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✧*̥ Capítulo 11❀ ̥˚

Title:

˚༅༴ A little jealousy *°

Kihyun

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—¿Los conoces?

Hyungwon que acomodaba a Jooheon en sus brazos preguntó. Era normal que lo hiciera, después de todo, conocía su falta de participación en la mayoría de bailes o banquetes de la nobleza.

—Lo hago.

"¿Cómo no hacerlo?". Pensó amargamente, viendo al par sonreírle al monarca.

Su mañana había sido esplendida. Se levantó con alegría para nadar junto al escuadrón de arquería en la laguna, luego corrió a ayudar a los cocineros con el desayuno. Durante la comida, había disfrutado de la maravillosa compañía de su prometido que no paraba de robarle besos a escondidas de Soyou. Y finalmente, compartía un tranquilo paseo con Hyungwon y Jooheon a los alrededores del campamento.

Momento exacto en que fueron abordados por el par de hermanos.

Jung Woobin y Jung Wooyoung, mellizos herederos del Reino de Pohang. Eran dos años menores que Kihyun, y a simple vista, lucían como dos hermanos inocentes disfrutando de la mejor temporada de su juventud.

La última vez que se encontraron fue en el baile de candidatos. Cada uno, siendo un partido con gran influencia para convertirse en el futuro Cónyuge del Rey de Seúl. Y por lo que el Duque sabía, gracias a sus donceles de compañía, estuvieron toda la noche presumiendo la estrecha relación que sus padres mantenían con el monarca de Seúl.

Kihyun esperaba no tener noticias de ellos o de algún otro candidato de esa noche tan pronto, o incluso antes de que se realizará la ceremonia real. La elección de Hyunwoo fue concreta, y rara vez un Rey cambiaba de decisión, pero las probabilidades nunca eran inexistentes.

"Basta de torturarte Yoo". Se recriminó a sí mismo por pensar tan bajo de su prometido.

No tenía nada de qué preocuparse, confiaba en el monarca y la presencia de los mellizos no sería de gran problema. Pero aun así, no se molestó en saludarlos. Más que nada porque los príncipes corrieron en la búsqueda de Hyunwoo antes de que siquiera pudiera decir algo.

Desde entonces, el Duque ha soportado ver como los mellizos trataban de quedarse al lado del monarca por el resto del día. No le agradaban para nada, especialmente por el príncipe.

Si bien los mellizos eran conocidos entre la realeza y nobleza por su encanto natural y su asombrosa belleza, no se podía olvidar la desastrosa personalidad de los príncipes con los jóvenes donceles. Eran engreídos, orgullosos, y molestos, una mezcla que no era capaz de soportar.

Siempre que tenían la oportunidad hacían de menos a los donceles o damas de la nobleza que no encajaban en el estándar de belleza como lo era tener la piel perfecta y blanca, figura delgada, rostro pequeño, tener una mandíbula en V, labios pequeños y por ultimo ojos grandes.

En más de un baile, por breve que fuera su presencia, fue testigo de cómo menospreciaban a los nobles que eran menores que ellos. Él mismo fue objeto de esos hirientes comentarios gracias a su estatura. Por lo cual, tenerlos en el campamento no le traía buenos recuerdos.

Entonces los escuchó reír de nuevo.

Kihyun bajó la mirada y vio que tenía las manos apretadas en puños. Después, levantó la cabeza encontrando a Hyungwon y Hoseok observándolo con atención. Ambos, enarcando una ceja interrogantes como si le preguntaran: "¿Hay algún problema?"

No ayudaba que incluso Jooheon lo mirara con los ojitos entrecerrados y su pequeña boquita ligeramente abierta, casi podría apostar que estaba esperando una reacción. Queriendo ser testigo en primera fila a que se desatara el caos.

"Es idéntico a sus padres". Suspiró, aclarándose la garganta.

—Estoy bien –Respondió, a la obvia pregunta que no fue mencionada. –Solo me sorprendió que ellos fueran amigos de Hyunwoo.

—Amigos seria decir mucho, son más bien cercanos, los Reyes de Pohang tienen tratados con el Reino de Seúl y Hyunwoo los estima mucho –Explicó, cargando a Jooheon con un brazo. –Su respeto por ellos es lo suficientemente grande como para soportar las insinuaciones de los príncipes.

—Wonho –Hyungwon advirtió, golpeándole con el codo. –No es el momento.

—Lo lamento mi Rey –Sonrió, besando el ceño fruncido del rostro del doncel, luego dejando otro en la mejilla del bebé. –Ellos no significan nada para él, y si lo fueran, serian como sus hermanos menores.

