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✧*̥ Capítulo 5❀ ̥˚

Title:

˚༅༴ ❝All I need is your love❞ *ೃ࿔°

Kihyun

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—¡Su gracia!

Kihyun casi salto del caballo al ver a su dama de compañía. El viaje hacia el campamento duró casi toda la noche tanto que cuando cruzaron el espeso bosque hasta el campo abierto ya era de día.

A la lejanía, el castaño observó maravillado la barrera de troncos que protegía el inicio de la zona segura. Dedujo que fue creada para mantener alejados a los animales silvestres, pero lo que se llevó toda la atención fueron las diversas tiendas montadas.

Recordó que la única vez que vio tantas fue en el día de campo que organizó la Duquesa para celebrar el regreso del Duque del extranjero. Aunque, estas parecían más grandes.

—¡Soyou! –Se apresuró a su encuentro cuando toco tierra. –¿Cómo llegaste aquí?

Cuestionó, recibiendo con una sonrisa el fuerte abrazo de la mayor. El cuerpo de la pelinegra temblaba mientras sollozaba contra su cabello.

—Su majestad, envió a un caballero a buscarme –Dijo, separándose. –El Rey pensó que iba a sentirse más cómodo teniendo a alguien familiar aquí. ¿Se encuentra bien? ¿Está herido?

—Estoy bien, gracias por estar aquí.

—Siempre estaré para usted, su gracia.

Soyou sonrió, acercándose para acomodar uno de los mechones de cabello detrás de la oreja del castaño. Su mirada le hizo sonreírle con cariño de vuelta.

Siempre lo ha tratado con paciencia y amor. Aun con todos los problemas en las que la ha involucrado, su afecto hacia Kihyun es tan puro como el primer día que lo sostuvo en sus brazos.

—¡Kihyun! –Hyungwon se acercó a ellos. –Hyolyn quiere que me revisen las sanadoras, y solo lo haré si vienes conmigo.

—¿Por qué?

Kihyun frunció el ceño, listo para rechazar cualquier oferta del contrario. Los días de discusiones y peleas sin sentido repitiéndose en su mente.

—Las revisiones me ponen nervioso, y como no está Wonho, necesito un remplazo para apretar o golpear.

—Hyungwon eres un...

—Su gracia.

—Lo lamento –Suspiró, haciendo una mueca por el dolor en los nudillos. –Te presento a Lee Hyungwon, esposo del Rey Lee de Busan, y tú –Señalo con un dedo al doncel. –Ella es Soyou, mi dama de compañía y mejor amiga.

—Es un honor conocerlo, su majestad.

—Igualmente Soyou, ahora ayúdame a llevar a este Duque sin modales con las sanadoras –Sonrió, tomando del brazo al castaño. –Hay que limpiar esos puños.

—¡Espera! Hyunwoo podría...

—No regresarán pronto –Interrumpió, arrastrándolo por el campamento. –Les llevará tiempo, y lo mejor que podemos hacer ahora es asegurarnos de que todos los demás se encuentran bien.

Señalo al grupo de donceles que eran guiados por Hyolyn hacia el campamento. Kihyun notó los golpes en los brazos y piernas de algunos. Se le revolvió el estómago pensar que esos criminales los tocaron como querían hacerlo con él.

—Está bien –Aceptó, tomando la mano de la mayor. –Vamos, Soyou.

「✿」


Les llevo todo el día instalarse en el campamento.

Kihyun y Soyou ayudaron en todo lo que pudieron a las sanadoras. Y al final, soportó el temperamento de Hyungwon al ser revisado llevándose unos jalones de cabello y pellizcos.

A altas horas de la noche, se aseguró que los donceles rescatados tuvieran una tienda disponible para descansar. Cuando menos se dio cuenta, el amanecer comenzaba a deslumbrar por las copas de los árboles y seguía sin tener noticias de Hyunwoo.

Kihyun cabeceaba cerca de la entrada del campamento, con una manta proporciona por Soyou sobre los hombros, vigilando las profundidades del bosque a la espera del Rey.

"No debería preocuparme tanto, Hyunwoo es fuerte". Se consoló, bostezando audiblemente.

Hyolyn hacia guardia a su lado y Soyou dormitaba en el otro extremo. Ambas se negaron a dejarlo solo; acomodándose para pasar el resto de la madrugada acompañándolo.

