
Capitulo 3
Narra Yoongi:
Me encontraba sentado en una de las sillas de la cocina, mientras observaba como Jin preparaba el desayuno en silencio. Su rostro reflejaba tristeza y cansancio.
- ¿Podrías dejar de mirarme?. – Pregunta tranquilo, sin despegar su vista de lo que estaba haciendo.
- Lo siento... - Susurré, ahora llevando mis ojos a la puerta de la habitación del menor.
- ¿Pudo dormir en la noche?. – Preguntó, mientras servía nuestro desayuno.
- Eso creo, no lo oí gritar ni nada por el estilo. Creo que está mejorando, aunque...
- ¿Qué?
- Tal vez sean cosas mías, pero lo noto algo tenso a veces...
- ¿De qué hablas?. – Su mirada se alzó por primera vez, algo preocupada y expectante de lo que fuera a decir.
- Ayer lo vi sentado en el borde de la bañera con el botiquín en sus manos. Me preocupé pensando en que tal vez se había golpeado. Él se puso muy nervioso y no dejó que lo ayudara. La verdad no sé qué pensar.
- Seguramente no sea grave, él te lo diría ¿cierto?. – Solo suspiré, a veces el menor era algo reservado.
- ¿Quieres ir al pueblo luego?. – Me miró confundido. – Jimin está cansado como para caminar y quiero comprarle algo bonito...fuera de todo lo que me encargó mi madre.
- Está bien, pero ahora comamos. – Dejó el desayuno y se sentó frente a mí. - ¿Sabes algo de...Nam?. – Bajé la vista a mi plato recordando lo ocurrido en los últimos dos días.
- ¿No habló contigo?
- No quiere salir de su cuarto...y cuando lo hace, siempre me evita. – Soltó un suspiro y sus labios formaron un pequeño puchero.
Comenzamos a comer, sumergidos en un silencio. El día de ayer, intenté hablar con Nam, pero simplemente me respondió con monosílabos y no quiso tocar el tema.
Al terminar y luego de limpiar y ordenar todo, subí a mi habitación y cambié mi ropa por algo más abrigado. Luego de tomar mi billetera, entré en el cuarto del menor y lo vi echo una bolita en su cama. Me acerqué y sonreí al notar como dormía tranquilamente. Tomé un pequeño papel y después de escribir lo dejé sobre la mesa a un lado de su cama. Besé castamente su frente y salí de allí, tratando de no hacer ruido.
Me detuve frente a la puerta de mi amigo y luego de un par de toques, me indicó que estaba despierto.
- Saldremos un momento... - Hablé con voz tranquila. – Por favor cuida a Jimin.
- Claro, no te preocupes... - Oí su voz algo cansada del otro lado y suspiré.
- Gracias... - Susurré para luego ir hacia las escaleras.
Al bajarlas, vi a Jin sirviendo el desayuno de los otros dos. Cuando acabó, ambos salimos de la cabaña y comenzamos a caminar en dirección al centro del lugar.
Narra Jimin:
Abrí mis ojos lentamente, sintiendo mi cuerpo cálido. La habitación estaba tenuemente iluminada por los rayos del sol, que se colaban por las rendijas de la ventana. Con cuidado, me senté sobre el colchón y estiré levemente mi cuerpo. Mi vista viajó por el cuarto, hasta dar con un pequeño papel, sobre mi mesa de noche. Me levanté y abrí la ventana, cerrando mis ojos en cuanto la luz los tocó. Tomé aquel papel y comencé a leer...
"Buenos días pequeño.
Fuimos al centro con Jin, volveremos en un par de horas. Por favor, come tu desayuno y mantente abrigado. Nam estará en la cabaña, por si necesitas algo. Te quiero..."
Sonreí levemente, sintiendo mis mejillas calentarse. Me levanté y luego de buscar algo de ropa en el armario, entré en el baño para para tomar una ducha.
Mis ojos permanecieron cerrados todo el tiempo que estuve bajo el agua. Al terminar, y luego de vestirme, peiné mi cabello y salí con una pequeña toalla sobre mis hombros.
Abrí la puerta de mi habitación y caminé con cuidado por el pequeño pasillo, notando que Namjoon se encontraba al inicio de las escaleras. Al verme, sonrió levemente, tendiéndome su mano para ayudarme a bajar las escaleras.
Una vez en la cocina, nos dispusimos a comer, sumidos en un cómodo silencio. Mi vista estaba fija en la ventana, notando la luz del sol.
