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✧*̥ Capítulo 6❀ ̥˚

Title:

˚༅༴ ❝Fire love like gasoline ❞ *ೃ࿔°

Kihyun

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Al pasar de los días. Kihyun esperó recibir las noticias de su regreso con el Rey Son al Reino de Seúl. Sería un largo viaje, sin embargo, beneficioso para prepararse y ser presentado como el prometido del monarca.

Pero en lugar de escuchar la orden de abandonar el campamento, presenció en primera fila como más caballeros con el escudo del Reino de Seúl llegaban en grupos.

No estaba muy seguro del por qué alargarían la estancia, pero no se quejó. La vida cerca de la naturaleza siempre fue de su agrado. Incluso le había tomado cariño a la nueva rutina.

Respirar el aire fresco cada mañana, caminar por los senderos del bosque junto a los demás donceles y al final del camino darse un baño en la laguna. Ni siquiera se molestaba en secarse el cabello. Felizmente entraba a la cocina con las gotas empapándole los hombros.

Soyou lo regaño más de una vez por el descuido, ganándose las sonrisas traviesas del castaño. El señor Kim le recordaba a los cocineros en la mansión de los Duques, le enseñaba con paciencia las nuevas recetas y lo elogiaba por la sazón de los platillos que preparaba.

Los ayudantes de cocina no se quedaban atrás a la hora de trabajar. Las bromas, los pequeños accidentes y los constantes choques entre ellos mismos por estar concentrados en lo que cocinaban creaban un ambiente libre y lleno de olores que calmaron el corazón de Kihyun.

Y el hecho que Hyunwoo le diera cumplidos y halagos cada vez que degustaba algo preparado por él, lo llenaba de satisfacción. Kihyun apenas podía ocultar su sonrisa durante las horas de comida. Ver al pelinegro ser el primero en llegar y sentarse a su lado para comer como si no hubiera un mañana lo hacía feliz.

Lo que le recordó que a lo largo de los días Hyunwoo cumplió lo que prometió y comenzó a cortejarlo. Los paseos a caballo al atardecer se volvieron una costumbre y los adoraba, aun cuando las mejillas le ardieran de vergüenza por compartir un solo caballo.

Se levantaba temprano todas las mañanas para recibir las notas con poemas y flores que Hyunwoo enviaba con Soyou. Esta demás decir que las mariposas en su estómago revoloteaban con emoción al leer cada una.

Los encuentros aparentemente "casuales" por algunas zonas del campamento se volvieron algo de todos los días. Le parecía entrañable como Hyunwoo fingía estar caminando distraído u observando el cielo mientras se dirigían en la misma dirección.

Tomó un gran esfuerzo de Kihyun seguirle el juego y no reír extasiado cuando chocaban por accidente y Hyunwoo lo sostenía entre sus brazos para asegurarse de no haberlo lastimado.

"La excusa perfecta para tocarlo, su gracia". Soyou reprochó una tarde negando con la cabeza mientras Kihyun suspiraba pensando en la seductora sonrisa del pelinegro.

En más de una ocasión, debatió en enviarles una carta a los Duques para explicar la ausencia de comunicación. Al final, decidió que lo haría una vez llegara a Seúl. Por primera vez, le impresionó no tener la necesidad de cumplir con las expectativas de sus padres.

Dejó de pensar en ellos cuando a los días conoció a los miembros recién llegados. Una de ellos fue Solar, la sanadora de la corte real asignada en el cargo personalmente por Hyunwoo.

Congeniaron al instante. Solar era una mujer extraordinaria a la que le encantaba el canto como a él. Siendo una gran amiga de Hwasa, la sanadora no tardo en encargarse de la tienda donde se encontraban todas las doncellas que ayudaban a revisar la condición de todos en el campamento.

Los guardias personales de Hyungwon fueron una sorpresa. Irene y Mattew, bueno, como a él le gustaba que lo llamaran, BM. Eran divertidos y bromistas. Disfrutaba mucho pasar las tardes con los tres cuando los caballeros no tenían que asistir a las reuniones con el Rey Lee.

Sorprendentemente, los días pasaron a ser un mes completo y parecía que Hyunwoo estaba decidido a permanecer una temporada en el territorio de Yeoksam. Lo llenaba de intriga.

¿Por qué se quedaban? Los caballeros heridos en el rescate sanaron a los pocos días gracias a Solar y las doncellas sanadoras. Los donceles que fueron encerrados volvieron al pueblo cercano bajo la vigilancia de todo un grupo de guardias y Hyunwoo le aseguró que los culpables del secuestro no volverían a cometer otro crimen.

"¿Y si no quiere presentarme como su prometido?".