El sonido de los caballos a la lejanía le hizo saltar en su lugar cuando ya estaba cerrando los ojos. Miro en todas las direcciones hasta que el reconocible caballo pura sangre del monarca apareció entre los árboles.

Los demás parecieron despertar como si supieran que su Rey se aproximaba. Los caballeros dejaron los puestos de vigilancia, los cocineros salieron de las tiendas para partir a la cabaña donde se encontraba la cocina, y las sanadoras se aproximaban a la entrada con los instrumentos para tratar a cualquier herido.

A Kihyun le sorprendió la eficacia con la que trabajaban.

En un momento creyó que la mayoría se fue a descansar dentro de las tiendas, pero parecía como si la noche anterior en lugar de dormir se mantuvieron despiertos al igual que él a la espera del monarca del Reino de Seúl.

Para ojos del castaño, eso representaba el respeto y la lealtad que le tenían a Hyunwoo. Debía admitir que el Rey por su sola presencia era impresionante, y comenzaba a pensar que todas las historias que escucho acerca de él eran ciertas, todas ellas.

Cuando los caballos se aproximaron a la entrada, el corazón del castaño comenzó a palpitar con velocidad. Hyunwoo lucía salvaje. El cabello pelinegro le caía en la frente, la mirada acaramelada que vio llena de intensidad, ahora parecía cazadora, y que hablar de la postura firme mientras montaba. Un Rey en toda su gloria.

"Un Rey muy apuesto". El cumplido se dibujó y tan rápido como llego Kihyun sintió las mejillas arder.

Las pisadas de los demás saliendo del campamento para encontrarse con los caballeros le hicieron volver a la realidad. Dejo la manta sobre los hombros de Soyou que seguía descansando, y se apresuró a alcanzarlos.

—¡Hyunwoo!

Corrió entre la multitud esquivando a los caballeros para llegar al pelinegro. El Rey se bajó del caballo y sin pensarlo dos veces lo atrajo en un abrazo que Kihyun recibió con gusto.

—¿Qué haces despierto?

Le susurró contra el cabello provocando, sin notarlo, una sonrisa en el castaño.

—Quería esperarte.

—Estoy aquí ahora –Se alejó del contacto para darle una sonrisa pequeña. –Tienes que descansar.

—Pero estas sangrando.

Preocupado, llevo la punta de los dedos al cuello de la camisa, con cuidado de no rozar la zona afectada, y sin darse cuenta, acercándose más al cuerpo de Hyunwoo.

—No se preocupe Duque Yoo –Una voz desconocida consoló. –La sangre no es de él.

El hombre rubio que vio con Hyugnwon se bajó del caballo. Hizo una leve reverencia y Kihyun pudo contemplarlo mejor a la luz de la madrugada.

Alto, no tanto como Hyunwoo, de complexión fuerte y musculosa. Cabello rubio, ojos café oscuro, y labios pequeños. No tenía que hacer una presentación, sabía que estaba en presencia del Rey Lee Hoseok, monarca del Reino de Busan.

—Es un honor conocerlo, su majestad.

—Igualmente, Duque Yoo –Sonrió, quitándose los guantes de montar. –Pero solo Hoseok está bien, después de todo, eres el prometido de mi viejo amigo.

—¡Finalmente llegas!

Hyungwon apareció detrás de ellos. Abrió los brazos y como si el Rey Lee lo supiera, camino para abrazarlo.

Ahora que los veía, la diferencia de altura entre ellos era visible, pero parecía que al Rey Lee no parecía importarle. Eso lo hizo admirarlo un poco. Era de concomimiento general que no muchos nobles aceptaban que sus parejas fueran más altos que ellos.

La mayoría criticaba a los donceles de gran altura, al igual que lo hacían con los que eran muy bajos, y para mala suerte de Kihyun, el pertenecía al segundo grupo. En cada baile, los nobles hacían comentarios groseros o burlas de esa característica suya, lo cual detestaba.

Así que a pesar de que no soportaba a Hyungwon, le alegraba que se casara con alguien que lo amara tal y como era.

"Talvez Hyunwoo me querrá igual algún día". Deseó, dándose cuenta tarde de la mano que le apretaba la cadera.

—¿Tienes fiebre?

—¿Qué? –Se quedó con la boca abierta y parpadeó varias veces antes de hablar. –No, ¿Por qué?

—Tus mejillas están sonrojadas.