—O incluso sus hijos, son demasiado jóvenes para que se interesará en ellos.

—Hyunwoo no es un anciano Wonnie, apenas es tres años mayor que Kihyun.

—Da igual, Hyunwoo adora a Kihyun, así que no tiene nada de qué preocuparse.

—No estoy preocupado.

Murmuró por lo bajo, sin creérselo por sí mismo.

Miró fijamente al monarca que le estaba dedicando una espléndida sonrisa al bufón del príncipe, y esperó a que lo viera. No lo hizo. Kihyun miró la mano que tenía libre y vio que estaba cerrada en un puño.

Respiró hondo, imaginando en la cara de quién clavarlo. Hyunwoo volvió a sonreír y, otra vez, la sonrisa no fue para él. Kihyun inclinó la cabeza para estudiar mejor la cara del príncipe. Un deseo por aplastar su puño en la tonta cara del pelirrojo.

A lo mejor eso era demasiado violento. Quizá sería más apropiado un certero derechazo en la mandíbula. Como mínimo, lograría que se levantara del suelo.

Frunció los labios cuando el príncipe apretó uno de los brazos del monarca. Algo lo impulso, y camino directamente hacia ellos.

—¡Hyunwoo!

Su gritó pareció funcionar porque el mencionado lo miró como si fuera su salvación.

—Kihyun.

Hyunwoo ofreció su brazo y él felizmente colocó su mano en la articulación de su codo.

—Duque Yoo, es un placer volver a verlo, ¿No lo crees Woobin?

—Ciertamente, Wooyoung.

Murmuró con desgano, como si se hubiera olvidado completamente de la presencia del Duque.

—Kihyun, ¿Me llamabas?

¡Finalmente! La encantadora sonrisa de Hyunwoo era para él. Sonrió, apretando el brazo del monarca.

—Quería preguntarte si estás listo para ir al campo de arquería.

—¿Campo de arquería?

—Si –Su sonrisa flaqueo. –Dijiste que me acompañarías para que te mostrara mi progreso, ¿Recuerdas?

—¡Oh! Que terrible situación –Interrumpió la princesa fingiendo preocupación. –Tenemos unos asuntos que atender entre nosotros Duque Yoo, así que me temo que le robaremos al Rey Son por el resto de la tarde.

—Es cierto, ¿No podrías ir y pedir que incrementen la porción de la comida en la tienda de reuniones? Seguramente necesitaremos meriendas.

El príncipe agregó, teniendo el atrevimiento de abrazar el brazo libre del monarca. Kihyun miró a Hyunwoo, pero este no parecía incomodo o molesto por el gesto.

—¡Que tonterías dices, Woobin! No debe haber ningún problema. Después de todo, es responsabilidad de los prometidos brindar una excelente estadía a los invitados. ¿No es así?

La princesa sonrió con falsa amabilidad. Siendo más temeraria que su hermano, se interpuso entre él y Hyunwoo, tomando el brazo del Rey. Kihyun miró a su prometido indignado mientras este parecía imperturbable.

Eso lo molesto, demasiado. Trató de apagar el incendio que ardía en su pecho. Este no era él, esta furia insana, esta cólera, no podía ser él.

Y aún así lo fue. Él estaba irritado con Hyunwoo por no decir alguna palabra, pero eso palidecía en comparación por la furia que sentía al ver a los dos príncipes abrazados a los brazos del monarca como dos koalas.

Su cólera era completamente injustificada. Y de cualquier forma, estaba dividido entre los buenos modales que habían sido inculcados en su cabeza desde su nacimiento y el impulso aplastante de estrangularlos.

—¿Kihyun?

Hyunwoo preguntó en voz alta. Llamando la atención de las personas que los rodeaban, incluidas dos institutrices que lo observaban de cerca. Kihyun exhaló un suspiro, completamente molesto, pero asintió de todos modos.

—Que te diviertas.

Las palabras salieron más hostiles de lo que deberían. Hyunwoo enarcó una ceja y volvió a repetir su nombre, pero Kihyun no podía dejar de mirar de un mellizo al otro. Las sonrisas triunfantes en los fastidiosos rostros, viéndolo como si hubieran ganado una competencia.

Gruño, con las manos apretadas en puños. Sin dedicarle una última mirada al monarca, se dio la vuelta y comenzó a caminar. Ni siquiera se detuvo cuando escucho el llamado del Rey a su espalda. Su sangre hervía y la idea de quemar toda la ropa de los príncipes en la primera hoguera que encontrara era tentadora.

