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10 junio 2024
día de llegada a Alemania

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Chaeyoung's Pov:

Estaba en mi mejor momento. Estaba de gira por Europa, acababa de terminar en Italia, y ahora tocaba Alemania. Me senté en el avión privado y miré por la ventana, y después de muchas años lo recordé, como un deja vu. La manera en la que aparecían sus encías cuando sonreía, su tono de voz tan tranquilo y dulce, cómo me tomaba de la mano...

Parecía que fue ayer cuando se acabó todo. Ya habían pasado dos veranos, dos. La había superado pero a veces me perseguía como un eco. Lo que podría haber sido, lo que no fue.

Después de lo que pasó entre ella y yo me puse a escribir como una loca, cinco canciones en una noche, más concretamente a medianoche. Pero la que más me llamó la atención fue "Happier", una canción que escribí hace mucho tiempo y a los productores también.

Así que no dudamos ni un segundo, fue el single y el título del álbum. La gente se creyó enseguida que la canción era para Mina, pero no.

Actualmente ya hacían casi dos años, pero aún no había terminado esa "era". Y creo que me costará bastante.

— Ya casi hemos llegado, ¿no estás entusiasmada? — preguntó Nayeon a mi lado, mi mejor amiga, y una de las mejores modelos de Corea.

Conocí a Nayeon en un muy mal momento para mí y para ella. Ella estaba muy metida en el mundo del alcohol y las drogas y yo seguía arrepentida por lo que había pasado entre Mina y yo.

Pero en lugar de caer en lo mismo que Nayeon, la ayudé a salir, y así nos volvimos inseparables. De hecho, en mi canción "Birds of a feather" hablo sobre ella.

— Sí — me limité a contestar, saliendo de mi trance, y volví a desviar la mirada a la ventana.

— ¿Sabes que el mundial se juega aquí? — murmuró Nayeon, mirando la pantalla de su teléfono.

— ¿Ah, sí? — pregunté, dirigiendo la mirada hacia ella de nuevo.

— Te lo dije el otro día, vamos al mismo hotel que la selección — respondió y me miró.

— Se me había olvidado — le dije, estaba tan enfocada en los conciertos que no pensaba en otra cosa.

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— ¿Para que necesitas tantas maletas? Solo es un mes — me quejé, mientras llevaba una maleta mía y dos de Nayeon, lo peor es que ella llevaba otras dos y nuestro manager tres más.

— Cariño, soy modelo, tengo que hacer promo — bromeó, bajándose las gafas de sol de la cabeza y poniéndoselas bien.

Miré a nuestro alrededor, la entrada del hotel estaba llena de los colores de Corea, era lo lógico porque el equipo se alojaba aquí, pero era un poco exagerado. Vi que había un campo de fútbol a lo lejos, supongo que para entrenar.

Las puertas transparentes se abrieron automáticamente, y un aroma a perfume nos envolvió, olía genial.

El manager se fue a hacer el check-in en el mostrador, y unos mayordomos se llevaron las maletas a la habitación que íbamos a compartir Nayeon y yo. Nos sentamos en unos sofás que había en la recepción.

No había mucha gente en el hotel, ya que solo lo utilizaban para cuando venía gente famosa al país.

— Bien, hoy es lunes, tienes el concierto este miércoles y el partido de Corea y Croacia es el sábado, te dará tiempo a recuperarte, ¿no? — me preguntó.

— Creo que sí. ¿Y tú para qué quieres ir a un partido de fútbol? — dije con una ceja alzada.

— Es el mundial, Mina, no son unos partidos cualquiera — se quejó.

Escuchamos bastante ruido fuera del hotel

— ¿Qué pasa? — pregunté, intentando ver si podía llegar a ver algo.

— Habrá llegado el equipo, nos las vamos a cruzar bastante así que no tenemos ni que salir — contestó.

¿Nos las íbamos a encontrar bastante?

Solo conocía a algunas jugadoras que me había presentado... Mina, porque estaban a unos meses de jugar el mundial de 2022. Con las que más hablé fueron Jeongyeon, Sana y Momo, porque eran las que tenían más o menos mi edad.

Con Somi es con la que más sigo hablando a día de hoy, nos contamos muchas cosas, somos como hermanas.