Casi se golpeó a si mismo por pensarlo. El Rey no ha hecho más que demostrarle cuanto le importa su opinión, respeta el tiempo que prefiere mantener a solas, además de preocuparse por su bienestar y el de Soyou porque sabe que ella es como una madre para Kihyun.

No podría estar atrasando el viaje por él ¿O sí?

"¿Hyunwoo no cree que estoy listo para el papel de Rey consorte?"

Es cierto que las clases que ha recibido de las institutrices no han sido sencillas, y las lecciones con Jay acerca de los tratados comerciales y las costumbres del Reino lo dejaban con un dolor de cabeza por la extensa información, pero lo estaba haciendo muy bien.

—Al demonio.

Cerró el libro que leía de golpe. Necesitaba aire fresco.

—¿A dónde crees que vas?

Kihyun se estremeció. Había olvidado que Hyungwon se encontraba en su tienda.

—Un paseo, no puedo dejar de pensar.

Hyungwon levanto una ceja, y preguntó:

—¿Es lo de siempre?

—Sí, Hyungwon lo de siempre, que mi prometido prefiere distraerme con nuestras citas cada vez que pregunto por qué seguimos aquí, ¡En lugar de ser honesto conmigo! –Respiro hondo para calmarse. –Mira, sé que Jessi está haciendo un gran trabajo dirigiendo el Reino y que Hyunwoo confía en ella a ciegas, pero no puedo entenderlo. ¿Se trata sobre mí? ¿Crees que comenzó a arrepentirse de su elección?

—Será mejor que estés bromeando Kihyun –Rodó los ojos, cruzándose de brazos. –Hyunwoo no te dejara, haz logrado más de lo que cualquiera otro candidato pudo, ¡Sonríe contigo! Pregúntame cuantas veces lo vi sonreír desde que lo conocí, ¿Sabes qué? No lo hagas, te responderé rápido, ni una, ¡Ni una sola vez! Ni siquiera el día de mi boda sonrió el muy bastardo.

Kihyun soltó una risita por el puchero del doncel. Aunque, ahora que lo pensaba, Hoseok también estaba presente en cada una de las reuniones con los altos rangos.

—¿Estás seguro que no sabes nada Hyungwon? Tú y Hoseok se comportan de forma sospechosa.

—Repite eso y daré a luz en tú cama.

Amenazó, acariciando inconscientemente el bulto debajo de la camisa de seda. Kihyun siguió el movimiento preguntándose si en un futuro cercano sería él en el lugar de Hyungwon.

—Como quieras, iré al campo de entrenamiento.

—Querrás decir, vamos al campo de entrenamiento.

—¿Vas a seguirme a todos lados?

—Mientras pueda molestarte, sí.

Le saco la lengua y Kihyun le devolvió el gesto.

—¿Otra vez actuando como dos donceles infantiles?

—¡Él comenzó!

Se señalaron entre ellos provocando una sonrisa en Hyolyn y Soyou.

—Su gracia, ¿Ya terminó de estudiar lo que le pidió el consejero real?

—Casi, pero necesito un descanso.

—Estábamos a punto de salir al campo de entrenamiento.

Se entrometió Hyungwon y Kihyun refunfuño por lo bajo.

—Oh, ¿Volverá a probar suerte, su gracia?

—Eso puedes apostarlo Hyolyn, pero ya le dije que Wonho y Hyunwoo entrenan a media noche con los guardias reales –Sonrió diabólicamente, guiñándole un ojo al castaño. –Así que tendrá que esperar para ver el torso desnudo del Rey.

—¡Yo no quiero ver el torso de Hyunwoo!

—¿En serio? Creí que era por eso que espiabas el campo de entrenamiento cuando se supone que estas en la cocina.

—¡Estas muy equivocado!

—¡Mientes! Se perfectamente que le ves el trasero a Hyunwoo cuando te da la espalda.

—¡Tú también se lo ves a Hoseok!

—¡Es mi esposo, tengo que disfrutar de lo que es mío!

—Bien, bien, ya cálmense ustedes dos –Hyolyn se interpuso entre ellos. –¿Quieren salir? Soyou y yo los acompañaremos, así que vamos, antes de que me arrepienta.








「✿」








—¿Crees que Hyunwoo ha estado con muchas personas?

Cuestionó, mirando hacia el cielo. Hyungwon y él decidieron sentarse bajo la sombra de un árbol cercano al campo de entrenamiento, esperaban con tranquilidad a que Hyolyn y Soyou volvieran con bocadillos de la cocina.

—¿En una relación estable o consuelo de cama?

—Ambos.

—No estoy seguro.

