𓏲 07. connection
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9 julio 2024
semifinal contra Francia
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El estadio estaba abarrotado, con aficionados de ambos equipos llenando las gradas. La emoción era palpable, y los cánticos y gritos de aliento resonaban por todas partes. Nos acomodamos en la zona reservada de siempre. Esta vez Jeongyeon, Nayeon y yo teníamos más compañía: Mina, por su lesión, Tzuyu por una tarjeta roja del partido anterior, y Yeri por dos tarjetas amarillas.
Yeri y yo no habíamos hablado mucho desde lo de la fiesta, creo que era lo mejor. Me pareció amable de su parte no sacar el tema al saber que Mina y yo teníamos algo.
Respecto a lo que había visto hace unos días en mi habitación, decidí no sacar el tema. Nayeon aún no sabía que yo había hablado con Jeongyeon esa misma mañana, ya hablaría con ella.
El partido comenzó con un ritmo frenético. Corea salió con fuerza, dominando la posesión del balón y creando varias oportunidades de gol. Francia, sin embargo, no se quedó atrás y demostró por qué eran uno de los favoritos del torneo.
En el minuto 9, Francia consiguió abrir el marcador con un gol de su capitana.
— Están jugando bien — dijo Jeongyeon, a mi izquierda.
— Sí, pero necesitamos mantener la concentración. Francia es peligrosa — respondió Tzuyu, mirando fijamente el campo.
Tan solo unos minutos después, en el minuto 21 de partido Oh Haewon marcó un golazo por la escuadra de la portería, empatando el partido. Y casi al mismo tiempo, en el minuto 25, Park Jihyo remontó el partido. El estadio explotó de alegría nuevamente, y los cánticos se hicieron aún más fuertes.
El tiempo restante del partido fue una batalla constante. Francia presionaba con fuerza, buscando desesperadamente el empate. Corea, por su parte, defendía con todo lo que tenía, aguantando los embates del rival. Cuando el árbitro finalmente pitó el final del partido, la multitud coreana se volvió loca. Corea había ganado y avanzaba a la final. Nayeon y yo nos unimos a los gritos de celebración, abrazándonos y saltando de alegría.
Mina, aunque no pudo jugar, estaba eufórica. Se levantó con cuidado y se unió a sus compañeras en el campo para celebrar.
Después de la euforia en el estadio y la celebración en el vestuario, volvimos al hotel exhaustas pero felices. Nayeon se despidió de nosotras en el vestíbulo, diciendo que se acostaría temprano para descansar. Mina y yo nos quedamos solas y decidimos subir a su habitación.
El ascensor subió lentamente, y sentía la adrenalina aún corriendo por mis venas. Mina estaba de buen humor, a pesar de su lesión, y eso me hacía sentir más tranquila. Cuando llegamos a su piso, la ayudé a caminar hacia su habitación. Una vez dentro, Mina se dejó caer en la cama con un suspiro de alivio.
— Ha sido un día largo, ¿verdad? — dijo, mirándome con una sonrisa.
— Sí, pero ha valido la pena — respondí, sentándome a su lado.
El silencio que siguió no era incómodo, más bien, estaba cargado de emociones no dichas. Podía sentir la tensión en el aire, algo más profundo que la simple emoción del partido. Mina me miró, sus ojos reflejando una mezcla de gratitud y algo más, algo que hacía que mi corazón latiera más rápido. Nos quedamos mirando la una a la otra, el momento cargado de una intensidad que ambas habíamos estado evitando.
Lentamente, me incliné hacia ella, y nuestras respiraciones se mezclaron. Mina levantó una mano y acarició suavemente mi mejilla, su toque enviando escalofríos por mi piel.
— Chae... — murmuró, su voz llena de emoción.
No necesitaba decir nada más. Cerré la distancia entre nosotras y nuestros labios se encontraron en un beso suave pero cargado de deseo contenido. Sentí cómo mi cuerpo respondía a su cercanía, y el mundo a nuestro alrededor pareció desvanecerse.
Mina me atrajo más cerca, sus manos deslizándose por mi espalda, mientras el beso se volvía más profundo. Nos tumbamos en la cama, con Mina sobre mí. Mi respiración se aceleró y mis manos recorrieron su cuerpo, sintiendo cada músculo bajo su piel. Mina hizo una pausa y me miró a los ojos, buscando una confirmación. Yo asentí, dándole luz verde para empezar la noche.