Hyunwoo le acarició una de las mejillas aumentando los latidos de su corazón. Kihyun le vio inclinarse para verlo mejor, y él tuvo que contener la respiración.

El aroma varonil del pelinegro le golpeo los sentidos. Las mariposas en su estómago comenzaron a revolotear provocando que se sostuviera de los hombros del Rey con nerviosismo.

No sabía cómo explicarlo, pero la cercanía de Hyunwoo era magnética, cada vez que lo tocaba su cuerpo parecía reaccionar por instinto, anhelando más contacto, uno más intenso e íntimo.

El sentimiento era desconocido, pero gratificante. Simplemente era....

"Tan fascinante". Suspiró, perdiéndose en la mirada acaramelada.

—¿Otra vez soñando despierto Kihyun?

La risita burlona que prosiguió a ese comentario le hizo hacer una mueca. Con una mirada desafiante hacia Hyungwon, gruño entre dientes:

—Cállate príncipe.

—Ven y hazlo tú mismo Duque.

Contraatacó, con una sonrisa de suficiencia mientras abrazaba por el cuello al rubio. Kihyun buscó apoyo en el Rey Lee que simplemente negó divertido besando la mejilla de Hyungwon.

—Mimado.

—Miedoso.

—Apestoso.

—Tú más.

Los insultos infantiles continuaron hasta que otro caballero se acercó al grupo. Kihyun se detuvo a la mitad de un insulto al verlo hacer una reverencia frente a ellos.

—Su majestad –La voz ronca del desconocido saludo. –Los sospechosos han sido enviados a la zona de resguardo, esperamos sus órdenes para proseguir.

—Bien, Kihyun, te presento al comandante Choi Siwon.

Señalo al hombre formidable que hizo una nueva reverencia. Cabello negro, ojos marrones, y por supuesto, piel bronceada. Otro incomparable súbdito del Reino de Seúl.

—Su gracia, es un honor conocerlo finalmente.

—Igualmente comandante.

—Ya van a comenzar con los temas aburridos –Hyungwon bostezo falsamente tomando la mano del castaño. –Vamos, hay mucho por hacer, y apenas comienza el día.

—¡Deja de empujarme! –Se quejó, al ser alejado del pelinegro. –Hyungwon espera, alguien debe limpiar las heridas de Hyunwoo.

—Lo harán las sanadoras, ahora camina.

—¡Hyungwon!

Frunció los labios, sin más opción que dejarse empujar.

—Siwon.

—Su majestad.

Hyunwoo se aseguró que Kihyun estuviera a una buena distancia. Le hizo una señal al comandante para que se acercará, y susurro:

—Llévenlos a las afueras junto con los cofres, que les digan todo lo que saben, y una vez lo hagan, enciérrenlos dentro, préndanles fuego y no vuelvan hasta que solo queden cenizas.

—Será como usted ordene, su majestad.

Siwon se despidió con una sonrisa de lado dejando a los reyes.

—Tiene el mismo gusto sádico que tú para conseguir información –Hoseok palmeo con una sonrisa el hombro del pelinegro. –¿Quieres hacer la reunión ahora o vamos por el desayuno?

—No tengo apetito, además, tengo que saber que tan cierto fue lo que Jessi me dijo. Si Kihyun corre peligro tengo que tomar todas las medidas.

—Han pasado años Hyunwoo, ¿Qué ganaría apareciendo ahora?

—No lo sé, pero prefiero encontrarlo antes de saberlo.

—Adelántate, reuniré a los demás.


「✿」

El día pasó en un parpadeo. El colorido atardecer se podía apreciar en el cielo mientras las personas del campamento se preparaban para recibir la hora de la cena.

La mayor actividad del día se podía apreciar en la cabaña, donde los cocineros y ayudantes discutían el menú. Los caballeros que vigilaban los alrededores tenían conversaciones placenteras con los donceles rescatados, sonriendo y coqueteando, pero sin dejar de lado su labor.

Las sanadoras tomaban un paseo a las afueras en busca de yerbas y plantas medicinales. Hyolyn acompañándolas con un grupo de caballeros disponibles. Kihyun casi se rio en voz alta cuando la partera prácticamente secuestro a Soyou llevándosela con ellos.

Sorprendentemente, Hyunwoo y él no tuvieron ni una oportunidad para encontrarse.

