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12 junio 2024
concierto Berlín

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Estaba nerviosa, no lo iba a negar. Era mi primera noche en Alemania. El escenario estaba listo, el público se iba llenando y yo estaba en el camerino intentando calmarme. Nayeon estaba conmigo, dándome ánimos como siempre.

— ¿Estás lista? — me preguntó ajustándome el vestido.

— Eso creo — contesté insegura

— Lo vas a hacer genial, como siempre — me animó y le dediqué una sonrisa sincera.

Salí del camerino y me dirigí hacia el escenario, donde ya podía escuchar los gritos de los fans impacientes. La adrenalina empezaba a correr por mis venas y, por un momento, olvidé todas mis preocupaciones. Este era mi momento y estaba decidida a disfrutarlo.

El concierto comenzó con un estallido de energía. La multitud cantaba junto conmigo y me perdí en la música, olvidando todo lo demás. Cuando llegó el turno de la última canción, "I can do it with a broken heart" miré hacia la audiencia y vi algo que me dejó sin aliento.

En medio de la multitud, casi escondidas entre la gente, estaban Sana, Haewon y Sullyoon. Las tres cantaban y animaban con entusiasmo, y al verlas ahí, me invadió una ola de emoción. Continué cantando, pero ahora con una energía renovada.

Cuando terminó el concierto, volví al camerino. Estaba exhausta pero feliz. Nayeon me felicitó y nos preparamos para salir.

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Después de unas horas, llegamos de vuelta al hotel, Nayeon me dijo que tenía que ir a algún sitio, y que tomara el ascensor sola.

Presioné el botón y esperé impacientemente, después de unos segundos, la puerta se abrió, dejando ver a Mina sudada, y su camiseta blanca era prácticamente transparente, seguramente debe haber estado en el gimnasio que había en la planta de abajo, perfecto.

— Hola, Chaeyoung — dijo, con una voz ronca y claramente sorprendida.

— Hola, Mina — respondí, intentando mantener mi tono neutral mientras entraba al ascensor.

El silencio que siguió fue incómodo. Podía sentir la tensión en el aire. Las puertas del ascensor se cerraron y empezamos a subir.

— Buen concierto hoy — comentó Mina, rompiendo el silencio. No podía evitar preguntarme si había visto algún vídeo o si solo había escuchado a las chicas hablar de ello.

— Gracias — dije, sin mirarla directamente. Mantener la compostura era más difícil de lo que había imaginado.

El ascensor se detuvo en nuestra planta y las puertas se abrieron. Caminamos en silencio hacia nuestras habitaciones, que por desgracia, estaban en la misma dirección.

— ¿Cómo has estado? — preguntó, un poco vacilante, mientras caminábamos.

— Bien, bastante ocupada con la gira y todo eso — respondí, sin entrar en detalles.

— Me alegro — dijo, con una ligera sonrisa. Noté que su mirada se suavizaba, pero no me dejé llevar por eso.

Llegamos a la puerta de mi habitación y me detuve, buscando las llaves en mi bolso.

— Mina, yo... — comencé a decir, pero me interrumpió.

— Chaeyoung, no es el momento ni el lugar. Lo que pasó, pasó. Hemos seguido con nuestras vidas, ¿no? — dijo, mientras yo finalmente encontraba las llaves y abría la puerta — Buenas noches — dijo, antes de continuar hacia su habitación.

— Buenas noches — respondí, cerrando la puerta detrás de mí.

Apoyé mi espalda contra la puerta y dejé escapar un largo suspiro. Mi corazón latía con fuerza, y aunque intentaba convencerme de lo contrario, ver a Mina había removido sentimientos que creía enterrados. La tensión entre nosotras era palpable, pero también sabía que aún no estaba lista para enfrentar lo que realmente sentía.

Me dejé caer en la cama, mirando al techo, tratando de calmar mi mente. La gira, los conciertos, todo me había mantenido ocupada, pero ahora, enfrentándome a la realidad, supe que iba a ser mucho más difícil de lo que había imaginado.

