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El niño de ojos jade

Muchas cosas a observado a los largos de sus años sirviendo a la familia Wayne. Sus ojos han apreciado atentados, heridas de muerte, hospitalizaciones, muerte, salvación, resurrección, actos guiados por el odio y amo. Pero aún con toda aquella desolación, siempre ha seguido viva la esperanza, esperanza representada en pequeños petirrojos que revolotean entre aquellos pasillos, sus pequeños niños que lo han perdido todo.
Con asombro los ha observado crecer, los ha cuidado con paciencia y amor, para que crezcan como hombres de bien.

Pero sus ojos nunca habían visto nada como aquello.

El diminuto cuerpo de un niño envuelto en la capa de robín y la chaqueta de Jasón.
Tan idéntico, y a la vez diferente del primer niño al que cuido.
A simple vista se veía maltratado, su tono de piel azulado y sus labios morados, claro signo de hipotermia.
Sin esperar más le ordenó a Jasón que lo siguiera a la área médica.

-¡Mantelo cobijado, no lo muevas y mantenlo horizontalmente! - grito su orden mientras empezaba a preparar la camilla especial que solían usar cuando se trataba de Mr. Freeze. Una camilla con una especie de cúpula por enzima dando la apariencia de una incubadora, especialmente construida para proporcionar calor al cuerpo gradualmente constantemente.

Con cuidado retiro al pequeño infante de los brazos de Jasón, retirando las prendas que lo envolvían para colocarle unas térmicas especiales, para recostar lo en la camilla. Conectando los correspondientes cables para checar su ritmo cardíaco, parecía que no tenía muchos problemas para respirar así que el oxígeno no sería necesario.
Cuando por fin cerró la cúpula, asegurándose que nada faltara y el niño se encontrará a salvo pudo respirar un poco mejor.

Sintió la mirada de Alfred postrarse sobre él, con aquellos ojos que ponía cuando era infante, y aún hoy en día siendo un adulto con pelo en pecho seguía teniendo el mismo resultado.

Solto un suspiro de frustración para contarle con detalle cómo es que todo se fue a la mierda.
Como fueron las circunstancias en las que recibió la noticia, como el demonio llegó y se negó a irse, explicando y dejando en claro que el jodido niño no le hizo caso en ningún momento, aventándose de cabeza a la batalla, la explosión y como es que encontró a Damián en ese estado. Explicando claramente que nada de ello había sido su culpa.

Pero aún con eso el también encontraba desconcertado.
La explosión fue grande, debió a ver salido con huesos rotos, quemaduras de tercer grado o incluso sin un brazo, pero en vez de eso tenía hipotermia. Obviamente eso hubiera sido peor, pero no encontraba el sentido.

Tanto Alfred como el observaron al pequeño niño inconsciente.

-¿Alguna idea de él paradero de nuestro mamífero joven Jasón? - pregunto

-No, Alfred. Realmente no vi a dónde huyó- respondió frustrado. Conociendo a la policía de Gotham no habían logrado ni por asomo atrapar al gorila.

-Entonces imagino que el joven Damián se quedara así hasta nuevo aviso.
Cuide del joven Damián hasta que regrese - informó mientras salía del área médica a paso calmado.

-¿A dónde vas Alfred?- preguntó casi desesperado, él no sabía cuidar niños, de hecho no le agradaban los niños.

-Alguien tiene que informar a los demás sobre el nuevo asunto- explicó rápidamente - también tengo que buscar ropa a su medida y las cosas necesarias que pueda necesitar nuestro joven amo, mientras se encuentre en ese estado- informo mientras salía del lugar.

Genial ahora se encontraba solo en aquel lugar con el pequeño niño inconsciente. Sin tener nada más que hacer, solo escuchando el pequeño pitido de él electrocardiograma marcando el compás de la soledad, y el aburrimiento que le empieza a albergar.