Hyungwon se encogió de hombros estirando las piernas.

—¿Crees que es muy experimentado?

Volvió a preguntar, desviando la mirada cuando Hyungwon enarcó una ceja en su dirección.

—¿A qué viene esta conversación?

—¿Puedo confiar que no se lo dirás a nadie?

—Será nuestro secreto de enemigos.

Prometió con una sonrisa.

—Ayer, cuando fui a traer más leña para la cena, me adentre demasiado a una parte del bosque, iba a regresar, pero escuché unos ruidos detrás de unos arbustos –Recordó, provocando que las mejillas se sonrojaran de vergüenza. –Y encontré a un caballero con uno de los ayudantes de cocina, haciéndolo.

Hyungwon frunció el ceño hasta que la claridad de la situación lo golpeo. Entrecerró los ojos con malicia para preguntar:

—¿Haciendo que Kihyun?

—Tú sabes que –Reprochó, defendiéndose. –No te hagas el gracioso Hyungwon, lo digo en serio.

—Está bien aguafiestas, viste a dos personas teniendo sexo, ¿Qué pasa con eso?

—No soy idiota, sé que una vez a la semana los caballeros se van al pueblo de Hapjeong, a las casas de placer y luego vuelven con donceles o doncellas para pasar la noche en sus tiendas.

—¿Y?

—¡Qué...! –Respiró hondo, mirando hacia todos lados para asegurarse que nadie los estaba escuchando. –Mira, sé que todos están estresados y esa es una forma de bajar toda la presión o lo que sea, lo que quiero decir es que Hyunwoo no me ha dicho nada al respecto.

—Kihyun no estoy entendiendo nada, ¿Cuál es el problema?

—¡Todo el mundo parece estar haciéndolo menos nosotros!

—¡Quieres acostarte con él! –Hyungwon abrió la boca, sorprendido. –Y yo creí que eras un virgen que le gustaba la idea de esperar hasta el matrimonio. Dime, ¿Te has tocado pensando en Hyunwoo?

La falta de respuesta y las orejas rojas se lo dijeron todo. Hyungwon parecía haber encontrado una mina de oro mientras Kihyun se arrepentía de abrir la boca.

—Te estrangulare si se lo dices a alguien.

—No lo harías, quieres demasiado a Jooheon como para dejarlo sin su papá.

—Agradécele a tu bebé por eso –Amenazó, dejando caer la cabeza hacia atrás. –Además no estoy diciendo que quiero acostarme con él, aún no estoy listo, pero me preocupa su falta de interés, si él quisiera hacerlo me buscaría a mí, ¿Cierto?

—Kihyun, Hyunwoo no se está acostando con alguien más a tus espaldas. Talvez se está tomando su tiempo.

—¡Ni siquiera nos hemos besado!

—¿No lo han hecho? –Abrió los ojos sorprendido. –¡Pero si ya paso un largo tiempo del cortejo! ¡Yo besé a Wonho el mismo día que lo conocí!

—¡Lo sé! –Susurró, tapándose el rostro. –Hyungwon, quiero besarlo.

—¡Hazlo!

—¡No sé cómo! Y antes de que digas algo, recuerda que tú tampoco has besado a nadie más que a Hoseok.

—Como sea, ¿Qué piensas hacer?

—Quiero seducirlo, ¿Alguna idea?

—Bueno, cada vez que nos quedamos a solas en un lugar, a Wonho siempre le gusta bajarme los pantalones y lamerme la po...

—¡Perdone me su gracia! –La dama de compañía apareció detrás de ellos asustándolos. –No puedo dejar que escuche esto, va contra mis principios.

—No hagas un escándalo Soyou –Contradijo Hyolyn. –En algún momento tendrá que consumar el matrimonio con su majestad.

—El Duque Yoo proviene de una familia muy conservadora, con su educación es un doncel respetable que no tiene tiempo para pensar en esos actos por ahora.

Ante lo dicho, Hyungwon le lanzó una mirada de: "Si tan solo lo supieran", que Kihyun devolvió con un gesto para que se callara.

La risa alegre de una niña llamo la atención de todos. Kihyun siguió el sonido hasta un grupo que no había visto antes.

—¿Quiénes son ellos?

—¿Ellos? –Hyungwon entrecerró los ojos. –Creo que son el escuadrón de arquería.

—¿Escuadrón de arquería?

—Son quienes se encargan de cubrir a los caballeros en tiempo de batalla.

Hyolyn informó entregándole un panecillo a Hyungwon.

—¿De dónde vienen? ¿No deberían entrenar con el resto?

