🍁Capítulo 3🍁
Los gemelos Pines estaban tan felices que Dipper ya había olvidado toda preocupación de lo que le había estado sucediendo y Mabel, ella siempre estaba despreocupada pero ahora en lo unico que albergaba su mente era "Gravity Falls, otro verano de misterio" adoraron su tiempo en ese pequeño y poco conocido pueblo aunque fueran cada año les parecía que todo era un sueño lleno de fantasías, Dipper aunque dijo que se quedaría con su hermana, seguía siendo su mas grande sueño ser el aprendiz de tu tío abuelo Stanford así que cada día allí lo intentaba ayudar y Mabel ayudaba además de divertirse con Stanley en la tienda de la Cabaña Del Misterio.
Habían comenzado a acomodar ropa alateoria en dos maletas que una era para Dipper y la otra era para Mabel pues así se podían distinguir mas rápido; la castaña se caía multiples veces por toda la adrenalina que sentía por lo que sus rodillas ya estaban raspadas y sucias aunque eso no le llamaba la mínima atención mientras que el menor -Menor por 5 Minutos- observaba lo que podría necesitar en ese viaje, la ropa no le interesaba tanto sino que trataba de escojer los libros que llevaria, herramientas de rescate, telescopio, etc. Todo eso era en general lo que para Mabel era solo "Sus Cosas De Nerds"
Ya las maletas hechas decidieron dormir pues era mañana temprano cuando se irían a visitar su lugar favorito, pero justo en el momento cuando se cambiarían de ropa para dormir se dieron cuenta que igualmente la pijama estaba en una de las maletas.
-¿Y ahora que haremos Dip?- Pregunto Mabel mientras miraba la maleta como si fuera uno de los mejores enigmas presentados en la vida.
-No lo se, pero no podemos abrir la maleta ya que se ve que esta por explotar por lo que se regara por todos lados y tendriamos que acomodarla de nuevo.-Respondió mientras miraba fijamente algún punto para saber lo que haría.
-Bueno ¿Qué tal si nos dormimos asi? Digo con esta ropa.
-Mabel tienes una mancha gigante de mostaza, dulces pegados en tu camisa y tiene algo de lo cual no quiero saber. -Respondio asqueado el castaño con tan solo escuchar la propuesta.
-Ay, vamos Dipper, pareces mas niña que yo, yo me dormiré así. -Se burló su hermana mientras se lanzaba a la cama
-Bien, entonces yo recurriré a nuestra peor pesadilla... -Respondió con voz tenebrosa.
-¿Te refieres a..."Eso" ?- Preguntó mientras entrecerraba los ojos como si fuera el secreto mas profundo escuchado.
-Si... tendré que...lavar mi ropa.-Dijo mientras caminaba tembloroso a la puerta.
-¡Pero Dipper! ¡¿Acaso no recuerdas cuando incendiamos la lavadora?! -Exclamó Mabel teniendo pánico.
-Lo se... Sino vuelvo, le dejo todo a mi diario.-Se despidió Dipper para al último salir de la habitación.
[...]
Se encontraban ya fuera de su hogar, estaban esperando el taxi al cual habían llamado tiempo antes, Dipper leía la biografia de Albert Einstein pues apesar de ser la quinta vez que lo hacía no terminaba de sorprenderlo todas las cosas que hizo, le maravillaba pues le hacía sentir que un humano podia hacer cualquier cosa y que todos éramos un ser tan inigualable, misterioso, inteligente, etc.
Mabel lo sarandeaba haciendo que perdiera la concentración de la lectura por lo que la vió con el ceño fruncido.
-Es que ya esta viniendo el Taxi, Dipper.-Se excuso la castaña mientras señalaba el coche amarillo.
Dipper suspiró pues no le agradaba estar enojado, no era su fuerte así que solo asintió y sujeto las maletas con sus brazos aunque no era fuerte pero su padre le había enseñado ser caballeroso desde pequeño asi que ya cuando el coche estaba enfrente se dirigió directamente al lugar donde ponían los maletines para que después se subiera junto com su hermana.
-A la central de Autobuses, por favor.-Pidió el castaño mientras le daba el dinero indicado al chofer.
-Claro, joven. -Terminó de decir eso el señor para ponerse en marcha.
El menor saco su teléfono celular donde veía varios mensajes de los compañeros de escuela los cuales le dedicaban burlas junto con fotos de él siendo golpeado mientras que los otros mensajes eran de sus padres diciéndole lo mismo de siempre "Lo siento, Mason, no pudimos ir a la casa por asuntos de negocios" no le interesaba todo eso así que los eliminó para comenzar a escuchar música con sus auriculares mientras de nuevo leía el libro que había estado leyendo.