Con un poco de interés. Aunque realmente no tienen nada más que hacer, observa mejor al pequeño infante.
Su piel poco a poco empieza a recuperar color, algunos rasguños en sus cachetes. Esto lo que sus ojos pueden ver, pues Alfred lo había envuelto todo su cuerpo como un tamal. Intenta distraerse con cualquier otra cosa hasta que sus oídos escuchan el inconfundible motor del Batimovil que entra a toda velocidad, frenando bruscamente. Antes de que siquiera se detenga por completo Dick salto del auto en movimiento cayendo perfectamente. A nada estuvo de aplaudir cuando siente como el idiota lo empuja para ver con asombró el pequeño cuerpo dormido.

- Dami- es lo único que sale de sus labios en un tono que no sabe si es ternura, o preocupación.

-¿Que pasó? Jasón- se escuchó detrás de él, en aquel tono castrante que solo Batman utiliza. Genial se dijo para sí mismo. Esto iba a ser una noche de mierda.

Escucho le explicación de lo sucedido, incluyendo del porqué de la camilla.

Después de analizar toda la explicación es cundo se digna a observad el cuerpo del pequeño niño. Realmente en el casi año que llevaba viviendo con ellos no había convivido demasiado con su vástago por las circunstancias dadas.
Damián era un niño de 10 años, con facciones de infante pero mirada de adulto, no conocía realmente nada de él, sólo su mal genio, su mente calculadora, su lengua mordaz y sus actos crueles e inhumanos.
Pero aún con todo ello era su hijo. Ahora lo observa con asombro, he incredulidad. Su cuerpo tan pequeño en comparación a todo, cachetes gorditos, piel un poco pálida por la hipotermia, su cara se veía claros arañazos y su nariz era la única parte que parecía seriamente dañada por el frío.

Tim se les había unido poco después, no mostrando realmente interés por  lo sucedido con Damián.
Unos minutos después llegó Alfred con lo que parecía una pequeña piyama de color azul cielo con estampado de estrellas.

-Buenas noches amo Bruce, jóvenes- Saludo cortésmente como era costumbre - Parece que ya están al tanto de lo sucedido -

Con cuidado se abrió paso hasta llegar al lado del pequeño cuerpo. Quitando la cúpula para sacarlo de las mantas, y con gran maestría que asombro a los presentes vestirlo con la piyama que claramente era más grande que él. Por un momento todos pudieron observar hematomas y claras heridas en su cuerpo. Nadie dijo nada pues Alfred, en pocos minutos lo había vuelto a envolver acomodándolo de nuevo en su lugar.

-Su temperatura ya estaba mucho mejor, el tono de piel estaba recuperando su color, los signos vitales están estables- informo que el peligro había pasado y que ahora Damián solo estaba descansando.
No podían hacer nada, ahora solo era cuestión de esperar que a despertará.
.
.
.

El sonido de voces lo hace despertar, pero se niega a abrir los ojos, tiene sueño y estaba calentito. Que madre le pegara pero no quería despertar.

Intento ignorar todo hasta que alguna de las nodrizas viniera a despertarlo, pero noto que algo no cuadraba. ¿Porque estaba tan cómodo, calentito?
No se supone que es estaba en las montañas heladas para demostrar su valía como futura cabeza del demonio.

Recuerda el beso cruel del frío sobre sus mejillas, sus piernas entumidas por la nieve que le dificultaba moverse, sus pulmones quemar, su manos rígidas y el deseo de llegar a la cima para que todo terminará.
Recuerda quedar atrapado en una saliente, sin la posibilidad de regresar sobre sus pasos. Intentó trepar sobre sobre las rocas, el acantilado era alto, su corazón tiritaba por el miedo a caer, una de las rocas donde se sostenía crujió, y en cuestión de segundos se encontraba cayendo. Tenía miedo, no quería morir, no quería decepcionar a su madre, su único reflejo fue cerrar los ojos y esperar el golpe... Pero no recuerda que aquello sucediera sino que ahora se encontraba envuelto en aquellas cobijas, sin dolor punzante.

Escucho una voz retumbar en un idioma que no reconoció al principio. Aquello no era árabe ¿Dónde estaba?.

Tiene que escapar, está seguro que está en terreno enemigo, parecía que las voces estaban un poco alejada de su posición era ahora o nunca. Habré sus ojos de golpe dispuesto a correr o atacar, pero el golpe de su frente con un vidrio le hace soltar un alarido de dolor.
¿¡Quien puso eso ahí!?