—El entrenamiento de arquería requiere otro tipo de armas y equipo, es por eso que practican en un campo más despejado. –Explicó la partera, viendo al grupo desempacar las mochilas. –Además, todos son donceles, se ejercitan a una intensidad menor que los caballeros.

—¿Podemos ir con ellos?

—Si eso es lo que usted desea, su gracia.

Kihyun asintió fervientemente. Ayudaron a Hyungwon a pararse, alcanzando al grupo de donceles en el camino.

—¡Oh! Su majestad, nos da gusto verlo.

Saludo uno de ellos con emoción. Era un doncel con mucha belleza, cabello oscuro y largo hasta los hombros, piel nívea, de ojos café y una sonrisa resplandeciente. La niña que sostenía su mano, era como una copia de él.

—Gracias, Heechul, te presento a Yoo Kihyun, Duque de Goyang, y prometido del Rey Son.

—Es un honor.

—El honor es mío, su gracia –Hizo una reverencia alborotándose el cabello. –Soy Choi Heechul, Capitán del escuadrón de arquería y esta de aquí, es mi hija.

Señalo a la sonriente pequeña que soltó la mano de su papá. En un inesperado movimiento, la pequeña corrió hasta Kihyun abrazándolo por la cadera con entusiasmo.

—¡Es un honor conocer al esposo del Rey Son! Soy Choi Chungha y en un futuro seré parte del ejercito de Seúl como mis padres, ¡Por favor, no olvide esta promesa!

Kihyun no pudo evitarlo. Revolvió el cabello de la niña brindándole una de sus grandes sonrisas.

—No lo olvidare y gracias por tu futuro esfuerzo Chungha.

La niña sonrió risueña, volviendo con una risita al lado de su papá.

—Lamento si lo abrazo muy fuerte, Chungha tiende a no manejar su fuerza cuando se emociona.

—No hay por qué preocuparse, en realidad ella es muy dulce.

—Es muy amable de su parte, pero esta chica tiene el carácter de su padre, tanto Siwon como ella han sido llamados de muchas formas, y dulce esta al final de la lista.

Se rio apretando uno de los cachetes de la niña. Y entonces Kihyun se dio cuenta de algo importante.

—Espera, ¿Siwon? Como el Comandante, ¿Choi Siwon?

—¡El mismo! Ese testarudo es mi esposo –Sonrió, mostrando el anillo de oro en su mano izquierda. –Por cierto, ¿Qué los trae por aquí?

—Al Duque Yoo le gustaría una demostración –Dijo Hyolyn. –Ya sabes Heechul, una probada de lo que es capaz el escuadrón de arquería.

—¡Con gusto!

Exclamó, tomando un arco y flecha con rapidez. Frente a todos, grito una señal para que Chungha lanzara una manzana en dirección a un árbol lejano. Disparó la flecha sin vacilación y en un pestañeo atravesó la manzana justamente en el centro.

Los aplausos de la pequeña multitud no se hicieron esperar. Kihyun aprecio la escena maravillado.

—¡Fue asombroso! ¿Cualquiera puede entrar?

—Sí, todos pueden intentarlo, aunque no todos se quedan.

—¿Por qué?

—Su gracia, algo que debe tener muy presente, es que mientras más equilibrio se tenga, más mortal será el tiro. –Heechul le dio una señal a Chungha, quien esta vez lanzó otra manzana al cielo. –Entrenamos, para que los enemigos no tengan una oportunidad contra nuestras tropas así signifique acabar con ellos.

Explicó soltado la flecha. El impacto ocasionó que la manzana se partiera por la mitad en el aire. Kihyun imagino, que si en lugar de una manzana fuera el pecho o la cabeza de alguien, esa persona no sobreviviría por la gravedad de la herida.

—¿Entiende la responsabilidad del escuadrón? De nosotros depende que los primeros en atacar queden en desventaja, lo suficiente como para que nuestros caballeros salgan victoriosos de la batalla. Talvez no atacamos en la primera fila, pero somos la mejor defensa que tiene el Reino de Seúl.

—Muy buen discurso Capitán –Aplaudió uno de los tiradores. –Dejo impresionado al Duque sin dudas, pero olvida decirle que ya no hay guerras como antes y si entrenamos ahora es para mantener el palacio seguro.

El doncel comentó, esquivando rápidamente la manzana que voló hacia su cabeza

—¡No tenía por qué enterarse Leeteuk! Además, en cualquier momento un pobre bastardo podría declararle la guerra al Rey ¡Hay que estar listos!

Exclamó, recibiendo negativas de los demás miembros del escuadrón.

—Es más probable que el comandante Choi lo deje embarazado a que alguien se atreva a desafiar al Rey Son.