A la hora del almuerzo, Hyungwon le comentó que tanto el Rey Lee como Hyunwoo se encontraban con todos los oficiales de alto rango reunidos en la tienda real. Escuchó todos los insultos que el doncel tenía por decir, ya que según Hyungwon, Hoseok debería estar cumpliendo todos sus caprichos y antojos después de estar separados tanto tiempo.

Kihyun lo acompaño, porque Hyungwon lo obligó, durante el resto del día. Finalmente, se escapó de los aposentos del doncel cuando este cayó dormido sobre la cama. Sin nada más que hacer, tomó el camino a su propia tienda.

Resignado a no ver al monarca por ese día. Eligió uno de los libros de la pequeña mesa de caoba y se acomodó en la cama para leerlo. Optimistamente, pensó que tal vez podría encontrarse con Hyunwoo a la hora de la cena.

Apenas terminó el primer capítulo cuando Hyunwoo entro en la tienda sorprendiéndolo. Lo saludó y se sentó en la única silla disponible, esparciendo en la mesa lo que Kihyun alcanzo a ver eran remedios que utilizaban las sanadoras.

Y ahora estaban en esa situación. Kihyun limpiando los nudillos de Hyunwoo con gracia y sofisticación. El monarca no perdió de vista la forma en que los dedos trabajaban con diestra provocando que un bufido divertido escapara de sus labios.

—¿Sucede algo?

—Recordé cuando rompiste el florero la primera vez que nos vimos.

Hyunwoo se rió, un precioso sonido que llenó de calidez el cuerpo de Kihyun.

—¿Crees que yo puedo olvidarlo? Estaba tan asustado por llegar al salón a tiempo y luego un extraño me estaba abrazando.

—Un extraño que dejo una gran impresión –Alardeo con una descarada sonrisa. –¿O me equivoco?

Hyunwoo volvió a reír, esta vez con más entusiasmo, y Kihyun volvió a maravillarse por aquella preciosa risa.

Notó como los ojos del monarca se entrecerraban al sonreír, y eso le pareció tierno. ¿En serio había personas que le temían a Hyunwoo?

—Lo lamento.

Las palabras salieron sin pensarlo. El Rey enarco una ceja interrogante por la inesperada disculpa y Kihyun podía entender la confusión.

—Creo que eres consciente de los rumores e historias que se comparten en los bailes acerca de ti –Comenzó, apretando la mano del contrario. –Me avergüenza aceptarlo, pero yo también llegue a creer ciertos detalles, e incluso al inicio temía que me eligieras, ¡Pero todo cambio cuando te conocí! –Se apresuró a aclarar para no crear malentendidos. –Yo, lo lamento, no debí hacer mis propias conclusiones.

—No tienes por qué disculparte Kihyun.

—Lo tengo, y en verdad lo siento.

—Bien, te perdonare con una condición.

—Lo que sea.

—Permíteme cortejarte.

Bueno, eso lo tomó desprevenido. Kihyun ladeo la cabeza intrigante, y no está seguro que fue lo especial del movimiento, pero la sonrisa que tenía Hyunwoo pareció ensancharse con ese simple gesto.

—Pero si ya soy tú prometido.

—Por qué yo así lo ordene y quiero compensarlo, te mereces un cortejo apropiado. Además, quiero que nos conozcamos mejor el uno al otro. Hasta ahora, lo único que se de ti es que te gusta cocinar.

—¿Cómo lo supiste?

—Cuando trajeron a Soyou no paró de hablar de lo mucho que disfrutas en la cocina. Estaba muy intranquila, y me di cuenta que hablar de ti la calmaba, así que me asegure de escucharla cada vez parecía a punto de derrumbarse.

—Gracias por tratarla tan bien Hyunwoo.

—No tienes nada que agradecer.

—Su majestad –La voz de Soohyuk se escuchó desde la entrada. –Lamento la interrupción, pero el cocinero en jefe desea unas palabras con usted.

—Iremos enseguida.

Respondió, tomando la mano del castaño. Entrelazaron sus dedos y con una sonrisa salieron de la tienda hacia la cabaña. Soohyuk y Hwasa escoltándolos.

—Su majestad.

Los cocineros y los ayudantes de cocina hicieron una reverencia al verlos entrar.

—Nos da mucho gusto tenerlo de regreso, su majestad.

—Gracias, Kihyun te presento al jefe de cocina, el señor Kim.

Señalo con la mano al hombre de mediana edad. El jefe de cocina tenía un rostro amigable, y la mirada sabia de todo maestro de vocación. Aunque lo que más le llamo la atención fue la forma en como movía su bigote al sonreír.

