Todos ultimamente se han girado a verme un poco, me ven en el suelo y tratan de alientarme a ponerme de pie. Lo siento pero eso intento.

Estoy con todas mis fuerzas de ponerme de pie. Se que puedo hacerlo pero estoy sumamente cansada.

La oscuridad logra acaparar todo a mi alrededor, las personas se esfuman cuando todo se vuelve color negro. Mis ojos estan abiertos pero no puedo ver nada, no hay luz, no hay salida.

Gateo sin rumbo fijo, ya nisiquiera hay lagrimas en mi. No puedo sentir nada más que desesperación por salir de este lugar.

Me quiero recostar y esperar a que otro dia todo sea mejor, estoy lista para arrojar la toalla pero algo me lo impide y no se que es.

Siento derrepente ganas incontenibles de levantarme y seguir luchando. Me recorre una emocion ansiosa por lograrlo, por ver más alla de lo oscuro y encontrar mi punto de luz.

Es entonces que me doy cuenta de que mis manos comienzan a brillar, resplandecen claramente expandiendo su luz desde la punta de mis dedos hasta todas mis extremidades. En un momento soy toda yo la que brilla, me sorprendo a mi misma y puedo observar como a mi alrededor la oscuridad huye.

El color que se pinta a mi alrededor envuelve todo y despedaza lo negro. Colorea el mundo frente a mi. Soy consciente de que hay personas ahi y que todas ellas a pesar de ignorar mi luz, se benefician de ella para alumbrar el camino por el que andamos.

Derrepente no hay solo una luz sino varias, cientos, miles. Cada persona se alumbra a si misma. Sonrio al ver la claridad que ahora prevalece en todos. Puedo ver sus rostros tranquilos, su andar despreocupado.

Me pongo de pie y comienzo a caminar. Como si nada hubiese pasado, como si el peso en mis hombros se hubiese esfumado.

Comienzo caminando con duda, tentando el suelo con la planta de mis pies descalzos. El miedo se va perdiendo conforme camino y noto que no hay peligro.

Comienzo a caminar más rapido aun, muchos no pueden seguirme el paso. Ahora estoy corriendo, la luz que sale de mi comienza a brillar más. Corro hasta sentir mi pecho arder y mis extremidades rigidas.

Siento que vuelo y me deslizo entre las nubes observando los colores de una puesta de sol entre colores rosas y anaranjados.

Mi cuerpo es ligero y entonces me detengo, flotando entre un viento fresco que golpea mi cara con brusquedad. Cierro los ojos escuchando una dulce melodia a lo lejos, al abrirlos, me encuentro en mi cama con la respiracion agitada, mi pelo enmarañado y mi corazón al tope. Una sonrisa estupida en mi rostro se dibuja al sentir esas ganas incontenibles de levantarme y de luchar.

Me aferro a ellas cuando mis pies descalzos tocan el suelo de mi habitación. Aprieto los puños al verme al espejo y veo mi reflejo feliz.

Aplaudo cada gesto en mi rostro, hace tiempo que no me veia tan decidida como antes. Quiero vivir. Ahora lo se.

Me lo merezco y hare todo lo que tenga en mis manos para disfrutar esto.

Se terminaron las lagrimas.