No fue hasta que se acercaba al campo donde el equipo de arquería realizaba sus prácticas que una mano en su hombro le hizo parar su caminata.

—Kihyun, te estaba llamando.

Él no dijo nada, y entonces se vio obligado a alzar la vista por la mano del monarca en su barbilla. Hyunwoo inmediatamente deseo no haberlo hecho.

Kihyun estaba diferente como si fuera otro. La fácil sonrisa que siempre se asomaba en sus labios, el buen humor que siempre brillaba en sus ojos. Todo se había esfumado siendo sustituido por líneas ásperas de hielo puro.

—¿Qué quieres?

—Una explicación. ¿Qué está pasando contigo?

—Nada.

Refunfuño cruzándose de brazos. Las lágrimas picaban sus ojos, y su corazón se sentía como si quisiera escapar. Mordió su labio inferior cuando unas ansias por gritar y llorar se apoderaron de él.

Quería gritar de frustración y no entendía por qué estaba tan sensible.

—¿Estás seguro? Porque la forma en que trataste a los príncipes dice todo lo contrario.

—¿Vienes a defenderlos? –Parpadeó, fulminándolo con la mirada. –¿Tanto aprecias su compañía? ¿Más que la mía?

—Kihyun, ¿Acaso estas...?

—¡No estoy celoso, solo estoy preguntando!

Le interrumpió mientras abultaba los labios en un gesto demasiado tierno para el monarca. Hyunwoo quería decirle que él no iba a mencionar la palabra "Celos", pero temía tentar su suerte ante un Kihyun mal humorado.

—Kihyun.

—No digas nada, ¿Por qué no mejor vuelves con ellos? Parecías muy alegre al ser el centro de su atención.

—No te hagas ideas erróneas, estoy en el lugar indicado justo ahora, junto a mi prometido y eso es lo único que importa.

Dijo Hyunwoo, inclinándose hacia adelante para tomar la mano del Duque entre las suyas y besarle los nudillos con una pequeña sonrisa.

—¿Qué estás haciendo?

Las palabras de Kihyun salieron casi sin aliento. Hyunwoo sonrió y giró la mano del Duque para presionar un beso en su muñeca, dónde su pulso latía bajo la superficie de su piel y su tenue aroma a vainilla era más vibrante.

—Demostrándote que mis palabras son verdaderas.

Murmuró, los labios rozaron la muñeca de Kihyun de modo que se estremeció, un movimiento pequeño y sofocado que fue más profundo de lo que podía controlar adecuadamente.

Una parte de él esperaba que Hyunwoo lo invitara a un paseo a caballo para compartir unas horas más antes de que ambos estuvieran demasiado cansados para hacer algo más que dormir.

Fue decepcionante cuando el monarca soltó gentilmente su mano, pero el corazón de Kihyun palpito de alegría al ver la sonrisa en sus labios. La repentina bruma de molestia paso a segundo plano.

Y mejoro cuando Hyunwoo se inclinó para besar su frente. Kihyun anhelaba otro beso como los que habían compartido en su intimidad, pero dudó en iniciarlo ahora. Sin pensarlo demasiado, cerró los ojos y disfrutó del beso en la frente, en la punta de la nariz y luego en la mano.

—¿Ahora crees en mis palabras?

—Honestamente –Suspiró, agitando una mano hacia él. –Eres incorregible, Hyunwoo.

—Absolutamente.

El monarca sonrió, abrazándolo con fuerza con un pequeño suspiro de satisfacción. Descanso la frente contra el hombro del Duque, haciéndole cosquillas en el cuello. Se había vuelto una costumbre cada vez que se abrazaban, el Rey siempre buscaría inhalar el aroma de su fragancia, tomándose el tiempo que deseara.

Algo que al Duque le fascinaba, pero esta vez no tenían el tiempo para darse ese tipo de placer. Ambos tenían responsabilidades que cumplir.

—Hyunwoo, tienes una reunión pendiente.

Kihyun susurró mientras acariciaba la espalda del monarca. Reacio a dejarlo ir, pero sabiendo que era lo mejor.

—Te dije que se las arreglarían.

Una tercera voz se escuchó detrás de ellos. Hyunwoo lo soltó y ambos miraron en dirección a los árboles. Hoseok y Hyungwon se respaldaban en un árbol, mirándolos con sonrisas burlonas mientras Jooheon en los brazos del doncel movía sus manitas como si le divirtiera la situación.

—¿No pueden encontrar un lugar en el bosque? Jooheon es muy inocente para sus actos desvergonzados a plena luz del día.