Todos voltearon hacia el ruido provocado observando a Damián con sus manitas sobre su frente, sin duda alguna se había estrellado. La risa de Jasón y Tim no se hizo esperar.

-oh por dios dami, estas bien- se escuchó el grito de uno de los idiotas de la habitación.

-  سأقتلهم-

-Genial se rompió-

-He dicho que los mataré a todos- grito con rabia, no tenía absolutamente nada para defenderse, era presa fácil.

-Retiro lo dicho, está bien -

-¿Dami cómo te sientes, te duele algo? -

- cállate. ¡Donde está mi madre! - aquella pregunta desconcertó a los presentes en la habitación, Jasón y Tim por fin se fijaron en el más pequeño. Notando el manojo de nervios que era el niño, junto a sus ojos que los miraban con odio, pero el temblor en sus extremidades demostraba el miedo que sentía.

-Dami por favor cálmate, nadie te va a lastimar-

-¡Cuando la liga me encuentre los matara a todos! - el niño seguía gritando sin dejar que nadie lo tocará, soltando amenazas.

Jasón sintió la vena en su cabeza, harto de tanto grito tomó al niño de la camisa alzando.

- ¡ya estuvo bueno, cállate pequeña mierda! - Damián se hizo chiquito cerrando los ojos como si esperara algún golpe. Dick estaba apuntó de intervenir para que soltara al pequeño Damián, cuando esté en un movimiento logró prensar el brazo que lo sostenía, para morderlo con todas sus fuerzas.

Bruce y Alfred se encontraban alejados del área médica, se supone que bruce tendría una junta con las directivos de Wayne Enterprises pero con los sucesos de la noche anterior no podría ir, así que tendría que ser a larga distancia.
Estaban a punto de terminar, solo faltaba la división en Brasil cundo un grito corto todo.

-HAAAA, PEQUEÑO BASTARDO -

-JASON NO LE HAGAS DAÑO, ES UN NIÑO-

-TIENE UN BISTURÍ-

-DAMIAN SUELTA ESO-

-QUIERO A MI MADRE-

-TU MADRE ES UNA PERRA-

-RETÍRALO-

-OBLIGAME-

Después solo se escucharon maldiciones y cosas rompiéndose.

-Señor Wayne que es lo que se escucha-

-Lo siento mucho la junta termina por hoy-

-Pero señor Wayne - corto la llamada, aflojando la cortaba y sobrando su entrecejo.
Camino a paso ha apresurado junto a Alfred que lo seguía de cerca.
Encontrando el área médica echa un caos, varios vidrios tirados en el suelo, una de las camillas volcada frente a uno de los escritorios, Tim y Dick nerviosos con la situación, mientras un Jasón iracundo dispuesto a tomar la camilla para volcara.  apenas tocó los extremos cuando una pequeña manita salió de la oscuridad intentando apuñalar la mano.

Carraspeo un poco llamando la atención de los presentes, quienes apuntaron a la cama y el mueble donde el niño se escondía

-Damián sal de ahí ahora mismo- intento llamarlo solo para ver como el escritorio temblaba para que los frascos cayeran rompiéndose estrepitosamente contra el suelo,
Estaba seguro que aquello lo había hecho a propósito.

-Bruce - llamó Dick su atención - Parece ser que el cambio no fue sólo físico, sino también mental- informó de lo que había visto.

Bien ahora no sólo tenían que buscar como volver a Damián a la normalidad, sino que su hijo tenía la mente de un niño pequeño de la liga y armado.

-Damián- intentó llamarlo otra vez
- Damián que es lo último que recuerdas-intentó distraerlo mientras de un rápido movimiento quitaba la camilla que le servía de barrera.

Mostrando a un niño pegado a la parte de atrás del escritorio, sus ojos de un impresionante jade llenos de rabia, sus dientitos mordiendo su labio como si no quisiera soltar sonido alguno, y sus diminutos deditos cerrados fuertemente sobre el bisturí.