- ¿Quieres ir al jardín?. – La voz de Nam me hizo voltear. Asentí y él sonrió levemente.
Cuando acabamos y luego de abrigarnos, salimos al patio trasero de la cabaña. Caminé con mucho cuidado por el piso completamente cubierto de nieve. Me senté a unos metros de la casa, sintiendo la piel de mi rostro calentarse, al chocar con los suaves rayos solares.
Una idea cruzó por mi mente y comencé a abultar la nieve. Namjoon se acercó, para luego sentarse a mi lado.
- ¿Harás un muñeco?. – Asentí. - ¿Quieres ayuda?
- S-si... - Susurré y el comenzó a juntar más nieve, acercándola hasta donde yo me encontraba.
Narra Namjoon:
Sonreí al ver al menor tan concentrado. Me alegraba que se estuviese recuperando. Caminé hacia unos arbustos y tomé dos ramas y las llevé hacia el otro.
- Va a necesitar brazos. – Dije y él sonrió.
Ambos nos dispusimos a armar las distintas partes de la criatura helada. Jimin tomó pequeñas piedras para colocarlas en la cabeza que estaba haciendo.
- ¿Está...molesto?. – Preguntó luego de un rato y suspiré.
- No lo sé... - Respondí finalmente.
- Jin-hyung...no parece malo. – Habló con vista puesta en aquel enorme muñeco blanco.
- No lo es... - El peli rosa me miró expectante. – Es solo que...
- Yo solo acepté... - Lo observé confundido. – Los regalos de la mamá de Yoongi...los suyos...el vivir con ellos...yo solo acepté. – Bajé la mirada. – No creo que haya querido hacer algo malo...
- Lo sé...pero... - Suspiré. – Yo no tengo tanto dinero como ellos. – Mis ojos chocaron con los suyos, sintiendo mi vista nublarse. – Nunca podré comprarle algo costoso o bonito...y el merece lo mejor y yo...
- Y usted lo es para el... - Mis palabras quedaron en mi garganta. – Si no fuera así...él no la habría comprado. – Una pequeña lágrima se deslizó por mi mejilla.
- Pero...que haré ahora...él está triste y es por mi culpa.
- Podríamos preparar algo... - Habló en voz baja, terminando de armar la cabeza. Sonreí y asentí.
- De acuerdo. – Ambos nos levantamos y el menor se estiró levemente para colocar la última esfera en el cuerpo de nieve. Mi ceño se frunció al observar el borde de un vendaje en sus muñecas, pero no quise incomodarlo con alguna pregunta. Ya hablaría después con Yoongi.
Con cuidado, nos adentramos en la cabaña y comenzamos los preparativos para la sorpresa que tenía pensada.
Narra Yoongi:
Al llegar al centro, caminamos por los alrededores y entramos en un par de tiendas. Logré divisar en una joyería, una cadena de plata bastante linda con un pequeño dije en forma de corazón, el cual tenía incrustadas un par de piedritas brillantes. No dude ni dos segundos en comprarlo para el menor.
Jin estuvo algo pensativo en lo que caminábamos, por lo que hice que entráramos en una tienda de decoración. Su abuela, una vez me dijo que le gustaban mucho estas cosas. Y no era para menos, ya que, fue el quien se encargó de adornar completamente la casa en la que residen ambos.
Me encontraba observando algunas lámparas demasiado raras...¿quién tendría al cuerpo humano iluminando la habitación?. La vibración de mi celular, me hizo desconectarme de todo a mi alrededor, en cuanto supe que era un mensaje de Jimin.
"Hyung, por favor entretenga a Jin-Hyung." – Enarqué una ceja, pero antes de que pudiese hacer algo, un nuevo mensaje llegó. – "Le explicaré después. Solo puedo decir que Namjoon-Hyung quiere arreglar las cosas." – Sonreí y después de contestar un "ok", busqué a mi amigo en la tienda.
- Yoongi llevaré estas. – Habló mostrándome unas luces blancas y asentí. – Debería buscar algo para mi abuela, pero se nos hará tarde.
- No te preocupes. – Respondí casi al instante de forma tranquila. – Tenemos mucho tiempo, además, para mañana esta pronosticado una tormenta y no podremos salir. – El otro, algo inseguro asintió y siguió dando vueltas por la tienda. – Nam, más te vale que lo hagas bien... - Susurré para mí mismo y caminé detrás de Jin.