Hyungwon se burló. Kihyun le sacó la lengua y el doncel le devolvió el gesto. Jooheon soltó una risa.

—¿No iban a dar un paseo por el río?

Kihyun gruño mirando fijamente a su amigo. Hyunwoo y Hoseok se dedicaron una sonrisa divertida por la situación.

—Mi Rey, hay que darles privacidad.

—Lo haré, solo porque Wonho me lo pide –Contestó el doncel abrazando al bebé. –Vamos Jooheon, hay que irnos antes de que te provoquen pesadillas.

Y luego él y Hoseok dejaron el lugar riéndose tontamente. Kihyun reafirmó su convicción de que ellos se merecían el uno al otro, en efecto.











Bien, podría admitir para sí mismo, que no se sentía bien.

El aroma embriagador de las especias lo estaba mareando, no sabía por qué razón, pero no podía soportar ciertos olores en la cocina. Pero prefirió no decir nada.

Todo el estrés acumulado de la semana le estaba golpeando con rudeza, y podría apostar que tenía mucho que ver con las horas interminables de lecturas y prácticas. Sin embargo, habían valido la pena.

Kihyun era oficialmente acto para asumir el rol de Rey Consorte. Las noches que paso en vela dieron frutos y ahora podía relajarse sin causar ni solo un problema que hiciera cambiar de opinión a las institutrices antes de que ellas volvieran al palacio del emperador.

—¿Su gracia, se encuentra bien?

—Sí, Soyou, no te preocupes.

—Está muy pálido, ¿No quiere que organice una visita con la sanadora real?

—No hay necesidad, solo estoy un poco cansado.

—Su gracia, debo insistir al igual que Soyou –El señor Kim se acercó con preocupación. –Si usted gusta, podemos encargarnos de la preparación por nuestra cuenta.

—Gracias por la sugerencia, pero este es un banquete real –Sonrió, para tranquilizarlos. –Debo supervisar que todo esté en orden y en perfectas condiciones.

—¡Igual de terco que el Rey!

El jefe de cocina rechistó, moviendo el bigote como siempre hacia cuando estaba malhumorado. Kihyun río por lo bajo ante la rabieta del hombre mayor.

Trato de alcanzar un cuchillo más pequeño para cortar de una repisa, pero al dar un paso, el mareo golpeó con intensidad provocando que casi cayera. El segundo jefe al mando y otro ayudante de cocina fueron rápidos para sostenerlo.

Aunque el quejido de dolor no ayudo a calmar el repentino pánico en la cocina. En un pestañeo, fue rodeado por todos, los murmullos circularon por su cabeza mientras cerraba los ojos con fuerza para relajarse.

—¡Su gracia! ¿Se encuentra bien?

—Sí, yo solo, estoy un poco mareado.

—Será mejor que se quede sentado.

Kihyun se limitó a asentir. Su cabeza daba vueltas y trataba con todas sus fuerza de no dejar salir el desayuno de la mañana.

Abrió los ojos con lentitud. Todavía se encontraba rodeado por Soyou quien lo ventilaba con un abanico, el señor Kim que parecía a punto de desmayarse de los nervios y del segundo jefe de cocina que no paraba de dar órdenes.

El resto de la cocina, era un completo caos de ayudantes y doncellas corriendo por todos lados buscando entre los cajones y gritando en voz alta.

—¿Le traigo un paño mojado?

—¡Puedo ir por la sanadora!

—¡Rápido, hay que buscar hierbas medicinales para un té!

—¡Traigan una manta!

—¡¿Dónde están las teteras cuando se necesitan?!

—¡Alguien traigan otro banco para sus piernas!

—¡Iré por un cojín para su espalda!

Kihyun pestañeo y una pequeña sonrisa agradecida adorno su rostro. Viéndolos de esta forma, recordó a los cocineros y ayudantes de su antiguó hogar. Corriendo por curarlo cuando se cortaba por accidente con el cuchillo o caía al suelo por no prestar atención.

—Señor Park, por favor no deje que salgan de la cocina.

Solicitó al segundo cocinero en jefe que se apresuró a cumplir con la orden.

—¡Todo el mundo deténganse!

Gritó congelándolos a todos. Kihyun intentó ponerse en pie, pero los tres mayores que lo rodeaban lo empujaron con suavidad para que se quedara sentado. Suspiró resignado a quedarse en su lugar.

—Gracias por su preocupación –Comenzó en voz alta. –Pero no será necesario ir por una sanadora, hay que seguir preparando el banquete.

—Su gracia.