- Damián está bien, nadie te hará daño-

-Habla por ti- interrumpió Jasón recibiendo un zape de parte de Dick

Ignoro el comentario de Jasón, volviendo su atención al niño que parecía que con cada segundo solo se encrespaba más. Con un rápido movimiento tomó su mano y restiro el arma de sus manitas, el niño grito maldiciones mientras era arrastrado fuera de su escondite. Cuando en la desesperación del infante mordió la mano que lo sostenía. Solo logrando que por fin bruce logrará sacarlo de un tirón.

Sentó a Damián sobre la camilla que aún seguía de pie, pero aún sin soltarlo de las manos.

-Suéltame, دعني أذهب, he dicho que me sueltes maldito -

-Damián sonara extraño- intento hablarle pero seguía pateándolo - Damián necesito que me escuches intento volver a hablarle
- Damián escúchame. soy tu padre, estás seguro, nadie te lastimara-

-¡Mientes yo no tengo padre! -

-Desgraciadamente engendro si tienes- volvió a interrumpir Jasón, recibiendo otro zape pero de parte de Tim

-¡No, no tengo!- Damián solo empezó a remover se mas bruscamente contra su agarre dificultándole mantenerlo quieto

-Dami, escucha-

-¡No, ustedes mienten, todos mienten, suéltame, donde esta madre, حامي, حارس - a partir de ese momento fue imposible dialogar con Damián, quien en desesperación soltaba una que otra lagrima gritando.

Nadie vio en que momento Alfred había salido del lugar regresando con una capucha que todos conocían en sus manos.

-Joven Damián- habló suavemente - Reconoce esto-

Los ojos del niño se abrieron lentamente para mirar con una expresión de sorpresa la prenda, como si la reconociera.

Alfred pasó a darle una orden muda de que lo soltara, para posteriormente darle la máscara. Procedió a colocársela observando con incredulidad la expresión en esa pequeña carita. La mandíbula de Damián se abrió ligeramente por la impresión, sintió sus pequeñas manitas recorrer su rostro con cierta duda y sin previo aviso, observó algo que nunca creyó ver con sus propios ojos. Una sonrisa sincera, llena de alegría, esperanza. Mostrando los pequeños dientes que poseía, junto a sus mejillas sonrojadas.

-¿¡Eres mi padre!?-

-Si Damián, yo soy tu padre.
Ahora necesito que te calmes, estas seguro, nadie de aquí te lastimara-

Damián volvió a acomodarse sobre la camilla aún dudoso pero mucho más cooperativo que en un principio. Dick en algún momento había sacado su teléfono tomando fotos sin disimulo alguno exclamando lo bonito que se veía con aquella piyama.

-Damián necesitó que me digas que es lo último que recuerdas-

El pequeño les contó que por su cumpleaños número 4 su madre le dio la misión de subir una de las montañas nevadas de Nanda Parbat para mostrar su valía, determinación, honor y fuerza. Pará así demostrar que era digno heredero de Ras.
Les contó cómo su madre lo vistió con apenas lo necesario y lo dejó a faldas de aquella montaña sin más indicación de llegar a la cima.
Explicó cómo le era casi imposible moverse por la nieve ya que sus pies se hundían en la nieve helada impidiéndole moverse, como el frío le cortaba la piel y le hacían doler los pulmones. En todo momento Damián señalaba donde le dolía y moviendo sus manitas como si representará lo que había pasado.

-Entonces llegue a un risco, no podía retroceder porque la nieve se había deslizado atrapándome. Intenté trepar por unas salientes pero la roca de la que sostenía cedió y me caí - Damián detuvo su explicación de pronto, lo observaron apretar sus manitas fuertemente, mordiendo su labio.

-Mamá... madre se va a enojar conmigo... me va a castigar... por fallar... no quiero volver a las mazmorras- todos se quedaron mudos por ver a Damián decir aquellas palabras, no tenía miedo a casi haber muerto de un acantilado, sino por lo que su madre aria con él.

El primero en reaccionar fue Dick quien no dudo en tomarlo en brazos.
Damián grito que lo soltara, y al ver que su orden no era cumplida hizo lo único que podía mordió fuertemente el brazo que lo mantenía cautivo, pero no obtuvo lo deseado, sino ser acurrandolo aún más en el pecho de aquel idiota que no conocía.