Narra Jimin:
Una vez estuve seguro de que tendríamos más tiempo, vimos los preparativos para la cena y el escenario de esta noche.
Ambos íbamos y veníamos por la cocina, tratando de realizar lo que cada uno haría, lo más rápido posible.
Decidimos hacer pasta y una salsa de verduras. Mientras la primera se calentaba, Nam cortaba los vegetales. Mi atención quedó en un armario al notar que sus puertas estaban entreabiertas. Me acerqué y sonreí al ver lo que contenía, teniendo una idea que, esperaba funcionase.
- Heee...¿Jimin?. – Me giré y mis ojos se abrieron al ver la camiseta del mayor, totalmente manchada de salsa. – Creo que algo salió mal... - Habló y sonreí negando divertido con la cabeza.
Pasamos alrededor de dos horas, para terminar la cena. Una vez hecho, subimos a la habitación de Jin (no sin antes tomar un par de cosas de aquel armario), y comenzamos a preparar todo.
Narra Yoongi:
- ¿No crees que ya vimos suficiente?. – Preguntó con voz cansada, mientras se sentaba en una banca. Mis ojos se abrieron al ver a Nam salir de una de las tiendas. Este se quedó estático y se cubrió aun más con su chaqueta.
- ¿Quieres ir por algo de beber?. – Pregunté tratando de apartar la vista del otro y Jin asintió.
Entramos en una cafetería en el momento en que veía a mi amigo correr en dirección a la cabaña y luego de recibir nuestro pedido, elegimos una mesa situada a un lado de uno de los ventanales del lugar.
"Después hablaré con ustedes dos". - Mandé aquel mensaje y recibí una respuesta casi inmediata por parte de Nam.
"Lo siento. No te preocupes, Jimin está bien, lo dejé en su habitación."
- Estoy agotado, creo que compramos más de media tienda.
- No es para tanto. – Dije y el otro observó las múltiples bolsas que llevábamos. – Además, a tu abuela le servirán mucho estas cosas.
- Aun así ¿no te parece mucho?. – Me encogí de hombros, tratando de no darle mucha importancia al asunto. Es verdad que yo había pagado por más de las mitad de las cosas, pero por ver feliz a mis amigos, seguiría con esto. Más teniendo en cuenta de que su abuela me agradaba bastante. – Estuvimos más de tres horas allí. – Habló y comenzó a beber de su café. - ¿Jimin está bien?.
- Lo está. – Dije dando un sorbo a aquel líquido caliente. – Hablé con él hace rato y está todo en orden. – El otro asintió, no haciendo más preguntas y sumiéndonos en un silencio bastante cómodo.
Lo cierto era que, tuve que darle algunas indicaciones a Nam sobre como limpiar vidrios rotos, advirtiéndole de que lo hiciera con mucho cuidado y se asegurase de levantar todo. Además de enseñarle a usar la lavadora. No sabía que estaban haciendo, pero me parecía bastante gracioso el que estuviese así de nervioso por querer sorprender a Jin.
Al acabar nuestra bebida, estuvimos dando un par de vueltas más por las demás tiendas, bajo la excusa de que aún no veíamos todo lo que había. Sinceramente, solo quería regresar a casa de una vez, pero les daría todo el tiempo posible para que pudiesen terminar lo que sea que estuviesen haciendo.
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- Simplemente no entiendo la necesidad de estar parados, observando las camisas sin probar ninguna. – Habló el otro mientras caminábamos de regreso a la cabaña. El sol comenzaba a ocultarse y si no fuese por el frío que comenzaba a crecer, seguiríamos frente a aquella vidriera.
- Ya te lo dije, no había en un color que me gustase. – Dije quitándole importancia.
- Pudimos entrar y preguntar. – Reprochó algo cansado y suspiró. – Al menos ya estamos volviendo, realmente estoy cansado. – Asentí y seguimos nuestro camino.
Al llegar, notamos que las luces del interior, estaban apagadas. Ambos nos dirigimos miradas extrañadas y al entrar, me dirigí rápidamente a la planta alta, percatándome de que la puerta de mi habitación estaba abierta. Al entrar, vi a Jimin, quien estaba dormido en mi cama, abrazando una almohada y en la mesa a un lado, había una bandeja con dos platos de comida. Sonríe enternecido y luego de cerrar la puerta a mis espaldas, encendí la luz y desperté al menor, moviendo levemente su hombro.
