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I'm Gonna Let It Shine

¿Has conocido la sensación de querer brillar por ti mismo y no poder porque no recibes apoyo o simplemente la vida ha sido una completa basura contigo?

¿No?

Porque yo sí.

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Las calles eran muy heladas en las estaciones en donde la blanca nieve caía. Los recuerdos vienen y van cuando volteas a ver al nublado cielo y al ambiente a tu alrededor, donde personas vienen y van sin saber quién va caminando a la par suya, adelante o atrás, despreocupados de lo que ocurre realmente en su entorno.

La piel fría de tus manos haciendo contraste con el viento más helado que el mismo hielo y tu piel blanca por el frío asemejarse a la blanca nieve, en tu mente la sensación de que no eres suficiente y en tu corazón el vacío más inmenso que jamás has sentido. El tiempo pasando como si fuera el rey de todo y todos en el mundo y tu pasando de una calamidad a otra haciéndote más fuerte de lo que fuiste ayer o sintiéndote más débil de lo que serás mañana.

La vida te enseña a no dejarte llevar por las apariencias, te engaña, pisotea, arrastra, ensombrece y hace brillar a muchas cosas por descubrir y otras de las que simplemente no debes saber nada. El misterio de la vida parece revelarse ante tus ojos, con una rapidez nunca antes vista y luego te sientes usado e inútil ante lo ingenuo que has sido.

Mi nombre es Kim Taehyung, cuando tenía quince años de edad y era un Omega de gato recién presentado, estudié en uno de los mejores colegios de Corea del Sur, me enamoré y perdí muchas cosas importantes para mí, fui lamentable en muchas cosas, fui ingenuo e inseguro y me dejé llevar por lo que otros decían y una tarde en donde la estación era muy fría y caía mucha nieve, a mi... Me violaron.

—¡Ah! — Gimió uno de mis agresores, mientras agarraba con una mano fuertemente mi cabello que en ese entonces era muy largo y acostumbraba amarrar en una coleta —Gime para mi pequeña perra sucia —decía mientras con su pene atravesaba mi interior, desgarrándome por dentro y quitando parte de mi alma.

—¡Yo no hice nada! —grite, tratando de zafarme de su agarre y de las ataduras que tenía en todo mi cuerpo — ¡Juro que siempre he sido bueno!

—¡Deja de gritar pedazo de mierda! — después de haber gritado, a puño cerrado me golpeó en el rostro, haciéndome sangrar inmediatamente.

—¡Déjame un poco, hermano! — exclamó otro de los cinco agresores que estaban en ese nauseabundo callejón desolado —También quiero joder ese culito apretado — dijo mientras daba jaladas en su nauseabundo pene —. ¡Chupa maldito! — grito mientras acercaba su asqueroso pene a mi boca e inmediatamente sentí las incontrolables ganas de vomitar.

—¿Esto te gusta verdad ser follado por esa boquita tan dulce y por este culo espectacular? —sus manos dando azotes en la acanelada piel de mi trasero, golpeando sin pudor alguno y dejando feos moratones en mi —¡Ah! Esto es tan bueno.

—Quiero meter mi pene, también —mencionó otro que se había mantenido sólo observando como los demás me hacían daño —¿Una doble?
—pregunto, no sabía a qué se refería y el agresor que en ese momento estaba asquerosamente metido en mí, gimió en respuesta y con la mano que tenía desocupada, dio media vuelta a mi rostro y me dedico una sucia sonrisa de lado y un sucio y estúpido beso en mis labios, me soltó y dio una sonora bofetada en mi mejilla derecha, haciéndome sentir el escozor unos segundos después.

—Vas a disfrutar esto, maldito gato — dijo mientras aparentemente paraba sus sucias embestidas bestiales en mi interior, haciéndome creer que ya me dejarían libre y en paz, para luego sentir un inmenso dolor en mi parte trasera y entonces caí en mi realidad:
"Estaba siendo atravesado por dos personas al mismo tiempo"

—¡No! ¡Me duele! — grité mientras ellos gemían suciamente en mis oídos, según ellos para excitarme, causando en mi náusea que después de estarlas conteniendo mucho tiempo, salió ensuciando el sucio y frío piso del callejón y al mismo tiempo el pene del agresor que tenía enfrente y que atravesaba mi boca.