—No llames la mala suerte –Pidió otro doncel. –¿Acaso no recuerdas lo estricto que se puso cuando esperaba a Chungha?

—Ni siquiera su majestad es tan exigente como un Heechul embarazado.

Kihyun vio muchos asentimientos de cabeza después de ese comentario.

—¿Y la vez que nos hizo disfrazarnos como doncellas?

—¡Es verdad! A todos nos maquillo horrible solo para que él se viera mejor.

Y así, más y más historias fueron relatadas mientras Heechul trataba de respirar para guardar la calma. El ambiente era tan bromista, amigable y lleno de compañerismo, quería formar parte de esto, pero más que nada, necesitaba demostrarle a Hyunwoo que podía ser tan fuerte como él para reinar a su lado.

—Me gustaría intentarlo.

Murmuro, no lo suficiente bajo ya que todas las miradas lo tuvieron en la mira. Heechul casi salto sonriente.

—¡Ese es el espíritu, su gracia!

—¿Estás seguro? –Hyungwon le apretó el hombro. –El entrenamiento no será fácil.

—Quiero hacerlo, ¿Cuándo puedo comenzar?

—Lo harás una vez el Rey te lo permita.

—¿Qué?

—Ese es el pequeño detalle que Heechul olvido decirte –Suspiro su amigo. –Es Hyunwoo quien autoriza a los reclutas, si no recibes la aprobación, no entras.

—Pero tú eres el capitán.

—¡Lo soy! Pero siempre cumplo con las órdenes de su majestad. –Sonrió, dándole un leve golpe en el brazo. –No hagas esa cara, solo tienes que convencerlo.

—¿Y cómo se supone que lo haga? Desde el secuestro Hyunwoo insiste en que me mantenga cerca de su campo de visión e incluso quería convertir a Hwasa en mi guardaespaldas.

Trato de explicar justo en el momento que uno de los ayudantes de cocina anunciaba el almuerzo. Los donceles se apresuraron a recoger sus pertenencias y partir hacia la cabaña. Heechul volvió a colocarse el zapato, tomó la mano de Chungha y dijo mientras se alejaba:

—¡Sé que encontrará una forma, nos vemos!

—¡Adiós Duque Yoo! ¡Suerte convenciendo al Rey!

Kihyun asintió. Sin embargo, la risa burlona de Hyungwon no fue tranquilizadora.




「✿」





—¿Sucede algo?

Hyunwoo cuestionó llamando la atención del castaño.

—¿Por qué?

—No has dicho nada desde que entramos a la tienda.

—Estoy leyendo.

Enfatizó, sacudiendo el libro como prueba.

—Ese es el problema, siempre que lees murmuras frases o lees en voz baja un capítulo completo.

—¿Lo hago? –Parpadeó, cerrando el libro. –¿Por qué no me lo dijiste? Sé que te gusta el silencio después de una reunión.

—Me gusta escuchar tu voz, es como si mi mente se calmara al escucharte.

—Ya veo.

—¿Me dirás que pasa?

—¿Me dirás porque seguimos en el campamento?

Con los brazos cruzados sobre el pecho, entrecerró los ojos desafiando la sonrisa de suficiencia del monarca con la suya.

—Touché Kihyun –Continuó Hyunwoo, hablando en voz baja y serena. –Prometo que te diré porque seguimos aquí a su debido tiempo, confía en mí.

—Lo hago, esperare paciente por ese día.

—Gracias por comprender, ahora, ¿Con lo que te está molestando?

—Bueno, en realidad es una, ¿Sugerencia?

—Te escucho.

Puntualizó. Sentándose con los brazos cruzados. La mirada del monarca fijamente viéndolo a la espera de lo que diría.

—Hoy conocí al escuadrón de arquería, El Capitán Choi fue alguien muy amable, al igual que todos los demás donceles que conforman al equipo, y bueno, hicieron una demostración increíble con el arco, ¡Fue asombrosa en verdad! Y sé que no tengo mucho tiempo libre, entre las clases que me asigno Jay y mi tiempo en la cocina, pero Soyou dice que siempre he sido muy habilidoso en manejar mi horario, así que estaba pensando...

—Voy a detenerte ahí, y es un no Kihyun.

—¿Podrías al menos dejarme terminar?

—Sé a dónde quieres llegar y sigue siendo un no.

—¡Pero Hyunwoo! Esto podría beneficiarme mucho, ¿No querías asegurar mi seguridad?

—Hwasa sigue dispuesta a ser tú guardia personal.

—¡No me refiero a eso! Hyunwoo, por favor.

—Aún con esa mirada sigue siendo un no.