- ¿Hyung?... – Susurró algo adormilado y dejé un beso en su frente.
- Ya estoy aquí pequeño. – Lo ayudé a que se sentara en el borde del colchón. - ¿Comemos? Muero de hambre. – Asintió, aun somnoliento y luego de acercar la pequeña mesa con los platos, me senté a su lado y ambos comenzamos a degustar la comida, rodeados de un silencio cómodo y tranquilo.
Al acabar, y luego de que ordenara un poco y nos cambiáramos la ropa por algo más cómodo (el menor haciéndolo en el baño), nos recostamos en mi cama. Jimin se pegó a mi pecho y escondió su carita allí, provocando que sonriera.
- Buenas noches... - Susurré sintiendo mis párpados pesar.
- Buenas noches Hyung... - Su voz salió amortiguada y dejé un beso en su cabellera, cayendo dormido a los pocos minutos.
Narra Jin:
En cuanto Yoongi se fue, dejé las cosas en uno de los sofás y subí las escaleras notando que había luz en el interior de mi habitación. Al entrar, mis ojos se abren al ver velas alumbrando el cuarto, junto a una pequeña mesa en el centro rodeada de cojines y mantas y sobre ésta yacían dos platos con la cena servida.
Me acerqué a paso lento y de pronto, la puerta se cerró haciéndome dar un pequeño brinco. Al girarme, Namjoon estaba parado sosteniendo una pequeña bolsa y usando la chaqueta que le había regalado. Su mirada estaba gacha y con sus manos temblorosas me extiendió aquella bolsa. La tomé y al abrirla, sonreí al ver una bufanda suave de color blanco.
- Lo lamento... - Levanté la vista al escuchar su susurro. – Lo que pasó...yo solo... - Sus ojos hicieron contacto con los míos en medio del pequeño silencio. – Solo quise arreglar todo esto... - Suspiró. – Fue lo más lindo que pude conseguir. – Señaló la tela que sostenía entre mis manos. – Quisiera poder darte cosas mejores...pero... - No termina de hablar, ya que, mis labios se posaron sobre los suyos, comenzando un beso suave.
- Tú eres lo mejor que me pasó. – Susurré apoyando nuestras frentes. – No necesito regalos caros para quererte como ya lo hago. – Sus hoyuelos aparecieron y sonreí. – Este regalo es precioso. – Me coloqué aquella bufanda, sintiéndola cálida. – Gracias... - Besó mis labios y luego se alejó apoyando castamente sus labios en mi frente.
Nos sentamos sobre los cojines y comenzamos a comer entre sonrisas y un par de sonrojos. Podía sentir la fragancia de aquellas velas, haciendo el ambiente más tranquilo.
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- ¿Cómo pudiste darte cuenta?. – Preguntó sorprendido.
- Fácil...Yoongi odia caminar o estar fuera de casa por mucho tiempo. El que él mismo me propusiera seguir buscando, me dio una pequeña pista. Aunque, debo admitir, que nunca me esperé una cena en mi habitación.
- Seamos sinceros, por Jimin él es capaz de pasar una semana sin dormir.
- Aunque tu no te quedas atrás en esa lista. - Ambos sonreímos.
Al terminar de comer, nos recostamos sobre la cama. Nuestras miradas estaban conectadas y sonrisas adornaban nuestros labios. Nam tomó mi mano, entrelazándola con la suya y besando suavemente el dorso de la mía.
- Te quiero Jin... - Susurró y se acercó más a mí.
- Yo también. – Respondí con su mismo tono y me pegué a su cuerpo.
Al cabo de un rato y sintiendo sus leves caricias en mi espalda, junto a su respiración calmada, terminé por quedarme dormido. Aquella había sido una de las mejores sorpresas de mi vida. Nam es una persona especial para mí, lo fue desde la primera vez que lo vi. Me alegro de que el destino haya hecho que nuestros caminos se cruzaran, porque no pediría algo diferente, ni en esta vida, ni en otra...
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Amo el Namjin...no puedo evitarlo 😍😍😍
¿Cómo están?. Hoy fué un día bastante agotador 😑😑😑. Hubo muchas cosas que hacer, pero aquí está el capítulo. Espero que les gustara. 😅😅😅
Nos vemos en el siguiente. Los quiero mucho 💖💖💖💕💕💜💜💜
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