—Es un honor.

—El honor es nuestro, su gracia. Todos aquí esperamos que se encuentre mejor –Dijo, colocando las manos detrás de la espalda. –Al igual que esperamos que el Rey finalmente se digne a probar algo de nuestra cocina.

—Señor Kim.

Advirtió el monarca, pero Kihyun ya había dado un paso adelante.

—¿Qué quiere decir?

—Bueno verá, su gracia –Comentó, como un padre que estaba a punto de dejar en evidencia a su hijo. –Su majestad, se negó a probar comida en todo el tiempo que se mantuvo su búsqueda, a pesar de nuestras insistencias en que debía mantenerse saludable para la emboscada, nos prohibió servirle cualquier tipo de alimento que no fuera agua.

—Pero estuve encerrado casi tres días –Murmuró, frunciendo el ceño. –¿Hyunwoo no has comido hace tres días?

—Quería encontrarte.

—¡Esa no es una excusa!

Gritaron Kihyun y el señor Kim al mismo tiempo. Hyunwoo estuvo tentado a cubrir sus oídos por los reclamos que siguieron.

—¿Qué hay del desayuno? ¿El almuerzo de hoy?

—Estaba ocupado en la reunión.

—¡No puedes pasar tantos días sin comer!

—No podía pensar en otra cosa Kihyun –Se defendió cruzándose de brazos. –Eras mi prioridad.

—¡Yo también pensé en ti en todo este tiempo, pero no por eso deje de alimentarme!

—¿Qué dijiste?

—¡Que yo no...! –Cerró los labios al darse cuenta de lo que dijo. –Que, que yo no deje de comer.

—¿Y qué más Kihyun?

—Nada.

Giró el rostro avergonzado. Los ayudantes de cocina pretendieron seguir haciendo las tareas, fallando grandemente cuando las sonrisas divertidas se observaban en todos.

—Amor joven –Suspiro, el cocinero en jefe. –Me hace sentir viejo.

—Pero usted ya es viejo señor Kim.

—¡Hyunwoo! –Le golpeo el brazo. –Tienes que comer.

—Si me permite su gracia, talvez el Rey Son nos honraría con su presencia en la cena si usted es parte de la preparación de platillos.

—¿Me está invitando a cocinar con ustedes?

Parpadeó sorprendido, sin creer lo que estaba escuchando.

—Sería todo un honor, su gracia.

A Kihyun le brillaron los ojos. Listo para responder con un enorme "Si", recordó que el monarca seguía ahí con ellos.

—¿No te importaría Hyunwoo? Sabes que los nobles no tenemos permitido hacer este tipo de trabajo.

—Si tú quieres hacerlo Kihyun, hazlo, no tienes por qué esperar la aprobación de alguien más, eres libre de hacer lo que quieras.

—Su majestad tiene razón, Duque Yoo –Kim parecía orgulloso de Hyunwoo. –Nadie más debería decirle que puede o no hacer. Entonces, su gracia, ¿Nos acompañara?

—Lo haré.

Aceptó sonriente, con los ánimos elevados, saludó a todos los ayudantes y demás cocineros que le dieron una reverencia entre palabras de bienvenida. Tan inmerso en conocer a cada uno que pasó desapercibido el guiño cómplice del señor Kim a Hyunwoo.

—Ven por mí cuando termines Kihyun.

Se despidió el monarca. Hwasa y Soohyuk siguiéndolo fuera de la cabaña.

—Es muy especial para el Rey Son, su gracia.

Uno de los ayudantes le dijo al pasarle un delantal.

—Oh bueno, le agrado mucho, creo.

—¡Pero es cierto! –Escuchó de otro ayudante dentro del dispensador. –Nunca habíamos montado un campamento tan rápido lejos de la finca real, el Rey Son quería todo preparado para su llegada.

—Incluso ordenó que su tienda fuera la primera en construirse –Agrego otro que cortaba zanahorias. –Nos envió a elegir lo mejor del pueblo más cercano, además de libros con diferentes temáticas.

—El Rey nunca se había molestado por la literatura, eso fue sorprendente. ¿Ustedes suelen leer a menudo, su gracia?

—¿Tienen otro pasatiempos juntos?

—Su gracia, ¿El Rey Son los cortejó antes del baile?

—¿Ya establecieron una fecha para la ceremonia?