Nayeon tenía razón, no podía seguir evitándola para siempre. Me senté en la cama de golpe, me levanté y busqué un bolígrafo y una hoja de papel. Escribí "Haunted" desde la rabia, la rabia de que ella había sido la que había empezado todo esto, y ahora era quién se estaba alejando.

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flashback . . . agosto 2022

El sol brillaba intensamente en el cielo, y el calor del verano hacía que la piscina fuera el lugar perfecto para pasar el día. Estábamos en una villa privada, alejada del bullicio de la ciudad, disfrutando de un raro momento de tranquilidad juntas. Mina y yo habíamos estado bromeando y riendo durante todo el día, olvidando por un momento las responsabilidades y el estrés de nuestras vidas.

— ¡No, para! — me quejé mientras Mina me alzaba del suelo y corría hacia la piscina, riendo como una niña traviesa.

— ¡No te vas a escapar tan fácilmente! — gritó, con una sonrisa amplia y radiante.

Sentí el agua fría en todo mi cuerpo cuando ambas caímos al agua. El choque de la temperatura me hizo soltar un grito ahogado, pero rápidamente me acostumbré a la sensación refrescante. Mina rodeó mi cintura con sus brazos, manteniéndome cerca de ella mientras ambas salíamos a la superficie.

Nuestras risas se fueron apagando mientras nos mirábamos a los ojos, y en ese momento, todo pareció detenerse. Su expresión cambió, volviéndose más seria y vulnerable.

— Te amo — me dijo con voz suave, sus ojos oscuros llenos de esperanza.

Fruncí el ceño, sorprendida por sus palabras. No era la primera vez que sentía algo especial entre nosotras, pero no esperaba que lo dijera de esa manera, tan repentinamente.

— ¿Qué? — pregunté, tratando de ganar tiempo para procesar lo que acababa de escuchar.

— He dicho que te amo — repitió, su voz firme pero llena de emoción.

Mi corazón latía con fuerza, y sentí una mezcla de emociones arremolinándose dentro de mí. Quería corresponder a sus sentimientos, pero había algo que me detenía. El miedo, la inseguridad, la presión de nuestras carreras y vidas públicas... Todo se mezclaba en mi mente.

— No puedo — contesté finalmente, apartándome de sus brazos.

Pude ver cómo la esperanza en sus ojos se desvanecía lentamente, reemplazada por la tristeza y la confusión.

— Chaeyoung... — intentó decir, pero la interrumpí.

— Mina, no, no puedo amarte como quieres que te ame, no ahora mismo — acepté, sintiendo un nudo en la garganta.

Desvió la mirada, su expresión reflejando el dolor de mis palabras. Quería explicarle, hacerle entender que no era ella, sino las circunstancias, pero sabía que cualquier cosa que dijera solo empeoraría las cosas.

— Pero... — comenzó de nuevo, con un tono desesperado.

— Perdón — finalicé, sintiendo el peso de la culpa aplastándome mientras salía de la piscina.

Caminé hacia la terraza, dejando a Mina detrás. Sabía que había hecho lo correcto, al menos para mí, pero eso no hacía que doliera menos. Escuché el sonido del agua moviéndose mientras ella también salía de la piscina, pero no me giré para mirarla.

Me envolví en una toalla, tratando de calmar mis pensamientos. La tarde, que había comenzado con risas y alegría, se había transformado en un momento de tristeza y desilusión. Sentí las lágrimas amenazando con salir, pero las contuve. No quería llorar, no ahora.

Mina se acercó a mí, pero mantuvo una distancia prudente. Nos quedamos en silencio durante un tiempo que pareció una eternidad, ambas lidiando con nuestras propias emociones.

Finalmente, ella rompió el silencio.

— No quiero perderte, Chaeyoung. Eres importante para mí — dijo, su voz quebrándose un poco.

— Y tú para mí, Mina. Pero necesito tiempo. Necesito encontrarme a mí misma antes de poder darte lo que te mereces — respondí, tratando de sonar lo más sincera posible.