Sentenció, dando la discusión por terminada. Levantándose de la silla, apretó el hombro de Kihyun para emprender camino hacia la puerta. Jay decidió entrar en el peor momento.

—Su majestad, perdone la interrupción, pero el Rey Lee solicita...

—¡Dijiste que podría hacer lo que quisiera! Que no tenía por qué esperar la aprobación de alguien más, ¡Vas a contradecirte ahora! ¿O acaso todo fue una mentira? ¡Dime!

La mirada furiosa del Duque hizo temblar al Consejero real. El Rey Son no era mucho mejor, tenía un brillo extraño en los ojos, que podría intimidar a cualquiera, sin embargo, Kihyun le retaba sin inmutarse. Jay no dejaba de mirar del Duque al monarca.

La tensión era palpable, se maldijo por si quiera aparecer, así que hizo lo más diplomáticamente correcto que se le ocurrió.

—¡Parece que están ocupados! Lamento mucho las molestias, ¡Me despido!

Hizo una rápida reverencia y huyó del lugar. Tanto Kihyun como Hyunwoo mantuvieron la pelea de miradas. Ninguno querida dar su brazo a torcer. Después de un tiempo, Hyunwoo abrió la boca, pero Kihyun se le adelantó.

—Quiero unirme a ellos, y voy a hacerlo.

—Necesitas la autorización del Rey, y para tú disgusto, no te la estoy dando.

Kihyun se giró bruscamente hacia el monarca. Lo miró como si quisiera tirarlo por una ventana, preferiblemente una que estuviera a muchos metros del suelo.

—¿Por qué no?

Preguntó, con un tono increíblemente paciente. Hyunwoo apretó los labios, negándose a responder.

—Heechul tiene una hija, ¡Y es el Capitán del escuadrón!

—Heechul ha pasado toda su vida en medio de la batalla, el entrenamiento y el uso de armas ha estado en su sangre desde que nació.

—¡¿No crees que pueda hacerlo?!

—¡Te creo muy capaz Kihyun y eso es lo que me preocupa! Eres imparable, apasionado cuando algo te interesa, y si dejó que hagas esto te expongo a que te sobre esfuerces para demostrar que eres bueno, lo quieras aceptar o no, estás acostumbrado a llenar la expectativas más altas.

—No tengo otra opción, ¡Me evalúan constantemente Hyunwoo!

—Soy consciente de la presión que es ser el prometido del monarca, lo he visto en los cónyuges de mis amigos –Se pasó una mano por el rostro. –Muchos caen enfermos por llevarse al límite, y no quiero eso para ti. Te he visto a altas horas de la noche estudiando y levantarte al día siguiente para pasar horas en la cocina. En los únicos momentos que tomas un descanso son cuando Hyungwon va por ti o en nuestros paseos a caballo.

—Yo no...

—¿Al menos ibas a decirme acerca de tus desmayos? –Kihyun abrió los ojos. Hyunwoo levantó las cejas y lo retó a que hiciera un comentario. –¿Creíste que no me enteraría de tus visitas a la tienda de Solar?

—No quería preocuparte, estas muy ocupado con las reuniones y el trabajo que te envía Jessi.

—Kihyun escúchame –Apretó sus manos. –Tú eres mi prioridad, no me importa lo que diga el Consejo Imperial, eres mi prometido, mi futuro esposo y nada cambiara eso.

Los ojos del castaño se humedecieron por la confesión.

—¿No romperás el compromiso? ¿Ni siquiera por una orden directa del Emperador?

—A menos que tú así lo quieras, nada podrá alejarme de tu lado.

Kihyun sonrió. Dio un salto y se abalanzó sobre Hyunwoo, abrazándolo con fuerza. La risita divertida contagio al monarca.

—¿Qué es tan gracioso?

Hyunwoo preguntó, sin borrar la sonrisa.

—Acabamos de tener nuestra primera pelea.

—¿Deberíamos organizar un banquete para celebrarlo?

—Cállate –Golpeó la espalda del monarca sin fuerza. –Solo buscas una excusa para que vuelva a prepararte la carne de cerdo que tanto gusta.

—Culpable, pero por favor Kihyun –Apretó las mejillas del castaño. Sus miradas encontrándose con ilusión. –Deja de presionarte tanto, tienes un desempeño increíble, no necesitas mejorar.

—Está bien, ahora, ¿Acerca del escuadrón?

—¿Escuchaste eso? Debe ser Jay llamándome, fue placer acompañarte en tu lectura de la tarde.

—¡Hyunwoo espera!

—Te veré en la cena.

Dijo, al tiempo que le cogía la mano y se la besaba. Emprendió su destino dando la conversación por terminada.