—Este chico acaba de vomitar en mi pene —dijo para luego tomarme del cuello con una de sus grandes manos —¡Hijo de puta! — apretó sin cuidado alguno mi cuello, asfixiándome y llevándose parte de mi corazón.

¡Mamá tengo mucho miedo, ayúdame, mamá!

Era lo único que podía gritar mentalmente en esa situación tan dolorosa y que se llevaba cada parte de mí, destrozandome de la forma más vil y cruel posible.

—Esto es fantástico —apuntó uno de los que estaban en mi interior —. Hermano, puedo sentir tu pene rozando el mío, dentro de este fantástico culo — para este momento yo estaba gritando del terror y del inmenso asco que sentía de mí mismo y de los cinco alfas que estaban penetrándome, maltratándome y ensuciándome.

—Hermano, faltas tu.

Luego, ya no eran sólo dos personas en mi interior sino tres. Tres personas que se estaban llevando mi brillo, mi alma que estaba destrozada y mi corazón pisoteado tanto por ellos como mi familia.

Ya no quiero esto, quiero morir, quiero desaparecer, pero a la vez quiero que me salven, ayuden y protejan.

Pensé en la agonía del momento.

—Vamos, no grites — me agarraba del cuello con una mano, mientras con la otra apretaba mi pene haciéndome sentir mucho dolor —, se que te gusta ser penetrado por tres alfas.

Yo estaba llorando y gritando, sollozando y maldiciendo mi mala suerte, mientras recordaba que tan sólo una hora atrás mi madre había dicho que me maldecía por ser un malagradecido por no querer estudiar, cuando mis notas eran sólo de ochos y nueves, siendo uno de los mejores de mi clase. Enojado salí de casa a encontrarme con mi novio al que por cierto mi familia no aceptaba por tener un olor suave, característico de los Omegas y estos tipos que ahora están abusando de mí, me secuestraron y llevaron a un callejón de la inmensa ciudad de Seúl.

Gime, maldita puta —Ellos están haciendo lo que quieren con mi cuerpo, para ese momento yo ya no tenía fuerzas para defenderme, algo en mi se rompió en mil pedazos y ya no quería hacer más que desaparecer.

Mi cuerpo estaba, está y estará sucio para siempre, mientras tres penetran mi ano, uno penetra mi garganta y otro que al parecer tiene fetiches con el cabello, pasa su pene en mi cabeza, agarra parte de mis cabellos y los envuelve alrededor de su feo y nauseabundo pene, frotando, ensuciando y dejando su asqueroso olor en mí.

Ellos comenzaron a gemir cada vez más duro, supongo llegando a su clímax después de tanto sufrimiento, ellos terminaron y se corrieron en mi interior, el que tenía su pene en mi garganta terminó en ella y me obligó a tragarme su esperma, el que jugaba con mis cabellos, se corrió en ellos, ya no quiero sufrir más. Cuando pensé que ya todo había terminado los cinco alfas sacaron sus colmillos y me marcaron en diferentes partes de mi cuerpo, los que estaban en mi interior, salieron y me dejaron tirado en el suelo como una basura sin importancia, cuando pensé que ellos se habían ido, volví a escuchar sus asquerosas voces.

—La mejor cogida que hemos tenido, muchas gracias, gatito.

Todos estaban dando las gracias a quien le habían destrozado el alma, a quien le arrebataron su brillo y corazón. Eso no les bastó porque tuvieron una ronda más conmigo hasta que me dejaron casi desmayado en el frío y sucio piso, al igual que yo.

—Debemos deshacernos de él —dijo uno, en un susurro que escuche, inmediatamente el terror paso a ser el único sentimiento que podía reinar en mi interior, no quiero morir, quiero seguir adelante, pero tal vez estar muerto es la mejor solución para ya no sentir más de está angustia—, nos meteremos en problemas si él va y habla con la policía.