—¿Los traje aquí para hacer un interrogatorio o para cocinar? ¡Concéntrense! –El señor Kim puso orden. Con las manos en la espalda, se acercó a la mesa del castaño para casi susurrar. –Ahora, Duque Yoo, ¿Hace cuánto que se conocen usted y su majestad?

—¡Lo sabíamos! –El segundo cocinero al mando lo señalo acusador. –Chef en jefe Kim, usted siempre quiere saber la información antes que nosotros.

—¡Vuelvan a trabajar!

Gritó, moviendo una patata en el aire como amenaza. Kihyun sonrío divertido.

—No hace mucho señor Kim. En realidad, conocí al Rey Son en el baile de selección.

—¿En serio? –Lo miró asombrado. –Eso es raro.

—¿Por qué lo sería?

—Bueno –Un ayudante interrumpió. –Se esparció por la finca que el Rey Son organizó el baile para complacer al consejo del emperador, y que muy probablemente encontraría una excusa para no elegir a ninguno de los candidatos –Murmuró, recibiendo las afirmaciones de los demás. –No era un secreto que su majestad no deseaba contraer matrimonio.

—¿Él no quería? –Frunció el ceño, sintiendo una opresión en el pecho. –Eso quiere decir, ¿Qué lo obligaron a escoger?

"¿Soy una apuesta segura?". Quiso decir, pero decirlo en voz alta solo aumentaría la decepción.

—¡No es nada de eso! –Exclamó el señor Kim, moviendo las manos con pánico. –Todos sabemos que nadie puede ordenarle al Rey, es solo que nos sorprende que lo conociera el mismo día, creíamos que ya eran cercanos por la forma en que su majestad lo mira.

—¿De qué forma creen que lo hace?

—Cómo un idiota enamorado.

—¿Qué haces aquí Hyungwon?

Suspiró cuando el mencionado le paso un brazo por los hombros.

—Construir una silla –Rodo los ojos ante la mueca del castaño. –¿Qué más haría aquí Kihyun? Voy a cocinar.

—¿Tú cocinas?

—No, pero no permitiré que me superes como esposo –Bufo, tomando un cuchillo de la mesa. –Kim, ¿Qué van a cocinar?

—Prepararemos carne, su Alteza Real.

—Perfecto, soy muy bueno cortando.

—Espera, acerca de lo que dijiste hace un momento, ¿Acaso estás bromeando conmigo?

—No me crees –Afirmó sin esperar una respuesta. –¿Por qué? ¿Por qué apenas se conocen? Kihyun, yo conocí a Wonho tres días antes de nuestra boda, fue un acuerdo de sus padres con los míos, del cual yo no estaba de acuerdo. Así que un día me infiltré al palacio de los Reyes Lee, y me escabullí hasta la habitación de Hoseok para decirle que primero muerto me casaría con él.

—¿Y qué paso?

Kihyun cuestionó, muy interesado en el desenlace. Al igual que todos los demás presentes que se mantenían a la expectativa. Incluyendo el señor Kim que fingía romper nueces.

—Cuando lo confronte y nuestras miradas se encontraron, supe que estaba perdido. –Sonrió, viendo a la nada. –Simplemente lo sabes, no sabría cómo explicarlo, pero al verlo sabes que esa persona es la indicada. ¿No te sentiste así con Hyunwoo la primera vez?

Lanzó la pregunta y todas las miradas se fueron a él.

¿Qué fue lo que sintió Kihyun? ¿Fascinación?, ¿Admiración?, ¿Curiosidad?, ¿Anhelo?, ¿Deseo? Ese empujón de emociones que no sabía cómo describir cada vez que la mirada de Hyunwoo lo atrapaba.

¿A eso se refería Hyungwon?

—Es lo que creí –Sonrió satisfecho para confusión del castaño. –Ahora, ¿Cómo preparas la carne?

「✿」

—¿Y qué te parece?

—Nunca había probado algo tan delicioso en mi vida.

—Oh, por favor –Dijo Kihyun, burlándose. –No exageres.

—Dudo que lo haga –Hyungwon hizo una mueca al verlo comer tan rápido. –Míralo, parece que va a devorarse hasta el plato.

—Hoseok no luce muy diferente.

El castaño contraataco. Ambos miraron a los monarcas con las mejillas rellenas de comida. Una escena que les derritió el corazón de ternura, pero no aceptarían en voz alta.