—Estoy bien –Hizo de menos el tema agitando una mano. –Solo necesito dormir.

—Podemos acompañarlo a su tienda para que descanse.

Propuso una de las doncellas, y todos asintieron apoyando la idea.

—Lo haré una vez terminemos aquí.

A regaña dientes, los ayudantes volvieron a sus tareas. Los cocineros en jefe tomaron las responsabilidades del Duque mientras Soyou se mantuvo a su lado. Sin embargo, eso no evito que más de alguno le lanzara una mirada o se acercara para preguntarle si podían hacer algo por él.

Kihyun trato de pensar que en la cena todo mejoraría.












Nada mejoró.

Apuñalo el filete en su plato mientras escuchaba las historias de los príncipes al otro lado del campamento. Hyunwoo, Hwasa, Soohyuk, Siwon y Donghae acompañándoles en la mesa.

Frunció el ceño cuando la fragancia del perfume de la princesa llegó a su nariz. Demasiado dulce, ¡Y oh sorpresa! Su estómago dio un vuelco provocándole arcadas.

Quería vomitar, pero no sabía si era por el perfume de la princesa, el aroma de la comida, o la presencia de los mellizos en sí.

—¿Estás seguro que te encuentras bien?

Hyungwo murmuró en voz baja. Estaba sentado a su lado, con Hoseok cargando a Jooheon en la cabecera de la mesa. Siendo el monarca de Busan, su lugar siempre seria en el lugar de dominio. No se quejaba.

Hyunwoo también tenía ese lugar por derecho en su propia mesa, pero ahora esos príncipes lo desplazaron de su posición al sentarse a ambos lados del monarca. Él como prometido del Rey, debería estar al lado derecho de Hyunwoo.

¡Pero no! Las visitas de sangre real al parecer tenían un trato especial y podían tomar su lugar. Así acabo donde estaba, con Hyolyn y Soyou del otro lado de la mesa resguardando de vez en cuando su comportamiento.

Irene y BM se encontraban en la mesa del costado. Comiendo con los otros caballeros del Reino de Busan, pero tanto ellos como los propios caballeros del Reino de Seúl, podían leer el tipo de atmósfera que había en el patio de comida.

Mesas y mesas llenas de personas, y todos parecieron llegar a la conclusión de que comer en silencio sería lo mejor para no perturbar el estado de ánimo del Duque. Que equivocados estaban, Kihyun preferiría por mucho el acostumbrado mar de risas, gritos y conversaciones ruidosas a un silencio sofocante.

Al menos así podría distraerse de las irritantes risas de los príncipes.

—Lo estoy.

—¿Cien por ciento?

—Lo hago.

—¿Para nada molesto?

—Me siento increíble.

Forzó una sonrisa torcida que no convenció a nadie.

—¿En serio no quieres que nosotros...?

—¡Estoy completamente bien por mi cuenta!

—¡Y una mierda deja de mentir! Esas patatas demuestran lo contrario.

Señalo el puré que en un principio debían ser papas cortadas en pequeños trozos. Irene intentó bajar la tensión, pero la mirada furtiva que recibió del Duque fue suficiente para guardar silencio.

Kihyun enojado era la definición de problemas en su máxima expresión.

—Entonces...–BM tosió, después de cortar un pedazo de carne. –¿Cómo estuvo su tarde, su gracia?

—Matthew –Llamo Kihyun, con ese distintivo tono de voz que ahora les podía los pelos de punta. –Pase toda la tarde en la cocina preparando el banquete y lo sabes, tú mismo llevaste provisiones.

—Cierto, cierto –Tragó grueso desviando la mirada. –Lo olvide por un momento.

Murmuró nervioso permitiendo que la conversación muriera. Comieron en un continuo silencio, pero las miradas hacia el Duque no cesaron en todo ese tiempo.

Kihyun podría tener una actitud serena por fuera. Como si verdaderamente no le importara su alrededor, sin embargo, la furia en los ojos, el leve tic en su ojo izquierdo era prueba suficiente para saber que el Duque estaba conteniendo su furia.

No contra ellos, claro está, pero deseaban que ciertos príncipes no se atrevieran a acercarse a la mesa por el resto de la velada.

—¡Oh, Duque Yoo!

Aunque, ¿Cuándo si quiera la suerte ha estado de su lado?

La cara de Kihyun adquirió una expresión muy seria cuando la sonriente princesa se aproximó a la mesa. BM e Irene tenían ganas de escapar de la escena, pero una sola mirada del Duque los congelo en sus lugares. Hyugnwon enarco una ceja asombrado por la hostilidad.