Todos estuvieron de acuerdo y uno por uno comenzaron a golpearme y a meter cosas por mi ano, mientras se deleitaban por mis gritos y ruegos porque me dejaran en paz. Finalmente me metieron en una bolsa dándome por muerto y me arrojaron cerca del río Han, los muy idiotas no se fijaron de que a unos cuantos metros habían unas personas en un recorrido a pie y se fueron dejando testigos.

Pasé en el hospital de Seúl un mes entero, recuperándome lentamente de todas mis heridas físicas y mi familia y amigos estuvieron conmigo en todo momento, pero aun así me sentía sucio, ultrajado, manoseado y muy nauseabundo. Por las noches, no podía dormir y me despertaba gritando por ayuda como lo hacía mientras tomaban todo de mi sin yo haber dado mi consentimiento y los doctores en el hospital y mi familia, acordaron llevarme a casa, porque tal vez el calor del hogar me ayudaría a salir adelante. Una pobre excusa, para echarme del hospital y así no incomodar a los demás enfermos, ir a casa sólo significó para mí, empeorar mi estado psicológico.

Un mes.

Dos meses.

Tres meses.

Y luego un día solamente las cinco marcas, comenzaron a picar y a doler como el infierno, ese día morí internamente, mis emociones se fueron y en lugar del que siempre había sido el alegre payaso y amistoso Taehyung, había un bulto vacío. La violación y mi casi muerte salieron en las noticias, un año después atraparon a los agresores y los sentenciaron a la pena de muerte, pues violar y marcar a un Omega suponía de un fuerte castigo, pero aun así yo no sentí alivio, no sentí nada en realidad. Rompí con mi novio al que tanto amaba por un mensaje de texto, no soportaba verlo a él ni a ningún alfa en realidad, después de lo sucedido, por sentirme sucio e insuficiente para él y con mi familia nos mudamos a Estados Unidos.

Ahora tengo treinta años y tengo mucho miedo de las personas, especialmente de aquellos que son alfas, trabajo como director de una gran empresa de modelaje que sólo acepta a Omegas y desde ese día hasta ahora, no he tenido ninguna pareja por miedo a la desdicha y a mi mala suerte.

—Director — ese es mi mejor amigo Jimin, él ha estado conmigo desde aquel fatídico día y me ha apoyado en todo momento, incluso se mudó con mi familia y conmigo pidiendo permiso primero a sus padres y con su consentimiento, él es el vicepresidente de la compañía.

—Eres mi amigo, Jimin, llámame por mi nombre — él se río tiernamente y pude notar un fuerte olor a alfa en él y otro olor mucho más suave, parecido a la leche.

—Ven a mi casa, Tae, quiero celebrar contigo algo muy importante —en su mirada había un brillo especial, al cual no pude resistirme.

—Está bien, ahí estaré, siempre y cuando no hayan muchos alfas —contesté, pues mi temor a ellos es muy grande.

—Te veré el Viernes a las ocho, se puntual —recalcó pues mi mala suerte siempre me lleva a llegar tarde a todo lugar y en momentos que no debería, una vez vi a Jimin tener sexo con su ahora esposo en su oficina, esa imagen me dañó un poco pero salí inmediatamente haciendo el menor ruido posible al cerrar la puerta para no interrumpirlos.

El día Viernes llegó como un torbellino que se lleva todo a su paso y como era de esperarse, llegué tarde, muy tarde a la gran celebración.

—Este es un nuevo récord —dijo Jimin en voz alta, haciendo reír a todos los presentes, que eran sólo unas diez personas.

—Dijimos a las ocho y llegaste a las nueve —su tono de voz divertido, mientras su rostro estaba serio, wow, no sé cómo demonios Yoongi hace reír a la gente.

—Que malos son todos.

Una hora transcurrió en el que nuestros diez amigos se burlaban de mí y nuestra familia les seguía la corriente, entonces ocurrió algo inesperado.