—Entonces, –Kihyun se aclaró la garganta. –¿Cómo piensan nombrar al bebé?

Ante la pregunta. Hoseok tragó el resto de comida para responder:

—Aún no tenemos el nombre.

—Su nombre será Lee Jooheon.

—¿Disculpa? –El monarca de Busan se giró a su esposo. –¿Cuándo decidimos que ese sería su nombre?

—Lo decidí desde el momento que me entere que estaba embarazado.

—Sabes que ese es un tema que nos concierne a ambos ¿Verdad?

—Sí, pero soy yo quien dará a luz así que tengo más derecho que tú a escoger el nombre.

—Hyungwon –Suspiró, dejando el plato sobre la mesa de madera. –Estamos hablando del nombre del futuro príncipe heredero de Busan, no puedes tomar cualquiera al azar.

—No lo tome al azar, ese nombre me gusta, y fin de la discusión.

—Hyungwon, soy tú esposo, y el padre de este bebé, yo también tengo derecho a escoger un nombre.

Las palabras no fueron dichas con rudeza. Sin embargó, los ojos húmedos de Hyungwon lo hicieron ver como si Hoseok hubiera ofendido a toda su familia.

—Si tanto quieres nombrar un bebé, ¿Por qué la próxima vez no eres tú quien se embaraza?

Gruño levantándose del tronco. Se dio la vuelta sin siquiera dirigirle una mirada a los presentes.

—¡Woonie espera! ¿Podemos hablar de esto?

—¡No me llames así cuando estoy enojado!

Gritó mientras se alejaba murmurando con el Rey Lee siguiéndole el paso.

—¿Siempre son así?

Cuestionó Hyunwoo a Hyolyn quien termino su jarra de cerveza de un trago.

—Desde que se enteraron que serían padres. –Rio, acomodándose en el tronco. –Así que tengan cuidado de calentar sus aposentos antes del otoño, su majestad.

Kihyun escucho a Sojou carraspear por esa oración mientras Hyunwoo compartía una mirada cómplice con la partera. El solo los observo confundido, ¿Por qué su doncella se molestó tanto por el consejo?

Además, ¿Qué significaba la sonrisa que Hyunwoo trataba de ocultar con su jarra?

—No entiendo, ¿Por qué sonríes así?

—Yo...

—Su majestad, no creo que este sea el momento para un tema privado.

—En otra ocasión será.

Sonrió, guiñándole un ojo. Kihyun desvió la mirada con una sonrisa tímida.

—En otros asuntos de mayor importancia –Hyolyn dijo con un tono más profesional. –Su gracia, nuestra estadía se alargará un poco, así que el consejo imperial a decidió que su formación como futuro consorte real comience de inmediato.

Kihyun asintió. A pesar de lo estresante que era pensar someterse a pruebas constantemente por pedido del consejo imperial. Estaba dispuesto a completar cada una con su mayor esfuerzo. Sabía lo importante que era mantener contento al consejo del Emperador y que estos siguieran creyendo que era merecedor del título de la realeza.

Era de conocimiento general que ningún prometido a consorte real debía fallar. Ni una sola vez o el consejo con su gran influencia podrían incluso romper el compromiso. Lo alejarían de Hyunwoo por no ser lo suficiente para el Reino, y eso es algo que ahora no estaba dispuesto a aceptar.

—Haré lo mejor que pueda.

—¿Le gustaría que nos reuniéramos con Jay para organizar su horario?

—Es suficiente por hoy Hyolyn, creo que ya es hora de ir a descansar.

—No tiene que decirlo dos veces, su majestad –Hizo una reverencia. –Su gracia, arreglaremos los detalles por la mañana, por ahora me despido.

—Buenas noches Hyolyn.

Despidió, viendo a la partera alejarse. Hyunwoo no tardo en levantarse y Kihyun siguió su ejemplo. Su corazón comenzó a latir con velocidad. Escucho a Soyou desearle una buena noche al Rey, y entonces levantó la mirada para encontrarse con la sonrisa del pelinegro.

—Buenas noches Hyunwoo

—Dulces sueños, Kihyun.

El monarca beso su mejilla como despedida. Kihyun sintió las mejillas sonrojarse. Le dio una última mirada a Hyunwoo antes de seguir a Soyou con una resplandeciente sonrisa.



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➥Title Song: Burning up by Monsta X*ೃ࿔°

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