¿Dónde había aprendido a intimidar así?

—Espero no le moleste que el Rey Son prefiriera comer con nosotros.

Dijo con fingida inocencia mientras el Duque se levantaba para encararla. Antes de que Hyungwon lanzará un comentario mordaz, Kihyun se le adelanto.

—No, para nada, su alteza.

Su voz era amenaza pura, erizando la piel de las doncellas cercanas, incluida Soyou. Dio otro paso más cerca, y la princesa repitió el movimiento con notable desafío. Todos los ojos se centraron en ellos.

Kihyun intentó con todas sus fuerzas mantener la compostura como las clases de etiqueta lo dictaban. Sería un Rey Consorte, debía dar un ejemplo limpio y claro de educación y sofisticación. Estaba siendo observado por todos incluyendo a las institutrices del consejo imperial.

Jay, a unas pocas mesas de distancia, parecía indeciso si debía actuar o no. Miraba de un lado a otro; viendo desde la mesa del Rey Son hasta la del Duque en repetidas ocasiones.

"Respira, Kihyun". Se aconsejó mentalmente cuando sus puños se apretaron.

No debía ceder ante las provocaciones.

—¿Es así?

El tono de suficiencia de la chica casi le hace gruñir. Su descontento con la indeseable cercanía creciendo en su interior, provocando que la lucha por controlar el ardiente deseo por desterrarla del campamento fuera feroz.

—Por supuesto, mi prometido solo sigue el protocolo –Sonrió altanero enderezando los hombros. –Como ya debe saberlo, a veces debemos acompañar a las visitas más por obligación que por gusto.

Un sonoro, "Uhh" desde la mesa del escuadrón de arquería se escuchó. Heechul trató de sofocar una risa con la servilleta, pero su carcajada llegó a oídos de Kihyun sacándole una sonrisa divertida.

Hubo un suave murmullo de risa general y un intercambio de miradas divertidas entre los caballeros a pesar de que tenían completamente prohibido burlarse de alguien de la realeza.

Las mejillas de la princesa se sonrojaron, y las manos en puños no pasaron desapercibidas para Kihyun.

—¿Te crees muy gracioso Duque?

El príncipe se interpuso entre ellos. Las chispas de molestia brillaban en la mirada de ambos donceles con una rivalidad que no necesitaba palabras para saber que existía.

—¿Te crees muy valiente príncipe?

Contraatacó, dando un paso adelante. Woobin no se quedó de brazos cruzados siguiendo su ejemplo, cortando poco a poco los centímetros que los separaban. La tensión era palpable. Unos pasos más y los donceles no tendrían nada que los detuviera.

—Es suficiente.

La multitud respiro hondo, porque por supuesto, era imposible que el escandalo no atrajera al monarca a la escena. Todos se mantuvieron al margen, con la imagen del Rey interponiéndose entre los dos donceles que se retaban con la mirada.

—¿Qué creen que hacen frente a todos?

El Rey cuestionó a los dos, pero la mirada fiera se concentró en el Duque. Kihyun sostuvo el contacto durante un largo momento, y al contrario de lo que todos podían pensar, Hyunwoo no lo estaba intimidando. Oh no, el Duque conocía esa mirada.

La sombra de la bestia interna del monarca tratando de calmarlo. Pidiéndole con solo un gesto que pensará antes de actuar, y maldición que no le encantaba esto. Esta parte de su relación en la cual no necesitaban palabras para saber lo que el otro pedía o necesitaba.

La vívida ira que se reflejaba en los ojos del Duque se apagó. El Rey Son dio un paso atrás sin despegar la mirada de su prometido, casi hechizando al doncel que parecía más dócil. Con un simple asentimiento de cabeza, Kihyun parpadeó, aclarándose la garganta.

—Aquí no pasa nada Hyunwoo, el príncipe y yo teníamos una conversación con ciertas diferencias.

—Por supuesto –Se burló la princesa. –Después de todo eres el futuro Rey Consorte, si es lo que dices tiene que serlo, ¿No es así Yoo?

—Princesa Jung, le sugiero que trate a mi prometido con más respeto.

La mencionada se estremeció por la dura mirada que le lanzo el monarca. Bajo la cabeza, sumisa como toda princesa de la realeza, pero nada la detuvo de seguir hablando.

—Lo tendré en mente, su majestad. Sin embargó, jamás podría mostrarle la devoción y el respeto que siento por usted.

—Wooyoung.

Hyunwoo quiso silenciarla, notando el renacido peligro en la mirada del Duque.