Kihyun apretó los labios. Las situaciones desesperadas, pensó, requerían medidas desesperadas.

—Osito.

Murmuró con un poco de vergüenza. Levantó la mirada para ver el cuerpo del monarca congelado a medio camino. La espalda recta y los hombros tensos. Kihyun tragó en seco, pero no pensaba en acobardarse.

—¿Qué fue lo que dijiste?

—Hyunwoo, mi osito.

Repitió, con un tono de voz más acaramelado y tierno.

—Kihyun no me hagas esto.

Suspiró, sin dignarse a enfrentarlo. El castaño tomó eso para su ventaja. Se acercó sigilosamente hasta abrazarlo por detrás.

—Osito por favor –Restregó su mejilla contra la espalda del contrario. –En serio quiero unirme.

Susurró, pero el silencio fue lo único que recibió a cambio. Creyó que su táctica había fallado, pero cuando Hyunwoo lo miró sobre el hombro, vio el indudable brillo de la alegría reflejado en sus ojos color caramelo.

Su corazón palpito con fiereza. Y se dio cuenta, sin ninguna duda, de que se estaba enamorando.

—¿Prometes no excederte?

Kihyun parpadeó. La sedosa voz del monarca lo devolvió a la realidad.

—Totalmente, te aseguro que esta es una gran idea.

—Y siempre tienes las mejores, ¿Cierto? Solo ten cuidado.

—Lo tendré –Dijo sonriendo. –Te veré luego.

Quiso salir corriendo de la tienda, pero el agarre de Hyunwoo en su brazo lo detuvo.

—¿A dónde vas?

—¡A decirle a Heechul! –Se soltó del agarre al límite de la risa. –Oh, y Hyunwoo.

—¿Sí?

—Gracias por apoyarme, osito.

Kihyun le lanzó un beso para después salir huyendo.

Y si Hyunwoo cubrió su rostro con la almohada para amortiguar el grito de felicidad, eso no era asunto de nadie más que él.







「✿」






Hyolyn tuvo razón. El entrenamiento del escuadrón de arquería no era tan intenso como el de los caballeros, pero era pesado a su propio ritmo. Tardo unos días en acostumbrarse al dolor de cuerpo, los raspones, y la tierra.

—Oye Kihyun.

—¿Si?

—¿Ya te acostaste con el Rey?

Preguntó directamente. Los brazos del castaño temblaron y la flecha que se suponía debía dar en el blanco término cerca de los pies de Leeteuk.

—¡Kihyun!

—¡Lo lamento! –Gritó de vuelta. –¡Y tú! ¡No preguntes eso cuando estamos entrenando!

—¿Puedes culparme? El Rey no ha parado de venir a verte todas las tardes, no me quejo, pero no para de mirarte con esos ojos de, "Quiero devorarte en mi cama".

Las mejillas de Kihyun se encendieron por el comentario.

—Hyunwoo no me mira así.

—Oh, sí que lo hace.

—Cállate Hyungwon.

Hizo un puchero cuando el mencionado le dio un zape en la nuca.

—Deberías aprovechar para poner en práctica mis tácticas de seducción.

—Escuchar la historia de cómo Hoseok y tú tuvieron su primera vez no fue exactamente de gran ayuda, y por última vez, no voy a desnudarme y untarme miel por el cuerpo Hyungwon.

—Hablando del Rey –Heechul sonrió malicioso. –Parece que alguien no quiso esperar al atardecer para aparecer.

Todos los presentes se giraron a ver, "disimuladamente", al monarca. Kihyun sonrío tímido cuando la mirada de Hyunwoo se encontró con la suya. Saludo brevemente con su mano recibiendo una de las coquetas sonrisas del pelinegro.

Los empujones juguetones de Hyungwon y Heechul, además de las frases subidas de tono de los demás lo avergonzaron.

—Oye Kihyun, tal vez quieras abrirte más la camisa –Guiñó un ojo Yesung. –Ya sabes, hacer que tus pectorales se muestren más.

—¿Mis pectorales?

—¡Por supuesto! Al Rey Son le encanta verte el pecho todo el tiempo. No es muy bueno ocultándolo.

Kihyun parpadeó, tocando inconscientemente la zona. Es cierto que tenía una buena proporción de musculo. Sin embargo, no creyó que fueran su mayor atributo para atraer a Hyunwoo.

—No lo escuches Kihyun –Eunhyuk se acercó con una sonrisa maliciosa. –El verdadero secreto para seducir a alguien es vestir pantalones ajustados. Nadie puede resistirse a un par de piernas, eso siempre me funciona.

—¿Alguna vez han escuchado que la comida es el camino al corazón?