Y, por primera vez en mucho tiempo, sentí que todo iba a estar bien.
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13 julio 2024
cumpleaños de Lamine y Nico
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Quedaban dos días para la final. Esa noche íbamos a celebrar los cumpleaños de Haewon, que cumplía 17 años el día siguiente, y Sana, que llegaba a los 22 ese mismo día. Las chicas, Nayeon y yo habíamos planeado una fiesta sorpresa en una de las salas de eventos del hotel.
Cuando llegamos al vestíbulo, ya habían decorado con globos, serpentinas y una gran pancarta que decía "¡Feliz Cumpleaños Sana y Haewon!". La música llenaba el espacio, y las compañeras de equipo estaban reunidas, charlando y riendo.
Sana y Haewon llegaron juntas, ambas luciendo sorprendidas y emocionadas cuando todas gritamos "¡Sorpresa!" al unísono. Sana, con su usual sonrisa amplia, abrazó a sus compañeras mientras Haewon, un poco más tímida, sonreía ampliamente, agradecida por el gesto.
La fiesta continuó hasta bien entrada la noche, con momentos de alegría que todos guardaríamos en nuestros corazones.
La fiesta en el hotel estaba en pleno apogeo. Las luces brillaban y la música resonaba en cada rincón. Sana y Haewon estaban rodeadas de amigas y compañeras, riendo y disfrutando de la celebración de sus cumpleaños. Nayeon y yo habíamos estado ocupadas asegurándonos de que todo saliera perfecto, pero ahora, con todo bajo control, podía relajarme y disfrutar de la noche
Mientras caminaba hacia la mesa de las bebidas para servirme un refresco, me encontré de repente frente a alguien que no esperaba ver: Somi.
— ¡Mina! — exclamó Somi, con una gran sonrisa en su rostro.
— ¡Somi! — respondí, sorprendida pero feliz de verla. Nos dimos un abrazo cálido y amistoso.
— No sabía que estabas aquí — dijo, soltándome y mirándome con curiosidad — ¿Qué tal todo?
— Bastante bien. Ya he terminado la gira así que estoy aprovechando para pasar un tiempo con las chicas — respondí, sonriendo — ¿Y tú? ¿Qué haces aquí?
— He venido a celebrar la final y a pasar un rato con el equipo. Además, no podía perderme el cumpleaños de Sana y Hae — dijo, señalando a las dos cumpleañeras, que estaban riendo con Momo y Mina.
— Me alegra verte, Som — dije, sinceramente — Han pasado tantas cosas desde la última vez que hablamos.
— Sí, lo sé. He seguido tus éxitos de cerca. Estoy muy orgullosa de ti — dijo, su expresión se volvió más seria — Pero también he oído algunas cosas sobre Mina y tú... ¿Es cierto?
Miré a Somi a los ojos, sintiendo un nudo en la garganta. Sabía que ella siempre había sido cercana a Mina y que le importaba lo que pasara entre nosotras.
— Sí, hemos tenido nuestras complicaciones, pero ahora estamos intentando resolverlas — respondí, sin querer entrar en demasiados detalles en medio de la fiesta.
Somi asintió, como si entendiera — Solo quiero que ambas sean felices. Mina es como una hermana para mí, y tú siempre has sido una gran amiga.
— Lo sé, Somi. Gracias — dije, agradecida por su apoyo.
De repente, Haewon se acercó a nosotras con una gran sonrisa.
— ¡Hola, Somi! ¡No sabía que habías llegado! — exclamó, abrazando a su amiga
— Sí, hace poco. Feliz cumpleaños, Hae — respondió Somi, devolviéndole el abrazo.
— Gracias, unnie. Oye, ven, únete al grupo. Estamos a punto de empezar un karaoke improvisado — dijo, con entusiasmo.
— Claro, vamos — respondió Somi, antes de mirarme nuevamente — ¿Vienes, Chae?
— Por supuesto — respondí, sonriendo.
Más tarde, mientras Mina y yo nos encontrábamos en un rincón más tranquilo, observé a Somi interactuar con las demás, riendo y disfrutando. Me di cuenta de cuánto había extrañado estos momentos y a estas personas.
— Me alegra que Somi haya venido — comentó Mina, tomándome de la mano — Es mejor tener a todas aquí, celebrando juntas.
— Sí, lo es — respondí, apoyando mi cabeza en su hombro — Esta noche ha sido increíble.
Mina me miró con ternura y susurró — Y lo mejor está aún por venir.
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