—Él no merece el titulo –La voz del príncipe le hizo apretar la quijada. –El cónyuge del Reino de Seúl debía ser alguien de la misma posición, un miembro de la realeza con un mismo nivel de hazañas y valor en la guerra, no un noble que lo único relevante que ha hecho en su vida es obedecer a sus padres.

—No es digno –La princesa dio un paso adelante. –¿Crees que podrá asistirte en batalla? ¿Qué podrá atenderte si te hieren? Él no es nadie, no ha enfrentado lo que nosotros hemos hecho ¡Es un simple doncel con un ducado!

La furia en los ojos de la princesa se comparaba con la de su hermano. Ambos mellizos miraban al doncel, tratando de intimidarlo para probar que lo que ellos dijeron era cierto.

Kihyun los miró conteniendo su propia ira.

—He tenido suficiente de ustedes dos por hoy. Vuelvan a sus tiendas.

El Duque agradeció internamente la intervención del Rey. No sabía cuánto más podría reprimirse delante de las institutrices.

—Pero su majestad.

—Dije ahora.

La firmeza en la voz del monarca fue suficiente para convencer a los príncipes, hicieron una reverencia al Rey, abandonando el lugar junto con las doncellas que los acompañaban. Kihyun respiro hondo antes de enfrentar el serio rostro del Rey.

—¿Has terminado tu cena?

El Duque se limitó a asentir.

—Demos un paseo.

De nuevo, simplemente asintió. Siguiendo al monarca mientras todos los demás los miraban partir.

Se mantuvo en silencio durante todo el recorrido. A la espera del inminente discurso de Hyunwoo acerca de no rebajarse a las provocaciones de los príncipes. Aunque, cuando el monarca se detuvo a la orilla del rio, se giró a verlo y le dio una deslumbrante sonrisa desconcertándolo.

—Ha sido un día pesado, ¿No lo crees?

—Demasiado.

Frunció los labios disgustado mientras su compañero sonrió divertido.

—Te aseguro que no se quedaran por mucho –Murmuró, tomándolo de la mano. –Sus padres los enviaron en su lugar para modificar unas cláusulas del tratado de suministros para el campamento.

—¿No es Jay quien se encarga de eso?

—Ellos, solicitaron reunirse conmigo personalmente.

—Por supuesto que lo hicieron.

Rodo los ojos hastiado. Aunque la molestia no le duro mucho cuando Hyunwoo lo besó. Su agarre sobre él se suavizó, y las manos grandes acariciaron su espalda tensa calmándolo al instante. Una pequeña sonrisa curvó sus finos labios.

—No he dejado de pensar en ti.

Besó la frente del Duque, luego su boca, abrazándolo con fuerza mientras susurraba en su oreja.

—Solo pensaba en dejarlos con Jay e ir a buscarte.

Kihyun sonrió, medio avergonzado pero completamente encantado. Y solo porque podía, se paró de puntitas abrazando el cuello del monarca.

—Te quiero Hyunwoo.

—No más que yo.

El Duque sostuvo su mirada durante un largo momento antes de alejarse. Solemne y frágil, dejó un beso lento sobre los labios de su prometido. Dio un paso atrás sólo lo suficiente para agarrar las dos manos del monarca con las suyas, tirando de él con una pequeña y tímida sonrisa.

Con un breve paseo a la orilla del rio, satisfechos por la sola presencia del contrario, regresaron al campamento dónde la mayoría ya se encontraba dentro de las tiendas, preparándose para descansar. Hyunwoo lo acompaño a la suya propia.

Tan observador como era. El monarca miró en todas las direcciones en busca de su dama de compañía, y para su suerte, no encontró rastro de Soyou. Kihyun rio risueño cuando Hyunwoo lo atrajo en un abrazo, besándolo con toda la pasión y devoción que sentía en ese momento.

—¿No quieres ir a un paseo a caballo?

El susurró en su oreja le hizo cosquillas. Kihyun rio por lo bajo desviando la mirada, ligeramente apenado y con las mejillas sonrojadas. Sabía que ese "Paseo a caballo", lo dejaría más cansado de lo que ya estaba.

—Talvez mañana.

Negó, besando castamente los labios del monarca. Hyunwoo lo mordió en respuesta, una broma de dientes y un chasquido de su lengua antes de retirarse con la respiración entrecortada. Descansaron allí, frente a frente, y acarició la mejilla del monarca una vez más antes de murmurar.

—Buenas noches, Rey Son.