Cinco minutos pasaron de total paz en la mente de Dipper hasta que de nuevo sintió que lo sarandeaban del hombro derecho donde vió a su hermana señalando La Central de Autobuses.
-Vamos, Dipper. -Apresuró Mabel mientras lo jalaba.
El mencionado bajo del Taxi para bajar igualmente las maletas, caminaron hasta la gran sala, donde esperaban indicaciones de su autobus hasta que al fin había llegado asi que subieron como comunmente.
Dipper volvió a hacer lo de antes hasta que de nuevo la voz de su hermana lo interrumpió por lo que solo respiró fuertemente intentando conseguir la calma y no enojarse así que solo hizó una sonrisa forzada.
-¿Pasa algo, Mabel? -Pregunto Dipper en un tono tranquilo aunque en su mente decía miles de balfemias dirigidas a la chica.
-Nuestros padres no vinieron a despedirnos...-Respondió con una mirada gacha.
-Si, como las veces anteriores, no encuentro diferencia.
-¿Pero qué tal si algún día ya no los llegaramos a volver a ver?
-Pues, simplemente seguiríamos con nuestras vidas, en verdad, no distingo lo que pasa.
-En cualquier momento podriamos morir y no pudimos despedirnos de nuestros padres, Dipper no quisiera irme sin hablarles y decirle lo mucho que los quiero.
El chico solo la miró para volver a voltear hacia la ventana que dejaba a la vista en lugar totalmente verde por los árboles y césped, no supo qué responderle a su hermana y solo optó por acariciar su cabeza de forma fraternal.
Las horas pasaron rápido que ni cuenta se habían dado que ya habían llegado a su destinó, bajaron del autobús para inhalar el aire que desplegaba el pueblo, Gravity Falls, Oregon.
Caminaron por dentro del bosque ya que la el hogar de sus tíos estaba en el centro de este, caminaron relativamente poco por el reducido espacio que era ofrecido por esa maravilla natural hasta que al fin llegaron a la cabaña medianamente pequeña, todo se veia desolado ya que al ser fin de semana casi nadie iba a ese lugar. Golpearon la puerta tres veces hasta que escucharon quejar de un señor que bien conocían desde sus doce años.
-¿Qué quieren? No tengo dinero para galletas, mocosos.-Dijo de mala gana un hombre de edad avanzada que ni se había dignado a abrir los ojos por el cansancio.
-¡Tío Stan!-Gritaron los dos adolescentes para abalanzarse sobre su tío.
-¡Niños, los extrañe! -Gritó Stan al darse cuenta de quienes se trataban.
Se reincorporaron para mirarse con una sonrisa, se habían extrañado bastante y eso debían de admitirlo, Mabel corrió hasta la habitación en donde se quedarían y Dipper corrió hasta la maquina expendedora donde ingreso un código para que esta se moviera dejando en vista unas escaleras que lo guío hasta el sótano.
Buscó a su Tío Stan Ford el cual se encontraba dormido en el escritorio con saliva escurriendo por sus labios por lo que rió el castaño al verlo de tal forma, se acercó lentamente para tocarle la mejilla con su dedo índice, esperando a que diera una señal de despertar cosa que funcionó ya que el mayor comenzaba a moverse a causa de la incomodidad.
-Stanley, ya deja de molestar. -Dijo adormilado.
-No soy el Tío Stan.-Respondió en un susurro el castaño.
Stan Ford al escuchar esa voz se levantó rápidamente con los ojos sorprendido, Dipper sonrió son energía para lanzarse a sus brazos, comenzaron a reír de alegría mientras decían a la misma vez todas las teorías que tenían o que recordaban por ese momento.
La Cabaña del Misterio estaba infestada de sonrisas y carcajadas, todo daño futuro en ese momenro no existia.
[...]
Un rubio contemplaba todo ese momento lleno de felicidad, le llenaba de repulsión con tan solo verlo.
De una manera todo eso, ver a la familia Pines llenos de felicidad le molestaba pero ver mas a ese castaño con esa sonrisa que no era dirijida a él, hacía que lo molestara.
Se golpeo la cabeza con la silla que lo sostenía, haciendo que por su frente escurriera un hilo de sangre roja por su mano, se toco la zona afectada para ver sus guantes negros con ese liquido espeso por lo que frunció el ceño y lleno de enojo comenzó a golpearse multiples veces en la mano, era como un niño haciendo un berrinche.
-No, no ¡NO! Esto es tan bajo, tan humano, tan...Repulsivo. -Dijo asqueado mientras miraba los hematomas y cortadas hechas por el mismo. -Serás mío, mío, sólo de mi propiedad.
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