-No te preocupes dami tu madre no te lastimara... ya no te puede lastimar-

-Joven Dick podría bajar por un momento al amo Damián para hacerle unos estudios - Hablo amablemente con una jeringa ya lista para extraer sangre.

Dick se puso más pálido que el niño al ver la aguja

-Alfie, ¿no puede esperar? -

-Amo Dick tenemos que revisar que su sistema inmunológico este fuerte, buscar heridas, o si tiene alguna enfermedad

- Alfred revisa si tiene rabia-

Dick solo suspiro al ver que no podía hacer nada para evitar aquello.

-Joven Damián necesito que se suba las mangas -

El niño pareció entender perfectamente sus indicaciones, siendo el mismo quien subió su manga y extendió su brazo en la posición adecuada para que la aguja fuera colocada.
En ese momento todos notaron como la parte interior del codo y el dorso de la mano se encontraban morados, con claras marcas de pinchazos.

- Amo Damián puedo preguntar porque sus brazos se encuentran ese estado-

-No sé, mamá dice que es por mi bien- informo como si no fuera la gran cosa
- Pero está bien, ya no duele- informo mientras Alfred pasaba el algodón por el bracito

- aunque no me gusta-

-¿Que no le gusta?-

-No me gusta la aguja de color verde, hace que todo mi cueros arda y me queme, a veces me duele tanto que me desmayo y madre me regaña pues no debo ser débil -

-Listo amo Damián fue un buen niño-

-No soy un niño-

-Ahora Damián por favor párese sobre la plataforma y ponte derechito- Damián con dificultad bajo de lo alto de la camilla tomando lugar donde el abuelo le decía

86,5cm
13,2kg

Aquello era preocupante. Un niño de 4 años debía medir 99,14 cm y pesar 15,5 kg. estaba por muy por debajo del peso y la estatura.

Lo tomo en brazos para volver a acomodarlo en la camilla

-Ahora si es tan amable Damián por favor retira la playera, necesitó escuchar su respiración-

El pequeño así lo hizo y por fin fuera del ajetreo inicial, pudieron observar mejor el pequeño cuerpo de Damián.

Dick y Tim soltaron una exclamación de asombró y horror, Jasón soltó un insulto y bruce apretó los puños con rabia.

Su pequeña espalda y parte del pecho estaban llenas de heridas de diferentes tamaños, algunas se veían a simple vista infectadas por la falta de atención, hematomas y algunas quemaduras. Junto a todo se resaltaba sus pequeñas cosillas marcadas, un claro signo de su desnutrición.

-Damián, quién te hizo esto- bruce fue el primero en hablar

-¿Ha?-

-Quien te provocó las heridas-

El niño guardo silencio.

-Dami puedes confiar en nosotros no nos enojarnos si nos dices-

- No es eso, no entiendo porque la pregunta. Es algo normal.
Ya sabes algunos de mis tutores, el tío Dusan, Madre, los entrenamientos...
Pero está bien, yo me equivoco, madre dice que debo ser reprendido cada vez que falle -

Todos guardaron silencio. muchas veces habían escuchada a Damián hablar de lo cruel que avía sido su formación como asesino, pero una cosa era escuchar los relatos y otra era observarlos con sus propios ojos.

-Necesitamos limpiar esas heridas joven Damián - informó Alfred mientras sacaba de uno de los cajones intactos, una gasa y jabón antiséptico para las heridas.
- Puede que arda un poco, así que está bien si grita- informo

-Yo no gritaria por algo tan absurdo-
Dicho y hecho el pequeño no respondió ni brinco al sentir el líquido limpiar las heridas, después de desinfectar todo Alfred aplicó una pomada antiséptica.

-Bueno creo que es suficiente exámenes por hoy, que les parece comer algo-

-¡No! -

Dick paso rápidamente, tomando al niño en brazos, platicando de lo deliciosa que era su comida, los demás chicos lo siguieron de cerca callados y el solo compartió una mirada con el padre del infante.

....

Apoco no me pinches mame con lo largo que esta esta , ahora si me disculpas me voy a dormir que ya son las 6:22 AM .

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