Hyunwoo cerró los ojos y suspiró sonriente, complacido con su pequeño juego. Apretó a Kihyun contra él, en un contacto breve y estrecho que hizo que el Duque se negara a separarse. Pero como el caballero que era, lo soltó y dio un paso atrás para abrirle la tienda.

—Dulces sueños, Duque Yoo.

Kihyun se trasladó al interior y cerró la entrada, apoyándose en ella. Cuando escuchó a Hyunwoo decir en voz baja: "Por todos los dioses, sin duda es mi perdición", se mordió el labio en una sonrisa feliz y complacida.

Sin dudas, esperaría con ansias su encuentro a la mañana siguiente.















La noche estrellada era fascinante.

El ruido de los grillos en conjunto con el sonido de las hojas siendo acariciadas por el viento era muy relajante. Kihyun respiro hondo, levantando los brazos cuando otra ráfaga de viento le golpeo en el rostro.

Sonrió ante la vista del campo de entrenamiento casi vacío. La luz de la luna iluminaba todo el territorio, y más específicamente, a las personas que se encontraban entrenando.

Casi dejó escapar un jadeo de sorpresa cuando desde la lejanía observo a Hyunwoo vencer a Hwasa, Soohyuk y BM en un solo enfrentamiento. Hoseok, que se encontraba en un costado, aplaudió divertido al ver a los caballeros en el suelo mientras Irene parecía menos animada a unirse en la batalla.

Río por lo bajo al pensar en la cara que pondría su prometido al verlo despierto a altas horas de la noche. Después de su despedida, volvió a sentir ese curioso mareo, así que decidió dar un pequeño recorrido por el campamento. Quería despejar su mente, y sin pensarlo mucho, sus pasos lo dirigieron al campo de entrenamiento dónde para su suerte, Hyunwoo seguía entrenando.

Debajo del árbol que siempre usaba para ocultarse, y con una capa que cubría su cabello, disfrutó de la sesión hasta que las figuras a la lejanía comenzaron a alejarse con dirección al campamento.

Kihyun vio esto como una oportunidad. Tenía un inesperado deseo por dormir abrazado al monarca e iba a conseguirlo. Bajo de la colina con cautela, siguiendo los pasos de Hyunwoo, espero con paciencia a que se despidiera de los demás y justo cuando iba a sorprenderlo por detrás, dos sombras se le adelantaron provocando que retrocediera a la oscuridad.

—Su majestad, ¿Acaba de terminar su entrenamiento?

"Esa voz". Kihyun maldijo al reconocer a la princesa. Hizo una mueca cuando la pelirroja le lanzó una mirada tierna a Hyunwoo.

—Es muy tarde para que caminen solos, ¿Dónde están sus doncellas de compañía?

—Su majestad, no somos unos príncipes débiles, sabe que podemos defendernos –Comentó el príncipe, acercándose peligrosamente a su prometido. –Tú mismo nos enseñaste cuando visitabas a nuestros padres, ¿Recuerdas?

Cuestionó, tocando con los dedos el brazo del monarca. Kihyun sintió la furia recorrer su sistema una vez más. Pero aún así, respiró hondo. Les daría un momento para que conversaran aunque no estaba más contento con la situación. Se cruzó de brazos, respaldándose en la tienda detrás de él.

Sin embargó, el irritante tono meloso del príncipe le erizó la piel.

—Vamos Hyunwoo. Nos divertimos tanto en ese momento, ¿Por qué no volver a repetirlo?

—Te hemos extrañado mucho, su majestad. –La princesa hizo un puchero que le dio náuseas. –¿Acaso no nos extrañaste a nosotros?

—Es suficiente Wooyoung, estoy comprometido.

—¿Y qué? –Rodo los ojos hastiada. –Que estén comprometidos no cambia nada.

—¿No te gustaría estar con un doncel de verdad? –Preguntó esta vez el príncipe, y luego se mordió el labio inferior –¿Oh, debería decir? Volver a probar lo mejor de ambos mundos.

—Woobin.

—Será como una despedida Hyunwoo, por los viejos tiempos, ¿Qué dices?

"Por los viejos tiempos".

Esa frase le hirvió la sangre. ¿Hyunwoo había tenido algo con ellos? ¿Al mismo tiempo? La sola imagen mental le hizo rechinar los dientes. Estaba furioso.

Ni siquiera esperó a escuchar una respuesta. Se fue de ahí con la dignidad que le quedaba.

Ya una vez había rogado a sus padres por amor, y no estaba dispuesto a soportar otros tratos peores del que se suponía era su prometido.




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Title Song: Jealousy by Monsta X*°

Monbebe, bye‧₊˚.ꦿ ...‧₊˚




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