De repente, el corazón me dio un vuelco, ¿y si...?

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— Espera, Nayeon, no me digas que Mina... — empecé a decir pero ella desvió la mirada a la puerta de la recepción, las puertas acababan de abrirse.

Tzuyu, Jihyo, Dahyun, Sana, Jeongyeon con dos adolescentes ¿esas niñas estaban en el equipo?, muchas más gente y al final... Mina con Momo.

La muy idiota de Momo se acercó a nosotras, para saludarnos, y ella nos miró, bueno más bien, me miró. Estaba igual de sorprendida que yo, rápidamente desvié la mirada, pero no antes de notar cómo sus ojos se suavizaban al verme, como si los recuerdos también la golpearan a ella.

— ¡Chaeyoung, Nayeon! — nos saludó Momo, dándonos un abrazo a cada una, pude notar algo entre Nayeon y ella, complicidad, tal vez.

— ¿Por qué no me habían dicho nada? — pregunté susurrando, con rabia.

— Porque te pondrías así, ella tampoco sabía nada — aseguró Nayeon y la miré ofendida.

— ¿Ustedes dos habían planeado esto? — cuestioné señalándolas.

— A ver tampoco es que fuera un plan... — empezó a decir pero Nayeon le cortó.

— Era un plan, plan "reconciliación" — nombró Nayeon y Momo se dio un manotazo en la frente suspirando.

— ¿En serio? Son unas niñas — negué con la cabeza — Yo me voy a la habitación

Caminé hacia el ascensor, al subirme vi que ya habían tres personas: Sana y esas dos niñas.

— ¡Mina, cuánto tiempo! — me saludó dándome un abrazo — ¿A qué piso vas?

— Al segundo — respondí, mientras las puertas se cerraban.

Sana le dio al botón del segundo piso.

— Nosotras también — contestó y se giró para señalar a las dos chicas — Estas son Haewon y Sullyoon, juegan este mundial con nosotros.

Haewon asintió levemente con la cabeza en forma de saludo y Sullyoon levantó la mano.

— ¿Cuántos años tienen? ¿Pueden jugar siendo así de jóvenes? — pregunté un poco sorprendida.

— Yo tengo 16 casi 17 y Sull ya tiene los 17 también — me respondió Haewon.

— Créeme, pueden jugar, y mejor que muchos, a Haewon le tienen hasta miedo — me explicó Sana y asentí aún sorprendida y confusa.

Las puertas se abrieron y las cuatro salimos, caminando a nuestras habitaciones.

— ¿Tienes conciertos aquí en Alemania? — me preguntó Sullyoon.

— ¿Me conoces?

— Claro que sí, mi prima está obsesionada contigo, tiene posters tuyos en la pared de su habitación — explicó y sonreí.

— A ver si me la presentas algún día — le dije y vi que ya habíamos llegado a mi habitación, paré de andar — Esta es la mía, nos vemos mañana.

Nos despedimos y abrí la puerta, ya estaban ahí dentro las maletas. Abrí la mía y empecé a ordenar las cosas en la habitación.

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Después de un rato escuché la puerta abrirse, era Nayeon.

— Buenas, ¿sigues enfadada? — preguntó acercándose y sentándose en una de las camas, mientras yo terminaba de guardar ropa en un cajón.

— No estaba enfadada, solo no quería estar en el mismo sitio que ella — me quejé.

— Vas a tener que encontrártela muchas veces, lo sabes, ¿verdad? — suspiró, tumbándose.

— Lo sé, pero si puedo evitarla, mejor — contesté, cerrando el cajón y girándome para mirarla.

— Te estás engañando a ti misma — aseguró y yo alcé una ceja.

— ¿Cómo?

— No la quieres ver porque aún sientes algo — respondió con seguridad.

Me sorprendía lo mucho que me conocía. Era completamente verdad, pero no lo iba a aceptar tan fácilmente. Además ella ya pasa de mí, han pasado dos años, y yo le hice daño.

— Ni de broma — reí sarcásticamente mientras me tumbaba en la otra cama, intentando ocultar lo que se verdad sentía

— Lo que tú digas — contestó Nayeon con una sonrisa y apagó la luz — Buenas noches, Mina.

— Buenas noches.

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