—Al parecer alguien te gano en lo tardista — Esta vez Yoongi tenía una sonrisa en su rostro y tomando a Jimin de la mano, juntos fueron a abrir la puerta.

—¡Hobi! —exclamó Jimin lleno de alegría —, Pasa adelante, estas en tu casa —le recibió cordialmente, haciéndose a un lado para que la persona con el nombre de Hobi, pudiera pasar.

En el ambiente había armonía y un suave olor a dulces de naranja con miel que me hizo gruñir el estómago en deseo de unos buenos dulces.

—Mi nombre es Jung Hoseok — se presentó el ahora ya no tan desconocido —. Me alegro de conocer a personas nuevas —hizo la observación y luego dirigió su vista hacía mí, dedicándome una cálida y hermosa sonrisa.

Pasaron unos minutos y luego nos dimos cuenta del motivo de la celebración.

¡Mi mejor amigo está esperando un bebé!

Ahora me siento celoso, yo también quiero un bebé a quien cuidar y un esposo al cual amar, al parecer mi olor delató mi estado de tristeza porque todos se quedaron callados de un momento para otro.

—Por favor, perdónenme, no fue mi intención arruinar el momento — me disculpe —. Realmente estoy muy feliz por ustedes, el que ahora estén completando su familia con bebé es un sueño hecho realidad para mí, ver a mi Jiminnie tan feliz con el cara seria de Yoongi me hace tan feliz —dije mi discurso, haciendo reír a los presentes —, espero sigan siendo muy felices juntos, ambos son mis mejores amigos y les deseo lo mejor.

Los chicos me sonrieron con empatía en su mirada y con mucho amor se acercaron a mí quien fue envuelto en la desdicha de no poder procrear.

—Se que tú serás feliz, mi Taetae, llegará alguien que te haga suspirar y recuperar el brillo que perdiste.

Siempre amaré a mi Jiminnie, mi mejor amigo en el mundo, para ese momento no era consciente de la dulce mirada que habían puesto en mí y del amable corazón que se estaba planteando cuidar y reparar los trozos de mi alma y corazón que fueron destrozados.

Hoseok se acercó a mí, al principio me mostré reacio a tenerlo cerca pero luego al sentir el olor a dulce de naranja, mi gato interior comenzó a maullar en respuesta al ronroneo del tigre de Bengala que estaba conmigo.

Un año.

Dos años.

Y ahora él es mi novio, le conté todo por lo que pase y él con una gran sonrisa me dijo que no le importaba, le conté entre lágrimas que debido a que los agresores ingresaron en mi ano muchos objetos que hicieron una gran herida en mis trompas de falopio, ya no podría tener hijos aunque ese fuera uno de mis más grandes sueños, él lloró conmigo y maldijo conmigo mi mala suerte, después de mucho una parte de mi corazón fue recuperada y sanada por mi solecito, pero aun así mi alma seguía destrozada.

—¿Te casarías conmigo, Tae? — me pregunto un día, lloré por primera vez en años, pero de felicidad y mi corazón antes pisoteado ahora estaba completo y feliz, pero, aun así, mi alma seguía destrozada.

El tiempo siguió su curso y unos tres meses después de que me lo propuso, Hobi y yo nos casamos, fuimos a la isla Jeju, como regalo de bodas por parte de nuestros amigos y pasamos unas agradables vacaciones, entre caricias amorosas, besos apasionados y haciendo el amor como locos. Me avergonzaba de mí mismo por las cicatrices de las cinco marcas, pero Hobi se dedicó a besar cada parte de mi cuerpo con mucho amor diciéndome que no debía avergonzarme de nada porque he sido fuerte a lo largo de todos estos años.

—Te admiro Tae, no tienes por qué avergonzarte, yo te acepto tal y como eres.

—Yo no puedo tener bebés — dije con lágrimas en los ojos, el inmediatamente las limpio y besó mis párpados con mucho cariño.

—Entonces adoptaremos.

Su sonrisa fue tan sincera e inmediatamente creí en él, por primera vez en mi vida di todo de mi a una persona con mi consentimiento y me sentí tan bien, protegido, amado y una parte de mi alma se recuperó.

