacia dentro con sus demás amigas y su amante...
La mañana fue un poco dispersa. Jungeun buscó todo el día a Jinsol para estar con ella, sin embargo siempre había gente que le necesitaba nada más tenía la oportunidad de hablar con su amada. Que si Yeojin había fallado su prueba de Matemáticas, o cuando Chaewon le puso en la cara una redacción en otro idioma... Y tampoco faltaba todas las veces que Yerim le tomaba de la mano, sabiendo que la noche anterior quiso forzarle a tener sexo.
Separándose abruptamente de la pelinegra corta, Jungeun se paró en medio del pasillo. No quería seguir con esa farsa. No quería que volviera a abusar de ella, que le gritara cosas sin sentido, o que sacara el tema de Jinsol cada vez que quería algo a cambio... Pero lo que no iba a consentir era que Yerim le hablara de sus difuntas madres.
—Amor, tenemos que irnos a casa. Han dado las dos, es hora de irnos a comer.— tomándole de la mano, Jungeun apartó la suya.
—No.
—¿No, qué?— sonrió malévolamente, poniendo sus manos alrededor de ella.— No me digas que Jinsol ha vuelto a manipularte... Esa zorra se las verá conmigo, mi amor.— juntando frentes, Jungeun se volvió a apartar de ella.— Jungeun, vámonos, ya.
—¡No, no quiero!— gritando fuerte casi tronando su voz, notó a muchos estudiantes acercándose hacia ellas.— No me voy contigo, Yerim.
—¿Qué tonterías estás diciendo? Jungeun, claro que nos vamos a ir.— viendo cómo Jinsol se acercaba a paso rápido, alzó más la voz para que le escucharan.— ¡Está bien, Jungeun! ¡Vete con esa puta que sólo te ha engañado!
—No le llames así a Jinsol, es una persona muy importante en mi vida.— contraatacó, apretando fuertemente los puños. La mencionada fue detrás de Jungeun, acariciándole la espalda, dándole ánimos.
—¡No le debes nada, Jungeun!— apareciendo Hyeju también, se puso enfrente de Yerim para protegerla.— ¡Juraste amarme a mí solamente, no a ella!
—Jungeun, te encantará saber que tu querida Yerim no es nada más que una mentirosa.— girándose, localizó a Sooyoung y Jiwoo, dándoles un abrazo se pusieron a su lado también.— Tenemos pruebas de que Yerim es todo lo contrario de lo que pensabas.
Sooyoung llamó a Jimin, quien se encontraba en la sala de los altavoces. De repente, un audio se reprodujo por todo el instituto, dejando ver la doble cara de Yerim.
"Hyeju, sabes que solamente te amo a ti... Pronto cumpliré el reto que me propusieron Jisoo y Jennie. Una vez me acueste con Jungeun, aguantaré unos años a su lado y nos casaremos. Entonces el restaurante será mío y tú y yo tocaremos la fama y el dinero."
"¿No es muy cruel pensar así de ella? Te ha cuidado y querido."
"Yeojin, no te metas en nuestros asuntos. Yerim y yo tenemos eso en mente, ni tú ni Chaewon podréis impedirnos que lo hagamos. Me alegro de que sus madres tuvieran ese accidente, sin ellas muertas, el restaurante nunca sería nuestro."
"Jennie y yo nos vamos a ir, Jinsol quiere vernos para hablarnos de Jungeun otra vez. Sólo es una perra necesitada de la polla de la autista."
Jungeun miró a los ojos a Yerim, sintiendo cómo su corazón se rompía más con cada palabra que escuchaba. No podía creer que su novia, a la persona que le brindó cobijo y cariño por muchos meses, le había hecho esto. Jimin y Minjeong corrieron hacia el pasillo, metiéndose sobre la multitud para acabar al lado de Jungeun. A su vez, Jinsol vio a Jisoo y Jennie, sus "amigas" yendo hacia ellas.
—¡Jungeun, ese audio no es verdad! ¡Te están engañando!— suplicando su perdón, se abalanzó sobre ella besando sus mofletes. Siendo apartada por Sooyoung y Jimin y empujada por estas, Hyeju se puso delante de nuevo mostrando los puños.
—¿Por cuánto tiempo?— preguntó Jungeun mirando al suelo.
—Sólo están bromeando, Hyeju y yo nunca tuvimos nada.— llorando como loca, Yerim volvió a acercarse a Jungeun, esta vez solo mirándole a los ojos.
—Todo esto fue por un reto... Y era acostarte conmigo y quitarme lo que es mío.— notando lágrimas en sus ojos, Jungeun se escondió en el hombro de Jinsol. Yerim fue corriendo hacia la pelinegra para alejarla de ella, sin embargo Jimin le paró los pies al volver a empujarla a su sitio.
—¡No les creas, a-amor!— gritó de nuevo, viéndole llorar a mares.
Jungeun se separó de sus amigas y se fue corriendo del pasillo, siendo perseguida por todas sus amigas y por Yerim. Bajó las escaleras a la velocidad de la luz, esta vez adentrándose en el aparcamiento. Tiró los cascos al suelo, arrancando el motor de una. Salió de allí con lágrimas en los ojos, casi sin ver nada.
Fue haciendo zig-zag por el tráfico, saltándose varios semáforos en rojo. Quería estar sola por un momento, y por el retrovisor notó cómo Hyeju le estaba siguiendo con su coche. Le importaba una mierda todo, y su corazón había sido roto otra vez. Pensando en Jinsol y en que ella era el verdadero amor que siempre anheló, no se dio cuenta de cómo el Audi de Hyeju le había dado por detrás, notando un sentimiento de muerte porvenir.
El coche chocó fuertemente contra el Hyosung de la castaña. Jungeun salió disparada por el impacto, viendo cómo el cielo estaba más cerca que ella. Lo último que escuchó fueron los gritos y el hierro de su moto dando contra la carretera. Tocándose la nuca, vio mucha sangre en sus dedos, y habiéndose desmayado, cerró los ojos con la intención de no volverlos a abrir.
atención porque faltan pocos capítulos para que esta mierda acabe ya.
ya quiero irme a escribir el 2jin que tengo, no joda.
menciones como siempre a LapapaAsesina y a mi nueva sub chuuchatumadre.
la neta ya quiero acabar.
necesito tips para conquistar a la chica de mi clase de inglés, recién le hablé y no, que miedo.
#emo.
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