Asintió, aunque su expresión mostraba claramente que no estaba completamente convencida. Sabía que esto no sería fácil para ninguna de las dos, pero era la única manera en que podía ser honesta conmigo misma y con ella.

— ¿Y cuanto vas a tardar...?

— No lo sé.

Nos quedamos en la terraza, mirando el atardecer en silencio, cada una perdida en sus propios pensamientos. Fue un momento agridulce, marcado por la tristeza pero también por la esperanza de que, algún día, las cosas podrían ser diferentes.

fin del flashback

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15 junio 2024
Corea vs Croacia

No sabía cómo había acabado en el partido de Corea contra Croacia, pero allí estaba. Había ido con Nayeon y Jeongyeon, una chica de nuestra edad que jugaba en el equipo. Todo siempre parecía estar conectado a Mina por una especie de hilo invisible.

Jeongyeon era una chica muy carismática y hoy no le tocaba jugar, así que estaba con nosotras en una zona VIP. Nayeon y ella hablaban animadamente, mientras yo trataba de concentrarme en el partido, pero mi mente no dejaba de divagar.

Desde nuestra posición, tenía una vista perfecta del campo. Mina estaba allí, con una expresión seria mientras sonaba el himno nacional.

— ¿Chaeyoung, estás bien? — me preguntó Nayeon, notando mi distracción.

— Sí, solo... pensando — respondí, tratando de esbozar una sonrisa convincente.

— ¿Pensando en ella? — susurró con una mirada comprensiva.

Asentí ligeramente. No tenía sentido mentirle, no a Nayeon.

— No puedo evitarlo, Nay. Todo esto... me trae demasiados recuerdos — admití.

— Lo sé, y es normal. Pero debes concentrarte en el presente, en lo que te hace feliz ahora — dijo, apretando mi mano suavemente.

Asentí, intentando seguir su consejo. Jeongyeon, al notar la seriedad de nuestra conversación, se unió a nosotras.

— Vamos, Chaeyoung, anímate. Hoy vamos a ganar y después podemos ir a celebrar. Te prometo que te divertirás — dijo, con una sonrisa contagiosa.

— Sí, tienes razón. Vamos a disfrutar del partido — respondí, permitiéndome relajarme un poco.

El partido continuó, y Corea jugaba con fuerza y determinación. Momo marcó el primer gol en el minuto 28. Y Jihyo marcó el segundo en el minuto 32. Finalmente, en el tiempo de descuento, Tzuyu marcó el tercer gol, finalizando el primer tiempo.

Cuando el árbitro pitó el final del partido, Corea había ganado 3-0. La emoción en el estadio era palpable. Nos dirigimos hacia la salida, planeando encontrarnos con algunas de las jugadoras para felicitarlas.

Después de la celebración inicial en el campo, Mina se acercó a la zona VIP, donde nosotras estábamos esperando.

— ¡Mina! ¡Gran partido! — gritó Jeongyeon, dándole un fuerte abrazo.

— Gracias, Jeong — respondió Mina, con una sonrisa cansada pero feliz. Luego me miró y su expresión cambió, volviéndose más suave.

— Hola, Chaeyoung. Me alegra que hayas venido — dijo, su voz tranquila.

— Hola, Mina. Has estado increíble — respondí, tratando de mantener la compostura —. Oye, estaba pensando... — comencé, pero fui interrumpida por uno de los entrenadores llamándola.

— Mina, necesitamos una foto para la prensa — dijo el entrenador.

— Claro, un momento — respondió Mina, mirando de nuevo hacia mí. — ¿Nos vemos luego en la fiesta? — preguntó, pero sin muchas ganas.

— Claro — respondí, asintiendo

Mina se alejó y me quedé allí, observando cómo se reunía con sus compañeros de equipo. Nayeon y Jeongyeon vinieron a mi lado, sonriendo.

— ¡Qué nos vamos de fiesta! — gritó mi mejor amiga.

Tal vez me vendría bien desconectar.

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