—Te amo, Hobi —él estaba asombrado, pude verlo en su mirada y su expresión atónita, pues nunca en nuestros años de relación le había dicho esas palabras, vi como su rostro paso por la sorpresa para luego vislumbrar una radiante sonrisa que hizo que mi corazón latiera como loco.

—Yo te amo mucho más, cariño.

Hoseok siempre fue una hermosa persona, con un increíble brillo que nadie podía borrar, la gente nos atormento por años, pues un solecito como Hobi no merecía estar al lado de una enorme tormenta gris que era yo.

El hijo de Jimin, Jungkook, cumplió cinco hermosos años y junto a Hobi fuimos sus padrinos. Con Hobi juntamos nuestra valentía y fuimos a África, precisamente a un centro de adopción a pedir los papeles para poder tener a nuestro primer hijo.

Los doctores nos dieron la triste noticia de que nunca podría tener hijos, pues el daño fue tanto que, aunque mi alfa destinado pusiera su marca sobre mí, la herida no cicatrizo como debía y sería imposible.

Nuestra petición fue aceptada después de un mes y se nos hizo entrega de nuestro bebé, un hermoso bebé de color moreno oscuro y cabellos rizados a quien llamamos: "Jung Anuar" que significa brillo en africano.

Fuimos muy felices los tres juntos y mi sueño de tener una familia, se hizo realidad.

—Ahora tengo 100 años y Hobi se me adelanto en la vida hace unos pocos días, el me hizo creer que podía ser feliz de nuevo y yo le creí por el inmenso amor que le tuve y que a pesar de que él ya no está conmigo tengo la sensación de que nunca me abandona y que está en mi corazón.

—Los niños, aman esa historia papá —Anuar ahora está conmigo, mis nietos y bisnietos también, pues este es mi último día en esta tierra.

—Lo sé, pero ya es hora de dormir — digo con una enorme sonrisa en mi rostro, cierro los ojos y me dejó ir al mundo de los sueños del cual ya no podré despertar.

Escucho a mi familia llamar mi nombre y luego todo desaparece.

Ahora estoy en un jardín lleno de rosas blancas, amarillas y de todos los colores, todo es tan hermoso, hay un camino de rocas en un riachuelo que pasa suavemente y voy saltando una por una. En la primera piedra que salte pude darme cuenta que era un viejo y que no debería estar saltando, sin embargo, me sentía tan liviano que continúe hasta llegar a la quinta piedra, donde vi que mis manos ahora ya no tenían arruga alguna, incrédulo me asomé a la clara agua del riachuelo y observe mi reflejo: "No era el viejo Kim Taehyung de 100 años el que saltaba, era mi yo de quince años"

Mi rostro era joven y sin arrugas, mis manos fuertes al igual que mis piernas y mi hermoso cabello largo en una coleta, justo como solía peinarme. Me puse de pie y continúe saltando, me faltaban treinta piedras por saltar y al final pude ver que había una silueta de una persona, me apresure a saltar las piedras que me hacían falta y me sorprendí de ver quien era la persona a la orilla del riachuelo, tendiendo su mano para ayudarme a estar en tierra firme.

El primer y único amor de mi vida.

Hobi estaba ahí tomando mi mano.

—¿Me seguiste? —su sonrisa brillante como siempre, haciendo revolotear mi interior.

—Ya era hora —contesté —quería estar contigo.

El me sonrió y me abrazo con mucha ternura, había un detalle que había olvidado, producto de la violación, el doctor había dicho que olvidé a las personas que estuvieron en mi vida horas antes de lo que pasó y Hobi fue el último junto con los agresores a los que vi así que lo había olvidado sin querer.

Al final, comprendí que la vida te da lo necesario para que seas feliz, a veces su forma de obrar es injusta pero te lo recompensa por mil después.

Yo pude brillar al final, mi corazón, mente y alma antes destrozados, fueron reparados por un solecito llamado Hobi, el hizo lo que yo creí era imposible:

"El me hizo volver a brillar"

FIN

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