—Shindong, Kihyun cocina para el Rey, ya tiene su corazón ahora debe conseguir su polla.

—¡Oh, es cierto!

—Sigo creyendo que abrirse la camisa es mejor, solo piénsenlo, pectorales.

Kihyun quiso esconderse detrás del árbol más cercano. Sus compañeros de equipo comenzaron a discutir entre ellos como siempre lo hacían cuando un tema los apasionaba. Y al parecer, su poca habilidad de seducción se había vuelto la prioridad del escuadrón.

—¿Y si le rompemos el pantalón a Kihyun por accidente?

—¡Hyungwon, no les des ideas!





「✿」






Y finamente había llegado, el día en que pasaría su última prueba oficial. Ya había pasado las pruebas físicas, ahora debía apuntar en el blanco a cada una de las dianas en el campo abierto. ¿La dificultad? Tenía que hacerlo cabalgando un caballo.

—¿Estás listo?

—Lo estoy.

—Recuerda, no importa si no lo logras al primer intento, son cinco dianas en total, toma tú tiempo y suerte.

Heechul se despidió, corriendo al otro extremo del campo. Kihyun se subió al caballo con gracia entrenada. Tocó las flechas en su espalda, contando que no le faltara alguna y estiró la cuerda del arco probando la flexibilidad.

Minutos después, escuchó el grito de Heechul como la señal que necesitaba.

Movió las riendas del caballo que se puso en marcha enseguida. Las manos le sudaban, su respiración comenzó a ser densa, y los latidos del corazón le palpitaban el pecho.

El campo de tiro entro en su visión. Ignoró a la multitud que lo observaba desde una distancia prudente. Las dianas siendo su único objetivo.

—Respira –Murmuró, levantando el arco pesado, cerró uno de los ojos centrando la primera diana. La punta de la flecha en un ángulo moderadamente estable. –Y suelta.

Susurró, al mismo tiempo que soltó la mano de disparo. Repitió el proceso cuatro veces más hasta que llegó a la línea de receso. Se bajó del caballo esperando el resultado de Heechul.

—Mierda.

Maldijo el Capitán, seguidos de los jadeos asombrados del escuadrón resonando desde la lejanía. Kihyun abrió los ojos en grande al ver que había acertado en el blanco. En cada una de las dianas y en su primer intentó.

Se giró sin poder creer lo que acababa de suceder y vaya sorpresa se llevó al ver a Hyunwoo entre los presentes. El pelinegro corrió a través del campo y las piernas de Kihyun se movieron solas.

Con una gran sonrisa abrazó el cuello de Hyunwoo al ser alzado por el Rey en el aire. Las manos del pelinegro le apretaron los muslos para sostenerlo y Kihyun deseo que permanecieran ahí por un largo tiempo.

—¡Eso fue increíble Kihyun!

—¿Lo crees?

-Nunca había visto algo así, ¿Es la primera vez que disparas a caballo?

—¡Lo es!

Declaró orgulloso, acariciando el cabello del pelinegro sin notarlo. Demasiado concentrado en el brillo de la mirada acaramelada.

—Eres jodidamente bueno, podrías reemplazar a Heechul si te lo propones.

—¡Escuche eso su majestad!

El grito del mencionado los hizo reír.

—Hyunwoo.

—¿Si Kihyun?

—Vas a bajarme o ¿Planeas cargarme hasta el campamento?

—No lo había pensado, pero como dije antes, siempre tienes las mejores ideas.

—¡Hyunwoo!

Exclamó entre risas cuando el monarca apretó sus muslos. Kihyun se abrazó con fuerza para no caer, pero por los músculos de Hyunwoo, estaba seguro que esa no era una posibilidad.

—¡No puedes hacer esto!

—Creo que ya lo hice.

—Si no me bajas no te cocinaré más.

—No le harías eso a tú prometido.

—¡Pruébame!

—¿Es esa una sugerencia Duque Yoo?

Cuestionó, haciéndolos girar provocando una risa extasiada del castaño. Tanto Hyunwoo como Kihyun se perdieron en su propia burbuja mientras eran observados por la multitud.

Las sonrisas no se hicieron esperar. Era un acontecimiento sorpréndete para la mayoría escuchar la risa del Rey. Se sentían agradecidos con Kihyun, por devolverle la alegría que le fue arrebatada hace tiempo.

Con un pensamiento en común, todos sabían que Kihyun era el indicado para el indomable Rey Son Hyunwoo.

El famoso oso negro de Seúl.


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➥Title Song: Gasoline by Monsta X*ೃ࿔°

Monbebe, bye‧₊˚.ꦿ ...‧₊˚

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